Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 22:19 - 1 Reyes 7:37

19 Cuando yo estaba en dificultades
    y mis enemigos me atacaban,
    el SEÑOR me dio su apoyo y protección.
20 Él me rescató porque me ama;
    me llevó a un lugar seguro.

21 »El SEÑOR me recompensó como merecía porque actué con justicia.
    Él me recompensó porque no he obrado con maldad.
22 Me he preocupado por vivir como el SEÑOR quiere que lo haga.
    Por eso no he hecho nada que pueda separarme de Dios.
23 Siempre tengo en cuenta sus enseñanzas
    y nunca me aparto de sus leyes.
24 He sido siempre honesto con él
    y me he mantenido apartado del mal.
25 Por eso, el SEÑOR me recompensará en la medida que yo actúe con justicia.
    Lo hará en tanto yo no haga el mal.

26 »Dios es fiel con los que le son fieles;
    sincero con los que le son sinceros.
27 Eres bueno y puro con la gente que es buena y pura;
    pero le sales adelante a la gente tramposa.
28 Tú salvas a la gente humilde
    y humillas a los más soberbios.
29 SEÑOR, tú iluminas mi sendero;
    eres mi luz en la oscuridad, SEÑOR.
30 Dios mío, con tu ayuda podré correr con los soldados.
    Con tu ayuda asaltaré las murallas de mis enemigos.

31 »El camino de Dios es perfecto;
    las promesas del SEÑOR han sido probadas.
    Él protege a quienes buscan su ayuda y protección.
32 El SEÑOR es el único Dios.
    Nuestro Dios es la única roca.
33 Él es quien me fortalece
    y perfecciona mi camino.
34 Él me ayuda a correr tan rápido como una gacela
    y me mantiene firme aun en los lugares más altos.
35 Él me prepara para la guerra.
    Les da fuerza a mis brazos para que puedan lanzar dardos poderosos.
36 Dios mío, me has dado el escudo de tu salvación,
    y me has ayudado a prosperar.
37 Tú me ayudas a correr más rápido
    y les das fuerzas a mis piernas.

38 »Así puedo perseguir y destruir a mis enemigos;
    no descansaré hasta derrotarlos.
39 Acabaré con ellos.
    Los derrotaré de modo que ellos nunca puedan levantarse de nuevo;
    todos ellos estarán bajo mis pies.
40 Dios mío, tú me das fuerzas en la batalla;
    haces que aquellos que me persiguen tengan que rendirse ante mí.
41 Tú me ayudas a derrotar a mis enemigos
    y a derribar a los que me odian.
42 Ellos buscaron ayuda, pero nadie fue en su auxilio.
    También llamaron al SEÑOR, pero él no les respondió.
43 Dispersé a mis enemigos como el polvo de la tierra.
    Los pisoteé como al barro en las calles.

44 »Tú me salvaste de conflictos militares,
    me pusiste a cargo de naciones.
Gente que yo no conocí antes,
    ahora me sirve.
45 Esos que no me conocían
    tratarán de halagarme.
46 Tendrán temor de mí.
    Saldrán de sus escondites temblando de miedo.

47 »¡El SEÑOR vive! ¡Bendita sea mi roca!
    Alabado sea Dios mi Salvador.
48 Dios castiga a mis enemigos
    y los pone bajo mi control.
49 Él me salva de mi enemigo,
    me ayuda a vencer a los que me atacan.
    Me salva del cruel enemigo.
50 Por eso alabo al SEÑOR
    y adoro su nombre en todas partes.
51 Él le da la victoria a David, su rey elegido.
    A él y a sus descendientes
    les muestra siempre toda su bondad».

Últimas palabras de David

23 Estas son las últimas palabras de David:

«Mensaje de David hijo de Isaí,
    a quien Dios hizo un gran hombre,
a quien el Dios de Jacob eligió,
    el dulce cantor de Israel.[a]
Este es el mensaje:

»El Espíritu del SEÑOR habla por medio de mí
    y ha puesto su palabra en mi lengua.
El Dios de Israel me ha hablado,
    el refugio[b] de Israel me ha dicho:
“El que gobierne a la gente con justicia,
    respetando a Dios,
será como la luz de la aurora,
    como una mañana sin nubes,
    como hierba que brilla después de la lluvia”.

»¿No está así mi casa[c] con Dios?
    Dios hizo conmigo un pacto eterno,
    completamente reglamentado y seguro.
Es seguro que él me dará la victoria total
    y hará que se cumplan todos mis deseos.
Pero la gente mala es como espinos arrancados,
    que no pueden agarrarse con la mano.
Si alguien los agarra,
    lo hace con un hierro o una lanza
    y los arroja al fuego para que ardan completamente».

Los tres héroes

(1 Cr 11:10-47)

Estos son los nombres de los hombres más valientes de David:

Joseb Basébet el tacmonita[d], que era el capitán de los tres héroes, mató con su lanza[e] a 800 hombres en una sola batalla.

Después estaba Eleazar hijo de Dodó[f], el ajojita, que era uno de los tres famosos y estaba con David cuando desafió a los filisteos que se habían reunido en Pas Dammim[g] para la batalla. Los israelitas huyeron, 10 pero Eleazar se quedó y peleó contra los filisteos hasta que se le cansó tanto la mano que se le quedó pegada a la espada. Ese día el SEÑOR ganó una gran victoria. El pueblo de Israel regresó, pero sólo para tomar las pertenencias de los muertos. 11 Luego estaba Sama hijo de Agué el ararita, quien cuando los filisteos se reunieron para pelear, peleó en un campo de lentejas. El pueblo huyó de los filisteos, 12 pero Sama se paró en medio del campo y lo defendió, hasta que derrotó a los filisteos. Ese día el SEÑOR le dio a Israel una gran victoria.

13 Una vez, al comienzo de la cosecha, tres de los 30 héroes[h] bajaron hasta la cueva de Adulán para unirse a David.[i] Un destacamento filisteo estaba acampando en el valle de Refayin. 14 David estaba en el fuerte y en ese tiempo había tropas de los filisteos acantonadas en Belén. 15 A David le dio sed y dijo: «Si sólo pudiera tomar un poco del agua del pozo que está en la entrada de Belén», pero en realidad sólo lo dijo por decir. 16 Los tres héroes[j] avanzaron peleando entre el ejército filisteo y tomaron agua del pozo que está cerca de la entrada de la ciudad de Belén. Entonces los tres héroes le llevaron el agua a David, pero él no la bebió, sino que la derramó en la tierra como ofrenda al SEÑOR. 17 David dijo: «SEÑOR, no puedo beber esta agua. Sería como beber la sangre de los que arriesgaron su vida por mí». Por eso David se negó a tomársela. Los tres héroes hicieron muchos actos de ese tipo.

18 Abisay, hermano de Joab hijo de Sarvia, era el jefe de los tres héroes. Abisay mató a 300 enemigos con su lanza y por eso se hizo famoso entre los tres. 19 Abisay se hizo igual de famoso que los tres héroes y se convirtió en su jefe, aunque no era uno de ellos.

20 Después estaba Benaías hijo de Joyadá, quien era de Cabsel y tenía mucho poder. Benaías mató a los dos hijos de Ariel de Moab. Un día nevado, Benaías se metió en un pozo y mató a un león. 21 También mató a un soldado egipcio de gran estatura a pesar de que el egipcio tenía una lanza en la mano. Benaías lo atacó con un palo, le quitó la lanza y con la misma lanza lo mató. 22 Benaías hijo de Joyadá hizo muchas cosas así y fue tan famoso como los tres héroes. 23 Era aun más famoso que los 30 héroes, pero no era parte de ellos, y David lo nombró jefe de sus escoltas.

Los 30 héroes

24 Los siguientes hombres estaban entre los 30 héroes:

Asael hermano de Joab;

Eljanán hijo de Dodó[k] de Belén;

25 Sama el jarodita;

Elicá el jarodita;

26 Heles el paltita;

Irá hijo de Iqués el tecoíta;

27 Abiezer el anatotita;

Mebunay el jusatita;

28 Zalmón el ajojita;

Maray el netofatita;

29 Jéled hijo de Baná el netofatita;

Itay hijo de Ribay de Guibeá de Benjamín;

30 Benaías el piratonita;

Hiday de los arroyos de Gaas;

31 Abí Albón el arbatita;

Azmávet el bajurinita;

32 Elijaba el salbonita;

los hijos de Jasén;

Jonatán; 33 el hijo de Sama el ararita;

Ahían hijo de Sarar el ararita;

34 Elifelet hijo de Ajasbay el macateo;

Elián hijo de Ajitofel el guilonita;

35 Jezró el de Carmel;

Paray el arbita;

36 Igal hijo de Natán de Sobá;

el hijo de Hagrí[l];

37 Sélec el amonita;

Najaray el berotita que era el escudero de Joab hijo de Sarvia;

38 Ira el itrita;

Gareb el itrita;

39 y Urías el hitita.

En total fueron 37.

David hace un censo militar

(1 Cr 21:1-17)

24 Una vez más el SEÑOR se enojó con Israel e hizo que David se volviera contra los israelitas ordenándole: «Levanta un censo de Israel y de Judá». Así que el rey David le dijo a Joab, comandante del ejército:

—Vayan por todas las tribus de Israel y levanten un censo, desde Dan hasta Berseba,[m] para que yo sepa cuántos pueden cumplir el servicio militar.

Pero Joab le dijo al rey:

—Que el SEÑOR su Dios multiplique 100 veces el número de sus tropas y que Su Majestad pueda verlo con sus propios ojos pero, ¿por qué quiere Su Majestad hacer tal cosa?

No obstante el rey David les ordenó enérgicamente a Joab y los demás capitanes del ejército que fueran a levantar el censo. Así que salieron a hacer lo que el rey pedía. Cruzaron el río Jordán y acamparon en Aroer, al lado derecho de la ciudad. La ciudad está en medio del valle de Gad, camino a Jazer. Luego se dirigieron al este, a Galaad, hasta Tajtín Jodsí. Luego al norte a Dan Jaán y a los alrededores de Sidón. Fueron al fuerte de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Luego se dirigieron al sur, a Berseba en el sur de Judá. Les tomó nueve meses y 20 días hacer este recorrido por el país. Después de este tiempo, regresaron a Jerusalén, y Joab le entregó el resultado del censo al rey. Había 800 000 hombres en Israel que podían pelear a espada, y 500 000 en Judá.

10 Entonces David se sintió avergonzado de haber ordenado el censo y le dijo al SEÑOR: «¡SEÑOR, he cometido un gran pecado! He sido un tonto, te ruego que me perdones».

11 Cuando David se levantó a la mañana siguiente, Gad, el vidente de David, recibió este mensaje del SEÑOR: 12 «Ve y dile a David que el SEÑOR dice: “Escoge entre estos tres castigos. ¿Cuál prefieres?”» 13 Gad fue a ver a David, le informó del asunto y le dijo:

—Escoge entre estos tres castigos: tres[n] años de escasez de alimentos para ti y tu tierra; persecución de parte de tus enemigos durante tres meses; o tres días de epidemia en tu país. Piénsalo, escoge y dímelo para que yo se lo comunique al SEÑOR que me envió.

14 Entonces David le dijo a Gad:

—¡Estoy en un verdadero aprieto! Pero es mejor que nuestro castigo venga del SEÑOR y no de la gente, pues su amor es grande.

15 Así que el SEÑOR envió enfermedad contra Israel. Empezó en la mañana y continuó hasta el tiempo designado. Murieron 70 000 hombres desde Dan hasta Berseba. 16 El ángel alzó su brazo para destruir Jerusalén, pero el SEÑOR se arrepintió del castigo que había enviado y le dijo al ángel que destruyó a la gente: «¡Basta! Detén tu mano». El ángel del SEÑOR estaba junto al lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Arauna[o] el jebuseo[p].

17 Cuando David vio que el ángel mató a la gente, le dijo al SEÑOR:

—¡El que pequé fui yo! ¡Yo soy el que hizo mal! Esta gente sólo hizo lo que les ordené, sólo me siguieron como ovejitas. No hicieron nada malo. Que tu castigo caiga sobre mí y la familia de mi papá.

18 Ese día Gad fue a ver a David y le dijo: «Ve y construye un altar para el SEÑOR en el lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Arauna el jebuseo». 19 Así que David fue e hizo lo que el SEÑOR le dijo y fue a ver a Arauna. 20 Al ver Arauna que el rey David y sus oficiales se acercaban, salió y se postró rostro en tierra, 21 diciendo:

—¿En qué puedo servir a mi señor y rey?

David le contestó:

—Vengo a comprarte el lugar donde se trilla el trigo para poder construir un altar al SEÑOR y así se termine la epidemia.

22 Arauna dijo a David:

—Tome mi señor y rey lo que quiera para ofrecer sacrificio. Aquí tiene bueyes para ofrecer en sacrificio que debe quemarse completamente, los tablones de trillar y los yugos de las yuntas para que los use como leña. 23 ¡Todo es de Su Majestad!

Arauna también le dijo:

—Que el SEÑOR tu Dios acepte con agrado tus ofrendas.

24 Pero el rey le dijo a Arauna:

—No. Yo te compro el lugar al precio justo porque no voy a ofrecerle al SEÑOR algo que te pertenece. Ni tampoco le voy a ofrecer sacrificios[q] que no me cuesten nada.

Así que David compró los bueyes y el lugar donde se trilla el trigo por 50 monedas[r] de plata.

25 David construyó allí un altar para el SEÑOR y le ofreció sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas de paz[s]. El SEÑOR escuchó la oración de David por su país y detuvo la enfermedad que había enviado a Israel.

Adonías quiere ser rey

El rey David ya estaba muy viejo, y aunque lo cubrían con varios mantos, no lograba calentarse. Después de hablar con él, sus siervos buscaron a una jovencita que lo cuidara, lo atendiera y durmiera a su lado para darle calor. Buscaron por todo Israel a una joven hermosa y encontraron a Abisag la sunamita, a quien pusieron al servicio del rey. Ella era muy hermosa y atendía y servía al rey, sin embargo, él no tuvo relaciones sexuales con ella.

Entonces Adonías hijo de Jaguit se rebeló diciendo: «Yo seré el nuevo rey». Se consiguió un carruaje con un equipo de caballos y 50 guardaespaldas. En su momento, su papá no le dijo ninguna palabra de reprensión, como por ejemplo: «¿Por qué has hecho esto?» Adonías era muy guapo, como Absalón, pero había nacido después de él.

Por un lado, Joab hijo de Sarvia y el sacerdote Abiatar estaban de acuerdo y apoyaban a Adonías. Por otro lado, el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyadá, el profeta Natán, Simí, Reguí y los hombres fuertes de David no seguían a Adonías.

Entonces Adonías celebró junto a la peña de Zojélet, cerca de la fuente de Enroguel, un sacrificio de ovejas, ganado y terneras cebadas, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey y a todos los hombres de Judá que servían al rey. 10 Pero Adonías no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los militares, ni tampoco a su hermano Salomón.

11 Entonces Natán habló con Betsabé, la mamá de Salomón, y le preguntó:

—¿No te has enterado de que Adonías hijo de Jaguit se hizo rey y que nuestro señor David no sabe nada? 12 Ahora bien, permíteme darte un consejo para que salves tu vida y la de tu hijo Salomón. 13 Ve y entra a donde está el rey David y habla con él. Dile: “Su Majestad, ¿no había jurado usted a esta sierva suya que mi hijo Salomón iba a ser rey después de usted y que él iba a sentarse en su trono? Entonces, ¿por qué es rey Adonías?” 14 Mientras estés hablando con él, yo entraré detrás de ti y confirmaré lo que dices.

15 Entonces Betsabé fue a ver al rey en su cámara. El rey estaba muy viejo y Abisag la sunamita lo estaba atendiendo. 16 Betsabé se inclinó ante el rey y él le preguntó:

—¿Qué te pasa?

17 Entonces Betsabé le dijo:

—Majestad, ante el SEÑOR su Dios usted me prometió a mí, su sierva, que mi hijo Salomón iba a ser el próximo rey y que él iba a gobernar después de usted. 18 Sin embargo, Adonías se ha hecho rey y Su Majestad no lo sabe. 19 Adonías está festejando con un gran sacrificio de bueyes, terneras cebadas y ovejas. Invitó a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab el comandante del ejército, pero a Salomón no lo invitó. 20 Ahora, Su Majestad, declare a todo Israel quién va a reemplazarlo en el trono, 21 pues de lo contrario después de la muerte de Su Majestad se nos considerará como enemigos a mí y a mi hijo Salomón.

22 Mientras Betsabé todavía hablaba con David, Natán entró 23 y le dijeron al rey: «Aquí está el profeta Natán ante Su Majestad». Cuando lo anunciaron, Natán se postró rostro en tierra ante el rey 24 y le dijo:

—¿Decidió Su Majestad que Adonías sea rey después de usted y se siente en su trono? 25 Porque él fue hoy a festejar con gran sacrificio de toros, terneros cebados y ovejas. Invitó a los hijos del rey, a los comandantes del ejército y también al sacerdote Abiatar. Ellos están comiendo y bebiendo con él, y dicen: “¡Viva el rey Adonías!” 26 Pero no me invitaron a mí, su siervo, ni a Sadoc el sacerdote, ni a Benaías hijo de Joyadá, ni a Salomón su siervo. 27 ¿Ha dado Su Majestad esta orden sin informarnos a sus siervos quién será el rey después de usted?

28 Entonces el rey David contestó:

—Llama a Betsabé.

Ella entró y se quedó de pie ante el rey. 29 Y el rey dijo:

—Juro por el SEÑOR, quien me ha salvado la vida en todos los momentos de crisis, 30 que cumpliré hoy mismo lo que te juré por el SEÑOR, Dios de Israel, cuando dije que Salomón tu hijo iba a ser rey después de mí.

31 Entonces Betsabé se postró rostro en tierra ante el rey y le dijo:

—¡Viva para siempre Su Majestad, el rey David!

Salomón es elegido nuevo rey

32 Entonces el rey David dijo:

—Hagan venir al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyadá.

Ellos se presentaron ante el rey, 33 y él les dijo:

—Tomen consigo a los funcionarios reales y lleven a mi hijo Salomón montado en mi propia mula hasta la fuente de Guijón. 34 Ahí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagrarán[t] como rey de Israel, entonces ustedes tocarán la trompeta y gritarán: “¡Viva el rey Salomón!” 35 Después vuelvan aquí para que él se siente en mi trono y sea rey en mi lugar, porque yo lo he elegido para que sea el rey de Israel y de Judá.

36 Benaías hijo de Joyadá le contestó al rey:

—Así sea. El mismo SEÑOR Dios lo ha dicho, Su Majestad. 37 Que el SEÑOR esté con Salomón como lo ha estado con usted. ¡Que el reino de Salomón sea aun más poderoso que el del rey David!

38 Así que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías el hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos obedecieron la orden del rey David. Hicieron que Salomón montara en la mula del rey David y lo acompañaron hasta la fuente de Guijón. 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno lleno de aceite que estaba en la Carpa Sagrada y consagró a Salomón. Tocaron la trompeta y todo el pueblo proclamó: «¡Viva el rey Salomón!» 40 Entonces todo el pueblo subió a Jerusalén siguiendo con mucha alegría a Salomón tocando música con la flauta. Hacían tanto ruido que la tierra temblaba.

41 Mientras tanto Adonías y sus invitados estaban terminando de comer. Al rato Joab escuchó el sonido de la trompeta y preguntó:

—¿Qué es ese ruido que viene de la ciudad?

42 Mientras Joab decía eso, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo:

—Ven aquí, buen hombre, dame las buenas noticias.

43 Sin embargo Jonatán contestó:

—Las noticias no son buenas para usted. El rey David ha proclamado rey a Salomón 44 y ordenó que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos hicieran montar a Salomón en la mula del rey. 45 Entonces el sacerdote Sadoc y el profeta Natán consagraron rey a Salomón junto a la fuente de Guijón. Volvieron todos a la ciudad festejando y ahora hay mucho ruido en la ciudad. A eso se debe lo que ustedes escucharon. 46 ¡Para colmo, Salomón está sentado en el trono del rey! 47 Los siervos del rey lo felicitan y expresan sus buenos deseos diciendo: “¡Que el reino de Salomón sea más fuerte que el de David!” y también: “¡Que tu Dios haga a Salomón aun más famoso de lo que te hizo a ti!” Hasta el mismo rey David está ahí. Desde su cama también él se inclina ante Salomón 48 y dice: “Alabado sea el SEÑOR Dios de Israel que eligió hoy a uno de mis hijos para reinar y me permitió que lo vieran mis ojos”.

49 Todos los invitados de Adonías se asustaron y cada uno salió por donde pudo. 50 Adonías también tuvo miedo de Salomón, fue al altar y se agarró de las puntas del altar. 51 Entonces se le informó al rey Salomón:

—Adonías tiene temor del rey Salomón. Se ha refugiado en la Carpa Sagrada y está agarrado de las puntas del altar. No quiere salir, y dice: “Díganle al rey Salomón que soy su siervo, que no me mate”.

52 Entonces Salomón contestó:

—Si Adonías se porta como un hombre bueno, ni un pelo de la cabeza le caerá al suelo; pero si se descubre que tiene maldad, morirá.

53 Entonces el rey Salomón lo mandó traer del altar y Adonías entró y se postró ante el rey. Salomón le dijo: «Vete a tu casa».

Muerte del rey David

Se acercaba el día en que David iba a morir, y le dio esta orden a su hijo Salomón: «Estoy por morir, como es el destino que le espera a todo el mundo. Sé fuerte y pórtate como un hombre. Ahora, obedece cuidadosamente todos los mandamientos del SEÑOR tu Dios, y cumple cuidadosamente todos sus decretos, mandatos, decisiones y principios. Obedece todo lo que está escrito en las enseñanzas de Moisés para que tengas éxito en todo lo que emprendas y por dondequiera que vayas. De esa manera el SEÑOR cumplirá la promesa que me hizo: “Si tus hijos sinceramente tienen cuidado de vivir como yo quiero, y si lo hacen de todo corazón y con toda el alma, entonces el rey de Israel siempre será un hombre de tu dinastía”».

David también le dijo: «Tú sabes bien lo que Joab hijo de Sarvia me hizo. Cuando ya no estábamos en guerra, mató a dos comandantes de los ejércitos de Israel: a Abner hijo de Ner y a Amasá hijo de Jéter. El cinturón y las botas que Joab lleva están manchados de sangre. Yo debí haberlo castigado. Usa tu inteligencia y no dejes que él muera tranquilamente de viejo. Mantén mi pacto de mostrar lealtad con los hijos de Barzilay de Galaad. Que sean entre tus amigos que comparten tus provisiones. Ellos me ayudaron cuando tuve que huir de tu hermano Absalón.

»Y recuerda que Simí hijo de Guerá todavía está por ahí. Es de la tribu de Benjamín y vive en Bajurín. Recuerda que él me hizo una maldición de mala salud cuando tuve que huir a Majanayin; pero cuando él me vino a saludar en el río Jordán, le hice una promesa ante el SEÑOR que a Simí no lo iba a matar con la espada. Ahora, de tu parte, no lo perdones; tú eres un hombre inteligente y sabes lo que debes hacer con él para que no muera tranquilamente en su vejez, sino de muerte violenta».

10 Murió David y fue sepultado en la Ciudad de David. 11 David fue rey de Israel durante 40 años. Gobernó siete años en Hebrón y 33 años en Jerusalén.

Salomón toma el control de su reino

12 El reino entonces pasó a manos de Salomón, quien reinó en lugar de su papá David. Su poder se consolidó firmemente.

13 Entonces Adonías hijo de Jaguit fue a ver a Betsabé, la mamá de Salomón. Betsabé le preguntó:

—¿Vienes en paz?

Adonías contestó:

—Sí. Es una visita pacífica. 14 Quiero pedirte algo.

Betsabé dijo:

—Pues habla.

15 Le dijo:

—¿Te acuerdas que en un momento dado el reino era mío? Todos los israelitas aceptaban que yo iba a ser el rey. Sin embargo, las cosas cambiaron. Ahora mi hermano es el rey porque el SEÑOR así lo quiso. 16 Así que tengo un favor que pedirte, no me lo niegues.

Betsabé le contestó:

—Dímelo.

17 Adonías le dijo:

—Sé que el rey Salomón hará lo que le pidas. Dile que me permita casarme con Abisag la sunamita.

18 Entonces Betsabé le dijo:

—Está bien, hablaré de tu parte ante el rey.

19 Así que Betsabé se fue a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías. El rey Salomón la vio y se levantó para saludarla. Se inclinó ante ella y luego se sentó en su trono. A los sirvientes les dijo que trajeran un trono para ella. Así que ella se sentó a la derecha del rey.

20 Betsabé le dijo:

—Tengo un pequeño favor que pedirte; no me lo niegues.

El rey contestó:

—Pide lo que quieras, no te lo negaré.

21 Así que Betsabé le dijo:

—Permite que tu hermano Adonías se case con Abisag la sunamita.

22 El rey Salomón contestó a su mamá:

—¿Por qué me estás diciendo que le dé Abisag a Adonías? ¿Por qué no me pides hacerlo rey también, ya que es mayor que yo? El sacerdote Abiatar y Joab lo apoyan.

23 Entonces Salomón juró por el SEÑOR diciendo:

—Que Dios me trate muy severamente si Adonías no paga por esto. ¡Este error le va a costar la vida! 24 El SEÑOR me hizo rey de Israel y me dio el trono que pertenecía a mi papá David, y prometió darme el reino a mí y a mis descendientes. Ahora, tan seguro como que Dios existe que prometo que Adonías morirá hoy mismo.

25 El rey Salomón le dio la orden a Benaías, quien fue y mató a Adonías.

26 Entonces el rey Salomón le dijo al sacerdote Abiatar:

—Debería matarte, pero te permitiré regresar a tu casa en Anatot. Hoy no te mataré, porque tú llevabas el Cofre Sagrado del Señor DIOS y fuiste compañero de mi papá David. Tú compartiste momentos difíciles por los que atravesó mi papá.

27 Salomón le dijo a Abiatar[u] que no seguiría siendo sacerdote del SEÑOR. Esto cumplió lo que el SEÑOR había dicho sobre el sacerdote Elí y su familia cuando vivían en Siló.

28 Cuando Joab escuchó las noticias, tuvo miedo. Había apoyado a Adonías y no a Salomón[v]. Joab salió corriendo a la Carpa Sagrada del SEÑOR para agarrarse de las puntas del altar. 29 Alguien le dijo al rey Salomón que Joab estaba aferrado al altar en la carpa del SEÑOR. Así que Salomón le ordenó a Benaías que fuera a matarlo.

30 Benaías fue a la carpa del SEÑOR y le dijo a Joab:

—El rey te ordena que salgas de ahí.

Pero Joab le contestó:

—¡No! Aquí moriré.

Así que Benaías regresó a donde estaba el rey y le contó lo que Joab le había dicho. 31 Entonces el rey le dio esta orden a Benaías:

—¡Haz lo que él dice! Mátalo ahí y después sepúltalo. De esta manera librarás a mi familia de la culpa que causó por haber matado a gente inocente. 32 Joab mató a dos hombres más justos y mejores que él: Abner hijo de Ner y Amasá hijo de Jéter. Abner fue el comandante del ejército de Israel y Amasá fue el comandante del ejército de Judá. En su momento mi papá David no supo que Joab los había matado. Por eso el SEÑOR castigará a Joab por los hombres que mató. 33 De esta manera la culpa de su muerte caerá sobre Joab y su familia para siempre, pero el SEÑOR traerá la paz para David, sus descendientes, su familia y su dinastía para siempre.

34 Así que Benaías hijo de Joyadá mató a Joab; quien fue sepultado cerca de su casa en el desierto. 35 Entonces Salomón nombró comandante del ejército a Benaías hijo de Joyadá, en lugar de Joab. También Salomón nombró sacerdote a Sadoc, en lugar de Abiatar. 36 Entonces el rey mandó buscar a Simí y le dijo:

—Construye una casa aquí en Jerusalén, vive en ella y no salgas de la ciudad. 37 Pero ten la seguridad de que el día en que tú salgas de Jerusalén, más allá del valle Cedrón, morirás, y la culpa será tuya.

38 Entonces Simí contestó:

—Muy bien, Su Majestad, obedeceré.

Simí vivió en Jerusalén por mucho tiempo. 39 Pero después de unos tres años, dos de sus esclavos se escaparon y se fueron con los de Aquis hijo de Macá, el rey de Gat. Simí escuchó que sus esclavos estaban en Gat. 40 Así que ensilló su asno y fue a Gat, a donde estaba el rey Aquis para recuperar sus esclavos. Los encontró y los hizo regresar de Gat. 41 Pero alguien le dijo a Salomón que Simí había viajado de ida y vuelta a Gat. 42 Así que Salomón lo mandó buscar y le dijo:

—Te hice jurar por el SEÑOR que no saldrías de Jerusalén. Te advertí que si te ibas a cualquier parte morirías. Estuviste de acuerdo y me dijiste que me ibas a obedecer. 43 ¿Por qué entonces no cumpliste con el juramento que hiciste ante el SEÑOR y con la orden que te di? 44 Tú sabes todo el mal que le hiciste a David, mi papá. El SEÑOR te va a castigar por todo lo que hiciste. 45 Pero a mí, el rey Salomón, el SEÑOR me va a bendecir y hará que el reino de David se consolide.

46 Entonces el rey ordenó que Benaías matara a Simí, y así lo hizo. De esta manera Salomón consolidó su autoridad como rey.

Salomón pide sabiduría

Salomón hizo una alianza con el faraón, el rey de Egipto, casándose con su hija. Salomón la llevó a la Ciudad de David mientras todavía estaban en plena construcción del palacio, el templo del SEÑOR y el muro alrededor de Jerusalén. El mayor problema que tenía era que la gente todavía hacía sacrificios en los santuarios sobre las colinas, en el campo. En esos días no existía un templo en honor al SEÑOR. Pero Salomón mostró que él amaba al SEÑOR al obedecer todo lo que su papá David le dijo. Sin embargo, el mismo Salomón todavía ofrecía sacrificios e incienso en los santuarios sobre las colinas, en el campo.

El rey Salomón fue a ofrecer un sacrificio en Gabaón porque era el santuario más importante. Ofreció 1000 animales como sacrificios que deben quemarse completamente. Mientras Salomón estaba en Gabaón, el SEÑOR le apareció en un sueño. Dios le dijo: «Pide lo que quieras y yo te lo daré».

Salomón contestó: «Tú mostraste mucho fiel amor a mi papá David. Él te siguió fielmente, con justicia y rectitud de corazón. Y tú has seguido constante al mostrarle el fiel amor más grande: has permitido que en el día de hoy su hijo tome el trono en su lugar. SEÑOR mi Dios, tú has permitido que yo reinara en lugar de mi papá, pero me siento como un niño. No tengo la sabiduría necesaria para cumplir mi trabajo. Soy tu siervo en medio de tu pueblo, a quien tú elegiste. Es una nación tan numerosa que nadie la puede contar. Dame a mí, tu siervo, una mente que entienda cómo gobernar a tu pueblo y que sepa la diferencia entre el bien y el mal. ¿Quién será capaz de gobernar tu pueblo tan numeroso?»

10 Al SEÑOR le agradó que Salomón pidiera esto. 11 Dios le dijo: «Por haber pedido sabiduría para gobernar y no pediste para ti mismo una vida larga, ni riquezas, ni que matara a tus enemigos, 12 te concederé lo que has pedido. Te daré la mente más sabia y entendida de todos los tiempos. 13 También te daré lo que no pediste: más riqueza que ningún otro rey jamás tendrá. 14 Sígueme y obedece mis decisiones y mandatos, tal como lo hizo tu papá David, y así te daré una larga vida».

15 Salomón se despertó reconociendo que Dios le había hablado en un sueño. Entonces Salomón fue a Jerusalén y de pie ante el Cofre Sagrado del SEÑOR, ofreció sacrificios que deben quemarse completamente y presentó ofrendas para festejar. También invitó a una fiesta a todos los líderes y oficiales que lo ayudaban a reinar.

16 Después entraron dos prostitutas para presentarse ante el rey. 17 La primera habló así:

—Le ruego a Su majestad que escuche mi caso. Esta mujer y yo vivimos en la misma casa y yo tuve un bebé. 18 Tres días después esta mujer también tuvo un bebé. No había nadie más en casa, sólo nosotras dos. 19 Entonces durante la noche murió el bebé de esta mujer porque ella se acostó encima de él. 20 Ella se levantó durante la noche y me quitó el niño mío, estando yo durmiendo, y lo puso en la cama con ella. Después puso al bebé muerto junto a mí en la cama. 21 Cuando me levanté en la madrugada para amamantarlo, vi que estaba muerto. Pero en la mañana me di cuenta de que ese no era mi bebé.

22 La segunda mujer dijo:

—¡No! Mi hijo está vivo y el tuyo está muerto.

Pero la primera respondía:

—¡No! ¡Tu hijo es el muerto y el mío está vivo!

Así hablaban al rey.

23 El rey pensó: «Esta mujer dice que su bebé es el que está vivo y el de la otra es el que está muerto. La otra afirma lo contrario, que el suyo es el que está vivo y que el que está muerto es de esta mujer». 24 Entonces el rey Salomón mandó que un siervo suyo trajera una espada y así lo hizo. 25 Luego el rey dijo:

—Corten el bebé vivo en dos pedazos y denle un pedazo a cada una.

26 La verdadera madre del niño sintió compasión por él y dijo:

—Por favor, Su Majestad, denle la criatura a ella, pero por favor, ¡no lo maten!

La otra mujer decía:

—No será ni para mí ni para ella; divídanlo.

27 Entonces el rey Salomón dijo:

—¡No maten al bebé! Dénselo a la primera mujer. Ella es la mamá.

28 Toda la nación de Israel oyó de la decisión del rey Salomón. Le tuvieron temor, respetándolo mucho, porque era muy sabio. Reconocieron que la sabiduría divina[w] habitaba en él dándole la capacidad de tomar decisiones justas.

El reino de Salomón

El rey Salomón era rey de todo Israel. Los líderes que le ayudaron a gobernar fueron los siguientes:

Azarías hijo de Sadoc era el sacerdote.

Elijoref y Ahías, hijos de Sisá, eran los secretarios de la corte.

Josafat hijo de Ajilud era el historiador.

Benaías hijo de Joyadá era el comandante del ejército.

Sadoc y Abiatar eran sacerdotes.

Azarías hijo de Natán estaba a cargo de los gobernadores de los diferentes distritos.

Zabud hijo de Natán era sacerdote y consejero del rey Salomón.

Ajisar era el administrador del palacio real.

Adonirán hijo de Abdá estaba a cargo de los esclavos.

Israel fue dividido en doce áreas llamadas distritos. Salomón nombró un gobernador para cada distrito. Mandó a los gobernadores que juntaran alimentos en cada distrito y los entregaran al rey y a su familia. Cada uno de los doce gobernadores era responsable por juntar los alimentos necesarios para un mes. Los doce gobernadores eran:

Ben Jur, gobernador de la región montañosa de Efraín.

Ben Decar, gobernador de Macaz, Salbín,

Bet Semes y Elón Bet Janán.

10 Ben Jésed, gobernador de Arubot, Soco y Héfer.

11 Ben Abinadab, gobernador de Nafot Dor, casado con Tafat hija de Salomón.

12 Baná hijo de Ajilud era gobernador de Tanac y de Meguido y de todo Betseán junto a Saretán, abajo de Jezrel, desde Betseán a Abel Mejolá en frente de Jocmeán.

13 Ben Guéber, gobernador de Ramot de Galaad, gobernaba todas las aldeas y pueblos de Yaír hijo de Manasés que estaba en Galaad. También era el gobernador del distrito de Argob que estaba en Basán. En esta región había 60 ciudades protegidas por grandes muros con barras de bronce que reforzaban las puertas.

14 Ajinadab hijo de Idó, gobernador de Majanayin.

15 Ajimaz, gobernador de Neftalí. Estaba casado con Basemat hija de Salomón.

16 Baná hijo de Husay, gobernador de Aser y Alot.

17 Josafat hijo de Parúaj, gobernador de Isacar.

18 Simí hijo de Elá, gobernador de Benjamín.

19 Guéber hijo de Uri, gobernador de Galaad. Galaad era el país donde vivió Sijón, rey de los amorreos, y el país donde vivió Og, rey de Basán. Pero Guéber era el único gobernador de aquellos distritos.

20 Hubo tanta gente en Judá e Israel como la arena en la playa. Vivían felices con comida y bebida en abundancia.

21 Salomón dominaba todos los reinos, desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta el territorio de Egipto. Los reyes de estos países le llevaban tributo a Salomón y lo sirvieron toda su vida.

22 Esta era la cantidad de comida necesaria para Salomón y los que dependían de las provisiones del rey: 5000 kilos[x] de harina fina, 10 000 kilos de harina común, 23 diez bueyes alimentados con grano, 20 bueyes alimentados en el campo, 100 ovejas; animales silvestres como ciervos, gacelas, corzos y aves de caza.

24 Salomón dominaba todos los países al occidente del río Éufrates, o sea todo el territorio y los reyes ubicados al occidente del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza. Por todos lados hubo paz en su reino. 25 Durante todo el tiempo de su reinado, Judá e Israel, desde Dan hasta Berseba, gozaron de paz y seguridad. Cada cual se sentaba bajo su propia higuera y su propia vid.

26 Salomón tenía 4000[y] establos para los caballos que tiraban sus carros y tenía 12 000 jinetes. 27 Cada mes uno de los doce gobernadores de los distritos le daba al rey Salomón todo lo necesario para servir a todos los que dependían de las provisiones del rey. Nunca faltaba nada. 28 También cada uno por su lado proveía los caballos de guerra y los de carga que llevaban bultos con cebada y paja.

Sabiduría de Salomón

29 Dios le daba sabiduría y muchísimo entendimiento a Salomón. Tenía tanta inteligencia que no se puede comprender la profundidad de su entendimiento, así como no se puede contar la arena en la playa. 30 La sabiduría de Salomón era más grande que la sabiduría combinada de los sabios del oriente y que toda la sabiduría de Egipto. 31 Era más sabio que cualquier persona del mundo. Era aun más sabio que Etán el ezraíta y que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. El rey Salomón llegó a ser muy famoso entre las naciones del mundo de aquel entonces. 32 Durante su vida Salomón pronunció 3000 proverbios y compuso 1005 canciones.

33 Salomón también entendía la naturaleza. Enseñaba sobre las plantas, desde los cedros altos del Líbano hasta las enredaderas. También enseñaba acerca de los animales grandes, aves y bichos de toda clase. 34 Los reyes mandaban delegados de todas las naciones para escuchar su sabiduría.

Salomón construye el templo

(2 Cr 2:1-18)

El rey Hiram de Tiro siempre había sido amigo de David. Así que cuando Hiram oyó que se había consagrado a Salomón como rey en lugar de su papá David, mandó a sus siervos a Salomón. Salomón le mandó decir al rey Hiram:

«Recuerda que mi papá, el rey David, no pudo construir un templo en honor al SEÑOR su Dios porque tuvo que pelear guerras por todos lados. Estaba esperando hasta que el SEÑOR le diera la victoria sobre sus enemigos. Pero ahora el SEÑOR mi Dios me ha dado paz por todos lados; no tengo ningún enemigo. Mi pueblo ya no está en peligro.

»A mi papá David, el SEÑOR le prometió que el hijo que fuera rey después de él construiría un templo en su honor. Así que ahora estoy planeando construir ese templo en honor al SEÑOR mi Dios. Entonces manda a tus hombres al Líbano a que corten árboles para mí. Mis siervos trabajarán con los tuyos y les pagaré el precio que tú decidas. Pero necesito tu ayuda, pues los carpinteros sidonios son mejores que los carpinteros israelitas».

Cuando Hiram oyó lo que Salomón pedía, se puso muy contento y dijo: «Le agradezco al SEÑOR hoy por darle a David un hijo sabio para gobernar esta gran nación». Entonces Hiram le mandó un mensaje a Salomón que decía:

«Acepto lo que has pedido. Te daré todo el cedro y pino que deseas. Mis siervos bajarán con la madera desde el Líbano hasta el mar y yo la ataré en forma de balsas en el mar y la mandaré al lugar que tú indiques para que las mande desatar. Tú cumple mi deseo de tener provisiones en mi palacio».

10 Así que Hiram le dio a Salomón todo el cedro y el pino que deseaba. 11 Salomón le pagó a Hiram con 5 000 000 de kilos[z] de trigo y cerca de 400 000 litros de aceite de oliva puro cada año para su familia. 12 El SEÑOR le dio sabiduría a Salomón, tal como le había prometido. Y hubo paz entre Hiram y Salomón. Estos dos reyes hicieron un pacto entre ellos.

13 El rey Salomón obligó a 30 000 hombres de Israel a que ayudaran en este trabajo. 14 Él eligió como jefe a un hombre llamado Adonirán y dividió en tres grupos a los hombres. Había 10 000 hombres en cada grupo. Ellos trabajaban por un mes en el Líbano y después se iban a casa por dos meses. 15 Salomón obligó también a 80 000 hombres a cortar piedra en la región montañosa. Había 70 000 hombres para transportar las piedras. 16 También mandó 3300 de los oficiales de la corte del rey para supervisar la obra. 17 El rey Salomón los mandó cortar piedras grandes y valiosas, que cortaron con cuidado para el fundamento del templo. 18 Entonces los constructores de Salomón e Hiram y los hombres de Guebal cortaron las piedras. Prepararon tanto las piedras como la madera para edificar el templo.

Salomón construye el templo

(2 Cr 3:1-14)

Así que Salomón empezó a construir el templo del SEÑOR 480 años después de que los israelitas habían salido de Egipto. La obra se inició en el cuarto año del reinado de Salomón en Israel en el mes de zif, que es el segundo mes del año.

El templo que el rey Salomón construyó para el SEÑOR medía 27 metros[aa] de largo, 9 metros de ancho y 13 metros de alto. La entrada del templo mismo medía 9 metros de largo y 9 metros de ancho. De ancho medía lo mismo que el templo. Hizo también ventanas con cercos y rejillas. Alrededor del salón central del templo, Salomón construyó unos cuartos en fila contra la pared del templo. La fila de cuartos alrededor del templo era de tres pisos. El ancho del espacio interior de la planta baja era de 2 metros; el del primer piso era de 3 metros; y el del tercer piso era de 3 metros. Tal construcción permitió que los cuartos estuvieran justo afuera del templo sin apoyarse en la pared del templo.[ab] Los constructores usaron piedras enteras. Las piedras que usaban para la construcción venían labradas desde la cantera. No se escuchaba martillo, hacha o herramienta de hierro alguna mientras se construía el templo.

Por una escalera en espiral al lado sur del edificio se entraba al primer piso de los cuartos. Desde el primer piso se podía acceder al tercer piso.

Así Salomón terminó de construir el salón central del templo y por dentro lo terminó con madera de cedro. 10 Cada piso de los cuartos externos del templo lo construyó de una altura de 2 metros. Los soportes del templo eran de cedro.

11 El SEÑOR le dijo a Salomón: 12 «En cuanto a esta casa que estás construyendo, si tú obedeces mis decretos, respetas mis decisiones y cumples con cuidado mis mandamientos, yo cumpliré contigo la promesa que le hice a tu papá David. 13 Yo habitaré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel».

14 Así Salomón terminó de edificar el templo. 15 Luego terminó de cubrir las paredes interiores con madera. Cubrió las paredes con madera de cedro desde el piso hasta las vigas del cielo raso. Los pisos los recubrió con maderas de pino. 16 Los últimos 10 metros al fondo del templo los recubrió y terminó completamente en cedro desde el piso hasta las vigas del techo. Esta parte la construyó como el santuario interno, el Lugar Santísimo. 17 La parte del templo delante del Lugar Santísimo medía 18 metros de largo. 18 La parte interior del templo estaba recubierta de cedro labrado con figuras de calabazas y flores. Todo era de cedro y no se veía nada de la piedra.

19 Salomón preparó el santuario interior del templo que era para el Cofre Sagrado del SEÑOR. 20 Ese espacio medía 9 metros de largo, 9 de ancho y 9 de alto. Salomón lo recubrió de oro puro y también recubrió de oro puro el altar de cedro; 21 recubrió además el interior del templo con oro, encerró el Lugar Santísimo con una cadena de oro, y lo recubrió de oro. 22 Toda la parte interior del templo la recubrió de oro y también recubrió de oro el altar que estaba ante el Lugar Santísimo.

23 También mandó hacer un par de querubines de madera de olivo en el Lugar Santísimo. Cada uno medía alrededor de 5 metros de alto. 24 Cada ala de los querubines medía 2.25 metros hasta la punta. 25 En total, las dos alas medían 4 metros y medio. 26 Los dos querubines medían 4 metros y medio de alto, y eran idénticos. 27 Colocó a los dos querubines en medio del templo. Sus alas se extendían hasta tocarse las puntas, y las puntas tocaban la pared. 28 Recubrió los querubines de oro.

29 Toda la pared interior de los espacios de los cuartos internos y externos fue tallada con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas. 30 También el piso de los espacios internos y cuartos externos los recubrió de oro.

31 Para la entrada del Lugar Santísimo hizo puertas de olivo. Los batientes se cortaron con cinco caras. 32 Hizo dos puertas de olivo y las talló con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió todas de oro. 33 Así también hizo la puerta de la entrada al templo. Los batientes eran de olivo, pero cortados con cuatro lados. 34 Las dos puertas las hizo de pino y giraban pendientes de bisagras fijas. 35 Talló las puertas con figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y recubrió bien cada figura tallada.

36 Hizo el atrio de tres filas de piedras, una arriba de otra, la última con vigas de cedro cortado. 37 En el cuarto año del reinado de Salomón, durante el mes de zif, pusieron las bases del templo de SEÑOR. 38 El templo se terminó en el mes de bul, el octavo mes, del año once de su reinado. La construcción del templo duró siete años y quedó tal como había sido planeado.

El palacio de Salomón

Al rey Salomón le llevó 13 años construir y terminar su propio palacio. Se construyó la casa Bosque del Líbano, que medía 45 metros de largo, 22 metros de ancho y 13 metros y medio de alto. La construyó en una armazón de tres filas[ac] de pilares de cedro, unidas a travesaños cortos de cedro. El techo era de cedro arriba de los cuartos que se apoyaban en los 45 pilares que estaban en tres filas de 15 pilares cada una. Había tres filas de tres ventanas cada una. Tanto las entradas como las ventanas tenían marcos cuadrados y había tres filas de tres ventanas cada una. Hizo la Entrada de las Columnas de 22 metros y medio de largo por 13 metros y medio de ancho. Al frente de la entrada hizo un pórtico con una cobertura que sobresalía.

Salomón también hizo un lugar para su trono donde dictaba sentencias. También tenía un pórtico y una cobertura que sobresalía. Lo llamaba la cámara del tribunal. La cámara estaba recubierta de cedro desde el piso hasta el cielo raso.

La casa donde vivía Salomón estaba dentro de la cámara del tribunal. Fue construida igual que la cámara del tribunal. También hizo el mismo estilo de casa para su esposa, la hija del faraón de Egipto.

En toda esta construcción se usaron piedras de mucho valor cortadas y ajustadas a sierra de acuerdo a las medidas necesarias. Tanto el lado exterior como el interior de las piedras estaban trabajados. Se usaron tales piedras desde los cimientos hasta los soportes de los techos. También se usaron desde el exterior hasta el gran patio. 10 Los cimientos estaban hechos con piedras valiosas, que eran muy grandes. Algunas eran de 4 metros, otras de 3. 11 De ahí hacia arriba se colocaban piedras de mucho valor cortadas según las medidas necesarias. 12 De cada lado del gran patio había una pared hecha de tres hileras de piedras cortadas y una hilera de vigas de cedro. De la misma manera se hizo el patio interior del templo del SEÑOR y el vestíbulo del templo.

Hiram trabaja el bronce

(2 Cr 3:15-17; 4:1-10)

13 El rey Salomón le mandó un mensaje a Hiram en Tiro para traerlo a Jerusalén. 14 La mamá de Hiram era una viuda israelita de la tribu de Neftalí, el papá era de Tiro y trabajaba el bronce. Hiram tenía mucha destreza, entendimiento y experiencia en la fabricación de artículos de bronce. Así que el rey Salomón pidió que viniera, e Hiram aceptó ir. El rey Salomón lo puso a cargo de todo el trabajo en bronce, e Hiram hizo todo lo que se le encargó.

15 Hiram hizo dos columnas de bronce, cada una de 8 metros de alto y 5 metros y medio de circunferencia. Las columnas eran huecas con un grosor de 8 centímetros.[ad] 16 Hiram también hizo capiteles de bronce de 2 metros y medio de largo y los colocó encima de las columnas. 17 Hizo una red de cadenas colgantes para cubrir la parte superior de las columnas. 18 Hizo dos hileras de globos hechos de bronce parecidos a granadas y las colocó en las redes para cubrir la parte superior de la columna. 19 Los capiteles que estaban encima de las columnas medían 2 metros y tenían forma de flores. 20 Los capiteles de 3 metros de alto estaban encima de las columnas. La red colgaba debajo de los capiteles y ahí estaban las 200 granadas en hileras alrededor de las columnas. 21 Hiram instaló estas dos columnas de bronce en el atrio del templo. Una estaba al lado sur y la otra estaba al lado norte. La columna del lado sur se llamaba Jaquín. La del lado norte se llamaba Boaz. 22 Cuando colocaron los capiteles encima de las columnas, terminaron ese trabajo.

23 Entonces Hiram hizo de bronce un tanque grande de agua, de forma circular. La circunferencia del tanque era de 13 metros y medio, su diámetro era de 4 metros y medio y tenía una altura de 2.25 metros. 24 Debajo del borde del tanque grande de agua había hileras de calabazas, hechas de bronce y formando una sola pieza con el tanque, diez por cada medio metro. 25 El tanque grande de agua descansaba sobre doce toros mirando hacia afuera. Tres miraban al norte, tres al oriente, tres al sur y tres al occidente. 26 El grosor de las paredes del tanque grande era de 8 centímetros[ae]; su borde en forma de copa se asemejaba a un capullo de lirio. El tanque grande tenía una capacidad de 44 000 litros[af].

27 Hiram también hizo diez plataformas movibles de bronce; cada una medía 2 metros de largo, 2 metros de ancho, y 1 metro de alto. 28 Las plataformas eran unas tablas cuadradas puestas en un armazón. 29 Cada tabla y armazón llevaba figuras en bronce de leones, toros y querubines. En la parte de arriba y abajo de estas figuras había diseños de flores tallados en bronce. 30 Las plataformas tenían cuatro ruedas de bronce con ejes también de bronce y en cada esquina de la plataforma había soportes para un tanque de agua. Los soportes tenían diseños de flores tallados en bronce. 31 Había un armazón arriba de cada tanque de agua que se extendía 45 centímetros arriba del tanque de agua. La apertura para cada tanque de agua era de 67 centímetros de diámetro. 32 Debajo del armazón estaban las cuatro ruedas que medían 67 centímetros de diámetro; los ejes y ruedas formaban una sola pieza con cada plataforma movible. 33 Las ruedas eran como las ruedas de un carruaje y todo lo que estaba en las ruedas era de bronce: los ejes, las orillas, los rayos y cubos.

34 Los cuatro soportes estaban en las esquinas de las plataformas y eran de una sola pieza con la plataforma. 35 Una banda de bronce terminaba la plataforma movible en la parte superior y era de una sola pieza con la plataforma. 36 Los lados de cada plataforma movible y el armazón llevaban figuras de querubines, leones y palmeras talladas en bronce. Estas figuras estaban talladas por todas partes en las plataformas donde había espacio en la superficie de las plataformas movibles. 37 Hiram hizo iguales todas las diez plataformas de bronce fundido.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2015 Bible League International