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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Isaías 1-13

Esta es la visión que tuvo Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén durante la época en que los reyes Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías reinaron en Judá.

El caso contra Israel

Oigan los cielos y escuche la tierra
    lo que dice el SEÑOR:
«Crié a mis hijos y los saqué adelante,
    pero ellos se rebelaron contra mí.
El buey conoce a su amo,
    y el burro, el lugar donde lo alimentan;
pero Israel no me conoce,
    mi pueblo no tiene entendimiento».

¡Qué nación tan pecadora,
    qué pueblo tan perverso!
Generación mala,
    hijos depravados como mala semilla.
    Han dejado al SEÑOR.
Le han faltado al respeto al Santo de Israel
    y le han dado la espalda.

¿Por qué buscan más castigo
    y se siguen rebelando?
Tienen toda la cabeza lastimada
    y el corazón todo enfermo.
Están padeciendo de pies a cabeza,
    llenos de golpes, moretones
y heridas abiertas que no han sido curadas
    ni vendadas, ni aliviadas con aceite.
Su país está en ruinas,
    sus ciudades incendiadas.
Ustedes han visto cómo la gente extranjera
    ha explotado y arrasado su tierra.
La hija de Sion[a] ha quedado tirada
    como enramada en un viñedo,
como choza en un sembrado de pepinos,
    como ciudad sitiada por enemigos.
Si el SEÑOR Todopoderoso
    no hubiera dejado que unos cuantos de nuestro pueblo sobrevivieran,
hubiéramos quedado como Sodoma
    y como Gomorra.

10 Gobernantes de Sodoma,
    oigan el mensaje del SEÑOR.
Pueblo de Gomorra,
    escucha la enseñanza de Dios.
11 El SEÑOR dice:
    «¿Para qué me traen tantos sacrificios?
Estoy cansado de sus sacrificios que deben quemarse completamente
    y de la grasa de los animales bien cebados.
No me complace la sangre de los toros,
    ni de los corderos ni de las cabras.
12 ¿Quién les pide estas cosas
    cuando ustedes vienen a presentarse
    ante mí pisoteando mis patios?
13 No me traigan más ofrendas inútiles.
    Su incienso me desagrada.
Ya no aguanto sus reuniones de Luna Nueva,
    los días de descanso y las demás fiestas religiosas mientras practican el pecado.
14 Detesto sus fiestas de Luna Nueva y demás fiestas religiosas.
    Todo eso se me ha hecho insoportable,
    estoy cansado de todo eso.
15 Cuando ustedes alzan sus manos hacia mí para orar,
    yo me niego a prestarles atención.
Ya no escucharé su gran cantidad de oraciones
    porque ustedes tienen las manos
    manchadas de opresión y de violencia.
16 Límpiense y purifíquense,
    quiten sus maldades de mi vista,
dejen de hacer el mal
17     y aprendan a hacer el bien.
Sean honestos con los demás,
    ayuden al oprimido,
hagan valer los derechos de los huérfanos
    y defiendan a las viudas».

18 So yo, el SEÑOR, quien te habla:
    «Vengan y arreglemos el pleito.
Aunque sus pecados sean como el rojo encendido,
    ustedes quedarán tan blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como la púrpura,
    ustedes serán tan blancos como la lana.
19 Si ustedes están dispuestos a obedecerme,
    entonces disfrutarán las riquezas del país;
20 pero si se resisten y se rebelan contra mí,
    morirán a manos de sus enemigos».
Eso es lo que yo, el SEÑOR, he dicho con mi propia boca.

Jerusalén infiel: una canción triste

21 La ciudad fiel se volvió una prostituta.
    Antes estaba habitada por gente justa,
en ella vivía la justicia,
    pero ahora está llena de asesinos.
22 Tu plata quedó hecha escoria,
    y tu vino fino está ahora rebajado con agua.
23 Tus gobernantes son rebeldes
    y amigos de los delincuentes.
Todos ellos desean sobornos
    y quieren regalos.
Ninguno defiende los derechos de los huérfanos
    ni la causa de las viudas.

24 Por eso el Soberano SEÑOR Todopoderoso,
    el Fuerte de Israel, se expresa así:
«¡Ah! Me vengaré de mis enemigos
    y así me desquitaré de mis adversarios.
25 Luego te voy a agarrar,
    te fundiré con potasa para quitar tu escoria
    y limpiaré así tus impurezas.
26 Traeré de nuevo a ti jueces como los de antes,
    y consejeros como los que tenías al principio.
Otra vez volverán a llamarte
    “Ciudad fiel”, “Ciudad de justicia”».

27 Cuando la gente de Sion haga el bien,
    será salvada.
28 Pero que los rebeldes y pecadores sean destruidos todos juntos;
    y que desaparezcan los que abandonan al SEÑOR.
29 Ciertamente ustedes, idólatras,
    serán avergonzados
por causa de los robles que adoraron
    y sentirán vergüenza de los jardines sagrados[b].
30 Ustedes serán como un roble fuerte todo marchito,
    o como un jardín que se ha secado.
31 El más fuerte será como paja
    y el que lo juntó será como una chispa;
ambos se quemarán
    y nadie los apagará.

¿Será Jerusalén exaltada?

(Mi 4:1-3)

Este es el mensaje que recibió Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén:

En los últimos días, el monte del templo del SEÑOR
    será la montaña más exaltada.
Se levantará sobre todos los montes,
    y los rostros de la gente brillarán de alegría.[c]
Muchos pueblos vendrán aquí y dirán:
«Vamos al monte del SEÑOR,
    al templo del Dios de Jacob,
para que él nos dé sus enseñanzas
    y nosotros lo seguiremos».
Porque de Sion saldrá la enseñanza
    y de Jerusalén el mensaje del SEÑOR.
Él será árbitro entre las naciones
    y mediador entre los muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en arados
    y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación levantará espada contra otra,
    y ya nadie se preparará para la guerra.
Ven, familia de Jacob,
    andemos en la luz del SEÑOR.

Sólo el SEÑOR será exaltado

De verdad tú has abandonado a tu pueblo,
    la familia de Jacob,
porque ellos están llenos de adivinos del oriente
    y de magos como los que hay entre los filisteos.
    También hacen alianzas con extranjeros.
El oro y la plata abundan en el país
    y los tesoros sin límite.
Hay gran cantidad de caballos
    y los carros son incontables.
El país está lleno de ídolos,
    se inclinan a adorar lo que ellos mismos han hecho con sus propias manos.
Los seres humanos se humillaron,
    se rebajaron.
    No los perdones.

10 Métanse entre las rocas,
    cúbranse de tierra, escóndanse
de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
11 La mirada arrogante de la humanidad
    y el orgullo humano serán humillados.
    Ese día sólo el SEÑOR será exaltado.
12 El SEÑOR Todopoderoso tiene planeado un día de castigo
    contra todos los orgullosos, los arrogantes
    y contra todos los que se exaltan a sí mismos.
13 También contra todos los cedros del Líbano, altos y elevados;
    contra todos los robles de Basán,
14 contra los montes altos,
    contra las colinas elevadas,
15 contra las torres altas,
    contra las murallas fortificadas,
16 contra todos los barcos de Tarsis
    y contra todo barco hermoso.
17 La arrogancia del hombre
    y el orgullo humano serán humillados.
Ese día sólo el SEÑOR será exaltado,
18     pero los ídolos desaparecerán por completo.

19 Váyanse a las cuevas de las rocas
    y a los hoyos en la tierra,
lejos de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
Cuando se levanta,
    hace temblar la tierra.
20 Será el momento en que la humanidad
    tomará sus ídolos de plata y oro que hizo para adorar,
y los echará lejos,
    a las ratas y a los murciélagos.
21 La humanidad se meterá en las cuevas de las rocas
    y en los huecos de las peñas,
tratando de alejarse de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
    Eso sucederá cuando él haga temblar la tierra.
22 Dejen de confiar en los seres humanos;
    su vida es muy corta y no valen nada.

Castigo para Jerusalén y Judá

¡Ojo! El Soberano SEÑOR Todopoderoso
    está a punto de quitarles todo a Jerusalén y a Judá:
    Los alimentos, el agua,
sus héroes, soldados,
    jueces, profetas, adivinos, ancianos líderes,
oficiales del ejército, altos funcionarios,
    consejeros, sabios y encantadores.

Yo les pondré como líderes a unos muchachos,
    y unos niños caprichosos los gobernarán.
La gente se oprimirá mutuamente,
    hasta entre conocidos se atacarán.
El joven no respetará al viejo
    y el despreciado será arrogante con el honorable.

Cualquiera agarrará a uno
    de su propia familia y le dirá:
«Por lo menos tienes con qué vestirte,
    sé nuestro jefe y gobierna estas ruinas».
Pero el otro le responderá:
    «Yo no tengo manera de solucionar esta situación,
en mi casa no hay alimento ni vestido.
    No acepto que me pongan de gobernante del pueblo».
La ciudad de Jerusalén tropezó,
    Judá cayó y se hirió,
porque lo que dicen y hacen está en contra del SEÑOR.
    Se rebelan contra la gloria de Dios
y presumen de sus pecados,
    como pasaba en Sodoma, no los ocultan.
Su pecado se les nota en la cara;
    no lo disimulan.
¡Pobres de ellos!
    Se han traído el mal a ellos mismos.

10 Afortunados los justos que a ellos sí les va a ir bien,
    porque recibirán la recompensa por su honestidad.
11 Pero, ¡pobre del perverso!
    Será todo un desastre.
Lo que ellos les hicieron a los demás,
    ahora se lo harán a ellos.

12 Unos niños oprimen a mi pueblo,
    y mujeres lo gobiernan.
Pueblo mío, tus líderes te extravían
    y te llevan por malos caminos.
13 El SEÑOR se levanta para denunciar a las naciones
    y juzgar a los pueblos.
14 El SEÑOR entabla un juicio
    contra los ancianos líderes
    y contra los gobernantes de su pueblo:
«Ustedes han consumido la viña
    y se han llevado para su casa las posesiones del pobre.
15 ¿Por qué le hacen daño a mi pueblo
    y pisotean a los pobres?»
Todo esto es lo que dice el Señor DIOS Todopoderoso.

Castigo para las mujeres arrogantes

16 El SEÑOR dice: «Las hijas de Sion se han vuelto arrogantes,
andan con la cabeza en alto,
    miran con desprecio,
caminan a pasito rápido y corto,
    y hacen sonar brazaletes en los pies.
17 Por eso el Señor cubrirá con sarna las cabezas de las hijas de Sion;
    el SEÑOR hará que todas ellas quedarán calvas».

18 Ese día, el Señor les quitará todas las joyas: hebillas, diademas, broches, 19 pendientes, pulseras, velos, 20 pañoletas, cadenillas de los pies, cinturones, frasquitos de perfume, amuletos, 21 anillos, argollas para la nariz, 22 ropa elegante, capas, chales, carteras, 23 espejos, telas finas, turbantes y mantillas.

24 En lugar de perfume, habrá mal olor;
    en lugar del fino cinturón, un cordel.
En lugar del peinado elegante, una cabeza calva.
    En lugar del vestido lujoso, ropa burda de luto.
    En lugar de belleza, humillación.
25 Tus hombres serán muertos a espada,
    y tus guerreros morirán en batalla.
26 Habrá llanto y tristeza a las puertas de la ciudad,
    la cual estará como una mujer abandonada, sentada en el suelo.
Ese día, siete mujeres se aferrarán
    a un hombre y le dirán:
«Nosotras conseguiremos nuestro alimento y vestido,
    sólo déjanos llevar tu nombre.
Líbranos de la vergüenza de ser mujeres solas».

Promesa de un futuro mejor y feliz

Ese día, el SEÑOR hará retoñar la nación,
    será algo hermoso y glorioso.
La cosecha de la tierra restaurará
    el orgullo y el honor de los sobrevivientes de Israel.
Los que se fueron de Sion
    y los que permanecieron en Jerusalén,
todos los que se cuenten entre los que viven en Jerusalén,
    serán llamados «santos».
Cuando el Señor haya lavado
    la impureza de las hijas de Sion[d]
y con espíritu de juicio y fuego
    limpie la sangre derramada Jerusalén;
el SEÑOR creará una nube de humo durante el día
    y un esplendor de fuego brillante durante la noche.
Estarán sobre todo el monte Sion
    y sobre la asamblea reunida.
Por encima de todos habrá una carpa
    que los protegerá del calor durante el día,
y que les servirá de refugio y cobijo
    ante las tormentas y la lluvia.

Canción dedicada al viñedo

Voy a cantar ahora una canción
    dedicada a mi amigo, el novio.
    Una canción que habla de su viñedo, o sea, de su novia.
Mi amigo tenía un viñedo
    en una ladera protegida de olivos.
Preparó el terreno, lo limpió de piedras
    y sembró las mejores cepas.
Construyó una torre de vigilancia en medio del terreno;
    cavó un lugar para hacer el vino.
Él esperaba que produjera uvas buenas,
    pero produjo uvas de mal olor.

Ahora, habitantes de Jerusalén y gente de Judá,
    juzguen este asunto entre mi viñedo y yo.
¿Qué más se podía haber hecho por mi viñedo
    que yo no haya hecho ya?
Si yo esperaba que produjera uvas buenas,
    ¿por qué produjo uvas de mal olor?

Yo les voy a contar
    lo que haré con mi viñedo:
Derribaré su cerca para que lo destruyan;
    destruiré su muro para que lo pisoteen.
Acabaré con él,
    no se podará ni arreglará.
Crecerán allí los espinos y la maleza.
    Ordenaré que las nubes no le den lluvia.

La nación de Israel es el viñedo del SEÑOR Todopoderoso.
    La gente de Judá es su sembrado preferido.
Él esperaba juicios justos,
    pero sólo encontró derramamiento de sangre.
Esperaba justicia,
    pero sólo encontró gritos de angustia.

Castigo para los explotadores

Qué mal les va a ir a los que van acumulando casas
    y más casas, terrenos y más terrenos,
hasta que te dejan en la calle,
    al aire libre.
El SEÑOR Todopoderoso me dijo al oído:
    «Muchas casas van a ser destruidas;
    casas grandes y hermosas quedarán desocupadas.
10 Tres hectáreas[e] de viña sólo producirán un barril[f] de vino,
    y diez costales[g] de semilla producirán tan sólo un canasto[h] de trigo».

11 Qué mal les va a ir a los que se levantan
    en la mañana tras un trago
y se quedan hasta tarde
    embriagándose con vino.
12 En sus fiestas hay liras,
    arpas, tambores, flautas y vino.
Pero no prestan atención a lo que el SEÑOR ha hecho
    ni a la obra de sus manos.

13 Por tanto, mi pueblo será hecho prisionero y desterrado
    porque no reconoció mi autoridad.
La gente importante padecerá de hambre,
    y los del montón padecerán de sed.
14 Por eso el sepulcro ensancha su garganta
    y abre la boca en forma desmesurada
para recibir en plena fiesta a todos los que se la pasan
    en parrandas y diversiones destructivas.
15 Así es humillado el ser humano,
    se baja al hombre de su nube
    y se le hace cambiar su actitud arrogante.
16 De esta manera el SEÑOR Todopoderoso recibe honor por juzgar rectamente.
    El Dios santo será reconocido santo porque actúa con justicia.
17 Los corderos se alimentarán como si estuvieran en sus propios campos,
    y las cabritas pastarán entre las ruinas de los ricos.

18 Qué mal les irá a los que arrastran la maldad con cuerdas engañosas,
    y el pecado con cuerdas de carreta.
19 Ellos dicen: «Que el SEÑOR se apure,
    que haga su obra rápido,
    para que veamos qué es lo que hace.
Que el plan del Santo de Israel se cumpla pronto
    para que podamos conocerlo».

20 Qué mal les irá a los que a lo malo llaman bueno
    y a lo bueno llaman malo.
Los que tienen por luz la oscuridad
    y por oscuridad la luz.
Los que dicen que lo amargo es dulce
    y que lo dulce es amargo.

21 Qué mal les irá a los que se creen sabios,
    los que piensan que son muy inteligentes.
22 Qué mal les irá a los que son unos campeones
    para tomar vino y muy valientes para servir cerveza.
23 A los que reciben soborno para dejar en libertad al culpable
    y se niegan a hacer justicia al inocente.
24 Por eso, su raíz se pudrirá
    y su flor se hará polvo como el fuego quema la paja
    y las llamas destruyen las hojas secas.
Eso les sucederá porque rechazaron la enseñanza[i] del SEÑOR
    y despreciaron el mensaje del Santo de Israel.
25 Por eso el SEÑOR se enfureció con su pueblo
    y levantó su mano para castigarlos.
Las montañas temblaron
    y los cadáveres quedaron regados en las calles como basura.
Aun así no disminuyó su ira
    y su brazo sigue levantado.

26 Él le hace señas a una nación lejana,
    con silbidos los llama desde lo más remoto de la tierra.
Miren, lo rápido que vienen,
    llegan en un abrir y cerrar de ojos.
27 Ninguno se cansa ni desfallece;
    no se duermen, ni siquiera les da sueño.
No se les desabrochan los cinturones,
    ni se les rompen los cordones de las sandalias.
28 Sus flechas son bien puntiagudas
    y sus arcos ya están tensos.
Los cascos de sus caballos parecen fuertes piedras brillantes
    y las ruedas de sus carros de combate giran como remolino.
29 Rugen como un león,
    como leones jóvenes que gruñen,
apresan sus víctimas y se las llevan
    sin que nadie pueda rescatarlas.
30 Ese día, esa nación rugirá contra Israel
    como rugido del mar.
Quien mire el país verá oscuridad y dolor.
    Estará tan nublado que la luz se volverá oscuridad.

Llamamiento de Isaías

El año en que murió el rey Uzías, vi al SEÑOR sentado en un trono muy alto. Los bordes de su manto llenaban el templo. Sobre él se veían ángeles serafines[j], con seis alas cada uno. Con dos alas se cubrían el rostro, con otras dos se cubrían los pies y con las otras dos volaban. Ellos se decían el uno al otro:

«Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso.
    Su gloria llena toda la tierra».

El umbral de las puertas se estremecía debido al sonido de las voces y todo el templo se llenó de humo. Entonces yo exclamé: «¡Pobre de mí! Ya me doy por muerto porque mis labios son impuros, vivo en medio de un pueblo de labios impuros y, sin embargo, he visto al Rey, al SEÑOR Todopoderoso». Entonces uno de los serafines voló hacia mí. Él tenía en su mano un carbón ardiente que había agarrado con unas tenazas de las brasas del altar. Tocó mis labios con él y dijo:

«Mira, esto ha tocado tus labios;
    se limpia tu culpa,
    se perdona tu pecado».

Y oí la voz del Señor que decía:

—¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?

Entonces yo dije:

—Aquí me tienes, envíame a mí.

Dijo entonces:

—Ve y dile a este pueblo:

“Por más que oigan, no entenderán;
    por más que miren, no captarán”.
10 Cierra la mente de este pueblo,
    tápales los oídos,
    ciérrales los ojos.
Si no fuera así, entenderían lo que ven
    y lo que oyen,
se volverían a mí
    y yo los sanaría.

11 Yo le pregunté:

—¿Hasta cuándo, Señor?

Él contestó:

—Hasta que las ciudades queden destruidas,
    y no haya gente viviendo en ellas.
Hasta que no haya gente viviendo en las casas
    y la tierra quede arrasada y desolada.
12 Hasta que el SEÑOR haya enviado a su pueblo bien lejos
    y el desierto se haya extendido.
13 Si llega a quedar en el país
    aunque sea una décima parte del pueblo,
    se quemará lo que queda.
Pero de la misma manera que queda un tocón cuando se tala el roble o la encina,
    así también ese tocón será la simiente santa que retoñará.

Problemas con Siria

Durante el reinado en Judá del rey Acaz, hijo de Jotán y nieto de Uzías, los reyes Rezín de Siria y Pecaj hijo de Remalías[k] de Israel, marcharon contra Jerusalén para atacarla, pero no pudieron tomar la ciudad. La familia de David[l] recibió el informe de que Siria se había aliado con Efraín, lo cual hizo que tanto Acaz como su pueblo se atemorizaran y temblaran de miedo, como los árboles de un bosque cuando los azota el viento.

Entonces el SEÑOR le dijo a Isaías: «Ve con tu hijo Sear Yasub[m] a entrevistarte con Acaz en el lugar donde termina el canal del estanque superior, en el camino que va al Campo del Lavandero, y dile: “Ten cuidado y no pierdas la calma. No tengas miedo ni te desanimes por causa de esos dos leños humeantes. No temas la furia de Rezín el sirio ni tampoco al hijo de Remalías. Siria junto con Efraín y el hijo de Remalías han hecho planes contra ti. Ellos han dicho: Ataquemos a Judá, que cunda el pánico, repartámosla entre nosotros y pongamos allí por rey al hijo de Tabel”. Pero el Señor DIOS dice:

»Ese plan no tendrá éxito,
    no podrá llevarse a cabo.
La cabeza de Siria es Damasco,
    la cabeza de Damasco es Rezín.
Dentro de 65 años
    Efraín será destruido
    y dejará de ser una nación.
La cabeza de Efraín es Samaria,
    la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías.
Si ustedes no se mantienen firmes en su fe,
    no podrán permanecer firmes en nada».

Emanuel, Dios con nosotros

10 El SEÑOR le dijo también a Acaz:

11 —Pídele al SEÑOR tu Dios una señal en lo profundo del lugar de los muertos o en las alturas de los cielos.

12 Pero Acaz dijo:

—Yo no le voy a pedir nada al SEÑOR, no lo voy a poner a prueba.

13 Entonces Isaías dijo:

—Escuchen, los de la familia de David: ¿No les basta con agotar la paciencia de los seres humanos? ¿Quieren ahora agotar también la paciencia de Dios? 14 Por tanto, el Señor les dará una señal:

»Miren, la joven quedará embarazada
    y dará a luz un hijo,[n]
    al que llamará Emanuel[o].
15 Se alimentará de cuajada con miel
    hasta que tenga uso de razón.
16 Y antes de que el niño tenga uso de razón,
    ya la tierra de esos dos reyes a los que tanto temes,
    quedará desolada.

17 »Pero el SEÑOR traerá un tiempo de angustia contra ti,
    contra tu pueblo y contra la familia de tu padre,
el cual no se ha visto desde que Efraín[p] se separó de Judá;
    traerá contra ti al rey de Asiria».

18 Ese día, el SEÑOR silbará llamando a la «Mosca»
    que está en los ríos lejanos de Egipto
    y a la «Abeja» que está en territorio de Asiria.
19 Todas ellas vendrán y se instalarán
    en las quebradas profundas,
    en las hendiduras de las rocas,
en todos los matorrales espinosos
    y en todos los sitios donde bebe el ganado.
20 Ese día, el Señor tomará de más allá del río Éufrates al rey de Asiria,
    como quien toma prestada una navaja,
y le afeitará a Israel la cabeza,
    la barba y el vello de los pies.[q]

21 Ese día, el que críe una ternera y dos cabras 22 tendrá suficiente leche como para poder comer leche cuajada. Todo el que sobreviva podrá comer cuajada y miel.

23 Ese día, en todo lugar donde hubo 1000 viñedos que costaban 1000 monedas[r] de plata cada uno, sólo quedarán matorrales y espinos. 24 Sólo se podrá entrar allí de cacería, con arco y flechas, porque todo el país estará cubierto de matorrales y espinos. 25 Ya no se podrá ir a los montes a donde la gente iba a cultivar con azadón, porque estarán llenos de matorrales y espinos; se usarán para dejar suelto el ganado y para que corran las ovejas.

La llegada de Asiria

Me dijo el SEÑOR: «Toma una tablilla grande[s] y un estilete[t] ordinario, y escribe “Para Maher Salal Jasbaz[u]”». Entonces yo les pedí al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías que me sirvieran de testigos dignos de confianza.

Luego tuve relaciones con la profetisa, ella quedó embarazada y tuvo un niño. Entonces el SEÑOR me dijo: «Ponle por nombre Maher Salal Jasbaz porque antes de que el niño aprenda a decir papá y mamá, todas las riquezas de Damasco[v] y de Samaria serán llevadas al rey de Asiria».

El SEÑOR volvió a hablarme y me dijo:

«Como este pueblo rechaza
    la corriente mansa de Siloé[w]
y se complace en Rezín
    y en el hijo de Remalías,
entonces yo les voy a mandar
    una tremenda inundación desde el río Éufrates.
Es el rey de Asiria con todo su poder;
    rebasará todos los canales
    y se desbordará por todas las orillas.
Llegará hasta Judá, la inundará
    y la cubrirá hasta el cuello.
Sus alas extendidas
    cubrirán completamente tu tierra, Emanuel[x]».

Reúnanse juntas, naciones de la tierra,
    oigan y aterrorícense todas las tierras lejanas.
Prepárense para la batalla,
    pero serán derrotadas.
Prepárense para la batalla,
    pero acabarán con ustedes.
10 Hagan sus planes,
    pero fracasarán.
Den sus órdenes,
    pero todo será inútil,
    porque Dios está con nosotros.

Es a Dios al que hay que temer

11 El SEÑOR me habló y me advirtió que no siguiera el camino de ese pueblo. Él me dijo:

12 «No llamen conspiración
    a todo lo que esta gente le dice conspiración.
No tengan miedo de todo lo que ellos tienen miedo;
    no teman.
13 Sólo al SEÑOR Todopoderoso
    es a quien ustedes deben considerar santo,
sólo a él es a quien hay que honrar,
    sólo a él es a quien hay que temer
14     y él será su lugar de refugio.
Pero para los dos reinos de Israel,
    él será una piedra de tropiezo
    y una roca que los hace caer.
Para los habitantes de Jerusalén,
    él será un lazo y una trampa.
15 Muchos de ellos tropezarán,
    caerán y serán destrozados.
Quedarán atrapados
    en las trampas puestas para ellos.
16 Guarda bien el testimonio,
    sella la enseñanza entre mis seguidores».

17 Yo esperaré en el SEÑOR,
    que está escondiendo su rostro del pueblo de Jacob.
    Tengo puestas mis esperanzas en él.
18 Miren, aquí estoy yo con los hijos
    que me ha dado el SEÑOR.
Somos señales y símbolos para Israel,
    de parte del SEÑOR Todopoderoso que vive en el monte Sion.
19 Cuando la gente les diga:
«Busquemos ayuda en los médiums y adivinos
    que hacen chirridos y baratos como de pájaros.
¿Es que acaso no debe un pueblo consultar a sus dioses
    y pedir a los muertos en favor de los vivos?»
20 Vayan entonces a la enseñanza y al testimonio,[y]
    y si lo que dicen los médiums y los adivinos
no concuerda con la enseñanza y el testimonio,
    ciertamente para ellos no habrá amanecer.

21 La gente irá por el país afligida y hambrienta.
    Por la furia y el hambre mirarán hacia el cielo
    y maldecirán a su rey y a su Dios.
22 Luego mirarán a la tierra
    y sólo verán angustia y oscuridad,
    y serán arrojados a las tinieblas.

Nacimiento del Príncipe de Paz

Sin embargo, no habrá más tinieblas para los que sufrieron tal angustia.

Así como en el pasado, las tierras de Zabulón y Neftalí sufrieron gran humillación, en el futuro recibirán gran honor. Galilea, tierra de gente extranjera, por el camino del mar, al otro lado del Jordán.

La gente que caminaba en la oscuridad
    ha visto una gran luz.
Ha brillado una luz
    para los que vivían en una tierra oscura.
Tú has hecho crecer nuestra nación,
    has aumentado la alegría del pueblo.
Ellos muestran su alegría ante ti,
    como cuando recogen la cosecha,
    como cuando se reparten el botín.
Es porque tú has roto el yugo que los tenía cautivos,
    la barra sobre sus hombros
    y la vara del opresor.
Hiciste como en la época
    en que derrotaste a Madián.[z]
Toda bota militar que marchaba para la batalla,
    y todo uniforme empapado de sangre,
    será devorado por las llamas.

Porque nos ha nacido un niño,
    se nos ha dado un hijo.
Sobre sus hombros descansa la autoridad
    y se le han puesto estos nombres:
Hacedor de grandes planes,
    Dios invencible, Padre eterno,
    Príncipe que trae la paz.
La grandeza de su autoridad y paz
    no tendrá fin.
Reinará en el trono
    y en el reino de David.
Lo establecerá y sostendrá
    con la justicia y el derecho
    desde ahora y para siempre.
Todo esto será posible,
    debido al amor intenso del SEÑOR Todopoderoso.

Castigo para Israel

El Señor mandó un mensaje contra Jacob
    y le cayó a Israel.
El pueblo lo supo,
    los de Efraín y el que reinaba en Samaria,
    esos que con tanta arrogancia dicen:
10 «Si se caen los ladrillos,
    reconstruiremos con piedras talladas.
Si cortan las vigas de higuera,
    las reemplazaremos con vigas de cedro».
11 El SEÑOR ya tiene listos a los opresores de Rezín
    e incitará a sus enemigos.
12 Siria por el oriente y los filisteos por el occidente,
    los que se tragaron a Israel de un solo bocado.
Pero ni aun así se calma su ira,
    su mano sigue levantada.

13 Sin embargo, el pueblo no se volvió al que lo castigó;
    no buscaron al SEÑOR Todopoderoso.
14 Entonces el SEÑOR le cortará a Israel
    la cabeza y la cola, la palma y los juncos en un mismo día.
15 Los ancianos líderes y la gente importante son la cabeza.
    Los profetas, maestros de mentira, son la cola.
16 Los dirigentes del pueblo lo extraviaban,
    confundían a sus seguidores.
17 Debido a todo esto el Señor no perdonará[aa] a los jóvenes,
    ni tendrá compasión de los huérfanos ni de las viudas.
Al pueblo entero le falta temor de Dios y son perversos;
    se la pasan hablando tonterías.
Pero ni aun así se calma la ira del Señor,
    su mano sigue levantada.

18 Ciertamente la maldad arde como un fuego,
    consume matorrales y espinos.
Incendia los árboles del bosque
    y los lanza en un torbellino de humo.
19 La ira del SEÑOR Todopoderoso
    hará incendiar el país.
La gente servirá como combustible,
    ninguno se apiadará del otro.
20 La gente comerá de un lado
    y seguirá con hambre;
comerá del otro y no quedará satisfecha.
    ¡Se devorará hasta a sus propios hijos!
21 Manasés acabó con Efraín,
    Efraín con Manasés,
    y los dos se volvieron contra Judá.

Pero ni aun así se calma la ira del Señor,
    su mano sigue levantada.

Injusticia de los dirigentes

10 Pobre de aquellos que dictan leyes injustas
    y emiten decretos para oprimir al pueblo.
No dejan que la justicia alcance a los pobres
    y violan los derechos de los necesitados de entre mi pueblo.
Estafan a las viudas
    y saquean a los huérfanos.
¿Qué harán ustedes el día del castigo
    y cuando llegue de lejos el desastre?
¿A quién van a acudir por ayuda
    y en dónde van a dejar su riqueza?
No podrán más que humillarse entre los prisioneros
    o morir en la masacre.
Pero ni aun así se calma la ira del SEÑOR,
    su mano sigue levantada.

Asiria, instrumento de castigo de Dios

«Pobre de Asiria, la vara con que yo castigo;
    la uso para castigar a los que me han hecho enojar.
Yo la envío contra una nación que no tiene temor de Dios.
    Le he ordenado hacerle la guerra a un pueblo que me ha hecho enojar,
para que saqueen su riqueza
    y lo pisoteen como barro en las calles.
Pero Asiria ni se imagina esto
    ni lo ha planeado.
Todo lo que quiere es destruir
    y exterminar a muchas naciones.
Porque Asiria dirá:
    “¿No son mis subalternos todos los reyes?
¿No es Calnó como Carquemis?
    ¿No es Jamat como Arfad[ab]?
    ¿No es Samaria como Damasco?
10 Así como me apoderé de los reinos
    con sus ídolos e imágenes superiores a las de Jerusalén y Samaria,
11 ¿no voy a ser capaz de hacer con Jerusalén y sus estatuas
    lo mismo que hice con Samaria y sus ídolos?”»

12 Cuando el SEÑOR haya llevado a cabo lo que se propuso hacer contra el monte Sion y Jerusalén, él castigará luego la presunción y la arrogancia del rey de Asiria y el orgullo de su mirada. 13 Porque ese rey dice:

«Yo he hecho esto porque soy poderoso,
    sabio e inteligente.
He acabado con las fronteras de los pueblos
    y he saqueado sus riquezas.
Como un toro[ac] he embestido
    contra sus habitantes[ad].
14 Como el que mete la mano en un nido abandonado,
    me he apoderado de toda la tierra.
No hubo ni siquiera quién diera un aleteo
    o abriera el pico y chillara».
15 ¿Puede el hacha pretender ser mejor que el leñador?
    ¿Y la sierra más importante que el aserrador?
¡Como si el bastón pudiera controlar al que lo levanta
    o la vara al que es más pesado que la madera!

16 Por eso el Soberano SEÑOR Todopoderoso
    va a mandarles una plaga a sus imponentes guerreros.
En vez de darles honra,
    les va a mandar fuego consumidor como de llama ardiente.
17 La luz de Israel se convertirá en fuego
    y su Santo Dios en llama.
En un solo día, él consumirá y acabará
    con todos sus matorrales y espinos.
18 La gloria de su bosque y de su jardín
    serán completamente destruidas.
Quedará como un enfermo
    consumido por la enfermedad.
19 Serán tan pocos los árboles que quedarán en pie,
    que hasta un niñito podrá contarlos.
20 Ese día, los pocos que quedaron de Israel
    y los sobrevivientes de la familia de Jacob
no confiarán ya más en el que los abatió,
    sino que confiarán completamente en el SEÑOR, el Santo Dios de Israel.
21 Los que queden regresarán al Dios Todopoderoso,
    los pocos que quedaron de la familia de Jacob.
22 Porque aunque seas tan numeroso como la arena del mar,
    sólo unos pocos regresarán.
Dios ha determinado que el país sea destruido,
    se hará justicia de una manera abrumadora.
23 Porque el Señor DIOS Todopoderoso
    trae destrucción total sobre todo el país,
    tal como lo ha decidido.

24 Así que el Señor DIOS Todopoderoso dice esto:
«Pueblo mío que vives en Sion,
    no le temas a Asiria.
Puede que ella te golpee con su vara
    y alce su bastón contra ti
    como hizo con los egipcios,
25 pero ya pronto se terminará
    mi furia y mi castigo contra ti,
    y en mi ira los destruiré a ellos».
26 El SEÑOR Todopoderoso la castigará
    como cuando derrotó a Madián en la roca de Oreb.[ae]
Dios extenderá su bastón sobre el mar
    y lo usará como hizo contra Egipto.
27 Ese día se te quitará la carga que llevas en los hombros,
    y el yugo que te pusieron en el cuello será destruido.

Avance del enemigo

Sale el invasor de Rimón,[af]
28     el enemigo ha llegado a Ayat,
ha pasado por Migrón
    y guarda en Micmás sus suministros.
29 Ha cruzado el vado y dice:
    «Acampemos en Gueba».
Ramá se atemoriza al igual que Guibeá,[ag]
    de donde Saúl salió huyendo.
30 ¡Da gritos Bat Galín!
    ¡Óyelos, Lais!
    ¡Responde, Anatot!
31 Madmena se bate en retirada,
    los de Guebín buscan escondedero.
32 El enemigo se detendrá en Nob,
    extenderá amenazante el puño
    hacia el monte Sion,
    la colina de Jerusalén.
33 ¡Ojo! El Soberano SEÑOR Todopoderoso
    violentamente desgaja las ramas.
Los árboles más altos son cortados
    y los más elevados son derribados.
34 Corta con un hacha lo más denso del bosque
    y derriba el esplendoroso bosque del Líbano.

El retoño de Isaí

11 Del tronco de Isaí[ah] saldrá un retoño;
    de sus raíces, un renuevo.
El Espíritu del SEÑOR siempre estará con este nuevo Rey.
    Le dará un espíritu de sabiduría y entendimiento;
    lo guiará y le dará poder.
El Espíritu le permitirá conocer al SEÑOR;
    así le llenará de un respeto profundo por el SEÑOR.

Se deleitará mostrando respeto al SEÑOR.
    No juzgará según las apariencias,
    ni hará decisiones basado en rumores.
Sino que hará justicia a los pobres
    y decidirá honestamente a favor de los indefensos del país.
Sus órdenes serán como una vara de castigo para el violento,
    y sus palabras harán que mueran los perversos.
La justicia será su cinturón
    y la fidelidad el ceñidor de sus caderas.

El lobo vivirá con el cordero,
    y el leopardo descansará al lado del cabrito.
La ternera, el león y el becerrito vivirán juntos,
    y un niñito los cuidará.
La vaca pastará junto a la osa,
    y sus crías descansarán juntas.
    El león comerá pasto como el buey.
Un bebé jugará al lado del hueco de una cobra,
    y un recién nacido meterá la mano en el nido de una víbora.
No se harán daño ni se destrozarán en todo mi monte santo,
    porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR,
    así como las aguas cubren el mar.
10 Ese día la raíz de Isaí se levantará
    como una señal para los pueblos;
las naciones lo buscarán
    y el lugar donde él viva será glorioso.

Retorno de los desterrados

11 Ese día el Señor volverá a extender su mano
    para rescatar lo que queda de su pueblo,
en Asiria, Egipto, Patros,
    Cus, Elam, Sumeria, Jamat
    y en los países más lejanos.
12 Él levantará una señal a las naciones,
    y reunirá a los exiliados de Israel
y a los esparcidos de Judá,
    de todas partes del mundo.
13 Efraín dejará de tener envidia
    y Judá no tendrá más enemigos.
Efraín ya no tendrá envidia de Judá
    y Judá ya no le tendrá rencor a Efraín.
14 Juntos se lanzarán al occidente
    contra la retaguardia de los filisteos
y saquearán juntos a los pueblos del oriente,
    a Edom y a Moab;
    y también Amón se le someterá.
15 El SEÑOR secará el delta de Egipto
    y agitará su mano sobre el Éufrates
con un viento muy fuerte que lo dividirá en siete brazos,
    tanto, que la gente podrá cruzarlo con las sandalias puestas.
16 Así que habrá un camino para los pocos
    que quedaron de su pueblo en Asiria,
    como cuando Israel salió de Egipto.

Canción de agradecimiento

12 En ese momento tú dirás:
«Te agradezco, SEÑOR,
    porque aunque estuviste enojado conmigo,
tu enojo terminó
    y me has dado consuelo.
Dios es mi salvación,
    confiaré en él y no tendré miedo.
El Señor DIOS, es mi fuerza y canción;
    se ha convertido en mi salvación[ai]».

Ustedes sacarán agua con alegría
    de las fuentes de salvación.
Ese día ustedes dirán:
    «Den gracias al SEÑOR, alaben su nombre.
Anuncien entre los pueblos sus hechos.
    Den a conocer que él es grandioso.
Canten alabanzas al SEÑOR por sus grandes obras,
    que todo el mundo lo sepa.
Grita y canta de alegría, habitante de Sion
    porque es grande el Santo de Israel que está contigo».

Castigo para Babilonia

13 Esta es la profecía contra Babilonia que Isaías hijo de Amoz recibió en una visión:

En un monte desde donde se pueda ver bien,
    levanten la señal de combate.
¡Den la orden para que comience el ataque!
    Levanten la mano para que entren ya a las casas de la gente importante.
He dado órdenes a mi gente consagrada,
    he llamado a mis guerreros,
a los que están ansiosos por mi victoria,
    para que castiguen a los que me han hecho enojar.

Escuchen la algarabía que se oye en las montañas,
    como de una multitud.
Oigan el estruendo entre los reinos.
    Las naciones se han reunido.
El SEÑOR Todopoderoso está preparando
    un ejército para la batalla.
Viene un ejército de tierras lejanas.
    Desde más allá del horizonte,
viene furioso el SEÑOR,
    con armas malditas a destruir el país.

Lloren, porque el día del SEÑOR está cerca
    y llegará como destrucción de parte del Todopoderoso.
Por eso todos los brazos se debilitarán de miedo,
    todos perderán la valentía
    y se llenarán de angustia.
Serán presa del miedo,
    y sufrirán como una mujer que da a luz.
Aterrados, unos a otros
    se mirarán la cara roja de temor.

Fíjense, el día del SEÑOR vendrá;
    día cruel, de ira y enojo ardiente,
para convertir la tierra en desierto
    y destruir a los pecadores que hay en ella.
10 Pues las estrellas del cielo y las constelaciones
    no darán su luz.
El sol se oscurecerá tan pronto salga
    y la luna no dará su luz.

11 Yo castigaré a los malos del mundo
    y a los perversos por su pecado.
Acabaré con el orgullo del arrogante
    y humillaré la insolencia de los tiranos.
12 Voy a hacer que la gente escasee más que el oro
    y que haya menos hombres que el oro que hay en Ofir.
13 Por tanto, haré que los cielos se estremezcan
    y la tierra sea removida de su lugar
por causa de la ira del SEÑOR Todopoderoso
    en el día de su ardiente enojo.

14 Entonces como gacela perseguida
    y oveja sin pastor
todos volverán a su propio país,
    cada uno correrá a su tierra.
15 El que se quede en el país será apuñalado,
    al que lo atrapen lo matarán a espada.
16 Ante sus propios ojos estrellarán a sus bebés contra el suelo,
    saquearán sus casas y violarán a sus mujeres.

17 Incitaré a los medos[aj] para que los ataquen,
    son un pueblo al que no le importa la plata
    ni codicia el oro.
18 Con sus flechas derribarán a los jóvenes,
    no tendrán compasión de los bebés
    ni piedad de los niños.
19 Y Babilonia, el más hermoso de los reinos,
    gloria y orgullo de los caldeos,
quedará como cuando Dios destruyó
    a Sodoma y Gomorra.
20 Nadie volverá a vivir allí
    y nunca más volverá a ser habitada.
Los árabes no volverán a acampar allí,
    ni los pastores traerán allí sus ovejas a descansar.
21 Será un lugar poseído por los demonios del desierto.
    Las casas se llenarán de hienas.
La bruja lo habitará
    y allí bailarán machos cabríos[ak].
22 Aullarán las hienas en sus torres
    y los chacales en sus bellos palacios.
Ya está llegando a su fin
    y no se prolongará más su existencia.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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