Bible in 90 Days
12 Tendrás también un lugar fuera del campamento al que podrás ir a hacer tus necesidades. 13 En tu equipo tendrás una estaca con la que cavarás un hoyo para que entierres tu excremento cuando hagas tus necesidades. 14 Ya que el SEÑOR tu Dios viaja en medio de tu campamento para salvarte y ayudarte a derrotar a tus enemigos, entonces el campamento es sagrado, si él ve algo desagradable puede alejarse de ti.
Otras leyes
15 En caso de que un esclavo se escape de su amo y llegue a ti, no se lo devuelvas a su amo. 16 Él debe quedarse contigo en el lugar que elija en cualquiera de tus ciudades, donde desee. No debes oprimirlo.
17 Ninguna mujer israelita podrá volverse prostituta, y ningún hombre israelita podrá prostituirse. 18 No lleves el pago de una prostituta o de un perro[a] a la casa del SEÑOR tu Dios para pagar cualquier promesa, porque estas cosas son reprobables para el SEÑOR tu Dios.
19 No debes cobrar interés por un préstamo hecho a otro israelita, ya sea interés en dinero, comida o cualquier cosa que sea prestada. 20 Podrás cobrarle interés al extranjero, pero no a otro israelita, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que hagas en la tierra a la que estás a punto de entrar y ocupar.
21 Cuando hagas una promesa al SEÑOR tu Dios, no demores en cumplirla. El SEÑOR seguramente demandará su cumplimiento y serás culpable de pecado. 22 Si evitas hacer una promesa al SEÑOR, no serás culpable de pecado. 23 Deberás ser cuidadoso en cumplir todo lo que prometas, pues has prometido voluntariamente al SEÑOR tu Dios lo que dijiste con tu propia boca.
24 Si entras en el viñedo de otra persona, podrás comer todas las uvas que quieras hasta que estés satisfecho, pero no podrás llevarte ninguna en tu bolsa. 25 Si entras en el sembrado de tu vecino, puedes arrancar espigas con tu mano pero no podrás arrancarlas con una hoz.
Leyes sobre el divorcio
24 Si un hombre toma a una mujer, se casa con ella y luego no le gusta porque la descubre haciendo algo detestable, podrá echarla de su casa si él le escribe un certificado de divorcio. 2 Si ella deja su casa, va y se casa con otro hombre, 3 y sucede que este otro hombre también la detesta y le da un certificado de divorcio y la echa de su casa, o si el segundo marido muere, 4 entonces su primer esposo, el que la echó primero, no podrá casarse de nuevo con ella. Ella se haría impura para él de esta manera. El SEÑOR odia esto y no debes llevar pecado a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como herencia.
Leyes diversas
5 Cuando un hombre está recién casado, no debe ir al ejército ni se le dará ninguna tarea pública. Estará libre para quedarse en casa por un año y hacer feliz a la mujer con la que se ha casado.
6 Nadie podrá tomar como prenda de un préstamo las dos piedras usadas para moler el grano, ni siquiera la de arriba, porque estaría tomando como prenda un artículo de primera necesidad.
7 Si se encuentra a alguien secuestrando a alguna persona de su propio pueblo, otro israelita, y haciéndolo esclavo o vendiéndolo, entonces el secuestrador morirá, y tu quitarás así la maldad de en medio de ti.
8 En caso de una enfermedad peligrosa de la piel asegúrate de hacer todo lo que te digan los sacerdotes y los levitas. Debes tener cuidado de hacer lo que yo les he ordenado a ellos. 9 Recuerda lo que el SEÑOR tu Dios le hizo a Miriam[b] en el viaje después de que ustedes salieron de Egipto.
10 Cuando le prestes algo a alguien, no debes entrar a su casa a tomar algo como prenda. 11 Debes esperar afuera, y el hombre al que le hiciste el préstamo sacará la prenda. 12 Si un hombre es pobre, no dormirás sobre el abrigo que te dio como prenda. 13 Debes devolver su prenda antes de que anochezca para que él pueda dormir con su abrigo y él te bendiga; habrás hecho algo justo delante del SEÑOR tu Dios.
14 No debes engañar a un trabajador contratado que sea pobre y necesitado, israelita o inmigrante que viva en tu tierra en una de tus ciudades. 15 Debes pagarle el mismo día antes de la puesta de sol, porque él es pobre y cuenta con ese dinero. De otra manera, él se quejará al SEÑOR y serás culpable de pecado.
16 Los padres no deben ser condenados a muerte por causa de sus hijos y los hijos no podrán ser condenados a muerte por causa de sus padres. Cada cual morirá por su propio pecado.
17 No juzgarás injustamente a un inmigrante o a un huérfano. No tomarás el abrigo de una viuda como prenda. 18 Recuerda que eras esclavo en Egipto y el SEÑOR tu Dios te liberó de allí. Por eso te mando que hagas esto.
19 Cuando recojas la cosecha en tu tierra y olvides un costal de grano en el campo, no regreses por él. Debe dejarse para el inmigrante, el huérfano o la viuda, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que hagas. 20 Cuando recojas las aceitunas de tus olivos, no repases todas sus ramas de nuevo. Las que queden serán para el inmigrante, el huérfano o la viuda. 21 Cuando recojas las uvas de tu viñedo, no vayas a buscar de nuevo las que queden, serán para el inmigrante, el huérfano o la viuda. 22 Recuerda que fuiste esclavo en la tierra de Egipto. Por eso te mando que hagas esto.
25 Cuando dos hombres tengan un pleito, deben ir al tribunal. Los jueces decidirán entre ellos y declararán a uno inocente y al otro culpable. 2 Si el culpable merece ser azotado, entonces el juez debe hacer que se ponga boca abajo y sea azotado en frente suyo con el número de latigazos que sea apropiado para su crimen. 3 Debe azotarlo no más de 40 veces. De otra manera, si le dan más de 40 azotes, entonces el ciudadano habría sido humillado públicamente.
4 No le tapes la boca al buey mientras esté arando.
5 Cuando unos hermanos viven juntos y uno de ellos muere y no tiene ningún hijo, la mujer del difunto no podrá casarse con alguien fuera de la familia de su esposo. El hermano de su esposo debe casarse con ella y tener relaciones sexuales con ella, cumpliendo su deber de cuñado. 6 El primer hijo que ella dé a luz será considerado hijo del difunto para que su nombre no sea borrado de Israel. 7 Pero si el hombre no quiere casarse con la mujer de su hermano, entonces la mujer debe ir a las puertas de la ciudad ante los ancianos líderes y decir: «El hermano de mi esposo se niega a mantener vigente en Israel el nombre de su hermano. Él no quiere cumplir su deber de cuñado». 8 Entonces los ancianos líderes de su ciudad deberán hablar con él. Si él insiste y dice: «Yo no quiero casarme con ella», 9 entonces la esposa de su hermano debe acercarse a él en frente de los ancianos, quitarle la sandalia de su pie y decirle: «Esto es lo que se le hace a un hombre que no le da a su hermano un descendiente». 10 Su familia será conocida en Israel como «la familia del que se le quitó la sandalia».
11 Si dos hombres están peleando, y la esposa de uno viene a rescatar a su esposo del que lo está venciendo, y ella agarra al otro por los genitales, 12 entonces le debes cortar la mano a ella; no le tengas compasión.
13 No lleves en tu bolsa dos pesas diferentes, una menos pesada que la otra. 14 No tengas dos medidas diferentes en tu casa, una más pequeña que la otra. 15 Solamente deberás tener una sola pesa y una sola medida completamente honestas, para que puedas vivir por mucho tiempo en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. 16 Cualquiera que haga estas maldades, el que actúe deshonestamente, es detestable ante el SEÑOR tu Dios.
Los amalecitas deben ser destruidos
17 Recuerda lo que les hicieron los amalecitas en el viaje cuando ustedes salieron de Egipto. 18 Ustedes estaban débiles y cansados cuando ellos atacaron por sorpresa a los que se habían quedado atrás. Los amalecitas no respetaron a Dios. 19 Cuando el SEÑOR tu Dios te dé paz de todos tus enemigos por todos lados en la tierra que él te da para que tomes posesión de ella, deberás borrar de este mundo la memoria de Amalec. ¡Que no se te olvide!
Ofrenda de la primera cosecha
26 Cuando entres a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como tuya, tomes posesión y te establezcas en ella, 2 entonces deberás tomar una parte de todas las primeras cosechas que saques de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, la pondrás en una canasta y viajarás hasta el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá para establecer su nombre. 3 Allí irás ante el sacerdote que esté en funciones en ese momento y le dirás: «Hoy declaro al SEÑOR tu Dios que he entrado a la tierra que el SEÑOR les prometió a nuestros antepasados que nos daría».
4 Luego el sacerdote tomará la canasta de tu mano y la pondrá frente al altar del SEÑOR tu Dios. 5 Luego tú dirás ante el SEÑOR tu Dios: «Mi padre era un arameo[c] errante que bajó a Egipto y vivió allí como extranjero con una familia muy pequeña, pero allí se convirtió en una nación poderosa y numerosa. 6 Los egipcios fueron crueles con nosotros y nos hicieron sufrir y trabajar muy duro. 7 Luego nosotros pedimos con llanto ayuda al SEÑOR, el Dios de nuestros antepasados. El SEÑOR escuchó nuestra voz y vio nuestro sufrimiento, nuestro duro trabajo y miseria. 8 Después el SEÑOR nos sacó de Egipto con su gran poder y fuerza, con actos terroríficos, y con señales y milagros. 9 Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, una tierra que rebosa de leche y de miel. 10 Ahora he traído los primeros frutos de la tierra que tú, SEÑOR, me diste».
Luego los dejarás ante el SEÑOR tu Dios. Entonces te arrodillarás ante él para adorarlo. 11 Después celebrarás por todas las cosas buenas que el SEÑOR tu Dios te ha dado a ti y a tu familia. Tú, los levitas y los inmigrantes entre ustedes celebrarán juntos.
12 Cuando hayas terminado de separar la décima parte de toda tu cosecha en el tercer año, el año de la entrega de la décima parte de tu cosecha, y se la hayas dado a los levitas, a los inmigrantes, a los huérfanos y a las viudas para que tengan suficiente para comer en todas tus ciudades, 13 entonces dirás ante el SEÑOR tu Dios: «He apartado la parte sagrada de la cosecha de mi casa y se la he dado a los levitas, a los inmigrantes, a los huérfanos y a las viudas, como me mandaste hacerlo. No he desobedecido ni olvidado ninguno de tus mandamientos. 14 No he comido nada de lo que he juntado estando triste, no lo he comido mientras estaba impuro ni se lo he ofrecido a los muertos. He obedecido la voz del SEÑOR mi Dios y he hecho todo lo que me has mandado. 15 Mira hacia abajo desde tu casa sagrada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo de Israel y la tierra que nos diste como les prometiste a nuestros antepasados, una tierra que rebosa de leche y de miel».
Israel, el pueblo consagrado al Señor
16 Hoy el SEÑOR tu Dios te ordena obedecer estas normas y leyes, y debes obedecerlas cuidadosamente con todo tu ser. 17 Hoy haces este pacto con el SEÑOR[d]: Él será tu Dios y tú vivirás de la forma que él quiere, cumplirás sus normas y leyes, y lo obedecerás. 18 Y hoy el SEÑOR hace este pacto contigo: tú serás su tesoro, como él te lo prometió. Tendrás que obedecer todos sus mandamientos. 19 Entonces él te hará la nación más importante; te dará más gloria, fama y honor, que todas las naciones que ha creado. Serás un pueblo consagrado al SEÑOR tu Dios, como él dijo.
Piedras memoriales en el monte Ebal
27 Moisés, en compañía de los ancianos líderes de Israel, dio estas órdenes al pueblo: «Obedece todas las instrucciones que hoy te doy. 2 Tan pronto como cruces el río Jordán hacia la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, deberás levantar grandes piedras, las cubrirás con cal 3 y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley. De esta forma podrás entrar a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, una tierra que rebosa de leche y de miel, como el SEÑOR, el Dios de tus antepasados, te prometió.
4 »Cuando hayas cruzado el río Jordán, deberás levantar esas piedras así como te ordeno hoy, en el monte Ebal, y las cubrirán con cal. 5 Allí construirás un altar para el SEÑOR tu Dios, un altar de piedras sobre el cual no hayas usado ninguna herramienta de hierro, 6 construirás el altar del SEÑOR tu Dios con piedras enteras y ofrecerás ofrendas que deben quemarse completamente sobre ese altar para el SEÑOR tu Dios. 7 Deberás celebrar ahí y comer sacrificios para festejar regocijándote ante el SEÑOR tu Dios. 8 Deberás escribir en las piedras todas las palabras de esta ley, de una manera muy clara y de fácil lectura».
Maldiciones por incumplir la ley
9 Moisés y los sacerdotes levitas dijeron a todo el pueblo de Israel: «¡Guarda silencio y escucha, Israel! Hoy te has convertido en el pueblo del SEÑOR tu Dios. 10 Obedece la voz del SEÑOR tu Dios y cumple todos sus mandamientos y normas que te mando hoy».
11 Ese día Moisés también le dio estas órdenes al pueblo: 12 «Las siguientes tribus se ubicarán en el monte Guerizín para bendecir al pueblo cuando crucen el Jordán: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José, Benjamín; 13 y estas tribus, se ubicarán en el monte Ebal para anunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.
14 »Los levitas les dirán a los israelitas en voz alta:
15 “Maldito sea el que haga una imagen o un ídolo de metal, algo que es detestable al SEÑOR, el trabajo de las manos de un artesano que lo prepara en secreto para adorarlo”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
16 Los levitas dirán: “Maldito sea el que deshonre a su papá o a su mamá”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
17 Los levitas dirán: “Maldito sea el que mueva el límite de la propiedad de su vecino para robarlo”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
18 Los levitas dirán: “Maldito sea el que desvíe a un ciego del camino”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
19 Los levitas dirán: “Maldito sea el que cometa una injusticia contra un inmigrante, un huérfano o una viuda”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
20 Los levitas dirán: “Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con la esposa de su papá porque lo habrá deshonrado”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
21 Los levitas dirán: “Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con un animal”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
22 Los levitas dirán: “Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con su hermana o hermanastra”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
23 Los levitas dirán: “Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con su suegra”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
24 Los levitas dirán: “Maldito sea el que mate a alguien secretamente”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
25 Los levitas dirán: “Maldito sea el que acepte dinero para matar a una persona inocente”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
26 Los levitas dirán: “Maldito sea el que no ponga en práctica o desobedezca las palabras de esta ley”.
Luego todo el pueblo dirá: “Así sea”.
Bendiciones por obedecer la ley
(Lv 26:3-13; Dt 7:12-24)
28 »Si obedeces completamente la voz del SEÑOR tu Dios al seguir fielmente todos sus mandamientos que te mando hoy, entonces el SEÑOR tu Dios te hará la nación más importante de todas. 2 Gozarás de todas estas bendiciones si obedeces la voz del SEÑOR tu Dios:
3 Serás bendito en la ciudad
y serás bendito en el campo.
4 Te bendecirá con muchos hijos,
y bendecirá tus campos con buenas cosechas.
Las crías de tus animales serán benditas
y tus terneros y corderos serán benditos.
5 Tu canasta y tu tazón de amasar
serán benditos.
6 Serás bendito en todo tiempo
y en toda actividad.
7 »El SEÑOR te permitirá derrotar a todos tus enemigos cuando te ataquen. Ellos irán contra ti en una dirección, pero huirán de ti en siete direcciones diferentes.
8 »El SEÑOR te bendecirá con graneros llenos y bendecirá todo lo que hagas. Te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. 9 Si obedeces los mandamientos del SEÑOR tu Dios y si vives como él quiere que vivas, el SEÑOR te convertirá en su pueblo santo, como te lo prometió. 10 Entonces todas las naciones de la tierra verán que tú eres el pueblo del SEÑOR y que él es tu protector, y te tendrán miedo.
11 »El SEÑOR te hará extremadamente próspero y te dará muchos hijos, tus animales tendrán muchas crías y tú tendrás muchas cosechas en la tierra que el SEÑOR les prometió a tus antepasados que te daría. 12 El SEÑOR te abrirá sus riquezas y el cielo para enviarle lluvia a tu tierra en el momento preciso, y bendecirá todo lo que hagas. Tendrás dinero para prestarles a muchas naciones pero tú no pedirás prestado. 13 El SEÑOR te hará ir a la cabeza, no al final; siempre estarás en la cima y no en el fondo. Esto sucederá si tú escuchas los mandamientos que el SEÑOR tu Dios te manda hoy y los obedeces cuidadosamente. 14 Serás bendito si sigues sin apartarte de ninguna de las palabras que te ordeno, ni vas tras otros dioses para servirles.
Maldiciones por no obedecer la ley
(Lv 26:14-46)
15 »Pero si tú no obedeces al SEÑOR tu Dios ni sigues fielmente todos sus mandamientos y leyes que hoy te mando, entonces todas estas maldiciones vendrán sobre ti:
16 Serás maldito en la ciudad
y serás maldito en el campo.
17 Tu canasta y tu tazón de amasar
serán malditos.
18 Tus hijos y tus cosechas
serán malditos.
Los terneros de tus manadas y los corderos de tus rebaños
serán malditos.
19 Tú serás maldito en todo tiempo
y en toda actividad.
20 »El SEÑOR te enviará maldición, confusión y obstrucción en todo lo que intentes hacer. Al final serás destruido y desaparecerás rápidamente debido a tus actos perversos en los que olvidas al SEÑOR. 21 El SEÑOR te mandará una enfermedad terrible hasta que te extermine de la tierra que vas a ocupar. 22 El SEÑOR te castigará con calor y falta de lluvia; con vientos cálidos y moho, y con una enfermedad que te causará fiebre, sudor y pérdida extrema de peso. Todas esas cosas te pasarán hasta que estés destruido. 23 El cielo sobre tu cabeza será como el bronce y la tierra bajo tus pies será dura como el hierro por la sequía. 24 El SEÑOR hará que la lluvia para tu tierra sea arena y polvo, los cuales caerán sobre ti desde el cielo hasta destruirte.
25 »El SEÑOR permitirá que seas derrotado por tus enemigos. Saldrás en contra de ellos en una dirección, pero huirás de ellos en siete direcciones. Toda la gente en la tierra sentirá temor al ver todo el mal que te suceda. 26 Tu cadáver se convertirá en comida para toda ave en el cielo y todo animal en la tierra, y no habrá nadie que los ahuyente.
27 »El SEÑOR te castigará con llagas como a los egipcios; tumores, sarna y tiña, enfermedades de las que no podrás sanar. 28 El SEÑOR te castigará volviéndote loco, ciego y confuso. 29 Andarás a tientas de día como un ciego en la oscuridad, y fracasarás en todo lo que hagas. Serás oprimido y robado constantemente y no habrá nadie que te salve.
30 »Te comprometerás con una mujer, pero otro hombre la violará. Construirás una casa nueva, pero no vivirás en ella. Plantarás un viñedo, pero no disfrutarás de sus frutos. 31 Tu buey será sacrificado ante tus ojos, pero no comerás nada de él. Tu burro será robado en frente tuyo y no te será devuelto. Tu ganado será entregado a tus enemigos y no habrá nadie que te salve.
32 »Tus hijos e hijas serán entregados a otras naciones y tus ojos se cansarán de buscarlos constantemente, pero no podrás hacer nada.
33 »Una nación que no conoces se comerá tus cosechas y todo aquello por lo que has trabajado tan duro. Serás maltratado y abusado continuamente. 34 Las cosas que verás te volverán loco. 35 El SEÑOR te castigará con llagas dolorosas en las rodillas, en las piernas, desde la planta del pie hasta la cabeza, y no podrás ser curado.
36 »El SEÑOR obligará a ti y a tu rey a ir a una nación que tú ni tus antepasados conocen. Allí servirás a otros dioses hechos de madera y piedra. 37 La gente sentirá terror de ver todo el mal que sufrirás y se burlará de ti, en el pueblo donde el SEÑOR te llevará.
38 »Plantarás muchas semillas en la tierra, pero tu cosecha será pequeña porque las langostas se la comerán. 39 Plantarás viñedos y trabajarás duro en ellos, pero no beberás vino ni cosecharás uvas de ellos porque los gusanos se las comerán. 40 Tendrás olivos en todo tu territorio, pero no te untarás en aceite porque tus olivos se caerán. 41 Tendrás hijos e hijas, pero no se quedarán contigo, porque serán capturados y llevados lejos. 42 Las langostas se comerán todas tus cosechas. 43 El inmigrante que vive entre ustedes ganará más poder mientras ustedes lo irán perdiendo. 44 Él te prestará, pero tú no serás capaz de prestarle. Él irá a la cabeza y tú al final.
45 »Sucederán todas estas maldiciones y continuarán persiguiéndote y apoderándose de ti hasta que seas destruido, porque no obedeciste la voz del SEÑOR tu Dios ni cumpliste sus mandamientos y leyes. 46 Estas maldiciones serán una demostración contra ti y tus descendientes de que Dios te ha juzgado. 47 Todo es porque no quisiste adorar al SEÑOR tu Dios con alegría y sinceridad, a pesar de tener todo en abundancia. 48 Por eso servirás a tus enemigos que el SEÑOR enviará en tu contra, teniendo hambre, sed, desnudez y carencia de todo. Él pondrá un gran peso sobre ti hasta que te haya arruinado.
49 »El SEÑOR enviará contra ti una nación lejana, del final de la tierra, como el águila viene rápidamente del cielo. No conocerás el idioma de aquella nación. 50 Será una nación cruel que no respetará a los ancianos ni tendrá piedad de los jóvenes. 51 Se comerán las crías de tu ganado y las cosechas de tu tierra hasta que estés destruido. No te dejará grano, vino nuevo, aceite, terneros o corderos hasta que estés destruido.
52 »Esa nación te sitiará y atacará todos tus pueblos hasta que tus altas y fuertes murallas en las que tanto confías sean destruidas en toda tu tierra. Esa nación te sitiará y atacará todos tus pueblos en toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te ha dado. 53 El enemigo te sitiará y te hará sufrir. No tendrás de qué alimentarte y entonces te comerás a tus propios hijos, los cadáveres de los mismos hijos que el SEÑOR tu Dios te ha dado.
54 »Aun el hombre más tierno y amable entre ustedes se volverá cruel. Mirará con malos ojos a su hermano, a la esposa que ama y al último de los hijos que le queden. 55 No le quedará nada para alimentarse, así que se comerá a sus propios hijos. Para colmo, no compartirá la carne con nadie, ni aun con los de su propia familia. Tal será el sufrimiento que tu enemigo producirá en ti durante el sitio de todas tus ciudades.
56 »Aun la mujer más delicada y amable entre ustedes se volverá cruel. Aunque sea una mujer que ni siquiera pise el suelo de lo delicada que es, se volverá cruel con su amado esposo, con su hijo y con su hija. 57 Se esconderá para dar a luz a su hijo y luego se comerá al bebé junto con la placenta. Todo esto te sucederá cuando tus enemigos te sitien y te hagan sufrir en todas tus ciudades.
58 »Tienes que tener cuidado de obedecer todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro. Respeta el nombre glorioso y temible del SEÑOR tu Dios. 59 Si no, el SEÑOR enviará castigos terribles sobre ti y tus descendientes; castigos severos y duraderos; enfermedades dolorosas y duraderas. 60 Te mandará todas las enfermedades que mandó contra Egipto, las que te asustaron tanto, esas las sufrirás tú. 61 Además, el SEÑOR te enviará cada enfermedad y problema que no está escrito en este libro de esta ley, hasta destruirte. 62 A pesar de ser tan numerosos como las estrellas del cielo, sólo quedarán algunos de ustedes, por no haber obedecido la voz del SEÑOR tu Dios.
63 »Así como el SEÑOR se ha propuesto prosperarte y multiplicarte, así el SEÑOR se propondrá arruinarte y destruirte, y serás echado de la tierra que vas a ocupar. 64 El SEÑOR te esparcirá por todas las naciones de la tierra, de un extremo al otro, y allí servirás a otros dioses extraños de madera y piedra que ni tú ni tus antepasados han conocido antes.
65 »Entre esas naciones no tendrás paz ni habrá lugar para que descanses la planta de tus pies. Allí el SEÑOR te dará una mente preocupada, ojos débiles y garganta seca. 66 Tu vida siempre correrá peligro, estarás asustado día y noche, y no sabrás si seguirás con vida. 67 Será tanto el miedo que tendrás y las cosas que verás, que dirás por la mañana: “¡Si ya atardeciera!”, y en la tarde dirás: “¡Si ya amaneciera!” 68 El SEÑOR te enviará de vuelta a Egipto en barcos, por el camino que te dije que no volverías a ver de nuevo. Allí ustedes tratarán de venderse a sus enemigos como esclavos, pero no habrá quién los compre».
Renovación del pacto en Moab
29 Estas son las palabras del pacto que el SEÑOR mandó hacer a Moisés con el pueblo de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que había hecho con ellos en el monte Horeb.
2 Moisés llamó a todo el pueblo de Israel y le dijo: «Ustedes han visto todo lo que el SEÑOR les hizo en Egipto al faraón, a todos sus oficiales y a todo el país. 3 Fueron testigos de las grandes pruebas, los milagros y aquellas grandes maravillas que hizo, 4 pero hasta hoy, el SEÑOR no les ha dado una mente que entienda, ojos que entiendan lo que ven, ni oídos que entiendan lo que oyen. 5 El Señor dice: “Yo los he llevado a ustedes a través del desierto por 40 años. Durante ese tiempo la ropa que llevan puesta no se les desgastó, ni se les rompieron las sandalias. 6 No han comido pan ni bebido vino o cerveza. Lo hice así para que supieran que yo soy el SEÑOR su Dios”.
7 »Ustedes vinieron a este lugar y el rey Sijón de Hesbón y el rey Og de Basán salieron a hacernos la guerra, y los derrotamos. 8 Tomamos su tierra y se la dimos a las tribus de Rubén y de Gad, y a la media tribu de Manasés como su herencia.
9 »Obedezcan fielmente todas las palabras de este pacto para que triunfen en todo lo que hagan. 10 Hoy todos ustedes se están presentando ante el SEÑOR su Dios, los líderes de sus tribus, sus ancianos, sus oficiales y todo el pueblo de Israel, 11 sus hijos, sus mujeres y los inmigrantes que viven con ustedes, desde el leñador hasta el aguador. 12 Están aquí para hacer un pacto con el SEÑOR su Dios, jurando bajo maldición, el pacto que el SEÑOR su Dios hace hoy con ustedes. 13 De esta manera él podrá hoy confirmarte como su pueblo; él será su Dios como se lo prometió a ustedes y como se lo prometió a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 14 No es sólo con ustedes con quien el SEÑOR nuestro Dios está haciendo este pacto jurando bajo maldición, 15 sino con todos los que están presentes hoy ante el Señor, y también con los que no están presentes, nuestros descendientes.
16 »Ustedes recuerdan muy bien cómo vivíamos en la tierra de Egipto y cómo atravesamos las naciones por las que pasamos. 17 Han visto las cosas desagradables que ellos hacían, los ídolos que están con ellos, hechos de madera y piedra, oro y plata. 18 Asegúrense que no haya ningún hombre, mujer o grupo entre ustedes cuyo corazón se esté alejando hoy del SEÑOR nuestro Dios para ir a servir a los dioses de esas naciones. Asegúrense que no haya entre ustedes alguien que sea como una raíz que crece como una planta amarga y venenosa.
19 »Cuando esa persona escuche estas maldiciones y se crea bendito, diciendo para sí: “Yo seguiré haciendo lo que me dé la gana, no me va a pasar nada”, entonces el resultado será desastre total. 20 El SEÑOR no lo perdonará, porque la ira y los celos del SEÑOR se encenderán en contra de esa persona. Las maldiciones escritas en este libro le pasarán a esa persona y el SEÑOR borrará toda memoria de esa persona sobre la tierra. 21 El SEÑOR acabará con gente como esa de todas las tribus de Israel como castigo, de acuerdo con todas las maldiciones del pacto que está escrito en este libro de la ley.
22 »La siguiente generación, tus hijos después de ti y los extranjeros que vendrán, verán los desastres que vendrán a esta tierra y las enfermedades que el SEÑOR ha enviado. 23 Verán también que toda la tierra estará ardiendo en azufre y sal; sin ser plantada y sin cosechas, la vegetación no crecerá en ella; será como la destrucción de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín, las ciudades que el SEÑOR destruyó cuando estuvo muy enojado. 24 Luego todas las naciones dirán: “¿Por qué el SEÑOR le hizo esto a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto su furor?” 25 La respuesta será: “Porque ellos abandonaron el pacto del SEÑOR, el Dios de sus antepasados, que hizo con ellos cuando los sacó de Egipto. 26 Ellos vinieron y sirvieron a otros dioses y los adoraron; dioses que no conocían y que el Señor no les había dado. 27 Entonces el SEÑOR se enojó mucho con esa tierra y envió contra ella todas las maldiciones escritas en este libro. 28 El SEÑOR los echó de su tierra porque estaba muy enojado, y los arrojó a otra tierra, que es donde están ahora”.
29 »Hay algunas cosas que el SEÑOR nuestro Dios ha mantenido en secreto, pero hay otras que nos ha dado a conocer a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que podamos obedecer todos los mandamientos de esta ley.
Los israelitas volverán a su tierra
30 »Todo lo que te he dicho te va a suceder; disfrutarás de las bendiciones y sufrirás las maldiciones. El SEÑOR tu Dios te arrojará bien lejos, a otras naciones. Estando allí lo pensarás dos veces. 2 Si vuelves al SEÑOR tu Dios y lo obedeces, tú y tus hijos, de todo corazón y con toda el alma, de acuerdo a todo lo que yo te mando hoy, 3 entonces el SEÑOR te rescatará. Él será bueno contigo y te reunirá de nuevo de entre todas las naciones en que el SEÑOR tu Dios te habrá arrojado. 4 Aun si hubieras sido obligado a ir hasta el final de la tierra, el SEÑOR tu Dios te reunirá de allá y te traerá de vuelta. 5 El SEÑOR tu Dios te traerá a la tierra que tus antepasados poseían y tú la poseerás; te hará más próspero y numeroso que tus antepasados. 6 El SEÑOR tu Dios te hará la circuncisión a ti y a tu descendencia, pero en esa ocasión será en el corazón, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con todo tu ser y así tengas vida.
7 »El SEÑOR tu Dios mandará todas estas maldiciones a tus enemigos y a todos los que te odian y persiguen. 8 Luego tú obedecerás de nuevo al SEÑOR y cumplirás todos sus mandamientos que hoy te doy. 9 El SEÑOR tu Dios te prosperará abundantemente en todo lo que hagas. Tendrás muchos hijos, tus animales tendrán muchas crías y tu tierra producirá muchas cosechas, porque el SEÑOR estará nuevamente determinado a hacer que prosperes. Lo hará de la misma forma como estuvo determinado a hacer que prosperaran tus antepasados. 10 Así te bendecirá cuando tú obedezcas al SEÑOR tu Dios al cumplir sus mandamientos y sus normas que están escritas en este libro de la ley, porque te volviste al SEÑOR tu Dios de todo corazón y con toda el alma.
11 »Con toda seguridad que estos mandamientos que te ordeno hoy no son muy difíciles para ti, ni están fuera de tu alcance. 12 Estos mandamientos no están en el cielo para que digas: “¿Quién irá al cielo por nosotros y nos los traerá de nuevo para que los podamos oír y obedecer?”; 13 y estos mandamientos no están al otro lado del mar para que digas: “¿Quién irá al otro lado del mar y nos los traerá de nuevo para que los podamos oír y obedecer?” 14 Porque la palabra está muy cerca de ti; en tu boca y en tu interior para que la obedezcas.
15 »Mira, hoy te doy a escoger entre la vida y la muerte, entre lo bueno y lo malo, entre la vida y el éxito, o la muerte y el desastre. 16 Si obedeces los mandamientos del SEÑOR tu Dios[e] que te ordeno hoy, amas al SEÑOR tu Dios, vives como él manda y obedeces sus mandamientos, normas y leyes, entonces vivirás y te multiplicarás, y el SEÑOR tu Dios te bendecirá en la tierra que vas a tomar en posesión. 17 Pero si te alejas, no lo escuchas, te dejas arrastrar y adoras y sirves a otros dioses, 18 entonces hoy te advierto que con toda seguridad serás destruido. No vivirás mucho tiempo en la tierra que vas a tomar en posesión, después de cruzar el río Jordán.
19 »Llamo hoy al cielo y a la tierra para que sean testigos: Yo te estoy dando a escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Así que elige la vida para que tú y tus descendientes puedan vivir, 20 amando al SEÑOR tu Dios, obedeciéndolo y estando cerca de él, porque al hacer esto tendrás vida y permanecerás por mucho tiempo sobre la tierra que el SEÑOR prometió darles a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».
Josué, el nuevo líder
31 Cuando Moisés terminó de decirle todas estas palabras al pueblo de Israel, 2 dijo: «Ya tengo 120 años de edad, ya no soy capaz de dirigirlos[f]. Además, el SEÑOR me dijo: “Tú no cruzarás el río Jordán”. 3 El SEÑOR tu Dios es el que te dirigirá a través del río Jordán. Él destruirá estas naciones ante ti y tú ocuparás su tierra. Josué es el que los dirigirá, como el SEÑOR lo prometió.
4 »El SEÑOR les hará a ellos lo mismo que les hizo a Sijón y a Og, los reyes de los amorreos, y a su tierra cuando los destruyó. 5 El SEÑOR los ayudará a ustedes a derrotar estas naciones, y ustedes deben hacerles todo lo que él les mande. 6 Sean fuertes y valientes; no tengan miedo ni se aterroricen de ellas, porque el SEÑOR su Dios irá con ustedes. Él no los abandonará ni los olvidará».
7 Luego Moisés llamó a Josué, mientras el pueblo de Israel observaba, y le dijo a Josué: «Esfuérzate y sé valiente. Tú dirigirás a este pueblo hacia la tierra que el SEÑOR prometió darles a sus antepasados, y tú la repartirás y se la asignarás. 8 El SEÑOR te dirigirá, estará contigo y no te dejará ni te olvidará. No tengas miedo ni te amedrentes».
Moisés escribe las enseñanzas
9 Luego Moisés escribió esta ley y se la dio a los sacerdotes, los descendientes de Leví, los que cargaban el cofre del pacto del SEÑOR, y a los ancianos líderes de Israel. 10 Moisés les dio este mandato: «Cada siete años, en el momento acordado para el año de la cancelación de deudas, durante la fiesta de las Enramadas, 11 cuando todo el pueblo de Israel vaya a presentarse ante el SEÑOR tu Dios en el lugar que elegirá, deberás leer esta ley ante todo el pueblo de Israel para que ellos puedan oírla. 12 Reúne a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres, a los niños y a los inmigrantes que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a respetar al SEÑOR tu Dios y obedezcan cuidadosamente todas las palabras de esta ley, 13 y para que sus descendientes que no han conocido esta ley puedan escuchar y aprendan a respetar al SEÑOR su Dios mientras vivan en la tierra que van a ocupar, una vez que crucen el río Jordán».
El Señor llama a Moisés y a Josué
14 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Tu momento de morir está cerca. Llama a Josué y preséntense en la carpa de reunión, para que le pueda dar instrucciones». Entonces Moisés y Josué fueron y se presentaron en la carpa de reunión.
15 El SEÑOR se apareció en la carpa, en una columna de nube que se colocó sobre la entrada de la carpa. 16 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Tu muerte está cerca y este pueblo pronto me será infiel. Adorarán a los dioses extranjeros en la tierra que va a ocupar, me abandonarán y romperán el pacto que hice con ellos. 17 En ese momento me enojaré con ellos y los abandonaré, me ocultaré de ellos, serán destruidos y caerán sobre ellos muchos desastres y dificultades. En ese momento ellos dirán: “Estos desastres sucedieron porque nuestro Dios no estaba con nosotros”. 18 Y con toda certeza yo me rehusaré a ayudarles en ese momento debido a la maldad que habrán hecho de irse tras otros dioses.
19 »Entonces escriban esta canción para ustedes y enséñensela a los israelitas. Hagan que se la memoricen para que esta canción me sirva como testigo contra los israelitas. 20 Cuando los traje a la tierra, yo les prometí a sus antepasados una tierra que rebosa de leche y de miel. Ellos comieron todo lo que querían, y engordaron. Después se volvieron a otros dioses, los adoraron y me rechazaron, y rompieron mi pacto. 21 Entonces les sucedieron muchos desastres y dificultades. Esta canción servirá de testigo contra ellos, porque no se les olvidará a sus descendientes. Es que hoy, aun antes de llevarlos a la tierra que les prometí, ya conozco el plan que están tramando».
22 Entonces Moisés escribió esta canción ese día y se la enseñó a los israelitas.
23 Luego el Señor le dio instrucciones a Josué hijo de Nun y dijo: «Esfuérzate y sé valiente, porque tú guiarás a los israelitas hacia la tierra que les prometí y yo estaré contigo».
24 Después de que Moisés terminara de escribir las palabras en su libro de la ley, 25 les dio este mandato a los levitas que cargaban el Cofre Sagrado del pacto del SEÑOR: 26 «Tomen este libro de la ley y pónganlo al lado del cofre del pacto del SEÑOR su Dios. Estará ahí como testigo en su contra, 27 porque yo sé mejor que nadie que ustedes son tercos y rebeldes. Miren, si ustedes se han estado rebelando en contra del SEÑOR aun ahora cuando todavía estoy vivo y con ustedes, con mayor razón se rebelarán después de que yo muera. 28 Traigan a mí a todos los ancianos líderes de sus tribus y a sus oficiales, me aseguraré que escuchen estas palabras y llamaré al cielo y a la tierra para que atestigüen en su contra. 29 Porque sé que después de mi muerte ustedes se volverán completamente corruptos y dejarán de vivir como les he mandado. Entonces les sucederán dificultades en el futuro, por hacer lo que el SEÑOR considera perverso y lo harán enojar por lo que han hecho».
La canción de Moisés
30 Luego Moisés recitó todas las palabras de esta canción mientras toda la comunidad de Israel escuchaba:
32 «Cielos, presten atención que voy a hablar;
que la tierra escuche las palabras de mi boca.
2 Mi enseñanza caerá como lluvia.
Mis palabras bajarán como el rocío,
como llovizna sobre pasto nuevo
y como gotas de lluvia sobre plantas jóvenes.
3 »Porque proclamaré el nombre del SEÑOR.
¡Conozcan la grandeza de nuestro Dios!
4 Él es la Roca, sus obras son perfectas,
y todo lo que hace es justo.
Dios es fiel, verdadero, digno de confianza,
y no actúa con maldad.
5 ȃl no es corrupto;
pero sus hijos han actuado corruptamente con él.
Ellos son una generación perversa y mala.
6 ¿Así le pagas al SEÑOR,
pueblo vil y tonto?
¿Acaso no es él tu Padre, tu Creador?
¿Acaso no fue él quien te hizo y te creó?
7 »Acuérdate de los viejos tiempos;
piensa en los años de las generaciones pasadas.
Pregúntale a tu papá,
y él te dirá.
Pregúntales a tus ancianos,
y ellos te contarán el pasado.
8 Cuando Dios Altísimo distribuyó las naciones,
cuando dividió a la raza humana,
el arregló los límites de las naciones
iguales al número de los ángeles reunidos con Dios[g].
9 Pero la porción propia del SEÑOR es su pueblo;
Jacob es su herencia.
10 Él lo encontró en una tierra desértica,
en una tierra azotada por el viento.
Él lo rodeó y lo cuidó.
Lo protegió como a la niña de sus ojos.
11 Como águila que revolotea sobre su nido
y anima a sus pequeños a volar,
así él abrió sus alas, lo agarró
y lo cargó en sus plumas.
12 »Sólo el SEÑOR lo guió a través del desierto.
No había ningún dios extranjero ayudándolo.
13 Hizo que fuera por la región montañosa
y lo alimentó con las cosechas del campo.
Le dio a chupar miel de las rocas
y aceite de oliva de las rocas duras.
14 Le dio mantequilla de la manada y leche del rebaño
junto con lo mejor de los corderos y carneros;
ganado de Basán y cabras,
junto con el mejor trigo,
y bebió vino fermentado,
sangre de uva.
15 »Pero Jesurún[h] se hartó de comida y pateó.
Se volvió corpulento y gordo.
Abandonó al Dios que lo hizo
y rechazó a la Roca que lo salvó.
16 Lo hizo ponerse celoso con dioses extranjeros.
Lo hizo enojar con ídolos detestables.
17 Hizo sacrificios a espíritus[i] que no eran Dios;
dioses que no conocía;
dioses recién llegados;
dioses que sus antepasados no conocieron.
18 Olvidaste a la Roca que te dio la vida.
Olvidaste al Dios que te dio a luz.
19 »El SEÑOR vio esto y los rechazó,
porque sus hijos e hijas lo enojaron.
20 Él dijo: “Esconderé mi cara de ellos
y puedo ver cuál será su final.
Porque ellos son una generación perversa,
hijos que no son fieles.
21 Ellos me hicieron dar celos con un dios que no es Dios.
Con sus dioses sin valor me hicieron enojar.
Entonces yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo.
Con una nación sin valor los haré enojar.
22 Porque el fuego ha sido encendido por mi ira,
y quemará hasta el mundo de los muertos[j].
Destruirá la tierra y sus cosechas,
e incendiará las bases de las montañas.
23 Acumularé desastres para ellos.
Usaré todas mis flechas en su contra.
24 Ellos estarán débiles por el hambre
y destruidos por una terrible enfermedad,
una epidemia mortal.
Enviaré animales salvajes en su contra,
junto con serpientes venenosas.
25 Los soldados los matarán en las calles
y el terror los matará en sus habitaciones.
Los jóvenes y las muchachas morirán;
niños y viejos morirán.
26 Yo dije: Los destruiré;
acabaré completamente con ellos.
27 Pero me temía que su enemigo me hiciera enojar,
que sus enemigos tergiversaran lo que pasó,
que ellos dijeran: Ganamos por nuestro propio poder
y el SEÑOR no hizo nada de esto”.
28 »Porque ellos[k] son una nación sin sentido
y no tienen entendimiento.
29 Si fueran inteligentes, ellos entenderían esto.
Ellos reflexionarían sobre lo que les pasó.
30 ¿Cómo es posible que un hombre persiga a 1000 hombres
y cómo es posible que dos hombres persigan a 10 000,
a no ser que su Dios los haya vendido,
a no ser que el SEÑOR los haya entregado?
31 Porque su roca no es como nuestra Roca,
hasta nuestros enemigos saben esto.
32 Su vino viene del vino de Sodoma
y de los viñedos de Gomorra.
Las uvas para ellos son venenosas
y sus racimos amargos.
33 El vino es para ellos veneno de serpiente,
veneno mortal de cobra.
34 »Dios dice: “He estado guardando este vino;
está guardado en mi bodega.
35 Lo usaré para castigarlos y vengarme
en el momento en que resbalarán sus pies.
Porque está cerca el momento de su desastre,
vendrá pronto su castigo”.
36 »El SEÑOR hará justicia por su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos,
cuando vea que ya no tienen poder,
ni gobernante que los ayude a salvarse.
37 Luego dirá: “¿Dónde están sus dioses,
la roca en que confiaban para que los protegiera,
38 los dioses que comían lo mejor de sus sacrificios
y tomaban el vino de sus ofrendas líquidas?
¡Que se levanten ellos y los ayuden!
¡Que ellos los protejan!
39 Vean ahora que yo soy Dios,
y no hay otro dios aparte de mí.
Yo causo la muerte y mantengo la vida.
Yo soy el que hiere y soy el que sana
y nadie puede escapar de mi poder.
40 Aun así, levanto mi mano al cielo y digo:
Así como es seguro que vivo por siempre,
41 afilaré mi reluciente espada
y llevaré a cabo la justicia.
Castigaré a mis enemigos
y me vengaré de todos los que me desprecian.
42 Cubriré mis flechas con su sangre
y mi espada destruirá su carne;
sangre de aquellos asesinados y capturados,
de las cabezas de los líderes enemigos”.
43 »¡Regocíjense, cielos, que Dios es el Rey!
¡Qué todos los seres divinos se postren ante él!
Porque castigará a sus enemigos y a los que lo odian.
Aun a seres divinos matará por maltratar a la gente.
De esta manera purificará la tierra de su pueblo».
44 Luego Moisés fue con Josué hijo de Nun, y le recitó todas las palabras de esta canción a todo el pueblo de Israel para que las oyera. 45 Cuando Moisés acabó de decir todas estas palabras al pueblo de Israel, 46 les dijo: «Presten atención a todas las palabras que les he dicho hoy. Denlas como mandato a sus hijos para que ellos puedan obedecer cuidadosamente todas las palabras de esta ley. 47 Este no es un mensaje de poca importancia para ustedes, porque su vida depende de él y por este mensaje ustedes permanecerán mucho tiempo en la tierra que está al otro lado del río Jordán y de la cual van a tomar posesión».
Moisés en el Monte Nebo
48 El SEÑOR le habló a Moisés ese mismo día y le dijo: 49 «Sube a las montañas Abarín, al monte Nebo en la tierra de Moab, a través de Jericó, y mira la tierra de Canaán que les doy en posesión a los israelitas. 50 Morirás en esa montaña que estás a punto de subir y te reunirás con tus antepasados, así como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y se reunió con sus antepasados. 51 Porque me fuiste infiel entre los israelitas en las aguas de Meribá Cades, en el desierto de Zin, y porque no honraste mi santidad entre los israelitas. 52 Así que puedes mirar la tierra a distancia pero no podrás entrar en la tierra que les voy a dar a los israelitas».
Moisés bendice al pueblo
33 Esta es la bendición que Moisés, el hombre de Dios, les dio a los israelitas antes de morir. 2 Él dijo:
«El SEÑOR vino del Sinaí
y resplandeció para nosotros desde Seír.
Él brilló desde el monte Parán
y con él estaban 10 000 santos[l];
a su derecha estaban sus soldados poderosos.
3 Oh, tú que amas a los pueblos del mundo,
todos sus hombres santos están en tu tierra.
Son ellos quienes se inclinan a tus pies
y atienden a tus palabras.
4 En cuanto a nosotros, Moisés nos dio la ley
como la herencia de la congregación de Jacob.
5 Luego Dios se hizo rey en Jesurún[m],
cuando los líderes del pueblo se reunieron,
junto con las tribus de Israel.
6 »Que Rubén viva y no muera,
pero que su tribu no sea muy numerosa».
7 Moisés dijo esto en cuanto a Judá:
«SEÑOR, escucha la voz de Judá
y llévalo a su pueblo.
Con sus manos[n] ha defendido su causa,
pero tú serás una ayuda contra sus enemigos».
8 Moisés dijo esto en cuanto a Leví:
«Dale a Leví tu tumim,
dale tu urim a tu verdadero seguidor.
Lo probaste en Masá,
lo retaste en las aguas de Meribá.[o]
9 Él dijo de su papá y de su mamá:
“No los conozco”.
Él no reconocía a sus hermanos
e ignoró a sus hijos.
Pero ellos obedecieron tu palabra
y mantuvieron tu pacto.
10 Ellos enseñarán tus órdenes a Jacob
y tu ley a Israel.
Ellos pondrán incienso ante ti
y las ofrendas que deben quemarse completamente en tu altar.
11 Bendice, SEÑOR, su riqueza,
y acepta lo que hace.
Vence a los que se levanten contra él
y a aquellos que lo odien,
para que no lo puedan atacar de nuevo».
12 Moisés dijo esto en cuanto a Benjamín:
«El amado del SEÑOR vivirá en seguridad, cerca de él[p];
lo protege todo el tiempo
y vivirá entre sus fronteras».
13 Moisés dijo esto en cuanto a José:
«Que su tierra sea bendecida por el SEÑOR,
que reciba amplias lluvias del cielo
y aguas bajo el suelo.
14 Que el sol le dé buenas cosechas,
que cada mes le dé su mejor fruto.
15 Que las montañas antiguas y las colinas eternas
le den buenas cosechas.
16 Que la tierra le dé lo mejor a José.
Él fue separado de sus hermanos,
por eso el que habita en el arbusto que arde
le da lo mejor.
17 Es majestuoso como el primer hijo de un toro
y sus cuernos son como los cuernos de un toro salvaje.
Con ellos el reúne a las naciones,
aun aquellas de los extremos de la tierra.
Esos cuernos son los 10 000 de Efraín
y son los mil de Manasés».
18 Moisés dijo esto en cuanto a Zabulón:
«Sé feliz, Zabulón, en tus viajes,
y sé feliz, Isacar, en tus carpas.
19 Ellos llamarán gentes a la montaña.
Allí sacrificarán los sacrificios justos
porque ellos tomarán riquezas del mar
y tesoros escondidos de la arena».
20 Moisés dijo esto en cuanto a Gad:
«Bendito sea aquel que le dé a Gad más tierra.
Él se acuesta como un león y espera,
luego arranca el brazo y la cabeza.
21 Eligió la mejor parte para sí,
porque le estaba reservada una porción digna de jefes.
Fue como líder del ejército,
hizo lo que el SEÑOR consideraba justo
y obedeció sus leyes con Israel».
22 Moisés dijo esto en cuanto a Dan:
«Dan es como el cachorro del león
que salta desde Basán[q]».
23 Moisés dijo esto en cuanto a Neftalí:
«Neftalí, enriquecido con el favor del SEÑOR
y lleno de sus bendiciones,
tomarás la tierra por el lago de Galilea».
24 Moisés dijo esto en cuanto a Aser[r]:
«Que Aser sea el más bendecido de los hijos,
que sea el más favorecido de sus hermanos
y lave sus pies en aceite de oliva.
25 Que tus puertas sean de hierro y bronce,
y que seas fuerte mientras vivas.
Moisés alaba al Señor
26 »No hay ninguno como Dios, Jesurún,
que va por los cielos a ayudarte
y va a través de las nubes en su majestuosidad.
27 El Dios eterno es tu refugio,
su poder es eterno y te protegerá.
Él expulsó al enemigo ante ti y dijo:
“¡Destrúyelo!”
28 Así que vive seguro, Israel,
vive en paz, Jacob,
en una tierra de grano y vino,
donde sus cielos mandan lluvias.
29 Israel, ¡eres bendito!
¿Quién es como tú,
pueblo salvado por el SEÑOR?
Él es escudo que te protege
y espada que te da la victoria.
Tus enemigos estarán temerosos de ti
y tú pisarás sus espaldas[s]».
Muerte de Moisés
34 Moisés subió al monte Nebo desde las llanuras de Moab, a la cumbre del monte Pisgá, que está diagonal a Jericó. El SEÑOR le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan; 2 todo Neftalí; la tierra de Efraín y Manasés; toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Néguev y la llanura que es el valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar. 4 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Esta es la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo dije: “Les daré esta tierra a tus descendientes”. Te he dejado verla con tus ojos, pero no cruzarás hasta allá».
5 Luego Moisés, el siervo del SEÑOR, murió en la tierra de Moab como el SEÑOR lo había dicho. 6 Lo enterró en el valle en la tierra de Moab cerca de Bet Peor, pero aun hoy en día nadie sabe exactamente dónde está la tumba de Moisés. 7 Moisés tenía 120 años de edad cuando murió. Estaba tan fuerte como siempre y podía ver con claridad. 8 Los israelitas lloraron a Moisés durante 30 días en las llanuras de Moab, así cumplieron el tiempo de llanto y luto por Moisés.
Josué se convierte en el nuevo líder
9 Entonces Josué hijo de Nun se llenó de espíritu de sabiduría porque Moisés había puesto las manos sobre él. Los israelitas lo escucharon a él e hicieron lo que el SEÑOR le había mandado a Moisés.
10 Pero nunca hubo otro profeta en Israel como Moisés, con quien el SEÑOR tratara cara a cara, 11 ni que hiciera todas las señales y los milagros que el SEÑOR le mandó hacer a Moisés en Egipto contra el faraón, contra todos sus funcionarios y contra todo su país. 12 No hubo nadie con tanto poder como el que Moisés demostró en todos los hechos grandiosos e increíbles que hizo a la vista de todo Israel.
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