Bible in 90 Days
7 »Así que seré como un león con ellos.
Seré como un leopardo en el camino a Asiria.
8 Los atacaré como un oso enfurecido
y destrozaré su pecho.
Los devoraré como un león;
los destrozaré como un animal salvaje destroza a su presa.
9 »Israel, te destruiré
porque te pusiste en contra mía.
Te pusiste en contra de quien te ayudó.
10 ¿Dónde está tu rey?
¿Podrá salvar todas tus ciudades?
¿Dónde están los jueces que pediste cuando dijiste:
“Dame un rey y unos líderes”[a]?
11 Yo te di un rey cuando estaba enojado
y te lo quité cuando estaba lleno de ira.
12 »Efraín trató de ocultar sus culpas.
Creyó que sus pecados eran un secreto,
pero recibirá su castigo.
13 Le llegarán dolores como los que siente una mujer que da a luz.
Él no será un niño sabio.
Cuando le llegue la hora de nacer,
no sobrevivirá.
14 Los liberaré del sepulcro;
los rescataré de la muerte.
Muerte, ¿dónde está tu plaga?
Sepulcro, ¿dónde está tu poder?
No veo razón para lamentarse.
15 Efraín es el más rico entre todos sus hermanos,
pero vendrá un viento del oriente.
El aliento del SEÑOR soplará desde el desierto.
Los manantiales y fuentes de Efraín se secarán.
El viento se llevará sus tesoros
y objetos preciosos.
16 Samaria es culpable
por haberse rebelado contra su Dios.
Serán pasados a cuchillo,
sus hijos serán estrellados contra el suelo
y sus mujeres embarazadas serán destripadas».
Hay que volver al Señor
14 Israel, regresa al SEÑOR tu Dios.
Tu pecado te ha hecho caer.
2 Piensen bien cómo se disculparán ante el SEÑOR.
Díganle:
«Perdona todos nuestros pecados
y recuerda sólo lo bueno que hemos hecho.
Si lo haces, te ofreceremos
palabras de alabanza y agradecimiento.
3 Asiria no nos salvará.
No montaremos nuestros caballos
para ir a buscar ayuda en Asiria.
No volveremos a decirle a lo que hicimos con nuestras manos:
“Tú eres nuestro dios”.
Porque tú eres
quien compadece al huérfano».
4 «Los perdonaré por haberme abandonado;
les daré el regalo de mi amor.
Mi furia contra ellos ha desaparecido.
5 Seré para Israel como el rocío.
Él florecerá como un lirio.
Crecerá como los cedros del Líbano.
6 Sus raíces se extenderán por todos lados para obtener alimento
y se volverá tan bello como un olivo.
Tendrá el aroma de los bosques del Líbano.
7 Los que vivían bajo su sombra regresarán
y crecerán como el grano.
Darán fruto como la viña.
Israel será recordado en el mundo como el vino del Líbano.
8 Efraín, ya no tendré que preocuparme por los ídolos.
Yo soy quien te ha respondido;
yo soy quien te protegerá.[b]
Soy como un árbol de ciprés siempre verde.
Tu fruto viene de mí».
Consejo final
9 Quien sea sabio entenderá estas cosas.
Quien tenga capacidad para entender aprenderá esto:
Los caminos del SEÑOR son correctos;
los justos los seguirán
pero los perversos tropezarán con ellos.
Destrucción de las cosechas
1 Este es el mensaje que el SEÑOR le dio a Joel hijo de Petuel.
2 Oigan esto, ancianos líderes;
escuchen con atención,
todos los habitantes del país.
¿Sucedió alguna vez algo parecido en su vida
o en la vida de sus antepasados?
3 Cuenten esto a sus hijos,
y que ellos se lo cuenten a los suyos,
y estos a la siguiente generación.
4 Lo que no se comió la oruga,
se lo comió la langosta[c].
Lo que no se comió la langosta,
se lo comió el pulgón.
Y lo que no se comió el pulgón,
se lo comió el saltamontes.[d]
La invasión de langostas
5 Despiértense, borrachos, y lloren.
Que todos los bebedores de vino lloren amargamente
porque ya no tendrán más vino dulce para probar.
6 Porque una nación fuerte y numerosa
invadió mi país.
Sus armas son cortantes como los dientes del león
y poderosas como su quijada.
7 Ha arruinado mi vid
y destrozado mi higuera;
las peló completamente
y dejó desnudas sus ramas.
La gente llora
8 Llora, como una novia que no encuentra consuelo tierra mía,
y se viste de luto por la muerte de su prometido.
9 Lloren amargamente,
sacerdotes, siervos del SEÑOR,
porque ya no quedará vino ni grano
para ofrecer en el templo del SEÑOR.
10 Hasta la tierra está de luto
porque los campos fueron destruidos,
el trigo se ha echado a perder,
ya no hay más vino nuevo
y se acabó el aceite de oliva.
11 Sientan dolor, campesinos;
sufran, cuidadores de viñedos,
por el trigo y la cebada,
por la cosecha perdida.
12 La vid se secó,
se marchitó la higuera;
también se secaron los granados,
las palmeras, los manzanos
y todos los árboles del campo.
Por eso también se acabó la alegría de la gente.
La desolación
13 Vístanse de luto, sacerdotes;
lloren amargamente, encargados del altar.
Vengan, servidores de mi Dios
y pasen la noche en luto.
Porque ya no hay ofrenda de cereal
ni ofrenda líquida en el templo de su Dios.
14 Organicen un día de ayuno.
Proclamen un día de descanso
de los ancianos líderes
y de todos los habitantes del país,
en el templo del SEÑOR su Dios,
y pídanle a gritos al SEÑOR.
15 Llénense de temor porque se acerca el día del juicio del SEÑOR.
El Todopoderoso los destruirá con toda su fuerza.
16 ¿No ven que ya no hay comida
y se acabaron la alegría y las celebraciones en el templo de nuestro Dios?
17 Las semillas se secaron
bajo tierra sin dar fruto.
Los graneros están destruidos
y los silos derribados
porque el trigo se marchitó.
18 Cómo se quejan los animales,
el ganado anda perdido
porque no hay pasto para comer.
Hasta las ovejas se están muriendo de hambre.
19 SEÑOR, ruego tu ayuda
porque el fuego ha consumido
los pastos del desierto y los árboles del campo.
20 Aun los animales salvajes ruegan que los ayudes
porque ya no hay agua en los ríos,
y el fuego ha quemado los pastos.
El día venidero del Señor
2 ¡Anuncien con trompetas en Sion!
Que suene la alarma en el santo monte de Dios.
Que todos los habitantes del país tiemblen de miedo,
porque ya viene el día del juicio del SEÑOR.
2 Será un día oscuro y deprimente
como un día con nubes de tormenta.
Como la oscuridad se extiende por las montañas,
así vendrá un ejército grande y numeroso.
Nunca ha existido un ejército como este
ni existirá otro igual.
3 El ejército destruirá la tierra
como el fuego que todo lo consume.
Antes de que pase,
el país se parece al jardín del Edén;
pero después de que lo destruyan,
parecerá un desierto.
Nada escapa a la destrucción.
4 Tienen aspecto de caballos,
y corren como caballos de combate.
5 Se mueven haciendo ruido de carros de combate
cabalgando sobre las cumbres de las montañas.
Suenan igual al fuego cuando quema el pasto seco,
como un ejército numeroso en formación de batalla.
6 Las naciones tiemblan de miedo ante él,
todos los rostros palidecen.
7 Corren hacia la batalla,
y como soldados, escalan la muralla.
Corren para atacar, cada uno en su lugar
sin romper la formación.
8 No se atropellan entre sí,
cada uno va por su línea.
Si alguno resulta herido,
los demás siguen su avance.
9 Se lanzan contra la ciudad
y trepan por sus murallas.
Se meten en las casas por las ventanas,
como ladrones.
10 La tierra tiembla
y el cielo se estremece ante ellos.
El sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su resplandor.
11 El SEÑOR dirige a su ejército
dándole órdenes.
Su ejército es grandioso
y los que cumplen sus órdenes son poderosos.
De verdad que el día del SEÑOR será un día grande y terrible.
¿Quién lo podrá soportar?
El Señor llama a su pueblo
12 El SEÑOR llama a su pueblo:
«Vengan ahora y cambien su vida,
y regresen a mí de todo corazón.
Háganlo con ayuno, llanto y lamentos.
13 En lugar de rasgarse las vestiduras,
rasguen su corazón».
Cambien su vida
y vuelvan al SEÑOR su Dios,
compasivo y misericordioso,
que no se enoja con facilidad,
que está lleno de fiel amor
y dispuesto a dar indulto.
14 ¿Quién sabe? Tal vez Dios reflexione,
cambie su decisión de castigarlos
y los bendiga con cereales y vino
para que puedan ofrecerle ofrendas
al SEÑOR su Dios.
Clamen al Señor
15 ¡Toquen la trompeta en el monte Sion!
Proclamen un ayuno
y convoquen al pueblo.
16 Reúnan al pueblo,
que se purifique la asamblea.
Reúnan a los ancianos;
traigan a los niños,
incluso a los bebés.
Que los recién casados
suspendan su luna de miel.
17 Que los sacerdotes, siervos del SEÑOR,
lloren entre el patio y el altar diciendo:
«Ten compasión de tu pueblo, SEÑOR.
No dejes que las naciones se burlen de lo que es tuyo.
Que no digan los demás pueblos:
“¿Dónde está su Dios?”»
El Señor restaurará la tierra
18 Pero el SEÑOR se preocupó mucho por su tierra
y tuvo compasión de su pueblo.
19 Respondió así el SEÑOR a su pueblo:
«Les daré trigo, vino fresco y aceite de oliva
hasta que queden satisfechos.
No dejaré que pasen vergüenza
frente a naciones extranjeras.
20 Y alejaré de ustedes a los que vienen del norte.
A los del norte los alejaré de ustedes,
los echaré a una tierra seca y devastada.
Expulsaré a su vanguardia al mar Muerto
y a su retaguardia al mar oriental.
Su mal olor y pudrición serán muy fuertes
porque el SEÑOR hará grandes cosas».
21 Tierra, no tengas miedo.
Alégrate y celebra,
porque el SEÑOR hará grandes cosas.
22 Animales salvajes, no tengan miedo,
porque reverdecerán los pastos del desierto.
El árbol dará su fruto,
y la higuera y la viña darán su mejor cosecha.
23 Y ustedes, hijos de Sion, alégrense
y hagan fiesta al SEÑOR su Dios,
porque como muestra de su generosidad
él les mandará a su debido tiempo
tanto las lluvias de otoño como las de primavera,
así como lo hacía antes.
24 Los lugares donde se trilla el grano estarán repletos.
Habrá tanto vino fresco y prensas de olivos y lagares desbordarán de vino y aceite.
25 «Yo los compensaré por los años de cosecha
que se han comido las langostas,
mi gran ejército enviado contra ustedes.
26 Ustedes comerán hasta que queden satisfechos,
y alabarán el nombre del SEÑOR su Dios,
quien ha hecho maravillas por ustedes.
Mi pueblo nunca más pasará vergüenza.
27 Y sabrán que el SEÑOR vive en medio del pueblo de Israel,
que yo soy su Dios, y que no hay otro.
Mi pueblo nunca más pasará vergüenza.
El Señor dará su Espíritu a todos
28 »Después de esto,
derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad.
Sus hijos e hijas profetizarán,
los ancianos tendrán sueños,
y los jóvenes tendrán visiones.
29 En esos días también derramaré mi Espíritu
incluso sobre los esclavos, tanto siervos como siervas.
30 Haré grandes señales en el cielo y en la tierra.
Habrá sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se oscurecerá
y la luna se convertirá en sangre,
antes de que venga ese día
grande y terrible del juicio del SEÑOR.
32 Y todo el que confíe en el SEÑOR será salvo.[e]
Habrá refugio en el monte Sion y en Jerusalén,
como ha dicho el SEÑOR.
Entre los sobrevivientes estarán
los llamados por el SEÑOR.
Castigo para los enemigos de Judá
3 »Porque en los días
en que yo cambie la fortuna de Judá y Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones
y las llevaré al valle de Josafat[f].
Allí las juzgaré por sus delitos
contra mi posesión, mi pueblo Israel.
Porque lo dispersaron por muchas naciones
y se han repartido mi tierra.
3 Las naciones han decidido repartirse la tierra de mi pueblo.
Han regalado un niño para conseguir una prostituta.
Vendieron niñas para comprar vino
y emborracharse.
4 »¿Por qué me hacen estas cosas Tiro y Sidón? ¿Estás tratando de vengarte de mí, tierra de Filistea? ¡Te pagaré rápidamente por lo que has hecho! 5 Ustedes, naciones, se han robado el oro y la plata que me pertenecen, y se han llevado a sus templos mis tesoros más valiosos.
6 »La gente de Judá y Jerusalén
ha sido vendida a los griegos[g]
para alejarlos de su tierra.
7 Yo voy a sacarlos de los sitios
donde ustedes los vendieron
y les haré pagar a ustedes
por sus actos de venganza.
8 Venderé a sus hijos e hijas a la gente de Judá
y ellos los venderán a los sabeos[h], gente de un país lejano».
Es la decisión del SEÑOR.
Prepárense para la guerra
9 Díganles a las naciones:
«¡Prepárense para la guerra!
¡Movilicen a los soldados!
¡Que todos los hombres de guerra se preparen para la batalla!
10 Conviertan en espadas sus herramientas para sembrar,
y en lanzas las herramientas que usan para podar.
Que el miedoso diga:
“Soy valiente”.
11 Vengan rápido, naciones vecinas,
y reúnanse aquí».
¡SEÑOR, trae a tus soldados!
12 «Avísenles a las naciones
y vayan al valle de Josafat.
Porque allí me sentaré para juzgar
a las naciones de alrededor.
13 Recojan la cosecha,
porque ya está madura.
Vamos, vengan a pisar las uvas,
porque el lugar donde se pisan ya está lleno.
Las tinas se están derramando
de lo grande que es su maldad».
14 Hay muchos pueblos en el valle de la decisión,
porque se acerca el día del juicio del SEÑOR.
15 El sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor.
16 Y el SEÑOR rugirá desde Sion;
desde Jerusalén gritará con su voz de trueno
y los cielos y la tierra temblarán.
Pero el SEÑOR será un refugio para su pueblo
y una fortaleza para los hijos de Israel.
Promesa de una vida nueva
17 «Y ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios,
que vivo en Sion, mi monte santo.
Jerusalén será una ciudad santa,
y los extranjeros nunca más la invadirán.
18 »Ese día, las montañas destilarán vino dulce,
y de los cerros fluirá leche.
El agua correrá en todas las quebradas y arroyos de Judá.
Una fuente saldrá del templo del SEÑOR,
que regará el valle de las Acacias.
19 Egipto se convertirá en un baldío
y Edom en un desierto desolado
porque fueron crueles con los hijos de Judá
y en su territorio derramaron sangre inocente.
20 Jerusalén y Judá serán habitadas para siempre,
de generación en generación.
21 No perdonaré a quienes derramaron la sangre de mi pueblo;
no quedarán sin castigo».
Y el SEÑOR habitará en Sion para siempre.
Introducción
1 Amós, un criador de ovejas de la ciudad de Tecoa, dio estos mensajes. En la época en que Uzías era rey de Judá y que Jeroboán hijo de Joás era rey de Israel, dos años antes del terremoto, Amós tuvo unas visiones acerca de Israel.
2 Amós dijo:
«El SEÑOR ruge como un león desde Sion
y su voz de trueno se escucha desde Jerusalén.
Los pastos verdes se secan y mueren.
Incluso la cima del Carmelo se marchitará».
Castigo para Aram
3 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Damasco
tantos crímenes que han cometido,
hasta usaron sus trillos de hierro[i]
para destruir a la gente de Galaad.
4 Por eso pondré fuego al palacio de Jazael[j],
y las llamas destruirán todas las fortalezas de Ben Adad[k].
5 Abriré a la fuerza las puertas de Damasco
y destruiré al que gobierna el valle de Avén[l]
y al que tiene el cetro en Bet Edén[m].
Los de Aram serán desterrados a Quir[n]».
Es lo que dice el SEÑOR.
Castigo para los filisteos
6 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Gaza
tantos crímenes que han cometido.
Ellos se llevaron prisioneros a todos los habitantes de una nación
y los vendieron como esclavos en Edom.
7 Por eso pondré fuego a los muros de Gaza,
y las llamas quemarán todas sus fortalezas.
8 Destruiré al que gobierna en Asdod
y al que tiene el cetro en Ascalón.
Castigaré a todos los de Ecrón,[o]
hasta que muera el último de los filisteos».
Es lo que dice el Señor DIOS.
Castigo para Fenicia
9 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Tiro
tantos crímenes que han cometido.
Ellos se llevaron como esclava a toda una nación
y la vendieron en Edom.
No respetaron el pacto de hermanos
que habían hecho con esa nación.
10 Por eso pondré fuego a los muros de Tiro
y las llamas quemarán todas sus fortalezas».
Castigo para los edomitas
11 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Edom
tantos crímenes que han cometido.
Ellos persiguieron con espadas a sus hermanos de Israel
y no tuvieron compasión.
Estaban furiosos como animales salvajes
y descargaron toda su ira contra los de Israel.
12 Por eso pondré fuego a la ciudad de Temán,
y las llamas destrozarán las fortalezas de Bosra[p]».
Castigo para los amonitas
13 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los amonitas[q]
tantos crímenes que han cometido.
Ellos les cortaron el vientre a las mujeres embarazadas en Galaad
para apoderarse del territorio y agrandar su país.
14 Prepararé un fuego para incendiar la ciudad de Rabá[r].
El fuego devorará sus fortalezas y sus muros.
Entre gritos en el día de batalla,
vendrá el desastre como una tormenta, como un torbellino.
15 Luego el rey será capturado junto con sus oficiales
y serán expulsados de su tierra».
Es lo que dice el SEÑOR.
Castigo para Moab
2 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Moab
tantos crímenes que han cometido.
Ellos quemaron los huesos del rey de Edom
hasta convertirlos en cenizas.
2 Por eso pondré fuego en Moab,
y las llamas destrozarán todas las fortalezas de Queriot[s].
Moab será destruida en medio de gritos de guerra
y sonidos de trompetas.
3 Así que destruiré al gobernante de Moab
y mataré a todos sus oficiales junto con él».
Es lo que dice el SEÑOR.
Castigo para Judá
4 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Judá
tantos crímenes que han cometido.
Ellos se negaron a obedecer las enseñanzas del SEÑOR
y no cumplieron sus mandamientos.
Y creyeron en los mismos dioses falsos que sus antepasados.
5 Por eso pondré fuego en Judá,
y las llamas destrozarán todas las fortalezas de Jerusalén».
Castigo para Israel
6 Así dice el SEÑOR:
«No les perdonaré a los de Israel
tantos crímenes que han cometido.
Ellos vendieron como esclavos a gente honesta
a cambio de un poco de dinero,
y vendieron al necesitado
a cambio de un par de sandalias.
7 Ellos hundieron de cabeza en el barro a los oprimidos;
y a los débiles los pisotearon.
El papá y el hijo tienen relaciones sexuales con la misma mujer,
han profanado mi santo nombre.
8 Ellos les prestan a los pobres,
pero les exigen hasta la ropa como garantía.
Ellos se sientan frente a cualquier altar
con la ropa que les quitan a los pobres.
Obligan a la gente a pagar multas injustas
y con ese dinero compran vino para beber en el templo de su dios.
9 »Yo destruí a los amorreos[t]
que eran tan altos como cedros
y tan fuertes como robles.
Destruí sus frutos arriba
y sus raíces abajo.
10 Yo mismo los saqué a ustedes de Egipto
y los guié durante 40 años por el desierto.
Los ayudé a apropiarse de las tierras de los amorreos.
11 ¿Acaso, israelitas, no elegí a varios de entre ustedes para que fueran profetas
y a otros para que fueran nazareos?
Es lo que dice el SEÑOR.
12 »Pero ustedes obligaron a los nazareos a tomar vino
y a los profetas les prohibieron profetizar.
13 Por eso ahora haré que se queden atascados
como una carreta repleta de granos.
14 Ni siquiera el corredor más rápido podrá huir.
Los fuertes no tendrán fuerza suficiente,
y los soldados no podrán salvarse.
15 Los hombres que saben manejar el arco
y la flecha no resistirán.
Los corredores rápidos no escaparán,
y los que van a caballo tampoco se salvarán.
16 En ese momento hasta los soldados más valientes
saldrán huyendo desnudos».
Es lo que dice el SEÑOR.
Advertencia a Israel
3 Israelitas, escuchen este mensaje del SEÑOR contra ustedes, la familia entera que sacó de Egipto:
2 «En la tierra existen muchas familias,
pero sólo a ustedes los elegí para ser mi familia.
Por eso tendré que castigarlos
por todas sus maldades».
Causas del castigo contra Israel
3 Si dos andan juntos,
¿no es porque se han puesto de acuerdo?
4 Si un león ruge en la selva,
¿no es porque tiene en frente una presa?
Si un cachorro ruge en su caverna,
¿no es porque ha atrapado algo?
5 Si un ave cae en una trampa en el suelo,
¿no es porque le han puesto una carnada?
La trampa sólo se cierra
cuando atrapa al ave.
6 Si se toca la trompeta en una ciudad,
¿no es para alertar a la gente?
Si ocurre un desastre en la ciudad,
¿no es porque el SEÑOR lo ha mandado?
7 Así mismo el Señor DIOS nunca hace algo
sin antes anunciarlo a sus siervos los profetas.
8 Si el león ha rugido,
¿no se asusta la gente?
Si el Señor DIOS ha hablado,
¿quién no profetizará?
9 Vayan a las fortalezas de Asdod[u]
y también a las de Egipto,
y anuncien el siguiente mensaje:
«Reúnanse en los montes de Samaria.
Allá verán que el pueblo es oprimido
y todos los abusos que la gente sufre».
10 El SEÑOR dice: «No saben hacer el bien;
hieren, roban a la gente
y esconden sus tesoros en las torres de las fortalezas».
11 Por eso el Señor DIOS dice:
«Un enemigo vendrá y sitiará el país;
dejará a todos sin fuerza, los derrotará
y por último saqueará sus fortalezas».
12 El SEÑOR dice:
«Si un león ataca a un cordero,
el pastor tratará de salvar al cordero,
pero sólo rescatará algunas partes.
Tal vez lo único que el pastor logre salvar
de la boca del león será una oreja o una pata.
De la misma forma, la mayoría de los hijos de Israel no podrá salvarse.
Los de Samaria sólo conseguirán salvar
un pedazo de cama o un trozo de tela del sofá».
13 El Señor DIOS Todopoderoso dice esto: «Escuchen, adviértanle a la familia de Jacob:
14 »Israel ha pecado y por eso lo castigaré.
Destruiré los altares de Betel[v].
Los cuernos del altar[w] se romperán
y caerán al suelo.
15 Destruiré todas las viviendas
y las casas campestres de los ricos.
Todas las construcciones decoradas con marfil serán destruidas;
las mansiones dejarán de existir».
Es lo que dice el SEÑOR.
Las mujeres que aman el placer
4 Escuchen este mensaje,
vacas gordas de Basán[x],
que viven en el monte de Samaria:
Ustedes maltratan a la gente pobre
y pisotean a los necesitados.
Ustedes les dicen a sus maridos:
«Un trago, por favor».
2 El Señor DIOS prometió por su santidad:
«Vendrán tiempos muy difíciles para ustedes.
La gente se las llevará con ganchos
y a sus hijos los llevarán con anzuelos.
3 Una tras otra saldrán de la ciudad por los agujeros de las paredes
y las echarán a todas hacia el monte Hermón[y].
Es lo que dice el SEÑOR.
4 »¡Vayan ya a pecar a Betel!
¡Vayan ya a Guilgal[z]
y pequen mucho más!
Cada mañana lleven sus ofrendas y sacrificios
y al tercer día lleven la décima parte de su cosecha.
5 Quemen pan con levadura como ofrenda de gratitud.
Anuncien públicamente todas sus ofrendas voluntarias,
porque eso es lo que les encanta hacer a ustedes, pueblo de Israel[aa].
Es lo que dice el Señor DIOS.
6 »No les di nada de comer[ab],
y les faltó comida en todas sus ciudades.
Pero ustedes no quisieron regresar a mí.
Es lo que dice el SEÑOR.
7 »Detuve la lluvia tres meses antes de la cosecha,
y no crecieron los cultivos.
Permití que lloviera en unas ciudades
y en otras no.
Unos lugares tuvieron lluvias
y otros se secaron.
8 Los refugiados de dos o tres ciudades se iban a otra ciudad en busca de agua,
pues no hubo suficiente para todos.
Aun así ustedes no regresaron a mí».
Es lo que dice el SEÑOR.
9 »Hice que se dañaran sus cultivos por el calor y las plagas.
Destruí sus huertos y viñedos,
y las langostas devoraron sus higueras y olivos,
pero ustedes no regresaron a mí.
Es lo que dice el SEÑOR.
10 »Envié plagas terribles
como hice con Egipto.
Hice que sus jóvenes murieran en batallas
junto con sus caballos.
Hice que ustedes sintieran el mal olor de su ejército,
pero ustedes no regresaron a mí.
Es lo que dice el SEÑOR.
11 »Los destruí como lo hice
con Sodoma y con Gomorra.
Parecían como una brasa sacada del fuego,
pero aun así ustedes no regresaron a mí.
Es lo que dice el SEÑOR.
12 »Por eso voy a castigarte, Israel.
Voy a hacer lo mismo contigo;
así que prepárate para encontrarte con tu Dios, Israel».
13 ¿Quién es él?
Pues el que creó las montañas y los vientos,
el que da a conocer sus pensamientos a los hombres,
el que transforma la luz en oscuridad
y puede llegar hasta los lugares más altos de la tierra.
Su nombre es YAVÉ Dios Todopoderoso.
Lamento por Israel y advertencia
5 Pueblo de Israel, escucha este mensaje
que es como un lamento por ustedes:
2 «La virgen Israel ha caído
y ya no se levantará más.
La dejaron sola tendida en el suelo
y no hay nadie que la ayude».
3 El Señor DIOS dice esto:
«La ciudad de Israel que mande 1000 soldados a la guerra,
tan sólo se quedará con cien;
la que mande cien,
tan sólo se quedará con diez».
4 El SEÑOR dice a la nación[ac] de Israel:
«Vengan a buscarme y vivirán.
5 No busquen en Betel, no vayan a Guilgal.
No crucen la frontera para ir a Berseba[ad],
pues todos los de Guilgal serán desterrados[ae];
Betel será destruida[af]».
6 Busquen al SEÑOR y vivirán;
si no lo hacen,
como un fuego él consumirá la casa de José[ag],
y en Betel no habrá nadie que pueda apagarlo.
7 Oigan, ustedes, los que convierten el derecho en amargura
y a la justicia la dejan por el suelo.
8 Dios es el creador de las Pléyades y de Orión.[ah]
Él es quien convierte la oscuridad en luz de día
y transforma el día en noche.
Él es quien convoca el agua de los mares
y la derrama sobre la tierra.
¡Él es YAVÉ, ese es su nombre!
9 Él es quien derriba la fortificación
y destruye la fortaleza.
10 Ustedes odian al que delante de todos desenmascara la injusticia;
detestan al que habla con la verdad.
11 Se han aprovechado de los pobres,
cobrándoles impuestos injustos.
Con su mal proceder han logrado construir casas lujosas,
pero no podrán vivir en ellas.
Han plantado hermosos viñedos,
pero no podrán beber su vino.
12 Yo sé cuántas faltas han cometido
y sé lo terrible que son sus pecados.
Ustedes oprimen a los justos y aceptan sobornos.
No dejan que en los tribunales haya justicia para los pobres.
13 Por eso el sabio calla,
pues son tiempos malos.
14 Busquen el bien y no el mal, y vivirán.
Así, el SEÑOR Dios Todopoderoso estará con ustedes,
tal como ustedes mismos lo han dicho.
15 Odien el mal y amen el bien.
Asegúrense de que haya justicia en los tribunales.
De esa forma, quizás, el SEÑOR Dios Todopoderoso
tenga compasión del resto que quedó de Israel.
16 Así dice el SEÑOR Dios Todopoderoso:
«La gente llorará en todas las plazas.
Todos gritarán de dolor por las calles.
Los campesinos estarán de duelo
y se contratarán llorones profesionales.
17 Se llorará en todos los viñedos
cuando yo venga a castigarlos».
Es lo que dice el SEÑOR.
18 Oigan ustedes, los que desean tanto
que llegue el día del SEÑOR,
¿acaso no saben cómo será ese día del SEÑOR?
Pues será de oscuridad y no de luz.
19 Será algo así como cuando alguien huye de un león
y se encuentra con un oso.
O como cuando uno entra a su casa,
se recuesta contra la pared
y lo muerde una serpiente.
20 El día del SEÑOR será de oscuridad y no de luz.
Será un día negro, sin claridad alguna.
El Señor rechaza la alabanza de Israel
21 «¡Odio sus fiestas!
¡Me desagradan sus reuniones religiosas!
22 Aunque me hagan sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas de cereales,
eso no me complace.
Tampoco presto atención
a sus ofrendas para festejar, de terneros gordos.
23 ¡Alejen de mí el ruido de sus canciones!
¡No escucharé la música de sus arpas!
24 Mejor hagan que la justicia fluya como el agua,
y que sean solidarios de continuo como una fuente inagotable.
25 »Pueblo de Israel, ¿me llevaron ustedes ofrendas y sacrificios
en los 40 años que estuvieron en el desierto?
26 En cambio, cargarán las estatuas
de su rey Sicut y de su estrella Quiyún,[ai]
imágenes que ustedes mismos han creado,[aj]
27 cuando yo los haga desterrar más allá de Damasco».
Así dijo el SEÑOR, cuyo nombre es Dios Todopoderoso.
Fin de los buenos tiempos
6 Oigan ustedes, los que llevan una vida fácil en Sion
y los que habitan tan confiados en el monte Samaria.
Se creen los dirigentes de la nación más importante,
a quienes recurre el pueblo de Israel.
2 Vayan a Calné y miren bien,
sigan de ahí a la gran ciudad de Jamat,
y luego continúen a Gat,[ak] ciudad de los filisteos.
¿Acaso son ellos mejores que sus reinos?
¿O tienen ellos territorio más grande?
3 Ustedes se niegan a creer
que va a haber un día de castigo,
y sin embargo, cada día ustedes hacen
que se acerque más el reino de la violencia.
4 Oigan ustedes, los que se acuestan en camas de marfil
y se sienten a sus anchas.
Comen banquetes de corderos
y ceban terneros para las fiestas.
5 Cantan con arpas e imitan a David,
componiendo melodías y canciones para sí mismos.
6 Beben vino en tazones
y usan perfumes finísimos.
Pero no les importa que Israel[al] sea destruido.
7 Por eso ustedes que disfrutan a sus anchas
serán los primeros que serán desterrados.
La fiesta se acabó para ustedes.
8 El Señor DIOS ha jurado por sí mismo,
el SEÑOR Dios Todopoderoso dice:
«Detesto la arrogancia del pueblo de Jacob
y odio sus fortalezas.
Así que dejaré que el enemigo se apodere
de su ciudad y de todo lo que hay en ella».
9 Entonces, si llegan a quedar diez personas vivas en una casa, todas las diez morirán; 10 y cuando algún pariente llegue a sacar el cuerpo de un ser querido, otro le preguntará:
—¿Queda alguien más?
El otro le contestará:
—¡No, por D…![am]
Y el primero interrumpirá diciendo:
—¡Calla, no menciones el nombre del SEÑOR!
11 Mira, el SEÑOR ordenará su castigo,
las casas grandes quedarán hechas pedazos
y las pequeñas quedarán en ruinas.
12 ¿Acaso pueden los caballos trepar por entre las rocas?
¿O se llevan los bueyes a arar en el mar?
Pero ustedes han vuelto todo al revés.
Han cambiado el derecho en veneno,
y el fruto de la justicia lo convirtieron en amargura.
13 Ustedes se alegran con la conquista de Lo Debar[an]
y dicen: «Nosotros tomamos Carnayin[ao] con nuestra propia fuerza».
14 Pueblo de Israel, escucha con atención:
«Yo pondré a una nación en contra de ustedes
y les causará sufrimientos por todo el país,
desde Lebó Jamat hasta el arroyo de Arabá».
Es lo que dice el SEÑOR Dios Todopoderoso.
Visión de las langostas
7 El Señor DIOS me mostró esto: Vi que él creaba una plaga de langostas. Era la época del brote de la siembra tardía, la que se hace después de la cosecha del rey. 2 Cuando las langostas estaban terminando de comerse las plantas del país, yo dije:
—¡Señor DIOS, te ruego que nos perdones! ¿Cómo podrá sobrevivir Jacob si es un país tan pequeño?
3 Entonces el SEÑOR cambió de opinión y dijo:
—Esto no va a suceder.
Visión del fuego
4 El Señor DIOS me mostró esto: El Señor DIOS estaba creando una gran llamarada que consumía el gran abismo y quemaba también la tierra. 5 En ese momento dije:
—¡Señor DIOS, te suplico que te detengas! ¿Cómo podría sobrevivir Jacob si es tan pequeño?
6 Entonces el SEÑOR cambió de opinión y dijo el Señor DIOS:
—Esto no va a suceder.
Visión de la hojalata
7 Esto fue lo que me mostró: Dios estaba de pie junto a una pared de hojalata y sostenía en la mano un pedazo de la hojalata. 8 Entonces el SEÑOR me dijo:
—Amós, ¿qué ves aquí?
Yo respondí:
—Veo hojalata.
Y él me dijo:
—Mira, he puesto sufrimiento[ap] en medio de mi pueblo Israel porque no les pasaré ni una más. 9 Los santuarios de Isaac serán destruidos, los santuarios de Israel quedarán en ruinas, y yo mismo atacaré con espada a la dinastía de Jeroboán[aq].
Amasías trata de detener a Amós
10 Amasías, el sacerdote de Betel[ar], envió este mensaje a Jeroboán, rey de Israel: «Amós planea algo en tu contra en Israel; la gente no aguanta más su mensaje, 11 porque esto es lo que dice:
“Jeroboán morirá a espada,
y ciertamente la gente de Israel será desterrada”».
12 Amasías también habló con Amós y le dijo:
—Fuera de aquí, vidente, vete a Judá, y que allá te mantengan,[as] profetiza allá. 13 Nunca vuelvas a profetizar aquí en Betel, porque este es el lugar sagrado de Jeroboán. Este es santuario del rey y templo nacional.
14 Amós le respondió a Amasías:
—Yo no soy profeta profesional ni hago parte del grupo de profetas. Yo me ocupaba de animales e higueras, 15 pero el SEÑOR me quitó del rebaño y me dijo el SEÑOR: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”. 16 Así que escucha el mensaje del SEÑOR:
»“Tú me dices que no profetice contra Israel
y que no diga nada contra la familia de Isaac”.
17 »Pues esto es lo que dice el SEÑOR:
“Tu esposa será una prostituta de la ciudad,
tus hijos e hijas morirán a espada.
Tus tierras las tomarán extraños
y se las repartirán entre ellos.
Tú mismo terminarás muerto en tierra extranjera,
y ciertamente la gente de Israel será desterrada”.
Visión de la fruta madura
8 El Señor DIOS me mostró un canasto lleno de fruta madura 2 y me preguntó:
—Amós, ¿qué ves aquí?
Yo respondí:
—Un canasto de fruta madura.
Entonces el SEÑOR me dijo:
—Llegó el fin[at] de mi pueblo de Israel, no les pasaré ni una más. 3 El Señor DIOS dice: “En ese momento los cantos del templo se convertirán en tristes lamentos de funeral, habrá muchos cadáveres y los arrojarán por todas partes. ¡Así que hagan silencio!”
La avaricia de los comerciantes
4 ¡Escúchenme bien!,
ustedes que se aprovechan de los necesitados
y arruinan a los pobres del país.
5 Ustedes dicen:
«Ojalá pase rápido la fiesta de Luna Nueva
para poder vender el grano.
Ojalá pase rápido el día de descanso
para poder vender el trigo.
Vamos a alterar las medidas,
aumentar los precios, falsear las pesas
y así estafar a los compradores.
6 Compraremos a los pobres por un poco de dinero,
y a los necesitados a cambio de un par de sandalias.
También vamos a vender
hasta los desechos del trigo».
7 El SEÑOR ha jurado por el orgullo de Jacob:
«Nunca olvidaré toda la maldad de esta gente.
8 La tierra entera temblará por eso.
Todos sus habitantes llorarán por los muertos.
La tierra subirá y bajará,
como las aguas del río Nilo en Egipto».
9 El Señor DIOS dice también:
«Ese día, haré que el sol se oculte a mediodía
y que la tierra se oscurezca en pleno día.
10 Haré que sus festivales se conviertan en días de llanto y tristeza.
Sus canciones se convertirán en lamentos.
Todos se vestirán de luto
y se raparán la cabeza.
Haré que sufran y se lamenten como quien ha perdido a su único hijo.
Todo será un trágico y amargo final».
11 El Señor DIOS afirma:
«Vendrán tiempos cuando haré que haya hambre en este país,
pero no por falta de alimento.
Tendrán una sed terrible,
pero no por falta de agua.
Será hambre y sed
de oír la palabra del SEÑOR.
12 La gente andará sin rumbo, de mar a mar,
y desde el norte hasta el oriente.
Andarán todos de un lado a otro buscando el mensaje del SEÑOR,
pero no lo encontrarán.
13 En esos días, la sed debilitará
a las jóvenes hermosas y a los muchachos fuertes.
14 Todos los que han jurado por el pecado de Samaria[au]
y que han dicho: “Juramos por la existencia del dios de Dan[av]”,
“juramos por la existencia del dios de Berseba[aw]”;
todos ellos caerán y no se levantarán jamás».
Visión del Señor junto al altar
9 Vi al Señor junto al altar diciéndome:
«Golpea encima de las columnas
para que tiemblen hasta los umbrales de las puertas.
Que caigan los pedazos sobre la cabeza de la gente.
Si alguno queda vivo, lo mataré con la espada.
Algunos tratarán de huir,
pero nadie podrá escapar.
2 Aunque traten de esconderse en lo más profundo de la tierra,[ax]
de allí los sacaré.
Aunque traten de subir hasta lo más alto de los cielos,
de allí los bajaré.
3 Si suben hasta la cima del monte Carmelo,
hasta allá llegaré para traerlos.
Si se esconden de mí en el fondo del océano,
mandaré al monstruo marino para destrozarlos.
4 Si sus enemigos los hacen prisioneros,
hasta allá mandaré mi espada para matarlos.
Estaré pendiente de ellos todo el tiempo,
pero no para bien, sino para mal».
5 El Señor DIOS Todopoderoso,
derretirá la tierra entera con solo tocarla,
y todos llorarán a sus muertos.
Él hará que todo suba y baje
como las aguas del Nilo en Egipto.
6 Él es quien tiene su morada en lo más alto de los cielos
y le construyó su base en la tierra.
Él es quien ordena a las aguas del mar
que caigan sobre la tierra.
Es YAVÉ, ese es su nombre.
7 Estas son palabras del SEÑOR:
«¿Acaso, israelitas,
no son ustedes para mí iguales que los de Etiopía?
¿Acaso no los saqué a ustedes de Egipto,
a los filisteos de Caftor[ay],
y a los arameos de Quir[az]?»
8 Fíjense bien,
el Señor DIOS vigila a este reino de pecadores.
El SEÑOR dice:
«Los haré desaparecer de la faz de la tierra,
pero no destruiré por completo a la familia de Jacob.
9 Daré la orden,
y el pueblo de Israel será dispersado por todo el mundo.
Será como cuando se zarandea la harina;
la buena pasa, pero la mala se queda en el colador.
10 Todos esos pecadores de mi pueblo,
que dicen que nada malo va a pasarles,
todos ellos morirán a espada.
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