Bible in 90 Days
Regresan los desterrados de Israel
14 Pero el SEÑOR volverá a tener compasión de Jacob, elegirá nuevamente al pueblo de Israel y los instalará en su propia tierra. Se les unirá gente que no es judía y se integrarán con la familia de Jacob. 2 Muchas naciones tomarán a los israelitas, los escoltarán a su tierra y los israelitas los harán esclavos en la tierra del SEÑOR. Capturarán a los que antes los capturaron, esclavizarán a los que antes los esclavizaron, y gobernarán a sus opresores.
Burla y castigo contra el rey de Babilonia
3 Cuando el SEÑOR te deje descansar de tus penas, sufrimientos y de la esclavitud a que te viste sometido, 4 entonces vas a cantar esta canción en son de burla contra el rey de Babilonia:
Vean en qué terminó el opresor,
cómo acabó su enojo arrogante.
5 El SEÑOR quebró el bastón del perverso,
el cetro del tirano,
6 que sin parar golpeaba furiosamente a las naciones;
oprimiendo a las naciones con enojo,
persiguiéndolas sin parar.
7 Ahora toda la tierra descansa y está tranquila;
la gente comienza a celebrar.
8 Hasta los pinos y los cedros del Líbano
se alegran de tu derrota, pues:
«Desde que tú has caído,
nadie ha venido a talarnos».
9 Allá abajo en el lugar de los muertos[a],
todo es emoción en espera de tu llegada.
Las sombras de los muertos se levantan,
salen a tu encuentro todos los líderes de la tierra,
los reyes se levantan de sus tronos.
10 Todos ellos responderán y te dirán:
«Tú también perdiste fuerza como nosotros,
terminaste igual».
11 Al lugar de los muertos vino a parar tu orgullo
y la música de tus arpas.
Allí te espera tu cama de gusanos
y tu cobija de lombrices.
12 ¡Qué caída tuviste desde los cielos,
lucero de la mañana!
Tú que conquistaste las naciones,
¡cómo caíste derribado por el suelo!
13 Tú te decías: «Subiré al cielo,
levantaré mi trono sobre las estrellas de Dios.
Visitaré la montaña donde los dioses se reúnen,
allá en las laderas del Safón[b].
14 Subiré bien arriba,
por encima de las nubes más altas
y seré como el Altísimo».
15 Pero has sido derribado hasta el lugar de los muertos,
a las profundidades del abismo.
16 Los que te ven, te miran fijamente
y reflexionan esto sobre ti:
«¿No es acaso este el hombre que hacía temblar la tierra,
estremecía los reinos,
17 hacía del mundo un desierto,
arrasaba las ciudades,
y no dejaba libre a los prisioneros?»
18 Todos los reyes de las naciones yacen en gloria y honor,
cada uno en su propio sepulcro.
19 Pero tú no fuiste enterrado en una tumba,
sino tirado como basura en la calle.
Fuiste como el cadáver de algún asesinado,
un degollado cualquiera,
que es arrojado luego a las rocas de un fosa
para que no te tengan que pisar.
20 No serás enterrado
como los otros reyes,
porque arruinaste a tu propio país,
mataste a tu mismo pueblo.
La descendencia de los malhechores
nunca más se mencionará.
21 Debido al pecado de su padre,
preparen un lugar para la matanza de sus hijos.
Ellos no tomarán posesión de la tierra,
ni llenarán el mundo con sus ciudades.
22 El SEÑOR Todopoderoso dice:
«Me levantaré en contra de ellos,
destruiré Babilonia, acabaré con su fama,
no dejaré sobrevivientes, ni hijos ni nietos»,
El SEÑOR lo ha decidido así.
23 «La convertiré en sitio de erizos y pantano.
La barreré con la escoba de la destrucción»,
dice el SEÑOR Todopoderoso.
Castigo para Asiria
24 El SEÑOR Todopoderoso ha hecho esta promesa:
«Con seguridad que como he decidido, así ha de ocurrir;
tal como lo planeé, así será.
25 Destruiré a Asiria en mi tierra,
la aplastaré en mi monte.
Zafaré el yugo que puso sobre Judá,
y le quitaré a Judá el peso de encima.
26 Eso es lo que tengo planeado para el mundo entero,
y esa es mi mano extendida sobre todas las naciones.
27 ¿Quién ha sido capaz de frustrar
los planes del SEÑOR Todopoderoso?
¿Quién ha podido detener su mano
cuando él la ha extendido?»
Castigo para los filisteos
28 Esta profecía se dio en el año de la muerte del rey Acaz[c]:
29 No se alegren, filisteos,
de que se haya quebrado el bastón que los golpeaba
porque de la familia de la serpiente saldrá una víbora
y su descendencia será una serpiente voladora peligrosa.
30 Los más pobres de los pobres comerán tranquilos
y los necesitados descansarán seguros.
Pero yo haré que tu familia muera de hambre
y que maten a los que queden.
31 ¡Chilla, puerta! ¡Grita, ciudad!
Atemorízate, Filistea, todos ustedes.
Porque del norte viene un ejército como una columna de humo,
y no tiene un solo flojo en sus filas.
32 ¿Qué van a decirles a los mensajeros de esa nación?
«El SEÑOR ha fortalecido a Sion
y los pobres de su pueblo encontrarán refugio allí».
Castigo contra Moab
15 Esta es una profecía[d] contra Moab:
En una noche fue arrasada
la riqueza de Ar en Moab.
En una noche fue destruida
la riqueza de Quir[e] en Moab.
2 La gente de Dibón[f] se dirige a los lugares de adoración[g] a llorar.
Moab llora a Nebo y Medeba[h].
Todos se han rapado la cabeza
y afeitado la barba.
3 Van por las calles vestidos con ropas ásperas.
Sueltan todos el llanto en los techos y en las plazas.
4 Hesbón y Elalé dan alaridos que se oyen hasta Yahaza.
Por eso gritan y se acobardan los guerreros de Moab.
5 Mi corazón grita pidiendo ayuda para Moab.
Su gente huye tan lejos como a Zoar[i] y a Eglat Selisiyá.
Suben la cuesta de Luhit y van llorando.
Ante el desastre gritan de dolor por el camino de Joronayin.
6 Se ha secado el arroyo de Nimrín.
El pasto se secó, las plantas se murieron,
no queda nada verde.
7 Por eso recogieron las riquezas que habían reunido
y se las llevaron más allá del arroyo de los Sauces.
8 Todo es gritos en Moab.
Su lamento se oye tan lejos como en Eglayin
e incluso hasta Ber Elín[j].
9 Las aguas de Dimón[k] se llenarán de sangre,
pero le haré más daño a Dimón.
Un león devorará al resto de los que escapen de Moab
y a los que queden en el país.
Los de Moab se refugian en Judá
16 Viñedo del país de Moab,
¿acaso ahora podrás mandar tus ramos
hacia el desierto para alcanzar a Jerusalén?[l]
2 Las mujeres de Moab en el paso del Arnón[m],
serán como aves espantadas que huyen de su nido.
3 Ellas dicen: «Aconséjanos, decide.
Extiende tu sombra protectora a pleno mediodía como si fuera de noche.
Esconde a los desterrados,
no traiciones a los que escapan para salvarse.
4 Deja que vivan entre ustedes los refugiados de Moab.
Dales asilo ante el destructor».
Cuando termine la agresión,
acabe la destrucción,
y se vayan del país los agresores,
5 un trono se establecerá,
basado en la fidelidad.
Un descendiente de David se sentará en él.
Será un gobernante honesto dispuesto a hacer justicia.
6 Sabemos lo orgulloso que son los de Moab.
Conocemos su arrogancia, orgullo y soberbia.
Se las dan de lo que no son.
7 Así que dejen que los moabitas giman por Moab,
déjenlos que lloren.
Aflíjanse y laméntense
por las tortas de pasas de Quir Jaréset[n].
8 Los viñedos de Hesbón y las vides de Sibma[o] se han marchitado.
Los gobernantes de las naciones han pisoteado los mejores racimos de Moab.
Sus ramas llegaban hasta Jazer y se extendían hasta el desierto.
Sus sarmientos se extendían y llegaban al mar.
9 Por eso hago lamentación por Jazer,[p]
por los viñedos de Sibma.
Hesbón y Elalé[q]:
las cubro con mis lágrimas
porque se acalló el grito de gozo
por su fruto maduro y sus cosechas.[r]
10 Les arrebataron el gozo y la felicidad de sus fértiles campos;
ya no se oyen los cantos ni los gritos de alegría en sus viñedos.
Ya no habrá quien exprima las uvas en los lugares donde se hace el vino.
He hecho que se termine todo el bullicio.
11 Me siento muy conmovido por Moab.
Mi corazón se estremece como las cuerdas de un arpa
por lo que le pasa a Quir Jaréset[s].
12 Por más que Moab se presente
en sus lugares de adoración
y por más que vaya a su templo a rezar,
nada podrán lograr.
13 Ese fue el mensaje sobre Moab que el SEÑOR dijo hace mucho tiempo, 14 pero ahora el SEÑOR dice:
«De aquí a tres años,
contados como cuenta el tiempo
un obrero que vive de su salario,
se reducirá el honor y la gloria de Moab,
a pesar de la multitud de sus habitantes,
que quedarán reducidos a unos pocos».
Castigo para Damasco
17 Profecía contra Damasco[t]:
«Fíjense: Damasco pronto dejará de ser una ciudad
y se convertirá en un montón de escombros.
2 Las ciudades de alrededor[u]
serán abandonadas para siempre,
convertidas en potreros para el rebaño,
que se echará allí sin que nadie lo moleste.
3 Ya no habrá más fortalezas en Efraín
ni realeza en Damasco.
La misma triste suerte de Israel
la correrán los que queden en Aram».
Lo dice el SEÑOR Todopoderoso.
4 «Ese día la grandeza de Israel decaerá
y ya no serán tan prósperos ni gordos como antes.
5 Sucederá como paso con un campo de grano
que el segador cosecha a manojos.
Jacob desaparecerá como el grano
durante la cosecha en el valle de Refayin[v].
6 Sólo quedarán unos cuantos rastrojos.
Será como cuando sacuden un olivo
y sólo le quedan unas cuantas aceitunas en el árbol,
dos o tres en las ramas más altas,
cuatro o cinco en las que están más cargadas».
Lo dice el SEÑOR, Dios de Israel.
7 Ese día, la gente mirará a su Creador,
verán al Santo Dios de Israel.
8 Ellos no mirarán los altares
que han hecho con sus manos;
ni las imágenes de Aserá
ni los altares de incienso
que han hecho con sus dedos.
9 Ese día, sus ciudades fortificadas serán abandonadas
como les pasó a las ciudades de los heveos y amorreos por causa de los israelitas.
Todo quedará hecho ruinas.
10 Israel, te olvidas del Dios que te rescata.
Él es tu refugio entre las rocas.
Así que haces esto.
Te la pasas cultivando hierbas delicadas
y estás plantando viñas exóticas.
11 Las ves crecer el mismo día que las plantas,
y en la mañana que las siembras las ves brotar.
Pero la cosecha se echará a perder
el día que le llegue la plaga y el dolor incurable.
12 ¡Ay! El alboroto de muchos pueblos
es como el rugido que hace el mar.
La destrucción espantosa que se les viene encima
es como la que causa una inundación.
13 La destrucción que traen las naciones es como la inundación,
pero Dios las regaña y ellas salen huyendo lejos.
Huyen como paja en los montes arrastrada por el viento;
como el cardo que arrastra un ventarrón.
14 Por la tarde, lucen terribles;
pero en la mañana ya no están.
Lo mismo sucederá con los que nos saquean;
es la suerte de los que nos roban.
Castigo para Etiopía
18 ¡Ay!, pobre de ese país lleno del zumbido de insectos,
más allá de los ríos de Etiopía[w],
2 que envía mensajeros a través del mar
en barcos de junco sobre las aguas.
Vayan rápido, mensajeros,
a su nación de gente alta y piel brillante.
Es gente conquistadora y temida en todas partes,
cuyo país está surcado por ríos.
3 Todos ustedes, habitantes del mundo,
los que viven en la tierra,
fíjense cuando aparezca una señal sobre los montes.
Pongan atención cuando suene una trompeta.
4 Pues el SEÑOR me dijo:
«Yo estaré callado y vigilante desde el lugar donde yo vivo,
como calor brillante cuando calienta el sol;
como nube de rocío en el calor de la época de cosecha.
5 Antes de la época de cosecha,
cuando haya pasado la floración
y las flores se conviertan en uvas maduras,
podarán con cuchillos los vástagos de la vid,
y cortarán las ramas y las quitarán.
6 Las dejarán en las montañas
para las aves de rapiña y los animales salvajes.
En el verano les servirán de alimento a las aves.
En el invierno se las comerán los animales salvajes».
7 En ese tiempo el SEÑOR Todopoderoso recibirá ofrendas
de una nación de gente alta y piel brillante.
Nación poderosa que conquista a otras naciones,
país surcado de ríos.
Las traerán al lugar del nombre
del SEÑOR Todopoderoso, al monte Sion.
Castigo para Egipto
19 Esta es una profecía[x] contra Egipto:
Fíjense, el SEÑOR cabalga sobre una nube veloz
y viene hacia Egipto.
Los dioses falsos de Egipto tiemblan ante él.
El miedo invade a los egipcios.
2 «Yo haré que los egipcios
se ataquen entre ellos mismos.
Cada cual peleará con su paisano,
vecino contra vecino,
ciudad contra ciudad,
reino contra reino.[y]
3 Los egipcios perderán su valor
y yo confundiré sus planes.
Buscarán la ayuda de los dioses falsos,
magos, médiums y adivinos.
4 Entregaré a Egipto en manos de amos crueles,
y los gobernará un rey violento».
Lo dice el Soberano SEÑOR Todopoderoso.
5 El agua del Nilo se secará,
su cauce quedará reseco y árido.
6 Los canales apestarán.
Las corrientes de agua irán bajando
y se irán secando lentamente.
Las cañas y juncos se marchitarán,
7 junto con las plantas a orillas del Nilo,
sobre sus riberas.
Todos los sembrados a lo largo del Nilo se secarán,
los arrastrará el viento y desaparecerán.
8 Los pescadores llorarán amargamente,
los que lanzaban el anzuelo harán duelo
y los que echaban las redes al agua quedarán desalentados.
9 Los que trabajan el lino, cardadores y tejedores,
se llenarán de desesperación.
10 Los fabricantes de telas quebrarán,
la tristeza invadirá a los asalariados.
11 Qué tontos son los líderes de Zoán[z],
los expertos consejeros del faraón
sólo atinan a decir estupideces.
¿Cómo es que dicen al faraón:
«Yo soy hijo de sabios,
descendiente de antiguos reyes»?
12 ¿Dónde están ahora tus sabios?
Que te cuenten ellos y te informen
lo que el SEÑOR Todopoderoso
ha planeado contra Egipto.
13 Se han burlado de los líderes de Zoán,
los líderes de Menfis se han dejado engañar,
los jefes de las provincias han desorientado a Egipto.
14 El SEÑOR ha hecho confundir a los líderes.
Ellos han hecho que Egipto se equivoque en todo lo que hace.
Es como gente borracha
que se vomita tambaleando.
15 No se conseguirá hacer nada bueno en Egipto,
no importa si lo hace la cabeza o la cola,
la palmera o el junco.
16 Ese día, los egipcios parecerán mujeres. Egipto temblará y tendrá miedo porque el SEÑOR Todopoderoso levantará la mano para castigarlos. 17 Judá será el terror de Egipto, todo el que oiga su nombre se llenará de miedo porque el SEÑOR Todopoderoso tendrá planes en contra de Egipto.
18 Ese día cinco ciudades de Egipto hablarán el idioma de Canaán y se comprometerán a seguir al SEÑOR Todopoderoso. Una de esas ciudades se llamará «Ciudad de del Sol»[aa]. 19 Habrá un altar para el SEÑOR en medio de Egipto y un monumento en su honor en la frontera 20 como señal y testimonio del SEÑOR Todopoderoso en Egipto. Cuando el pueblo se queje de los opresores ante el SEÑOR, él les enviará un príncipe libertador que los defenderá y rescatará.
21 Ese día el SEÑOR se dará a conocer en Egipto, y Egipto conocerá al SEÑOR. Le adorarán con sacrificios y ofrendas; harán promesas al SEÑOR y las cumplirán. 22 El SEÑOR castigará a Egipto, hiriéndolo, pero también lo sanará. Ellos se volverán al SEÑOR, quien contestará sus oraciones y los sanará.
23 Ese día habrá una avenida desde Egipto hasta Asiria. Los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria. Los egipcios adorarán al Señor junto con los asirios. 24 Ese día Israel se unirá con Egipto y Asiria y los tres serán una bendición para el mundo. 25 El SEÑOR Todopoderoso les dará esta bendición: «Bendito seas, Egipto, pueblo mío; bendita seas, Asiria, obra de mis manos; y bendito seas, Israel, mi posesión».
Castigo para Egipto y Etiopía
20 Era el año en que el rey Sargón[ab] de Asiria mandó al comandante en jefe del ejército a Asdod, quien la conquistó y capturó. 2 En ese tiempo el SEÑOR dijo por medio de Isaías, hijo de Amoz: «Ve y quítate esa ropa áspera y las sandalias». Así hizo Isaías y anduvo en ropa interior y descalzo.
3 El SEÑOR dijo: «Así como mi siervo Isaías ha andado por tres años en ropa interior y descalzo como señal y simbolismo para Asiria y Etiopía, 4 de igual forma para vergüenza de Egipto, el rey de Asiria tomará prisioneros de Egipto y desterrará de Etiopía a jóvenes y viejos, desnudos y descalzos y con las nalgas descubiertas. 5 Así los que tienen sus esperanzas puestas en Etiopía y en la arrogancia de Egipto quedarán desmoralizados. 6 Ese día los que viven en estas costas dirán: “Miren lo que les pasó a esos en quien confiábamos y a los que corrimos a pedir ayuda para que nos libraran del rey de Asiria. Ahora, ¿cómo escaparemos?”»
Castigo para Babilonia
21 Profecía contra el gran pántano en el desierto[ac]:
Como torbellinos que pasan por el Néguev,
algo está llegando del desierto, de la tierra terrible.
2 Se me ha mostrado una visión horrenda:
Veo gente traicionándote
y gente destruyendo tu riqueza.
¡Sube, Elam!
¡Rodea y ataca, Media!
Yo pondré fin a todo gemido
que ella ha ocasionado.
3 Por eso me duele todo el cuerpo.
Mis dolores son como los de una mujer que da a luz.
Me inquieté debido a lo que escuché,
me atemoricé por lo que vi.
4 Mi mente está confusa,
el miedo puede más que yo.
El atardecer que tanto me gustaba,
se me ha vuelto espantoso.
5 Preparan la mesa, ponen las alfombras,
comen, beben.
¡Levántense, generales!
Denles brillo a los escudos.
6 Porque el Señor me ha dicho:
«Ve y coloca un centinela
y que informe lo que observe.
7 Que ponga mucha atención
cuando vea carros tirados por parejas de caballos,
o gente montada en asnos o en camellos».
8 El centinela[ad] gritó:
«Señor, permanezco día a día
en la torre de vigilancia
y noche a noche hago guardia.
9 Mire, viene un hombre en un carro de combate
tirado por un par de caballos».
Y volvió a gritar, diciendo:
«¡Cayó Babilonia!
Todas las imágenes de sus dioses
han sido derribadas al suelo».
10 Pueblo mío, despedazado y trillado,[ae]
te he dicho lo que he escuchado
del SEÑOR Todopoderoso,
Dios de Israel.
Castigo para Dumá
11 Esta es una profecía contra Dumá[af]:
Alguien me grita desde Seír[ag]:
«Centinela, ¿qué hora es en este momento de la noche?
Centinela, ¿cuánto falta para que amanezca?»
12 El centinela responde:
«Mire llegará la mañana a su debido tiempo,
pero todavía es de noche.
Si tienen que saber cuándo llega,
vuelvan a preguntar más tarde».
Castigo para Arabia
13 Esta es una profecía contra Arabia[ah]:
Ustedes, los que acampan en los matorrales del desierto,
caravanas de dedanitas[ai],
14 salgan al encuentro del que tiene sed
y denle agua.
Habitantes del territorio de Temá[aj],
salgan al encuentro de los que escapan
y denles de comer.
15 Porque ellos han huido de la espada,
de la espada lista para matar,
del arco dispuesto a disparar
y del ardor de la batalla.
16 Pues el Señor me dijo: «De aquí a un año, contado como cuenta el tiempo un obrero que vive de su salario, se acabará toda la gloria de Cedar. 17 Serán muy pocos los arqueros y guerreros de Cedar que sobrevivan». Así lo ha decidido el SEÑOR, Dios de Israel.
Castigo para Jerusalén
22 Esta profecía es contra el valle de la Visión[ak]:
¿Qué pasa contigo,
que te subiste a las azoteas?
2 Ciudad llena de ruido,
alborotos y parrandas,
tus muertos no murieron
por la espada ni en batalla.
3 Todos tus líderes juntos huyeron
sin haber disparado una sola flecha.
Todos los tuyos fueron capturados,
aun los que huyeron bien lejos.
4 Por tanto, digo: «Aléjense de mí,
déjenme llorar amargamente.
No traten de consolarme
por la destrucción de la hija de mi pueblo».
5 Porque el Señor DIOS Todopoderoso
ha decidido que haya un día de revueltas,
destrucción y confusión en el valle de la Visión.
Día de murallas derrumbadas
y de gritos pidiendo ayuda a las montañas.
6 Elam[al] alista sus flechas,
las cuadrillas de sus carros de combate y jinetes.
Los soldados de Quir sacan sus escudos.
7 Tus mejores valles se llenaron de carros de combate
y hay jinetes en la puerta en posición de combate.
8 Él quitó las defensas de Judá.
Ese día fijaste tu mirada en las armas del Palacio del Bosque[am].
9 Vieron que había muchas brechas
en las murallas de la Ciudad de David,
y guardaron agua en el estanque de abajo.
10 Contaron las casas de Jerusalén
y demolieron algunas para reparar la muralla.
11 Hicieron un tanque de agua entre las dos murallas
para depositar las aguas del estanque antiguo.
Pero no se fijaron en Aquel que hizo la ciudad
ni miraron al que hace tiempo le dio forma.
12 Ese día el Señor DIOS Todopoderoso
les pidió que lloraran de tristeza,
se raparan la cabeza
y se pusieran ropa áspera.
13 Pero en cambio, hay alegría y parrandas,
se sacrifican vacas y se matan ovejas,
comen carne y beben vino.
«¡Comamos y bebamos,
que mañana moriremos!»
14 El SEÑOR Todopoderoso me reveló al oído: «De verdad que este pecado no se lo perdonaré mientras ustedes vivan». Lo dijo el Señor DIOS Todopoderoso.
15 El Señor DIOS Todopoderoso dijo: «Ve y habla con Sebna, el administrador del palacio, y dile:
16 »¿Qué estás haciendo aquí?
¿Quién te dio permiso de estar aquí
y construirte un sepulcro para ti aquí,
como quien está construyendo su sepulcro en la parte alta,
o un lugar de reposo para él en la roca?
17 Fíjate, el SEÑOR está por derribarte, hombre fuerte.
Él te va a agarrar con firmeza.
18 Te va a atar con fuerza
y te va a echar a rodar como un balón a campo abierto.
Allá morirás y allá irán a parar
los carros de combate de los que tanto te enorgullecías.
Serás la vergüenza de la casa de tu señor.
19 Te expulsaré de tu alto cargo
y te quitaré de tu importante posición.
20 »Ese día llamaré a mi siervo Eliaquín hijo de Jilquías. 21 Le pondré a él tu ropa, le colocaré tu cinto y le entregaré tu autoridad. Él será como un padre para los habitantes de Jerusalén y para la gente de Judá. 22 Le daré la responsabilidad de tener la llave del palacio de David. Lo que él abra, nadie podrá cerrarlo; y lo que él cierre, nadie podrá abrirlo. 23 Él será como un trono de honor para su familia. Yo lo haré estar firme como un clavo en la pared sólida. 24 Y todo el peso de su familia dependerá de él: sus descendientes directos, sus parientes, toda la vajilla pequeña, desde los vasos hasta las jarras».
25 El SEÑOR Todopoderoso dice: «Ese día el clavo que estaba bien clavado se aflojará. Se caerá, y todo lo que pendía de él se romperá». El SEÑOR lo ha decidido así.
Castigo para Tiro
23 Profecía contra Tiro:
Lloren, barcos de Tarsis,
porque se llevaron todo de Tiro,
ya no vive nadie ahí.
Eso les informaron mientras venían de Chipre[an].
2 Lloren, habitantes de la costa,
comerciantes de Sidón,
a quienes enriquecían los que atraviesan el mar.
3 El grano de Sijor[ao] viajó sobre las aguas.
La cosecha del Nilo le dejaba ganancias
y Tiro se convirtió en centro de comercio de las naciones.
4 Que te dé vergüenza, Sidón, fortaleza del mar.
Porque el mar ha dicho:
«Yo no tengo dolores de parto, no he dado a luz;
no he criado hijos, ni educado hijas».
5 Cuando las noticias lleguen a Egipto,
todos tendrán dolor debido a lo que se diga de Tiro.
6 Crucen hasta Tarsis;
lloren, habitantes de la costa.
7 ¿Es esta la ciudad orgullosa
que fue fundada hace tanto tiempo?
De esa ciudad ha salido gente
que ha viajado para establecerse en tierras lejanas.
8 ¿Quién planeó esto contra Tiro,
la que repartía coronas?
Sus comerciantes son como príncipes,
y sus negociantes gente muy respetada en todo el mundo.
9 El SEÑOR Todopoderoso lo planeó.
Lo hizo para derribar el orgullo de toda grandeza
y humillar a la gente más importante del mundo.
10 Gente de Tarsis, dedícate a cultivar[ap] tu tierra como se hace en las riberas del Nilo,
porque ya no tienes un puerto para tus naves.
11 El SEÑOR ha extendido su mano sobre el mar
y ha hecho estremecer a las naciones.
Él ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán.
12 Ha dicho: «No te vas a alegrar más,
joven oprimida, hija de Sidón.
Levántate y cruza hasta Chipre
aunque allí tampoco habrá descanso para ti».
13 Fíjate en el país de los babilonios[aq],
un pueblo que ha dejado de existir.
Asiria lo convirtió
en lugar para animales salvajes.
Construyeron torres para atacarla,
derribaron sus palacios
y los convirtieron en ruinas.
14 Lloren, barcos de Tarsis,
porque su fortaleza ha sido destruida.
15 En ese tiempo, Tiro permanecerá en el olvido por 70 años, que es el tiempo que vive un rey. Y al término de esos 70 años, le pasará a Tiro como a la prostituta de la canción:
16 «Toma un arpa, prostituta olvidada,
y camina por la ciudad.
Tócala bien, canta muchas veces tu canción
para que te recuerden».
17 Una vez que terminen los 70 años, el SEÑOR visitará a Tiro, ella volverá a su actividad comercial y será una prostituta al servicio de todos los reinos del mundo. 18 Pero las ganancias no se guardarán ni almacenarán, sino que serán dedicadas al SEÑOR. Se usarán para proveer de suficiente comida y ropa fina a los que viven en la presencia del SEÑOR.
El juicio que vendrá
24 Fíjense, el SEÑOR va a destruir la tierra
y a dejarla vacía.
Él torcerá su superficie
y dispersará a sus habitantes.
2 Todos correrán la misma suerte,
el del pueblo y el sacerdote;
el esclavo y el amo;
la esclava y la señora;
el comprador y el vendedor;
el que recibe en préstamo
y el que presta;
el banquero y el deudor.
3 La tierra será saqueada
y destruida por completo,
porque el SEÑOR lo ha decidido así.
4 La tierra se seca y se marchita.
El mundo languidece y se marchita.
Los de la alta sociedad languidecen.
5 El mundo ha sido contaminado por sus habitantes.
Ellos violaron las leyes de Dios,
desobedecieron sus mandatos.
Han roto el pacto eterno.
6 Una maldición destruye la tierra
y sus habitantes son los culpables.
Tantos han desaparecido
que sólo queden unos pocos.
7 El vino nuevo se daña, el viñedo se daña.
Todos los que eran alegres se entristecen.
8 El festejo con tambores ha cesado.
Ya no se oye el ruido de los que celebraban.
9 Ya no hay diversión con arpas.
Se acabaron los ratos de vino y canto.
La cerveza le sabe mal a quien la bebe.
10 La ciudad está arruinada y desolada;
las puertas de las casas están bloqueadas,
nadie puede entrar.
11 En las calles piden vino a gritos.
Se aguó la fiesta;
la alegría desapareció de la tierra.[ar]
12 La ciudad quedó en ruinas,
la puerta está hecha pedazos.
13 Porque así sucederá en medio de la tierra[as] y entre las naciones,
como cuando se cosecha a golpes un olivo,
como cuando se rebuscan las uvas una vez terminada la cosecha.
14 Ellos levantan sus voces.
Cantan de alegría por la grandeza del SEÑOR:
«Griten desde el occidente,
15 alégrense en el oriente.
¡Gloria al SEÑOR!
En las islas del mar,
den gloria al SEÑOR, el Dios de Israel».
16 Desde los confines de la tierra oímos cantar:
«Gloria al Justo Dios».
Pero, les cuento un secreto[at]:
«No hay más que traición en el mundo;
nadie obra de buena fe.
Se le hace mucho daño a la gente».
17 Habitante de la tierra, serás presa del pánico,
caerás en el abismo y en la trampa.
18 Los que huyan del sonido del pánico caerán en el abismo.
Los que escalen el abismo caerán en la trampa.
Porque se abrirán las ventanas del cielo
y se estremecerán los cimientos de la tierra.
19 La tierra se hace añicos,
se desintegra, tiembla fuertemente.
20 La tierra se tambalea como un borracho
y se desploma como una choza.
Su pecado la agobia, la derriba
y no la deja volver a levantarse.
21 Será el momento en que el SEÑOR castigará
a los poderes del cielo[au] y a los reyes de la tierra.
22 Serán reunidos como prisioneros en un hoyo
y encerrados en prisión.
Después de un tiempo serán castigados.
23 La luna se turbará
y el sol se avergonzará,
porque el SEÑOR Todopoderoso
reinará con gran majestad
sobre el monte Sion en Jerusalén,
delante de los ancianos líderes.
Canción de alabanza
25 SEÑOR, tú eres mi Dios.
Te exaltaré, alabaré tu nombre,
porque has hecho maravillas.
Las planeaste hace mucho tiempo
y se han hecho realidad.
2 Porque has convertido la ciudad en escombros,
echaste abajo la fortaleza.
El palacio de la ciudad extranjera
jamás será reconstruido.
3 Por eso los fuertes te darán honra,
y ciudades de naciones temibles te tendrán respeto.
4 Porque tú has sido refugio para los pobres;
les has dado seguridad a los necesitados en sus angustias.
Has sido cobijo durante las tempestades
y sombra en el tiempo caluroso.
Cuando los poderosos atacan,
son como una tormenta de invierno,
5 como calor en lugar reseco.
Tú aplacas el orgullo de los extranjeros
como una nube refresca el aire con su sombra.
Silencias el canto de victoria de la gente cruel.
Celebración de Dios para sus siervos
6 En este monte el SEÑOR Todopoderoso
hará una fiesta para todas las naciones.
Habrá las mejores comidas y los mejores vinos;
carne tierna y vinos seleccionados.
7 En este monte destruirá el velo que cubre a todas las naciones,
el manto que cubre a todos los pueblos.
8 El Señor DIOS destruirá la muerte para siempre
y secará las lágrimas de todos los rostros.
Él quitará de la tierra la vergüenza de su pueblo.
El SEÑOR lo ha decidido así.
9 Ese día la gente dirá:
«¡Miren, es nuestro Dios!
Vino a salvarnos.
¡Es el SEÑOR!
Lo estábamos esperando.
Alegrémonos y disfrutemos su salvación».
10 Porque el SEÑOR protegerá este monte,
pero pisoteará a Moab,
como se pisotea la paja en un montón de basura.
11 Moab moverá los brazos como un nadador,
pero él le hundirá su orgullo y destreza.
12 Tus altas fortificaciones serán derribadas,
abatidas, echadas por el suelo,
y rodarán por el polvo.
Canción de adoración
26 Ese día se cantará esta canción en la tierra de Judá:
«La salvación es nuestra ciudad fuerte;
Dios la protege con muros y antemuros.
2 Abran las puertas y dejen entrar a la gente justa
que no pierde su fe en Dios.
3 Tú les das paz a los que se mantienen pensando en ti,
porque en ti han puesto su confianza.
4 Confía siempre en el SEÑOR,
porque el Señor DIOS[av] es refugio eterno.
5 Porque él ha humillado
a los que viven en los barrios ricos.
Él hace que la ciudad arrogante se derrumbe,
que caiga por el suelo y ruede por el polvo.
6 De esa forma, los humildes y los oprimidos
la podrán pisotear».
7 El camino del justo es recto.
Tú, el Justo, le facilitas el camino.
8 Pero, SEÑOR, todavía esperamos la llegada de tu justicia.
Nuestro deseo es siempre tenerte presente a ti y a tu nombre.
9 Mi deseo de es buscarte durante la noche.
El espíritu dentro de mí madruga a encontrarte.
Porque cuando tu castigo llegue al mundo,
los seres humanos aprenderán a vivir con justicia.
10 Pero cuando se le hace un favor a la gente mala,
no aprenden a ser justos.
Son injustos con la gente honrada
y no tienen en cuenta la majestad del SEÑOR.
11 Tú, SEÑOR, estás a punto de castigarlos
y ellos no se dan ni cuenta.
Que se avergüencen al ver
cómo defiendes a tu pueblo.
Que el fuego que tienes destinado
para tus enemigos los consuma.
12 SEÑOR, danos paz y prosperidad,
pues todo lo que hemos conseguido te lo debemos a ti.
13 SEÑOR Dios nuestro:
tú no, sino otros nos han gobernado,
pero nosotros sólo alabamos tu nombre.
14 Ellos están muertos ahora
y sus espíritus no se levantarán de la muerte.
Tú los has destruido
y has borrado el recuerdo de ellos.
15 SEÑOR, haz que progrese la nación, engrandécela.
Que seas glorificado y extiendas las fronteras del país.
16 SEÑOR, en medio de nuestra angustia te buscamos.
Dimos gritos de angustia cuando tú nos castigaste.
17 Como una mujer embarazada a punto de dar a luz da gritos de dolor,
así hemos gritado nosotros por causa de tu castigo, SEÑOR.
18 Concebimos, sentimos los dolores del parto
pero sólo dimos a luz al viento.
No le trajimos salvación al país
ni le dimos un nuevo ser al mundo.
19 Sus muertos vivirán,
sus cadáveres resucitarán.
Levántense y canten de alegría ustedes,
los que viven en el polvo.
Porque tu rocío es como rocío de luz
y la tierra dará a luz a aquellos que habían muerto.
20 Ve, pueblo mío, entra a tus habitaciones
y cierra las puertas tras de ti.
Escóndete por un tiempo
mientras pasa la ira.
21 Porque, mira, el SEÑOR sale de su lugar
a castigar a los habitantes de la tierra por ser culpables.
La tierra mostrará la sangre de la gente asesinada
y no cubrirá más su muerte.
La liberación de Israel
27 Ese día el SEÑOR castigará
con su espada poderosa, terrible y grande,
a Leviatán, la serpiente huidiza y sinuosa,
y matará al monstruo que está en el mar.
2 «Canten ese día
al viñedo delicioso.
3 Yo, el SEÑOR, soy quien cuida de él.
Lo riego continuamente
y lo vigilo día y noche,
para que nadie le haga daño.
4 Ya no estoy enojado,
pero lucharé contra cardo y oruga
que encuentre en mi viñedo.
¡Los destruiré con fuego de una vez!
Entonces yo les haría la guerra
y los quemaría a todos juntos.
5 Pero el que busque mi protección,
que haga las paces conmigo;
sí, que haga las paces conmigo».
6 En el futuro, Jacob echará raíces,
Israel retoñará y florecerá
y llenará todo el mundo con sus frutos.
7 ¿Acaso Dios ha golpeado a Israel
como hizo con los que golpeaban a este pueblo?
¿Acaso ha permitido que mueran israelitas
como ha hecho morir de los enemigos de Israel?
8 Lo castigó con el destierro
y lo expulsó con un soplo terrible,
como cuando sopla el viento del oriente.
9 El pecado de Jacob se perdonará completamente,
siempre y cuando pulverice
como si fueran de cal todas las piedras del altar
y no deje en pie ni uno solo de los postes de Aserá
ni de los altares de incienso.
10 Porque la ciudad amurallada está en ruinas,
abandonada y sin habitantes,
como el desierto.
El ternero pasta ahí,
se echa a descansar y come ramas.
11 Cuando las ramas se secan, se quiebran,
vienen las mujeres y encienden fuego con ellas.
Por ser este un pueblo que se niega a entender,
su Creador no tendrá compasión;
el que lo formó no tendrá piedad de él.
12 Ese día el SEÑOR reunirá a su pueblo,
desde el río Éufrates[aw] hasta el torrente de Egipto.[ax]
Él los recogerá a ustedes, israelitas, uno por uno.
13 Ese día, al sonar de una gran trompeta,
los que estaban perdidos en Asiria
y los que fueron desterrados a Egipto,
vendrán y adorarán al SEÑOR,
en el monte santo, en Jerusalén.
Advertencia a Israel, el reino del norte
28 Qué mal le irá a la corona orgullosa[ay] de los borrachos de Efraín.
Adorno orgulloso de flores marchitas
que se alza sobre un valle fértil.
Se emborrachan con vino.
2 Miren, el Señor les tiene preparado a alguien fuerte y poderoso,
como tormenta de granizo,
como viento destructor,
como una fuerte inundación.
Con sus propias manos, él derribará
3 esa corona orgullosa de los borrachos de Efraín,
y la pisoteará con sus pies.
4 Y a ese adorno orgulloso de flores marchitas
que se alza sobre un valle fértil,
le pasará como les pasa a los primeros higos
que maduran antes de la cosecha,
que cuando alguien los ve,
se los come tan pronto les echa mano.
5 Ese día, el SEÑOR Todopoderoso
será una hermosa corona,
un adorno glorioso
para los sobrevivientes de su pueblo.
6 Él será espíritu de justicia
para los jueces
y espíritu de valentía para los que defienden
las puertas de la ciudad de los ataques enemigos.
7 Pero están esos que se tambalean de tanto vino
y tropiezan de tanto licor.
Sacerdotes y profetas
a los que la cerveza hace tambalear,
todos confusos por el vino,
deambulan por causa del licor.
Se tambalean cuando ven visiones,
tropiezan cuando están dictando sentencia.
8 Todas las mesas están cubiertas de vómito
y no hay un solo sitio que no tenga heces.
9 «¿A quién le impartirá conocimiento?
¿A quién le hará entender el mensaje?
¿A los bebés que dejaron de lactar,
a los que acaban de dejar el pecho?
10 Les dice:
“La eme con la a: ma;
la eme con la i: mi;
mi mamá me mima”».[az]
11 De verdad que Dios le hablará con lenguaje enredado
y con idioma extranjero a este pueblo.
12 Él les había dicho:
«Este es sitio de descanso,
que repose el cansado»,
pero no quisieron escucharlo.
13 Ahora el SEÑOR les dirá:
«La eme con la a: ma;
la eme con la i: mi;
mi mamá me mima».
Así se irán y caerán de espaldas,
se herirán, caerán en la trampa y serán capturados.
Nadie escapará del juicio de Dios
14 Por eso es mejor que oigan el mensaje del SEÑOR,
ustedes, los arrogantes que en Jerusalén gobiernan a este pueblo.
15 Ustedes afirman: «Hemos hecho un pacto con la muerte
y un convenio con el lugar de los muertos
para que cuando venga el terrible castigo,
no nos afecte.
Conseguimos refugio a base de mentiras,
y escondedero mediante el engaño».
16 Por eso el Señor DIOS dice esto:
«Miren, colocaré una piedra de fundamento en Sion;
piedra probada, principal, valiosa, un cimiento firme.
El que confíe no se inquietará.
17 Yo haré que la justicia sirva de nivel
y la honestidad de plomada.
El granizo arrasará con el refugio conseguido a base de mentiras,
y el agua inundará el escondedero.
18 Su pacto con la muerte será anulado
y su convenio con el lugar de los muertos no tendrá validez.
Cuando venga el terrible castigo,
los aplastará a ustedes.
19 Cada vez que llegue el castigo,
ustedes lo sufrirán.
Llegará mañana tras mañana,
día y noche».
Al comprender este mensaje
serán presa del terror.
20 Pues la cama es demasiado corta como para estirarse,
y la cobija muy pequeña para poder taparse.
21 Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perasín,
y se enojará como en el valle de Gabaón.[ba]
Él hará su trabajo, su misteriosa labor.
Realizará su tarea, algo muy extraño.
22 Así que ahora ustedes deben tomarlo en serio,
no sea que las cuerdas que los atan se aprieten más y más.
Porque he oído que el Señor DIOS Todopoderoso
ha decidido destruir todo el país.
El Señor es justo al castigar
23 Oigan ustedes, escuchen mi voz.
Pongan atención y escuchen bien lo que voy a decir:
24 Cuando el campesino ara para sembrar,
¿lo hace todo el tiempo?
¿Se la pasa continuamente rompiendo
y nivelando el terreno?
25 Cuando ha nivelado el terreno,
¿no siembra el eneldo y esparce el comino?
¿No siembra el trigo en hileras,
cebada en el lugar apropiado,
y en las orillas centeno?
26 Dios es quien le enseña e instruye
la mejor forma de hacerlo.
27 Un campesino no trilla el eneldo con rastrillo
ni hace pasar una carreta por encima del comino,
sino que golpea el eneldo con una vara
y el comino con un palo.
28 El grano se tritura un poco para hacer pan.
Se le pasan por encima las ruedas de la carreta,
pero los caballos no lo pulverizan.
29 Esto también viene del SEÑOR Todopoderoso.
Su consejo es magnífico;
su sabiduría es maravillosa.
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