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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Job 25-41

Bildad habla otra vez

25 Entonces Bildad de Súah respondió:

«La autoridad y el terror le pertenecen
    al que hace reinar la paz en sus alturas.
¿Acaso puede contarse el número de sus ejércitos?
    ¿Sobre quién no se irradia su luz?
¿Quién puede permanecer sin tacha ante él?
    ¿Qué ser humano puede decir que es puro?
Ante sus ojos ni la luna brilla;
    ni las estrellas son puras.
Mucho menos lo son los seres humanos, que son como gusanos.
    Un ser humano es un simple gusano».

Job responde

26 Entonces Job respondió:

«Qué buena ayuda le han dado ustedes al indefenso.
    Han rescatado al débil.
Qué buen consejo le han dado al ignorante.
    Ustedes derrochan sabiduría hasta por los codos.
¿Quién les ayudó a decir todo eso?
    ¿Qué espíritu les inspiró esas palabras?

»Se estremecen en las profundidades los espíritus de los muertos[a],
    los que habitan debajo de los mares.
Ante Dios, el lugar de los muertos está al descubierto.
    El lugar de destrucción[b] no puede ocultársele.
Él extiende el cielo[c] sobre espacio vacío;
    cuelga la tierra sobre nada.
Él encierra las aguas en nubes densas,
    y el peso de ellas no revienta la nube.
Nadie ve el trono de Dios;
    lo cubre una nube espesa y oscura.
10 Él trazó un círculo límite sobre la faz de las aguas,
    en la frontera entre la luz y la oscuridad.
11 Los pilares del cielo tiemblan
    cuando Dios los amenaza.
12 El poder de Dios hace que el mar se calme.
    Con su habilidad descuartizó a Rahab.
13 Un soplo de Dios hizo aclarar los cielos.
    Su mano descuartizó a la serpiente voladora.
14 Y esto es tan sólo una muestra de lo que Dios puede hacer.
    Sólo hemos oído una pequeña parte de lo que él hace.
    ¿Quién pudiera entender el trueno de su poder?»

27 Entonces Job continuó su intervención:

«Así como es cierto que Dios existe,
    es también cierto que él se niega a hacerme justicia.
    El Todopoderoso me amarga la vida.
Mientras siga vivo,
    y Dios me deje respirar,
no hablaré maldades,
    ni de mi boca saldrán mentiras.
Jamás me oirán decir que ustedes tienen razón;
    mantendré mi integridad hasta que muera.
Seguiré declarándome inocente todos los días de mi vida.
    Mientras viva, no haré nada digno de reproche.

»Que mi enemigo sea considerado como el que hace maldades.
    Que el que se pone en mi contra sea considerado como el perverso.
Porque, ¿qué esperanza le queda al que no tiene a Dios
    cuando Dios lo elimina,
    cuando le quita la vida?
¿Acaso Dios escucha su llamado
    cuando le sobreviene el dolor?
10 ¿Se deleitará él en el Todopoderoso?
    ¿Acudirá a Dios en toda ocasión?

11 »Les voy a enseñar a ustedes acerca del poder de Dios.
    No ocultaré los planes del Todopoderoso.
12 En realidad, todos ustedes han visto el poder de Dios.
    ¿Por qué entonces dicen ustedes cosas tan absurdas?»

Zofar habla

13 [d] «Este es el castigo que Dios planeó para el perverso.
    Es la herencia que el Todopoderoso tiene para los que aterrorizan.
14 Si llega a tener muchos hijos, los matarán a todos.
    Su descendencia no tendrá comida.
15 A los que le sobrevivan los matará la plaga.
    Sus viudas no los llorarán.
16 Acumula riqueza como polvo
    y ropa como arcilla,
17 pero lo hará para que el íntegro se vista con ella
    y para que el inocente se quede con sus riquezas.
18 Construyó su casa como una telaraña
    y como una garita que un guardia construiría.
19 Se irá a dormir siendo rico por última vez.
    Porque cuando abra sus ojos,
    sus riquezas habrán desaparecido.
20 El terror se apodera de él como una inundación.
    En la noche se lo llevará una tormenta.
21 El viento del oriente lo arranca
    y lo arrastra lejos de su casa.
22 Lo hace su blanco
    y lo golpea sin compasión.
23 Aplaude en su cara
    y lo rechifla desde su casa».

La sabiduría

28 Existen minas de donde se saca la plata,
    y lugares donde se refina el oro.
Se extrae el hierro de la tierra
    y se funde una piedra para hacerla cobre.
El minero lleva luces a la mina y busca mineral
    hasta en el último rincón, en profunda oscuridad.
Los mineros abren túneles lejos de donde vive la gente,
    donde nadie ha estado nunca.
Se sostienen con sogas, lejos de otros seres humanos.
    Se balancean en adelante y para abajo.
Tierra que produce alimento,
    pero debajo está revuelta por el fuego.
Allí hay rocas de zafiro
    y el polvo tiene oro.
Ni las aves de rapiña conocen el camino;
    ni el halcón lo ha visto.
Los animales más indómitos no han caminado por esos lugares.
    El león no ha pasado por ahí.
El minero excava las duras rocas,
    voltea montañas enteras.
10 Hace túneles a través de las rocas
    y encuentra toda clase de piedras preciosas.
11 Hace represas en las fuentes de los ríos
    y saca a la luz cosas que estaban escondidas.

12 Y en cuanto a la sabiduría, ¿dónde encontrarla?
    ¿Dónde está la sede de la inteligencia?
13 El hombre ignora el camino que lleva hacia ella;
    no se encuentra en este mundo.
14 Las profundidades del océano dicen: «Aquí no está la sabiduría».
    El mar dice: «No está conmigo».
15 No se puede dar oro fino a cambio de ella;
    con ninguna plata se puede comprar.
16 No puedes cambiarla por oro de Ofir[e],
    ni por ónice ni por zafiros.
17 Vale más que el oro o el vidrio[f].
    No se puede dar a cambio de objetos de oro fino.
18 Ni para qué mencionar el coral y el jaspe.
    La sabiduría es más valiosa que los rubíes.
19 El topacio de Etiopía no vale nada comparado con la sabiduría.
    No se puede comerciar con ella a cambio de oro puro.

20 Entonces, ¿de dónde viene la sabiduría?
    ¿Dónde está la sede de la inteligencia?
21 Se oculta de los ojos de todo ser vivo.
    Se les escabulle a las aves del cielo.
22 El Abadón[g] y la muerte dicen:
    «Sólo hemos oído hablar de ella».
23 Dios entiende su camino
    y sabe dónde está.
24 Porque él mira los confines de la tierra;
    ve todo lo que sucede bajo el cielo.
25 En una ocasión él determinó el peso del viento,
    y luego decidió la cantidad de las aguas.
26 Después reglamentó la lluvia
    y el curso de la tormenta y los truenos.
27 Luego vio la sabiduría y le dio valor.
    Él la aprobó e incluso la escudriñó.
28 Así que le dijo a la humanidad:
«Respetar al Señor, eso es sabiduría.
    Apartarse del mal, eso es inteligencia».

Job habla

29 Entonces Job empezó de nuevo su argumento:

«Cómo extraño los meses que ya pasaron;
    los tiempos en que Dios cuidaba de mí;
cuando su luz brillaba sobre mí,
    yo caminaba en la oscuridad guiado por ella.
Estaba yo en mi mejor edad;
    cuando mi amistad con Dios protegía mi hogar.

»Todavía el Todopoderoso estaba conmigo;
    al lado mío estaban mis muchachos.
Me lavaba los pies con leche
    y las rocas destilaban aceite de oliva para mí.
Yo iba a la puerta de la ciudad,
    ocupaba mi asiento en la plaza.
Los jóvenes me veían y se retiraban;
    los viejos se levantaban y permanecían de pie.
Los jefes guardaban silencio
    y se tapaban la boca.
10 Hasta los dignatarios más importantes se callaban
    y no pronunciaban palabra.
11 Les parecía bien lo que yo decía
    y aprobaban todo lo que yo hacía.
12 Porque cuando un pobre pedía ayuda, yo lo ayudaba;
    y también al huérfano que no tenía quién le ayudara.
13 El desamparado me bendecía.
    Mi ayuda hacía que la viuda cantara de alegría.
14 Mi ropa era la honestidad y me vestía con ella.
    La justicia era mi turbante.
15 Yo era ojos para el ciego
    y pies para el inválido.
16 Yo era como un padre para los necesitados.
    Cuando eran desconocidos,
    investigaba bien su caso antes de meterme.
17 Le rompía los dientes al perverso
    y le quitaba su presa de entre los dientes.

18 »Pensaba: “Voy a morir rodeado de mi familia,
    y mis días serán tan numerosos como los granos de arena.
19 Soy como un árbol sembrado junto al agua,
    el rocío humedece mis ramas.
20 Mis fuerzas se renuevan constantemente
    y siento el arco como nuevo en mis manos”.

21 »Antes, la gente me escuchaba atentamente.
    Guardaban silencio mientras esperaban mi consejo.
22 Cuando yo terminaba de hablar, la gente que me escuchaba no tenía nada que decir.
    Mis palabras llenaban sus oídos.
23 La gente esperaba que yo hablara, tal como se espera que llegue la lluvia.
    Abrían su boca como lluvia de primavera.
24 Si yo les sonreía, no podían creerlo;
    cuando veían mi rostro sonriente, se alegraban.
25 Yo les indicaba el camino
    y me colocaba a la cabeza.
Establecía mi carpa como un rey entre sus tropas;
    como el que consuela a los que sufren.
30 »Pero ahora, gente más joven que yo se burla de mí;
    A los padres de ellos yo no los consideraba dignos de estar
    ni entre los perros de mis rebaños.
La fuerza de sus manos no me servía para nada.
    No tenían fuerza alguna.
Vivían en la pobreza, muertos de hambre.
    Roían raíces secas, en la noche desolada y desierta.
Arrancaban plantas enteras de malva
    y se comían la raíz de la retama.
Han sido expulsados de la comunidad,
    la gente grita tras ellos como si fueran ladrones.
Viven en el curso de quebradas secas,
    en cuevas y huecos en el suelo.
Rebuznan entre los matorrales
    y se amontonan bajo la maleza.
Son un montón de inútiles, gente que no vale nada,
    obligados a salir del país a latigazos.

»Pero ahora resulta que sus hijos
    se burlan y hacen chistes a costa mía.
10 Me detestan, se apartan de mí
    y no vacilan en escupirme a la cara.
11 Es que Dios me ha desarmado;
    me ha humillado.
    Ellos no se refrenan en mi presencia.
12 En montón me atacan por la derecha;
    me ponen zancadillas
    y preparan la forma de acabar conmigo.
13 Arruinaron mi vida;
    han logrado destruirme.
    Yo no tengo a nadie que me ayude a enfrentarlos.
14 Avanzan como a través de una gran brecha.
    Se lanzan contra mí en forma arrolladora.
15 Estoy temblando de miedo.
    Mi dignidad se fue como el viento
    y mi prosperidad como una nube.

16 »Ahora se me va la vida.
    Días de aflicción se han apoderado de mí.
17 Las noches me atraviesan todos los huesos;
    no cesan mis dolores.
18 Dios me agarró fuertemente de la ropa
    y con violencia me tomó del cuello de mi túnica.
19 Dios me tira al barro
    y me ha convertido en polvo y cenizas.

20 »Te pido ayuda a gritos, pero no me respondes.
    Me levanto, pero no me prestas atención.
21 Te has vuelto cruel conmigo.
    Usas tu poder para hacerme daño.
22 Con un fuerte viento me levantas y me arrastras lejos.
    Me sacudes con la tempestad.
23 Sé que me llevarás a la muerte,
    al lugar donde estaremos todos los que ahora vivimos.

24 »Con toda seguridad que nadie atacará al que ya está acabado
    si pide auxilio en el momento de la destrucción.
25 ¿Acaso no he llorado con el que pasaba por malos momentos?
    ¿No he tenido compasión del pobre?
26 Porque yo esperaba el bien,
    pero me ha llegado el mal.
Esperaba la luz,
    pero todo se me ha oscurecido.
27 Todo mi interior está agitado y sigue así.
    Me ha llegado la época de sufrimiento.
28 Estoy tostado y no por el sol.
    Me levanto en medio de gente reunida y grito pidiendo auxilio.
29 Me he convertido en hermano de los chacales
    y amigo de los búhos.
30 Mi piel se está achicharrando
    y mi cuerpo arde[h] de fiebre.
31 Mi alegría se ha convertido en tristeza;
    mi felicidad en lamentos.
31 »Hice un pacto solemne con mis ojos:
    no mirar con deseo a una muchacha.
¿Y qué es lo que Dios le da a uno?
    ¿Qué le toca de herencia desde el cielo?
¿Acaso la ruina no está destinada para el malo?
    ¿No es el desastre para el perverso?
¿No está viendo Dios lo que yo hago?
    ¿No está al tanto de todos mis movimientos?

»Si yo he actuado deshonestamente
    o me he apresurado a engañar a alguien,
que me pese Dios en la balanza de la justicia
    y comprobará que soy inocente.
Si yo me he extraviado,
    si mis ojos me han hecho pecar
    o si me he dejado llevar por la codicia,
que siembre yo y otro coma,
    que sean arrancadas mis cosechas.

»Si he sido seducido por una mujer
    o he esperado a que mi vecino salga para pecar con su mujer,
10 entonces que mi esposa cocine para otro hombre,
    y que otros hombres se acuesten con ella.
11 Si yo fuera seducido,
    sería una vergüenza.
Pero si me acostara con la mujer de otro,
    sería un crimen digno de castigo.
12 Porque tal maldad es un fuego que todo consume.
    Destruiría de raíz toda mi producción.

13 »Si rehusé impartir justicia a mis esclavos y a mis esclavas
    cuando traían alguna queja de mí,
14 ¿qué haré entonces cuando deba enfrentar a Dios?
    ¿Con qué le salgo a Dios cuando me pida explicaciones?
15 El mismo Dios que me creó a mí en el vientre de mi madre,
    los creó a ellos;
    a todos nos dio la vida desde antes de nacer.

16 »Nunca me he negado a ayudar a los pobres
    ni he dejado que las viudas pasen hambre.
17 Nunca he sido egoísta con mi comida,
    siempre la he compartido con los huérfanos.
18 Incluso desde que era joven, he sido como un papá para ellos.
    Toda mi vida he cuidado de las viudas.
19 Cuando he visto sufriendo a quien no tenía ropa
    o al necesitado que no tenía con qué cubrirse,
20     siempre le di vestido,
y usé la lana de mis propias ovejas para cobijarlo.
    Y él me bendijo de todo corazón.
21 Nunca maltraté a un huérfano
    aprovechándome de mi influencia en el tribunal[i].
22 Si hice alguna de esas cosas,
    que mi brazo sea arrancado de su lugar
    y se desprenda del hombro.
23 Porque lo que más temo es el castigo de Dios.
    Ante su grandeza no puedo sostenerme.

24 »Nunca he confiado en las riquezas,
    ni le he dicho al oro: “En ti he depositado toda mi confianza”.
25 Nunca presumí de mis riquezas
    ni de todo lo que poseía.
26 Observé el bello esplendor del sol
    y a la luna moviéndose radiante,
27 pero no a tal grado que mi mente
    me hiciera adorarlos.
28 Eso sí sería un crimen digno de castigo
    porque le hubiera fallado al Dios del cielo.
29 Nunca me alegré de la ruina de mis enemigos
    ni me burlé de sus sufrimientos.
30 Jamás me permití hablar mal de mis enemigos
    ni desearles la muerte.
31 La gente de mi casa decía: “No hay nadie que haya quedado insatisfecho
    con la carne que Job le ha dado”.
32 El que ha llegado de otra parte no tuvo que dormir en la calle;
    yo abría mis puertas al viajero.
33 Nunca he tratado de ocultar mi pecado
    como hace la gente.
Tampoco he mantenido mis faltas en secreto,
34     por temor a una gran multitud
o por miedo a lo que mis familiares pudieran decir,
    y me tocara guardar silencio y no salir de mi carpa.

35 »¿Quién hiciera posible que alguien me escuchara?
    Aquí está mi defensa,
que el Todopoderoso me responda.
    Que mi oponente escriba en un documento sus acusaciones.
36 Entonces yo me pondría ese documento en la espalda;
    lo colocaría en mi cabeza como una corona.
37 Yo le informaría de todo lo que he hecho;
    me acercaría a él como a un príncipe.

38 »Mi tierra no grita en contra mía
    y sus surcos no lloran a una voz.
39 No he comido de sus frutos sin pagarlos,
    ni he afligido a sus dueños.
40 Si alguna vez hice alguna de esas maldades,
    entonces que las espinas y la maleza crezcan en mis campos».

Aquí finaliza lo dicho por Job.

Eliú interviene

32 Entonces los tres amigos de Job dejaron de discutir con él porque se consideraba a sí mismo inocente. Pero Eliú hijo de Baraquel el buzita, de la familia de Ram, estaba muy enojado con Job porque Job se consideraba a sí mismo más justo que Dios. Eliú también estaba enojado con los tres amigos de Job porque acusaban a Job de culpable pero no podían contradecir sus argumentos. Eliú había tenido que esperar a intervenir para responder a Job porque los amigos de Job eran de mayor edad que Eliú. Pero cuando vio que los tres amigos de Job no tenían nada más que decir, entonces Eliú hijo de Baraquel respondió:

«Yo soy joven y ustedes viejos, por eso vacilé
    y tuve temor de expresar mi opinión.
Yo me dije: “Que hablen los mayores
    y que los de avanzada edad enseñen su sabiduría”.
Pero es el espíritu de Dios el que da sabiduría al ser humano;
    y el aliento del Todopoderoso hace que la gente entienda.
El anciano no es el único que es sabio,
    ni los viejos los únicos que pueden impartir justicia.

10 »Así que he dicho: “Escúchenme,
    yo también voy a expresar mis conocimientos”.
11 Esperé pacientemente a que ustedes hablaran.
    Escuché sus razonamientos y sus argumentos.
12 Escuché con cuidado lo que ustedes dijeron,
    y a decir verdad, ninguno de ustedes refutó a Job.
    No hubo ninguno entre ustedes que le contestara sus argumentos.
13 No vayan a salir con que “hemos hallado la sabiduría,
    que lo refute Dios, no los hombres”.
14 Job no me habló a mí,
    y yo no le voy a responder con los argumentos que ustedes tres han usado.

15 »Se han dado por vencidos;
    no van a responder una vez más;
    no tienen nada más que decir.
16 He esperado hasta que dejaran de hablar;
    hasta que terminaron y no volvieron a tomar la palabra.
17 Yo también haré mi intervención,
    yo también voy a expresar mis conocimientos.
18 Es que tengo tanto que decir,
    dentro de mí, el espíritu me incita a hablar.
19 Mi interior es como vino sin escape,
    como cueros de vino nuevos a punto de explotar.
20 Así que déjenme hablar para que me pueda desahogar.
    Déjenme abrir la boca para dar una respuesta.
21 Voy a ser imparcial con todos
    y no voy a inclinarme a favor de ninguno.
22 No soy experto en adular,
    pues mi Creador me castigaría.

33 »Pero ahora, Job, escucha mis argumentos
    y presta atención a mis palabras.
En verdad voy a abrir mi boca
    y me expresaré claramente.
Hablo con honestidad
    y soy sincero en lo que digo.
El Espíritu de Dios me creó
    y el aliento del Todopoderoso me dio vida.
Respóndeme si puedes
    y prepárate para enfrentarme.
Ante Dios, los dos somos iguales.
    Yo también fui sacado del barro.
Ciertamente no hay razón para que me temas;
    el peso de mi mano no te abrumará.

»Pero yo escuché lo que dijiste,
    oí tu argumentación.
Dijiste: “Soy puro e inocente;
    estoy limpio, libre de culpa.
10 Pero así y todo, él encuentra razones para atacarme.
    Me trata como a un enemigo.
11 Pone mis pies en el cepo,
    vigila todos mis pasos”.

12 »En verdad, tú estás equivocado;
    porque Dios es más grande que el ser humano.
13 ¿Por qué entablas juicio contra él
    quejándote de que no responde a tus acusaciones?
14 Pues Dios habla de una manera y de otra,
    aunque no nos demos cuenta.
15 Dios le habla a la gente en sueños,
    en visiones nocturnas,
cuando están en sueño profundo,
    dormidos en su lecho.
16 En esos momentos habla con los seres humanos.
    Cuando los corrige, ellos se atemorizan.
17 Aparta a los hombres del mal que están haciendo
    y pone así una barrera entre el hombre y su orgullo.
18 Así lo salva de ir al lugar de la muerte,
    quiere evitar que lo destruyan.

19 »Corrige al hombre haciéndolo caer en cama por el dolor,
    y con dolor permanente en sus huesos.
20 Entonces odia la comida, pierde el apetito
    y ya no quiere comer ni la comida más deliciosa.
21 Adelgaza y se asoman sus huesos,
    que antes no se veían.
22 Su vida está al borde del abismo[j],
    al borde de donde están los que causan la muerte.

23 »A veces hay un ángel que toma su caso como mediador.
    Una en mil veces le declara a uno lo que es correcto.
24 Él le tiene misericordia, y dice:
    “Líbralo de ir al abismo
    porque le conseguí su rescate”.
25 Entonces su cuerpo recobrará el vigor juvenil;
    él rejuvenecerá.
26 Hace oración a Dios,
    y Dios está contento con él.
Adorará a Dios gritando de gozo
    y devolverá al hombre a su justa situación.
27 Entonces el hombre confesará ante la gente diciendo:
“He pecado, he torcido lo recto,
    pero eso no me sirvió para nada”.
28 Él salvó mi alma de cruzar al abismo.
    Ahora puedo disfrutar nuevamente de la vida.

29 »En verdad Dios hace todo eso,
    una y otra vez, por un ser humano.
30 Lo hace para traerlo de vuelta del abismo,
    para con luz darle luz a su vida.
31 Pon atención, Job, escúchame.
    Guarda silencio y déjame hablar.
32 Si tienes algo que responderme, dilo,
    porque deseo que estés en lo correcto.
33 Pero si no tienes nada qué decir, entonces escúchame.
    Cállate y te enseñaré sabiduría».

34 Entonces Eliú continuó hablando:

«Sabios, escuchen mis argumentos.
    Óiganme ustedes, los que tienen conocimiento.
Porque el oído discierne las palabras
    y el paladar prueba la comida.
Examinemos por nosotros mismos lo que es justo.
    Vamos a conocer entre nosotros lo que está bien.
Porque Job dice: “Yo soy inocente
    y Dios me ha tratado injustamente.
A pesar de tener razón,
    se me llama mentiroso.
No he cometido ningún crimen,
    pero mi herida es incurable”.

»¿Hay otro ser humano como Job?
    Él bebe la ironía como si fuera agua.
Va camino de hacer amistad con perversos
    y andar con delincuentes.
Porque él dice: “Uno no gana nada
    esforzándose por complacer a Dios”.
10 Así que ustedes, los sensatos, escúchenme.
    Con toda seguridad que Dios no tiene nada que ver con el mal;
    el Todopoderoso no tiene nada que ver con la perversidad.
11 Porque Dios le devuelve al ser humano conforme a lo que hace.
    Le da a cada uno lo que merece.

12 »En verdad, Dios nunca actúa mal;
    el Todopoderoso no pervierte la justicia.
13 ¿Quién le encargó la tierra a Dios?
    ¿Quién decidió que Dios se hiciera cargo de todo el mundo?
14 Si Dios decidiera retirar su espíritu
    y atraer hacia sí mismo su aliento[k],
15 morirían entonces todos los seres vivos;
    el ser humano volvería al polvo.

16 »Si tienes inteligencia, oye esto;
    escucha mi argumentación.
17 ¿El que odia la justicia podría gobernar?
    ¿Te atreves tú a acusar de malo al Justo y Poderoso?
18 ¿Le dirías tú al rey: “Tú no vales nada”,
    y a los príncipes: “Ustedes son perversos”?
19 Pero Dios no tiene preferencias con los príncipes.
    Dios no ayuda al rico contra el pobre.
    Porque Dios los creó a ambos.
20 Ambos mueren en un momento,
    en medio de la noche;
    se estremecen y se van.
Él, sin intervención humana,
    elimina al poderoso.

21 »Porque Dios ve todo lo que la gente hace,
    está al tanto de cada paso que dan.
22 No hay lugar lo suficientemente oscuro
    como para que la gente mala se esconda de Dios.
23 Porque el hombre no tiene que pedir cita
    para presentarse ante el juicio de Dios.
24 Dios quebranta al poderoso
    y pone a otro en su reemplazo.
25 Por lo tanto, él sabe muy bien todo lo que ellos hacen;
    los derriba en la noche y quedan aplastados.
26 Los castiga en público
    por sus maldades.
27 Porque ellos dejaron de seguir a Dios
    y no se preocuparon por obedecerlo.
28 Ellos hicieron que el pobre le pidiera ayuda a Dios,
    y él oyó la queja de los oprimidos.
29 Cuando Dios no actúa,
    ¿quién se atreve a acusarlo de que no hace bien?
Cuando esconde su rostro,
    ¿quién puede verlo?
Él está por encima de las naciones y de los individuos
30     para evitar que un corrupto reine
    y lleve a su pueblo a la ruina.

31 »Pero si dice: “Reconozco mi pecado,
    dejaré de ser corrupto,
32 enséñame lo que no veo, Dios,
    me comprometo a no pecar más”,
33 ¿tiene Dios que pagarte a ti
    de la manera que tú digas si rechazas su justicia?
Lo digo porque tú eres el que decide, no yo.
    Así que di lo que sepas.
34 La gente sabia y la persona inteligente
    que me escuchan, me dirán:
35 “Job habla como un ignorante,
    sus palabras no tienen sentido”.
36 Me gustaría que Job fuera puesto a prueba hasta el límite
    porque él responde como los perversos.
37 A sus otros pecados suma el pecado de rebeldía delante de nosotros,
    y multiplica sus acusaciones contra Dios».

Eliú continúa hablando

35 Eliú continuó hablando:

«¿Es esto lo que entiendes por justicia?
    Tú dices: “Yo soy más justo que Dios”.
Si preguntas: “¿Qué provecho sacaré?
    ¿Qué gano yo si dejo el pecado?”
Yo te responderé a ti
    y a los amigos que están ahí contigo.
Levanta tu mirada al cielo y mira;
    observa las nubes que están mucho más altas que tú.
Si tú pecas, ¿qué daño le haces a Dios?
    Si cometes muchos pecados, ¿en qué le afecta eso a Dios?
Si te portas bien, ¿qué beneficio le das a Dios?
    ¿Qué gana Dios con eso?
Tu maldad o tu honestidad sólo afecta
    a otros seres humanos, gente como tú, iguales a ti.

»Ellos pedirán auxilio a gritos en medio de gran opresión.
    Buscarán ser liberados del dominio del poderoso.
10 Ninguno dice: ¿Dónde está Dios, mi Creador,
    el que nos da canciones durante la noche;
11 el que nos enseña más a nosotros que a las bestias del campo;
    el que nos da más sabiduría a nosotros que a las aves del cielo?
12 Ellos piden ayuda pero él no les contesta
    debido a la arrogancia de los perversos.
13 Dios no oye peticiones vanas;
    el Todopoderoso no les presta atención.
14 ¿Cómo entonces, puedes quejarte de que no ves a Dios,
    de que tu caso está ante él y que tienes que esperarlo?
15 Así que, mis amigos, Job piensa que Dios no castiga el pecado,
    que no fija su atención en el pecado.
16 Por eso Job abre su boca tontamente;
    habla demasiado, sin saber lo que dice».

Eliú habla una vez más

36 Eliú añadió:

«Esperen un poco más y déjenme explicarles algo,
    porque todavía hay que decir algunos argumentos a favor de Dios.
Voy a traer de lejos mi conocimiento,
    les demostraré que mi Creador está en lo cierto.
Ten la certeza de que mi argumento no es falso;
    tienes delante de ti a alguien que sabe muy bien lo que dice.

»En verdad, Dios es muy poderoso,
    pero no menosprecia a nadie.
    Él es poderoso y rico en conocimiento.
Dios no deja al perverso con vida,
    sino que hace justicia al oprimido.
Él no voltea los ojos para no ver al íntegro.
    Para darles importancia,
    los sienta para siempre con los reyes en el trono.
Así que si algunos son atados con cadenas,
    si son llevados prisioneros con sogas de dolor,
entonces él les explica que es debido a lo que ellos han hecho
    y a los pecados que cometieron cuando eran arrogantes.
10 Dios hace que escuchen la corrección
    y les dice que deben dejar de pecar.
11 Si obedecen y le rinden servicio,
    pasarán el resto de su vida en prosperidad,
    y sus años estarán llenos de satisfacción.
12 Pero si se niegan a obedecer a Dios,
    serán atacados y traspasados por la espalda;
    perecerán como el que no tiene conocimiento.

13 »Los que se corrompen y se llenan de ira
    no piden la ayuda de Dios cuando él los aprisiona.
14 Ellos morirán siendo todavía jóvenes
    como les pasa a los hombres que se prostituyen.[l]
15 Pero Dios rescata al afligido en medio de su sufrimiento
    y lo hace entender en medio de su dolor.
16 Dios también te libra del dolor;
    te lleva a un lugar espacioso, nada reducido.
    Tu mesa está llena de alimento.
17 Pero ahora estás obsesionado
    con la defensa judicial de un hombre perverso.
    Sin embargo, triunfarán el juicio y la justicia.
18 Porque Dios amenaza con castigo para que nadie te engañe con las riquezas.
    No dejes que el soborno cambie tu forma de pensar.
19 ¿Te sustentará tu riqueza
    para no tener que pedir ayuda?
20 No ruegues que llegue la noche
    cuando la gente desaparece allí donde está.[m]
21 Cuídate de no volverte hacia la maldad,
    porque pareces preferirla a la aflicción.

22 »Mira, verdaderamente el poder de Dios lo hace grandioso.
    ¿Qué gobernante hay como él?
23 ¿Quién le ha dicho a él lo que tiene que hacer?
    ¿Quién puede decirle que se ha equivocado?
24 Recuerda que debes alabar a Dios por lo que ha hecho;
    de eso tratan los cantos que la gente canta continuamente.
25 Toda la humanidad ha visto la obra de Dios;
    todos la observan a la distancia.
26 Verdaderamente Dios es muy grande,
    mucho más de lo que podemos imaginar.
    Es imposible saber la edad de Dios.

27 »Porque Dios atrae las gotas de agua
    que forman la lluvia con su niebla.
28 Él hace que las nubes lluevan;
    que caiga mucha lluvia sobre la gente.
29 En verdad, ¿quién puede ver toda la extensión de las nubes,
    los truenos de donde habita Dios?
30 Ciertamente él despliega sus relámpagos,
    llena las profundidades del mar.
31 Porque así Dios administra a los pueblos:
    les da comida en abundancia,
32 con sus manos lanza el rayo
    y le ordena que alcance su destino.
33 Da un grito sobre la tormenta,
    y también, enojado, expulsa la iniquidad.

37 »Ante esto mi corazón se estremece
    y salta de su lugar.
Escuchen atentamente el tronar de su voz
    y el estruendo que sale de su boca.
Dios envía sus rayos y alumbra todo el cielo;
    se extiende a los confines de la tierra.
Después de alumbrar,
    resuena la voz de Dios;
truena con su voz majestuosa.
    No cesan cuando se oye su voz.
Dios truena con su voz en forma maravillosa,
    haciendo grandes cosas que no podemos entender.
Porque Dios le ordena a la nieve que caiga sobre la tierra.
    Él les dice a los aguaceros que caigan fuertemente.
Hace que todos se encierren
    para que todos los seres humanos conozcan lo que él ha hecho.
El animal corre a su guarida
    y busca refugio allí.
La tormenta viene del sur,
    y los vientos fríos del norte.
10 El aliento de Dios suministra el hielo
    y congela los océanos.
11 Además de eso, Dios carga una espesa nube con humedad,
    y hace que de ella salga el rayo.
12 Dios les ordena a las nubes que soplen por toda la tierra.
    Ellas hacen en la faz de la tierra lo que Dios decide.
13 Él hace que llueva, unas veces para castigar,
    otras por su tierra y a veces debido a su fiel amor.

14 »Oye esto, Job.
    Ponte de pie y considera cuidadosamente las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes cómo es que Dios controla las nubes?
    ¿Sabes cómo de su nube hace brillar el rayo?
16 ¿Sabes cómo se extienden las nubes negras?
    ¿Conoces las obras maravillosas del que es perfecto en conocimiento?
17 ¿Sabes por qué tus vestidos son calurosos
    cuando la tierra se calma con el viento del sur?
18 ¿Has extendido tú los cielos hasta que se endurecieron
    como un espejo de metal fundido?

19 »Enséñanos qué decirle a Dios.
    No podemos establecer nuestro caso,
    porque estamos en la oscuridad.
20 ¿Me conviene decirle que quiero hablar con él?
    ¿No es eso como pedir que lo destruya a uno?
21 No se puede mirar al sol;
    brilla en las nubes,
    luego pasa el viento y lo despeja.
22 Se observa algo dorado que viene del norte.
    Dios está cubierto de gran esplendor.
23 En cuanto al Todopoderoso,
    no podemos llegar a él.
Él es poderoso, justo e intachable.
    No es opresor.
24 Por eso la gente lo respeta.
    Dios no tiene estima por la gente que se cree sabia».

La respuesta del Señor

38 Entonces el SEÑOR le habló a Job desde la tempestad:

«¿Quién es el que oscurece el consejo
    con palabras que demuestran falta de conocimiento?
Pórtate como un hombre,
    y responde a las preguntas que te voy a hacer.

»¿Dónde estabas tú cuando hice la tierra?
    Respóndeme, si eres tan listo.
¿Quién le dio a la tierra sus dimensiones?
    Seguro que tú debes saberlo.
    ¿Quién le tomó las medidas?
¿Sobre qué bases descansa la tierra?
    ¿Quién puso la primera piedra,[n]
mientras cantaban a una voz las estrellas de la mañana
    y los ángeles[o] lanzaban gritos de alegría?

»¿Quién encerró el mar tras sus compuertas
    cuando este brotó del vientre de la tierra?
Eso fue cuando le puse como vestido las nubes,
    y como faja la niebla;
10 cuando le puse los límites al mar
    y lo coloqué tras puertas enrejadas;
11 cuando le dije: “No puedes rebasar este punto
    y hasta aquí llega el límite de tus orgullosas olas”.

12 »¿Alguna vez en la vida, le has dado órdenes a la mañana?
    ¿Le has dicho a la aurora dónde debe estar,
13 envolviendo a la tierra por sus esquinas
    y sacudiendo de ella a los malos?
14 La tierra es moldeada como un sello de arcilla;
    resalta su relieve como un vestido.
15 Pero la luz se oculta de los malos,
    y se les quebranta su poder arrogante.

16 »¿Has ido alguna vez a las fuentes del mar?
    ¿Has recorrido las profundidades inexploradas del océano?
17 ¿Se te han expuesto las puertas del lugar de los muertos?
    ¿Has visto las puertas de la sombra de muerte?
18 ¿Has estudiado con detenimiento lo grande que es la tierra?
    Dime si sabes todo esto.

19 »¿Dónde está el camino hacia la luz?
    ¿Dónde está el lugar de la oscuridad?
20 Seguro que tú puedes seguir el sendero hasta las fronteras de la oscuridad
    y reconocer el camino que lleva a su hogar.
21 Claro que sabes todo esto,
    porque tú ya habías nacido en esa época y eres muy viejo.

22 »¿Fuiste ya al depósito de la nieve?
    ¿Viste la bodega del granizo?
23 Yo guardo allí la nieve y el granizo para tiempos de dificultad,
    para tiempos de guerra y de batalla.
24 ¿Dónde está el camino al lugar donde la luz se reparte,
    el lugar desde donde el viento del oriente se despliega sobre la tierra?
25 ¿Quién cavó canales en el cielo para que cayera la fuerte lluvia?
    ¿Quién hizo el camino para los gritos del trueno?
26 Esa lluvia cae sobre tierra no habitada;
    sobre un desierto sin seres humanos.
27 Esa lluvia llena lugares desolados
    y hace brotar la hierba.
28 ¿Tiene la lluvia un papá?
    ¿Quién engendra las gotas de rocío?
29 ¿De qué vientre sale el hielo?
    ¿Quién da a luz la escarcha de los cielos?
30 El agua se congela como una roca;
    se congela también la superficie del mar.

31 »¿Puedes tú atar el hilo de las Pléyades[p]?
    ¿Puedes desatar la cuerda de Orión[q]?
32 ¿Puedes tú sacar las constelaciones[r] a su debido tiempo?
    ¿Eres capaz de llevar a la Osa con sus cachorros[s]?
33 ¿Conoces las leyes que gobiernan los cielos?
    ¿Puedes hacer que gobiernen la tierra?
34 ¿Puedes hacer sentir tu voz sobre las nubes
    y ordenarles que te cubran de lluvia?
35 ¿Puedes ordenarles a los rayos que salgan
    para que vengan a decirte: “Aquí estamos”?

36 »¿Quién hace que la cigüeña sepa tanto sobre el río?
    ¿Quién le dice al gallo cuándo cantar?
37 ¿Quién es lo suficientemente sabio como para contar las nubes?
    ¿Quién vacía los recipientes de agua de los cielos
38 cuando el polvo se convierte en barro
    y los terrones se pegan entre sí?
39 ¿Cazas tú la presa para la leona
    y alimentas a sus cachorros jóvenes
40 cuando están acurrucados en sus guaridas
    o acechando en la maleza?
41 ¿Quién les da comida a los cuervos
    cuando sus pichones le gritan a Dios pidiendo auxilio
    cuando andan merodeando buscando comida?

39 »¿Sabes tú cuándo nacen los chivos?
    ¿Estás pendiente de las ciervas cuando dan a luz?
¿Sabes cuántos meses duran ellas embarazadas?
    ¿Sabes cuándo es el momento que deben dar a luz?
Las hembras se acurrucan, nacen sus crías
    y cesan sus dolores de parto.
Sus cachorros crecen sanos en los campos.
    Luego dejan a sus madres y ya no regresan.

»¿Quién dejó en libertad al asno salvaje?
    ¿Quién soltó las riendas del asno veloz?
Yo le di el desierto como su hogar
    y lugares de descanso en tierras salitrosas.
Él se burla del ruido de la ciudad;
    no tiene arriero que le grite.
Recorre las montañas, que son su pasto,
    en busca de todo lo verde.

»¿Permitirá el toro salvaje ser tu siervo?
    ¿Se quedará en tu pesebrera por la noche?
10 ¿Dejará un toro salvaje que le coloques yugo para arar?
    ¿Va ir él tras de ti abriendo surcos?
11 ¿Confiarás en él sólo porque es muy fuerte
    y lo dejarás que haga tu duro trabajo?
12 ¿Crees que él va a recoger el grano
    y llevarlo a tu trilladora?

13 »El avestruz bate alegremente sus alas,
    pero no son como las alas ni el plumaje de la cigüeña.
14 El avestruz pone sus huevos en la tierra
    y los deja empollar con el calor de la arena.
15 Se olvida de que alguien puede pisarlos
    o de que algún animal salvaje puede quebrarlos.
16 Trata a sus polluelos como si no fueran suyos.
    No le importa que su trabajo pueda haber sido en vano.
17 Es porque Dios no le dio sabiduría
    ni le dio inteligencia.
18 Pero cuando el avestruz se levanta para correr,
    se burla de caballo y jinete.

19 »¿Le diste tú la fuerza al caballo?
    ¿Le pusiste la crin en el cuello?
20 ¿Le diste tú la capacidad de saltar como un saltamontes?
    El caballo relincha fuerte, y la gente se asusta.
21 Escarba en la llanura y se alegra de su fuerza.
    Corre veloz a la batalla.
22 Se ríe del miedo y no desmaya;
    no huye de la batalla.
23 La aljaba resuena a su lado,
    y centellean la lanza y la jabalina.
24 El caballo devora distancias,
    corre con ímpetu y frenesí;
no se detiene cuando suena la trompeta.
    Va muy emocionado a toda velocidad.
25 Al toque de la trompeta,
    relincha y olfatea la batalla desde lejos;
    las voces de mando, los gritos de batalla.

26 »¿Vuela el halcón por causa de tu inteligencia?
    ¿Es debido a ti que dirige su vuelo hacia el sur[t]?
27 ¿Remonta el águila el vuelo debido a que cumple tus órdenes?
    ¿Es por eso que anida tan alto?
28 El águila vive en el risco y generalmente pasa la noche allí,
    al filo del peñasco, su fortaleza.
29 Desde allí busca su alimento,
    sus ojos lo detectan desde muy lejos.
30 Sus crías lamen sangre
    y donde hay cuerpos muertos, allí se encuentra».

40 Entonces el SEÑOR le dijo a Job:

«¿Corregirá al Todopoderoso el que lo estaba acusando?
    Que responda el que no daba su aprobación a Dios».

Entonces Job respondió al SEÑOR:
«Verdaderamente yo soy poca cosa.
    ¿Qué puedo responderte?
Soy muy poca cosa para hablar;
    me tapo la boca con la mano.
Ya hablé una vez,
    pero no lo haré más.
Hablé una y otra vez,
    pero ya no voy a añadir nada».

Entonces el SEÑOR respondió a Job desde la tempestad:
«Pórtate como un hombre
    y respóndeme a las preguntas que voy a hacerte.
¿Vas a poner en duda mi justicia?
    ¿Vas a condenarme para así quedar como quien tiene la razón?
¿Tienes la misma fuerza que Dios
    y voz de trueno como él?
10 Entonces vístete de grandeza y majestad,
    cúbrete de gloria y honor.
11 Da rienda suelta a la furia de tu enojo,
    mira a los soberbios y somételos.
12 Mira a cada uno de los soberbios y humíllalos.
    Destruye a la gente mala en el mismo sitio donde se encuentren.
13 Sepúltalos a todos ellos en el polvo;
    encierra su rostro en la tumba.
14 Entonces hasta yo te alabaré
    y admitiré que eres capaz de salvarte a ti mismo.

15 »Mira al Behemot[u],
    creación mía, al igual que tú.
    Él come pasto como el ganado.
16 Ten en cuenta el poder que tiene en su cuerpo
    y la fuerza que tiene en los músculos de su estómago.
17 Él mueve la cola como un cedro.
    Los músculos de sus piernas forman nudos.
18 Sus huesos son como tubos de bronce;
    sus extremidades, como columnas de hierro.
19 Es la máxima criatura de Dios;
    sólo el que lo hizo puede acercar su espada a él.
20 En verdad las montañas le brindan su alimento,
    donde juegan todos los animales salvajes.
21 Él duerme debajo de las plantas de loto
    y se esconde entre los juncos del pantano.
22 Las plantas de loto lo cubren con su sombra;
    lo rodean los sauces de la quebrada.
23 Si el río se desborda y lo golpea con violencia, él no se alarmará.
    No tiene miedo aunque el Jordán le llegue hasta la boca.
24 ¿Puede alguien capturarlo ante sus ojos?
    ¿Puede alguien atravesar su nariz con lazos?

41 »¿Puedes pescar a Leviatán con un anzuelo
    o sujetarlo de la lengua con una cuerda?
¿Puedes pasar un lazo por su nariz
    o atravesar un gancho en su quijada?
¿Te rogará Leviatán que lo dejes libre?
    ¿Te hablará suavemente?
¿Hará Leviatán un pacto contigo
    y prometerá servirte para siempre?
¿Jugarás con Leviatán como juegas con un pájaro?
    ¿Le atarás un lazo como un juguete para tus niñas?
¿Les servirá a los pescadores para hacer negocio?
    ¿Lo dividirán entre los comerciantes?
¿Podrás atravesarle el cuero con dardos
    y su cabeza con arpones?
Pon la mano sobre él,
    te acordarás de la lucha,
    y nunca más lo volverás a hacer.
No hay esperanzas de someterlo;
    con sólo verlo basta para atemorizarse.
10 Nadie es lo suficientemente valiente como para despertarlo;
    pero, ¿quién puede permanecer ante mí?
11 ¿Quién se ha enfrentado a mí alguna vez y ha ganado?
    Todo lo que hay bajo el cielo me pertenece.

12 »Te hablaré sobre las piernas,
    la fuerza y la buena forma de Leviatán.
13 ¿Quién es capaz de agujerear su piel?
    ¿Quién puede penetrar su doble coraza?
14 ¿Quién es capaz de abrirle sus fauces poderosas?
    El aspecto de sus dientes infunde terror.
15 Su espalda es como una hilera de escudos,
    fuertemente unidos, sellados;
16 tan juntos el uno al otro,
    que ni siquiera el aire puede pasar entre ellos.
17 Están tan apretujados entre sí
    que no se pueden separar.
18 Cuando estornuda, echa luz;
    sus ojos son como rayos de la aurora.
19 Echa fuego por la boca;
    le saltan como chispas.
20 Echa humo por la nariz;
    como cuando sale humo de una olla que hierve.
21 Sopla su aliento y hace arder el carbón.
    Salen llamas de su boca.
22 Tiene un cuello muy fuerte;
    los que se lo encuentran se llenan de pavor.
23 Tiene los pliegues de la piel fuertemente adheridos;
    su carne es inseparable.
24 Su corazón es duro como una roca,
    tan duro como piedra de moler.

25 »Cuando Leviatán se levanta, hasta los dioses se asustan;
    cuando resopla, salen disparados en desorden.
26 La espada no logra penetrarlo;
    tampoco la lanza, el dardo ni la jabalina.
27 El hierro es para él como paja;
    el bronce, como madera vieja.
28 Las flechas no lo ahuyentan;
    siente las rocas como si fuera hierba.
29 Cuando le pegan un palazo, es como hacerle cosquillas.
    Se muere de risa al ver la jabalina.
30 Su costado es como si tuviera tiestos afilados;
    al arrastrarse hace surcos en el barro.
31 Hace que el agua se revuelva como en una olla hirviendo;
    hace burbujear el mar como una olla cuando se mezclan ungüentos.
32 Deja tras de sí una estela brillante;
    como si una cabellera blanca saliera del abismo.
33 No tiene igual en la tierra.
    Es el único animal creado que no sabe lo que es el miedo.
34 Leviatán mira con desprecio a los más soberbios.
    Es el rey de los animales».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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