Bible in 90 Days
Mensaje para Moab
48 El SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, dice acerca de Moab:
«¡Pobre de Nebo, porque será destruida!
Quiriatayin será capturada y humillada.
Su fortaleza será derribada y hecha pedazos.
2 Ya no hay alabanzas para Moab,
en Hesbón hacen planes contra ella.
Dicen: “Vengan, hagamos desaparecer esta nación”.
Madmén, tú también serás silenciada
y perseguida por la guerra.
3 Se oyen gritos desde Joronayin:
¡Destrucción y ruina inmensa!
4 Moab ha sido destruida,
y se oyen los gritos de sus pequeños.
5 Lloran al subir la cuesta de Luhit;
y por la bajada de Joronayin
se oyen gritos de dolor
debido a la destrucción.
6 ¡Huyan! ¡Sálvese quien pueda!
Sean como los arbustos del desierto.
7 »Por confiar en tus obras y en tus riquezas,
tú también serás capturada.
Así que tu dios Quemós saldrá al exilio,
junto con sus sacerdotes y altos funcionarios.
8 El destructor irá a cada ciudad,
y ninguna escapará.
También el valle será arrasado
y la meseta quedará en ruinas,
tal como lo ha decidido el SEÑOR.
9 Pónganle una lápida[a] a Moab
porque será destruida;
sus ciudades quedarán en ruinas
y sin habitantes.
10 Maldito el que sólo aparenta hacer el trabajo del SEÑOR;
maldito el que no manche de sangre su espada.
11 »Moab ha descansado desde su juventud;
ha reposado como vino añejo;
no ha pasado de un recipiente a otro,
nunca ha ido al exilio.
Por eso ha conservado su sabor
y no ha perdido su aroma.
12 Pero llegará el día, dice el SEÑOR,
cuando enviaré gente para agotar a Moab;
vaciarán sus vasijas
y quebrarán sus cántaros.
13 Moab se avergonzará de haber confiado en Quemós,
como el pueblo de Israel se avergonzó de haber confiado en Betel[b].
14 »¿Cómo pueden decir:
“Somos guerreros, valientes soldados”?
15 Un destructor se ha levantado contra Moab y sus ciudades;
lo mejor de su juventud descenderá al degolladero.
Lo dice el Rey,
que tiene por nombre el SEÑOR Todopoderoso.
16 El desastre de Moab es inminente,
se acerca su desgracia.
17 Lloren por él, todos los que lo rodean,
los que conocen su fama.
Digan: “¿Cómo se ha quebrado
el cetro poderoso, el bastón señorial?”
18 Habitante de Dibón[c],
baja de tu sitio de honor
y siéntate en el suelo reseco,
porque el destructor de Moab se levanta contra ti
y destruye tus fortalezas.
19 Habitante de Aroer,
párate a la orilla del camino y observa.
Pregunta al que huye y al que escapa
y diles: “¿Qué pasó?”
20 Moab está humillado
porque ha sido aniquilado.
Lloren y giman;
anuncien en el río Arnón[d]
que Moab ha sido destruido.
21 Llegó el juicio decidido contra la meseta:
contra Holón, Yahaza y Mefat;
22 contra Dibón, Nebo, Bet Diblatayin,
23 Quiriatayin, Bet Gamul, Bet Megón,
24 también contra Queriot, Bosra,
y contra todas las ciudades de Moab,
cercanas y lejanas.
25 El poder de Moab ha sido cortado,
y su brazo ha sido quebrantado,
dice el SEÑOR.
26 »Emborrachen a Moab
porque se ha enorgullecido ante el SEÑOR.
Se revolcará en su propio vómito
y será objeto de burla.
27 ¿No te burlabas de Israel
como si lo hubieran sorprendido entre ladrones?
Pues cada vez que hablabas de él,
lo hacías con desprecio.
28 Habitantes de Moab,
abandonen las ciudades,
y vayan a habitar en las rocas,
como palomas que anidan
al borde de los barrancos.
29 Hemos oído del orgullo de Moab,
su arrogancia, insolencia y altivez.
30 Yo conozco su soberbia, dice el SEÑOR,
pero eso no le sirve,
no sacará nada con sus arrogancias.
31 Por eso gimo por Moab,
lloro por todos sus habitantes,
y derramo lágrimas
por el pueblo de Quir Jeres.
32 Lloro por ti, viña de Sibma,
más que por Jazer.
Tus ramas iban más allá del mar
y llegaban hasta Jazer.
Pero el destructor caerá sobre tu cosecha de higos
y sobre tu cosecha de uvas.
33 Se quitó la alegría y el regocijo de los fértiles campos de Moab.
He hecho que deje de fluir el vino de tus piletas;
no hay ya quien pise las uvas en medio de gritos de alegría;
si hay gritos, no son de regocijo.
34 »El grito de angustia de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza.
Se grita desde Zoar hasta Joronayin y Eglat Selisiyá,
porque hasta las aguas de Nimrín
se han secado.
35 Aniquilaré de Moab al que ofrece sacrificios en los altares
y quema incienso a sus dioses,
dice el SEÑOR.
36 »Por eso, mi corazón gime
como el sonido de una flauta,
por Moab y por el pueblo de Quir Jeres,
porque se han perdido las riquezas que acumularon.
37 Toda cabeza está rapada
y toda barba rasurada;
todos se han hecho cortadas en las manos,
y se han vestido de luto.
38 Hay gemidos en todas las terrazas de Moab
y en todas las plazas,
porque hice pedazos a Moab,
como si fuera una vasija que no sirve para nada.
Es la decisión del SEÑOR.
39 ¡Cómo quedó de destrozada!
¡Cómo gimen!
Moab ha vuelto la espalda avergonzada.
Se ha convertido para sus vecinos
en objeto de burla y horror».
40 El SEÑOR dice:
«El enemigo vuela como un águila
con las alas desplegadas sobre Moab.
41 Sus ciudades serán capturadas
y sus fortalezas conquistadas.
Ese día, el corazón de los guerreros de Moab
será como el de una mujer que da a luz.
42 Moab dejará de ser un pueblo,
porque se envalentonó contra el SEÑOR.
43 Por eso, vendrán sobre ti, habitante de Moab,
el terror, el foso y la trampa,
dice el SEÑOR.
44 El que huye del terror caerá en la zanja,
y el que salga de la zanja caerá en la trampa.
Porque yo hago que le llegue a Moab
el momento de su castigo,
dice el SEÑOR.
45 »Los que huyen se detienen desfallecidos
a la sombra de Hesbón,
pero sale fuego de Hesbón
y una llama de la casa de Sijón[e]
que consume las sienes de Moab
y la cabeza de los arrogantes.
46 ¡Pobre de ti, Moab!
El pueblo de Quemós quedó destruido;
tus hijos fueron capturados,
llevados al destierro, tus hijas al exilio.
47 Pero en los últimos días
cambiaré la suerte de Moab,
dice el SEÑOR».
Aquí termina la sentencia contra Moab.
Mensaje para Amón
49 Así dice el SEÑOR acerca de los amonitas:
«¿Acaso Israel no tiene hijos?
¿No tiene heredero?
¿Por qué el dios Milcón ha tomado posesión de Gad[f]
y su pueblo vive en sus ciudades?
2 Llegará el día, dice el SEÑOR,
en que haré sonar la trompeta de guerra
contra Rabá[g] de los amonitas.
Quedará hecha un montón de ruinas
y sus ciudades serán incendiadas.
Entonces Israel se apoderará
de lo que ellos le quitaron,
dice el SEÑOR.
3 »Lloren por Hesbón,
porque Hai ha sido destruida.
Griten, hijas de Rabá;
vístanse de luto y giman.
Corran de un lado a otro dentro de los muros,
porque Milcón va al exilio
junto con sus sacerdotes y altos funcionarios.
4 ¿Por qué te enorgulleces de tu fuerza?
¿No ves que ya se te está acabando?
Hija rebelde que confías en tus riquezas
y dices: “¿Quién me atacará?”
5 Voy a hacer que el terror te rodee por todas partes,
dice el Señor DIOS Todopoderoso.
Saldrán arrojados todos, cada uno por su lado,
y no habrá quién los vuelva a reunir.
6 Pero después de todo esto,
devolveré lo que se tomó de los amonitas,
dice el SEÑOR».
Mensaje para Edom
7 El SEÑOR Todopoderoso dice acerca de Edom:
«¿Ya no hay sabiduría en Temán?
¿Los inteligentes no pueden aconsejar más?
¿Han dejado de ser sabios?
8 Habitantes de Dedán, huyan;
vuélvanse atrás
y métanse en las profundidades;
porque yo causaré un desastre en Esaú,
pues ya es el tiempo de castigarlo.
9 Si los recolectores de uvas llegaran a ti,
¿no te dejarían unos cuantos racimos?
Si los ladrones llegaran de noche,
¿no se llevarían sólo lo que necesitan?
10 Pero yo dejaré sin nada a Esaú,
hasta dejar al descubierto sus escondites,
de manera que no tenga dónde esconderse.
Sus descendientes, su familia,
y sus conocidos serán destruidos
y él dejará de existir.
11 Abandona a tus huérfanos,
que yo los cuidaré;
y tus viudas confiarán en mí.
12 »Porque así dice el SEÑOR: “Si los que no estaban condenados a beber la copa del castigo tuvieron que beberla, ¿vas tú a librarte del castigo? De seguro que no te quedarás sin castigo y vas también tú a tener que beberla. 13 Prometo por mí mismo, dice el SEÑOR, que Bosra quedará como modelo de horror, humillación, ruina y maldición. Todas sus ciudades quedarán en ruinas para siempre”».
14 He oído un mensaje del SEÑOR,
un mensajero ha sido enviado a anunciarlo entre las naciones:
«Reúnanse, ataquen a Edom,
prepárense para la guerra».
15 «Te haré la nación más insignificante,
despreciada entre los hombres.
16 Tu grandeza y tu orgullo te engañan.
Tú, que vives en las grietas de las rocas y en las colinas altas,
aunque como las águilas hagas tus nidos en las alturas,
desde allí te haré caer,
dice el SEÑOR.
17 »Edom será un lugar desolado
y todos los que pasen se quedarán asombrados al ver sus heridas.
18 Será como sucedió con Sodoma y Gomorra,
y sus ciudades vecinas,
cuando fueron destruidas,
dice el SEÑOR.
Nunca más volverá alguien a vivir allí,
ni siquiera a alojarse temporalmente.
19 »Como león que sale de los matorrales del río Jordán
hacia las praderas,
así de rápido echaré a Edom de su tierra.
Nombraré sobre ellos a quien yo elija.
Porque, ¿quién es como yo?
¿Quién puede desafiarme a mí?
¿Qué pastor se me enfrenta?»
20 Escucha entonces el plan que el SEÑOR
tiene decidido contra Edom;
lo que ha preparado
contra los habitantes de Temán.
De seguro que los más pequeños del rebaño serán arrastrados
y sus praderas quedarán desoladas.
21 La tierra tiembla por el sonido de su caída;
se oirán sus gritos hasta el mar Rojo.
22 Como un águila se remonta
y se lanza con las alas abiertas,
así atacará el enemigo a Bosra.
Ese día el corazón de los guerreros de Edom
se angustiará como mujer que da a luz.
Mensaje para Damasco
23 Mensaje acerca de Damasco:
«Jamat y Arfad están conmocionadas
por las malas noticias.
Se hunden en el miedo como quien se hunde
en un mar enfurecido que nadie puede calmar.
24 Damasco, desfallecida,
trató de huir pero la dominó el pánico.
La han dominado la angustia y el dolor,
como a una mujer que da a luz.
25 ¿Por qué no ha sido abandonada
la ciudad tan famosa, que era mi contento?
26 Ese día sus jóvenes caerán en las calles,
todos sus soldados morirán.
Es la decisión del SEÑOR Todopoderoso.
27 Prenderé fuego a la muralla de Damasco,
y consumiré los palacios de Ben Adad[h]».
Mensaje para Cedar y Jazor
28 Mensaje del SEÑOR acerca de Cedar y los reinos de Jazor que atacó Nabucodonosor, rey de Babilonia:
«¡Levántense y ataquen a Cedar!
Destruyan a los pueblos del oriente.
29 Sus carpas y rebaños serán arrebatados
junto con las cortinas de las carpas,
sus muebles y sus camellos.
La gente les gritará:
“¡Terror por todas partes!”
30 ¡Huyan, escóndanse, habitantes de Jazor!,
dice el SEÑOR.
Porque Nabucodonosor, rey de Babilonia,
ha trazado un plan contra ustedes.
31 El SEÑOR dice:
“Vayan y ataquen a esa nación
que vive tan confiada;
no tiene puertas ni cerrojos,
su gente vive aislada.
32 Sus camellos y gran cantidad de ganado
serán el botín.
Dispersaré en todas direcciones a los que se rasuran las sienes;
de todos lados les traeré su destrucción”,
dice el SEÑOR.
33 Para siempre Jazor se convertirá
en un desierto y guarida de chacales.
Nadie volverá a vivir allí,
ningún ser humano se alojará en ella».
Mensaje para Elam
34 Este fue el mensaje del SEÑOR para el profeta Jeremías en cuanto a Elam[i]. Lo recibió al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá:
35 «Así dice el SEÑOR Todopoderoso:
“Voy a quebrantar el arco de Elam,
su poder más grande.
36 Desataré contra Elam los cuatro vientos
desde los cuatro puntos cardinales.
Los dispersaré por los cuatro vientos
y no habrá país a donde no lleguen sus desterrados.
37 Despedazaré a Elam en presencia de sus enemigos,
ante los que quieren matarlos.
Los haré sufrir para mostrarles mi enojo
y los acosaré militarmente hasta que acabe con ellos.
Es la decisión del SEÑOR.
38 Estableceré mi trono en Elam
y destruiré al rey y sus oficiales,
dice el SEÑOR.
39 Pero en el futuro cambiaré la suerte de Elam,
dice el SEÑOR”».
Mensaje para Babilonia
50 Este es el mensaje que el SEÑOR dio acerca de Babilonia y del pueblo babilonio, por medio del profeta Jeremías:
2 «Anuncien este mensaje a las naciones para que todos lo conozcan.
Levanten bandera para llamar la atención;
no oculten nada, sino digan:
“¡Babilonia será conquistada!
¡Bel será humillado!
¡Marduc quedará aterrado!
Las imágenes y los ídolos de Babilonia
quedarán en ridículo y aterrorizados”.
3 Porque una nación del norte
se ha levantado contra Babilonia
para dejarla convertida en un desierto.
Todos, seres humanos y animales, huirán
y nadie volverá a vivir allí.
4 »En esos días, por ese tiempo, dice el SEÑOR,
el pueblo de Israel junto con el pueblo de Judá
vendrán llorando buscando al SEÑOR su Dios.
5 Preguntarán por el camino de Sion
y se irán hacia allá, diciendo:
“Vengan y unámonos al SEÑOR
en un pacto eterno, que jamás se olvidará”.
6 »Mi pueblo ha sido como un rebaño extraviado;
sus pastores lo descarriaron
y lo dispersaron por las montañas.
Han ido de monte en monte
y se han olvidado de su corral.
7 Los que lo encontraban, lo devoraban;
sus enemigos decían: “No somos culpables,
porque ellos pecaron contra el SEÑOR, su lugar de descanso;
contra el SEÑOR, la esperanza de sus antepasados”.
8 »Huyan de Babilonia, salgan de ese país.
Sean como los machos cabríos que guían a las ovejas.
9 Porque yo voy a levantar contra Babilonia
una alianza de naciones poderosas del norte.
Se alistarán contra ella
y desde allí la conquistarán.
Sus flechas serán como diestros guerreros,
que no vuelven con las manos vacías.
10 Saquearán a los babilonios,
y sus saqueadores se saciarán.
Es la decisión del SEÑOR.
11 »Porque ustedes se alegraron,
gozaron destruyendo mi propiedad.
Salten como novilla en el potrero,
relinchen como caballos sementales.
12 Pero su mamá quedará humillada,
la que los dio a luz quedará en vergüenza.
Será la última de las naciones,
hecha un desierto, sequedal y páramo.
13 Debido al enojo del SEÑOR no será habitada,
sino que quedará completamente desierta.
Todo el que pase por allí quedará impresionado
al ver todas las heridas que recibió.
14 »¡A sus posiciones, arqueros,
alrededor de Babilonia!
¡Tiren contra ella y no ahorren flechas,
porque ha pecado contra el SEÑOR!
15 Rodéenla y griten:
¡Babilonia se rinde!
Caen sus torres,
se derrumbaron sus murallas.
Esta es la venganza del SEÑOR;
vénguense de ella
y háganle a ella lo mismo que ella les hizo a otros.
16 Aniquilen al que siembra en Babilonia
y al que usa la hoz en la cosecha.
Ante la espada del opresor,
cada cual volverá a su pueblo,
cada uno a su tierra.
17 »Israel es un rebaño descarriado,
dispersado por leones.
Primero se lo devoró el rey de Asiria,
y después Nabucodonosor, rey de Babilonia,
lo que hizo fue roerle todos los huesos».
18 Por eso, el SEÑOR Todopoderoso,
Dios de Israel, dice:
«Castigaré al rey de Babilonia y su tierra,
de la misma manera que castigué al rey de Asiria.
19 Haré regresar a Israel a su campo
y que coma pasto en el Carmelo y en Basán.
En los montes de Efraín y Galaad
tendrá comida en abundancia.
20 En esos días y en aquel tiempo,
dice el SEÑOR,
se buscará la maldad de Israel,
pero ya no aparecerá.
Buscarán la maldad de Judá,
pero tampoco la encontrarán,
porque yo perdonaré a los que dejé con vida.
21 »Lanza tu ataque contra la tierra de Meratayin
y los habitantes de Pecod.
Mátalos a espada, acaba con ellos, dice el SEÑOR.
Cumple fielmente mis órdenes.
22 »En el país se oye estruendo de guerra
y gran destrucción.
23 ¡Cómo ha sido quebrado y cortado
el martillo de toda la tierra!
¡Cómo ha quedado desolada Babilonia
en medio de las naciones!
24 Te tendí una trampa, Babilonia,
y ni cuenta te diste.
Te hallaron y te conquistaron
porque te opusiste al SEÑOR.
25 El SEÑOR abrió su arsenal
y sacó las armas de su ira.
El Señor DIOS Todopoderoso
tiene una misión que cumplir
en el país de los babilonios.
26 »Atáquenla desde los confines de la tierra,
abran sus graneros.
Amontónenla y destrúyanla por completo;
no dejen nada de ella.
27 Maten a todos sus novillos,
llévenlos al matadero.
¡Pobre de ellos!
Porque les llegó la hora del castigo.
28 Se escuchan voces de la gente que huyó,
son los que se escaparon de Babilonia.
Vienen a anunciar en Sion
la venganza del SEÑOR nuestro Dios,
la venganza por lo que sucedió en su templo.
29 »Llamen a los arqueros en contra de Babilonia,
a todos los que usan el arco.
Acampen alrededor de ella
y no dejen escapar a nadie.
Páguenle conforme a sus obras,
trátenla como ella trató a los demás.
Porque fue arrogante con el SEÑOR,
el Santo de Israel.
30 Por eso sus jóvenes caerán muertos en las calles,
y todos sus soldados morirán ese día,
dice el SEÑOR.
31 »Estoy en contra de ti, nación soberbia,
dice el Señor DIOS Todopoderoso,
ha llegado la hora de tu castigo.
32 El soberbio tropezará y caerá,
y nadie lo ayudará a levantarse.
Incendiaré todas tus ciudades,
y el fuego consumirá todo alrededor tuyo».
33 El SEÑOR Todopoderoso dice:
«Tanto el pueblo de Israel
como el de Judá están oprimidos;
sus enemigos los tienen prisioneros
y no los dejan en libertad.
34 Pero su redentor es más fuerte;
su nombre es el SEÑOR Todopoderoso.
Él se encargará de defenderlos,
traerá paz al país,
pero terror a los habitantes de Babilonia.
35 »El SEÑOR dice:
Guerra a Babilonia, a sus habitantes,
a sus altos funcionarios y a sus sabios.
36 Guerra a sus charlatanes,
que enloquezcan.
Guerra a sus soldados,
que tiemblen de terror.
37 Guerra a sus caballos
y sus carros de combate.
Guerra a sus mercenarios,
que se vuelvan como mujeres.
Guerra a sus tesoros,
que sean saqueados.
38 Guerra a sus aguas,
que se sequen.
Porque es una tierra de ídolos
que hacen perder la razón.
39 Las bestias del desierto se alojarán allí
junto con los avestruces.
Jamás volverá a ser habitada,
nunca más se vivirá allí.
40 Será como sucedió con Sodoma
y Gomorra y sus ciudades vecinas
cuando fueron destruidas.
Nunca más volverá alguien a vivir allí,
ni siquiera a alojarse temporalmente.
Es la decisión del SEÑOR.
41 »Viene un pueblo del norte.
Desde el último rincón de la tierra,
se alistan para venir una gran nación y muchos reyes.
42 Vienen armados con arcos y lanzas.
Son crueles y sin compasión.
Su voz ruge como el mar cuando avanza su caballería.
Marchan en formación de combate contra ti, Babilonia.
43 Al recibir esta noticia,
el rey de Babilonia se sintió desfallecer.
Se ha apoderado de él la confusión
y siente dolor como el de una mujer que da a luz.
44 Como león que sale de los matorrales
del río Jordán a las verdes praderas,
así de rápido ahuyentaré de su país a los de Babilonia.
Nombraré sobre ellos a quien yo elija.
Porque, ¿quién es como yo?
¿Quién puede desafiarme a mí?
¿Qué pastor se me enfrenta?»
45 Escucha entonces el plan que el SEÑOR tiene decidido contra Babilonia;
lo que ha preparado contra el país de los babilonios.
De seguro que los más pequeños del rebaño serán arrastrados
y sus praderas quedarán desoladas.
46 La tierra tiembla por el sonido de su caída;
se oirán sus gritos en las otras naciones.
51 El SEÑOR dice:
«Levantaré un viento destructor
contra Babilonia y los habitantes de Leb Camay[j].
2 Enviaré extranjeros contra Babilonia
que la echarán al aire hasta dejarla vacía.
Cuando llegue el día de su sufrimiento,
la atacarán por todas partes.
3 Que el arquero no tense su arco,
que no se ponga su coraza.
No les perdonen la vida a sus jóvenes,
aniquilen completamente a su ejército.
4 Caerán muertos en la tierra de los babilonios
y traspasados a lanza en las calles.
5 Porque aunque Israel y Judá
han llenado de pecado su país contra el Santo de Israel,
ellos no han sido abandonados por su Dios,
el SEÑOR Todopoderoso.
6 »¡Huyan de Babilonia!
¡Sálvese quien pueda!
No se hagan matar por el pecado de ella.
Es hora de la venganza del SEÑOR,
él le dará su merecido.
7 En manos del SEÑOR,
Babilonia era una copa de oro
que emborrachaba a todo el mundo.
Las naciones se enloquecieron
porque bebieron de su vino.
8 Pero Babilonia caerá de repente
y quedará hecha pedazos.
Lloren por ella.
Traigan bálsamo para su dolor,
tal vez se cure.
9 »“Intentamos curarla,
pero no ha sanado.
Abandonémosla y vuelva cada uno a su tierra
porque su castigo ha llegado hasta los cielos,
se elevó hasta las nubes”.
10 El SEÑOR nos ha hecho justicia.
Vamos y contemos en Sion
lo que ha hecho el SEÑOR nuestro Dios.
11 »Afilen sus flechas,
carguen sus armas.
El SEÑOR ha despertado el espíritu de los reyes de Media
porque tiene el plan de destruir a Babilonia.
Esta es la venganza del SEÑOR
por lo que le hicieron a su templo.
12 Levanten la bandera de ataque contra los muros de Babilonia,
refuercen la guardia.
Pongan centinelas,
preparen la emboscada.
Porque el SEÑOR realizará lo que dijo y planeó
contra los habitantes de Babilonia.
13 Tú que habitas junto a las muchas aguas
y tienes grandes tesoros,
tu fin ha llegado,
es el final de tu existencia.
14 El SEÑOR Todopoderoso ha jurado por sí mismo:
“Te llenaré de enemigos como langostas,
y cantarán victoria sobre ti”.
15 »Dios fue quien con su poder hizo la tierra,
con su sabiduría creó el mundo;
con su inteligencia extendió los cielos.
16 Cuando él habla, suena una tormenta en el cielo
y de todos los rincones de la tierra se levanta neblina.
Él es quien envía los rayos con la lluvia
y saca el viento de sus bodegas.
17 Todo ser humano es torpe
y falto de conocimiento,
y se avergüenza del ídolo que fabrica.
Es que esas estatuas son un fraude,
no tienen vida,
18 no valen nada, son ridículas;
les llegará su hora y serán destruidas.
19 Pero el Dios de Jacob no es como esos ídolos,
es el Creador de todas las cosas.
Israel es la familia que él eligió para que fuera su pueblo.
Su nombre es el SEÑOR Todopoderoso.
20 »Tú eres mi mazo, mi arma de guerra.
Contigo destrozo naciones
y destruyo reinos.
21 Contigo destruyo caballos y jinetes;
destrozo cocheros y carros de combate.
22 Contigo destruyo hombres y mujeres;
destrozo viejos y jóvenes,
muchachos y muchachas.
23 Contigo destruyo pastores y rebaños,
labradores y bueyes,
jefes y gobernantes.
24 Pero ante ustedes mismos, les daré su castigo merecido
a Babilonia y a todos los babilonios
por todo el mal que han hecho a Sion.
Es la decisión del SEÑOR.
25 »Estoy en tu contra,
monte de destrucción, dice el SEÑOR,
contra ti que eres el destructor de toda la tierra.
Extenderé mi mano contra ti,
haré que ruedes por las rocas,
te convertiré en un monte quemado.
26 Nadie utilizará ninguna de tus piedras
para ser usada como piedra principal
o piedra de cimiento,
porque quedarás desolada para siempre,
dice el SEÑOR.
27 »Levanten en el país la bandera de ataque,
toquen la trompeta entre las naciones;
preparen a las naciones
para la guerra contra ella.
Convoquen contra ella
a las naciones de Ararat, Mini y Asquenaz.
Nombren a un general que la dirija,
y que avancen los caballos como plaga de langostas.
28 Convoquen a las naciones contra ella,
a los reyes de Media,
a sus gobernadores y oficiales,
y a todo el territorio de su imperio.
29 La tierra tiembla y se estremece de angustia
porque se cumplen los planes del SEÑOR contra Babilonia
de convertirla en un desierto desolado.
30 Los guerreros de Babilonia han dejado de combatir;
se esconden en sus fortalezas;
desfallecen,
parecen mujeres.
Sus casas han sido incendiadas
y sus cerrojos destrozados.
31 Corre un mensajero tras otro
para avisarle al rey de Babilonia
que toda la ciudad ha sido capturada,
32 que los pasos de los ríos han sido ocupados,
los baluartes incendiados
y que cunde el pánico entre los soldados».
33 Porque el SEÑOR Todopoderoso,
el Dios de Israel, dice:
«Babilonia es como una era en el momento de la trilla,
lista para ser pisoteada;
y ya está por llegarle el tiempo de que la cosechen».
34 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia,
me devoró y me confundió,
dejándome como un plato vacío.
Me tragó como lo hace una serpiente,
se llenó el estómago con mis delicias,
y luego me vomitó.
35 Que caiga sobre Babilonia
la violencia que ha cometido conmigo y los míos.
Los habitantes de Sion dirán:
“Que se derrame mi sangre sobre Babilonia”».
36 Por tanto, esto dice el SEÑOR:
«Voy a defender tu causa y te vengaré.
Convertiré su mar en un desierto
y secaré sus manantiales.
37 Babilonia quedará convertida en un montón de ruinas,
en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla,
deshabitada.
38 »Ellos rugen como leones,
y gruñen como cachorros de león.
39 Cuando entren en calor, les haré banquetes
y haré que se emborrachen,
para que se diviertan,
y entonces dormirán un sueño eterno
del que no despertarán,
dice el SEÑOR.
40 »Los voy a bajar al matadero
como si fueran corderos, carneros y chivos.
41 »¡Cómo ha sido tomada Babilonia[k]!
¡Cómo ha sido capturado el orgullo de toda la tierra!
¡Cómo se ha convertido Babilonia
en un objeto de horror entre las naciones!
42 El mar ha subido contra Babilonia,
sus olas la han cubierto.
43 Sus ciudades se han convertido
en tierra desierta, seca y árida;
están deshabitadas
y nadie pasa por ahí.
44 Castigaré a Bel en Babilonia,
haré que vomite lo que se ha tragado;
las caras de los pueblos no brillarán de alegría por él,
y los muros de Babilonia caerán.
45 »Pueblo mío, vete de allí,
y que cada uno salve su vida
de la ira ardiente del SEÑOR.
46 No se desanimen ni teman
por los rumores que se escucharán en el país.
Año tras año surgirán rumores de violencia en la tierra
y de guerras entre gobernantes.
47 Se acerca el día
en que castigaré a los ídolos de Babilonia.
Toda ella será humillada
y todos ellos caerán muertos en medio de ella.
48 El cielo y la tierra, y todo el que en ellos habita,
gritarán de alegría sobre Babilonia caída.
Porque del norte vendrán contra ella sus destructores,
dice el SEÑOR.
49 »Babilonia tiene que caer
por las víctimas que le causó a Israel,
así como por las víctimas
que causó por toda la tierra.
50 Ustedes que han escapado del combate,
corran, no se queden ahí.
No importa lo lejos que estén, piensen en el SEÑOR
y no se olviden de Jerusalén».
51 «Nos sentimos avergonzados
porque escuchamos los insultos.
Estamos cubiertos de humillación
porque los extranjeros se han metido
en los santos lugares del templo del SEÑOR».
52 «Por tanto, se acerca el día, dice el SEÑOR,
en que castigaré a los ídolos de Babilonia,
y por todo ese país se oirá
el gemido de sus heridos.
53 Aunque Babilonia suba hasta los cielos
para fortificar muy en alto sus defensas,
hasta allí yo le enviaré destructores,
dice el SEÑOR.
54 »Desde Babilonia se oye terrible griterío
por la gran destrucción del país de los babilonios.
55 Es que el SEÑOR está destruyendo a Babilonia
y está acabando con su bullicio.
Sus enemigos rugen como las olas poderosas,
resuena el estruendo de la voz de ellos.
56 Llega un destructor contra Babilonia.
Sus guerreros serán castigados,
y sus arcos serán destruidos.
Porque el SEÑOR es un Dios
que le da a cada cual su merecido.
57 Voy a emborrachar a sus funcionarios,
sabios, gobernadores,
magistrados y militares.
Dormirán un sueño eterno
del que no despertarán».
Es la decisión del Rey;
su nombre es el SEÑOR Todopoderoso.
58 Así dice el SEÑOR Todopoderoso:
«Los anchos muros de Babilonia
serán completamente derribados,
y sus altas puertas serán incendiadas.
Los pueblos trabajaron en vano
y las naciones se fatigaron
sólo para lo que se devora el fuego».
Mensaje de Jeremías a Babilonia
59 Este es el mensaje que el profeta Jeremías le dio a Seraías[l], hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando se fue con el rey Sedequías de Judá a Babilonia en el cuarto año[m] de su reinado. Seraías era el funcionario real a cargo de este viaje. 60 Jeremías había escrito en un rollo todo el sufrimiento que caería sobre Babilonia, o sea todo lo que tenía que ver con ella 61 y Jeremías le dijo a Seraías: «Cuando vayas a Babilonia, asegúrate de leerles en voz alta todo este mensaje 62 y diles: “SEÑOR, tú has dicho que acabarás con este lugar, hasta tal punto que nadie vivirá más aquí, ni seres humanos ni animales, porque para siempre quedará convertido en un desierto”. 63 Y una vez que hayas terminado de leer el rollo, átale una piedra y lánzalo al río Éufrates, 64 entonces dirás: “Así se hundirá Babilonia y nunca más se levantará de la destrucción que haré caer sobre ella”».
Aquí terminan las palabras de Jeremías.
Caída de Jerusalén y exilio
(2 R 24:18-25:7)
52 Sedequías tenía 21 años cuando comenzó a reinar, y su reinado duró once años. Su mamá se llamaba Jamutal hija de Jeremías[n], y era de Libná. 2 Las acciones de Sedequías fueron malas ante los ojos de Dios, como había pasado también con Joacim, 3 a tal punto que el SEÑOR, muy enojado contra Jerusalén y Judá, los arrojó de su presencia.
Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Entonces Nabucodonosor, rey de Babilonia, atacó con todo su ejército a Jerusalén el día diez, del décimo mes del noveno año del reino de Sedequías. Rodearon a Jerusalén con su ejército y construyeron un muro de tierra alrededor de la ciudad. 5 La ciudad estuvo sitiada hasta el undécimo año del reinado de Sedequías.[o] 6 La hambruna se hizo cada vez peor dentro de la ciudad y para el noveno día del cuarto mes no había más alimentos para el pueblo. 7 El ejército de Nabucodonosor abrió una brecha en el muro de la ciudad. Aquella misma noche el rey Sedequías y todo su ejército huyeron por una puerta secreta que pasaba por el muro doble de la ciudad, cerca del jardín del rey. Los soldados enemigos tenían rodeada la ciudad, pero Sedequías y sus hombres escaparon por el camino del Arabá. 8 Pero el ejército babilonio persiguió al rey Sedequías y le dio alcance en la llanura de Jericó. Todo el ejército de Sedequías lo abandonó y se dispersó; 9 entonces los babilonios capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia en Riblá, en la región de Jamat, donde dictó sentencia contra Sedequías. 10 Ante los ojos de Sedequías, el rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedequías, y también hizo ejecutar en Riblá a todos los jefes de Judá. 11 Luego ordenó que le sacaran los ojos a Sedequías, lo encadenó y lo envió a Babilonia donde permaneció prisionero hasta el día en que murió.
Destrucción de Jerusalén
(2 R 25:8-17)
12 A los diez días del 15 mes del año 19[p] del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán, comandante de la guardia y alto funcionario del gobierno, logró entrar a Jerusalén, 13 e incendió el templo del SEÑOR, el palacio del rey, y todas las casas, especialmente las de la gente más importante. 14 Entonces todo el ejército de Babilonia, que estaba bajo su mando, derribó las murallas de Jerusalén. 15 Nabuzaradán, comandante de la guardia, deportó al pueblo que aun quedaba en la ciudad,[q] a los que habían desertado y se habían unido al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos. 16 Sin embargo, a la parte más pobre del pueblo, la dejó para que cuidaran las viñas y cosechas.
17 Los babilonios destrozaron las columnas de bronce que estaban en el templo del SEÑOR, las bases y la fuente que estaba en el templo del SEÑOR, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 18 También se llevaron las ollas, las palas, los apagavelas, los tazones, las cucharas y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo. 19 El comandante de la guardia, además, tomó las fuentes, los incensarios, los tazones, las ollas y los candelabros, las cucharas y los vasos, todo hecho de oro y de plata. 20 No fue posible calcular el peso de las dos columnas de bronce, del enorme tanque de bronce, de los doce toros que estaban debajo de la fuente y de las bases de bronce[r] que el rey Salomón había hecho para el templo del SEÑOR era tanto que no se podía pesar. 21 Cada columna medía 8 metros de altura, 5 y medio de circunferencia, 8 centímetros de ancho, y era hueca por dentro. 22 El capitel de bronce que estaba sobre cada columna medía 2 metros de altura y estaba decorado con una celosía y granadas grabadas en todo su alrededor. La segunda columna era igual que la primera, con las granadas. 23 Tenían 96 granadas, y con las que estaban alrededor de la celosía eran 100 granadas en total.
24 El comandante de la guardia tomó presos a Seraías, el sumo sacerdote, a Sofonías, segundo sacerdote, y a los tres porteros del templo. 25 De los que quedaban en la ciudad, tomó presos al comandante que estaba a cargo de los soldados, a siete de los altos consejeros del rey que se encontraban en la ciudad, al jefe de reclutamiento del ejército que era el que reunía a la gente y elegía a los que tenían que cumplir el servicio militar, y a 60 personas de importancia que todavía quedaban en la ciudad. 26 Nabuzaradán, comandante de la guardia, los apresó y los llevó ante el rey de Babilonia que estaba en Riblá. 27 Este dio la orden allí mismo en Riblá del territorio de Jamat que los ejecutaran. Así fue que la nación de Judá fue desterrada. 28 Esta es la cantidad de personas que Nabucodonosor desterró:
en el séptimo año[s] de su reinado, 3023 judíos;
29 en el año 18[t] de su reinado, 832 personas de Jerusalén;
30 en el año 23[u] de su reinado, Nabuzaradán, el capitán de la guardia real, desterró a 745 judíos.
En total fueron exiliadas 4600 personas.
Liberación del rey Joaquín
(2 R 25:27-30)
31 Fue el día 25 del mes doce del año 37[v] del exilio de Joaquín, rey de Judá, que llegó al poder en Babilonia el rey Evil Merodac. En el primer año de su reinado, sacó a Joaquín de la cárcel. 32 Le dio buen trato y le favoreció con un puesto más importante que el de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín dejó de usar uniforme de prisionero y hasta su muerte compartió la mesa del rey. 34 Además, el rey Evil Merodac le dio a Joaquín una pensión diaria por el resto de su vida, hasta el día de su muerte.
Jerusalén llora su destrucción
1 ¡Pobre ciudad!
Ha quedado tan sola la que antes estuvo llena de gente.
Era una de las ciudades más importantes,
pero ahora es como una viuda.
La que antes era la princesa de las naciones,
ahora se ha convertido en una esclava.
2 Llora amargamente en la noche
y las lágrimas llenan su rostro.
De todos los amigos que tenía,
ninguno la consuela ahora.
Todos sus amigos la han traicionado;
se han convertido en sus enemigos.
3 Luego de sufrir y haber sido oprimida,
Judá ha sido hecha prisionera.
Ella vive entre naciones extranjeras,
pero no encuentra un lugar dónde descansar.
Todos los que la persiguen,
la han acorralado y la dejan sin salida.
4 Los caminos que llevan a Sion están llorando;
ya nadie viene a los festivales.
Todos sus portales están desiertos.
Los sacerdotes se lamentan,
le arrebatan las jóvenes[w]
y Sion está llena de amargura.
5 Sus enemigos la gobiernan
y los que la odian descansan cómodamente.
Esto sucedió porque el SEÑOR la castigó
por todos sus pecados.
Sus enemigos capturaron a sus hijos
y se los llevaron lejos.
6 Toda la belleza de la hija de Sion[x]
ha desaparecido.
Sus príncipes quedaron como venados
que no encuentran lugar dónde pastar.
Se quedaron sin fuerza
y sus cazadores los atraparon.
7 Jerusalén recuerda
cuando fue lastimada y perdió su hogar.
Se acuerda de todas las cosas bellas
que tenía en el pasado.
Se acuerda de cuando su pueblo cayó ante el poder del enemigo
y no hubo nadie que la ayudara.
Sus enemigos la miraban
y se burlaban de su derrota.
8 Jerusalén cometió un gran pecado
y por eso se volvió impura.
Todos los que la estimaban ahora la desprecian
porque la han visto desnuda.
Ella se lamenta
y se aleja avergonzada.
9 El vestido de Jerusalén se ensució.
Ella no pensó en su futuro.
Cuando cayó en desgracia,
no hubo nadie que la consolara.
¡SEÑOR, mira mi sufrimiento!
¡Mi enemigo ha ganado!
10 El enemigo extendió su mano
y se llevó todos los tesoros de Jerusalén.
Ella vio cómo gente de otras naciones invadían su templo.
¡Tú habías ordenado que esas naciones nunca entraran en nuestro templo!
11 Toda la población de Jerusalén llora amargamente
mientras busca algo qué comer.
Están entregando sus tesoros a cambio de comida,
para poder seguir con vida.
¡SEÑOR, mira y date cuenta
de lo abatida que estoy!
12 A todo los que pasan por el camino ella les grita: «¡Fíjense, mírenme!
¿Existe un dolor como el mío?
¿Hay sufrimiento como el que me mandó el SEÑOR
cuando se enojó conmigo?»
13 Él envió fuego desde arriba
y lo hizo penetrar hasta mis huesos.
Él tendió una red para atraparme
y me hizo caer.
Me convirtió en una tierra desolada
y me hizo estar enferma todo el día.
14 La mano del Señor tejió todos mis pecados
y los convirtió en un yugo.
Ese yugo fue colocado en mi cuello
y se llevó toda mi fuerza.
El Señor me puso bajo el dominio de gente
más fuerte que yo.
15 El Señor rechazó a todos los guerreros
que había en mi ciudad.
Reunió a un ejército en mi contra
para que destruyera a mis jóvenes soldados.
El Señor pisoteó a la hija virgen de Judá[y]
como se pisan las uvas para hacer vino.
16 Por todo eso es que lloro;
las lágrimas ruedan por mis mejillas
porque lejos está de mí quien me consuele.
Lejos está de mí quien pueda darme fuerza de nuevo.
Mis hijos quedaron abandonados
porque sus enemigos los derrotaron.
17 Sion grita pidiendo ayuda,
pero no hay quien la consuele.
El SEÑOR ordenó a los vecinos de Jacob
que se convirtieran en sus enemigos.
Jerusalén se ha vuelto impura
entre las naciones enemigas.
18 El SEÑOR es justo al castigarme
porque lo he desobedecido.
Escuchen todos en la tierra
y vean mi dolor.
Mis hombres y mujeres jóvenes
han sido llevados prisioneros.
19 Llamé a los que me amaban,
pero ellos me traicionaron.
Mis sacerdotes y ancianos líderes
murieron en la ciudad
buscando comida
para poder sobrevivir.
20 ¡SEÑOR, mira mi sufrimiento!
Mis intestinos están revueltos.
Mi corazón está lleno de remordimiento
porque he sido muy rebelde.
Los niños fueron asesinados en la calle,
y dentro de la casa estaba la muerte.
21 La gente ha escuchado mi lamento,
pero no hay nadie que me consuele.
Todos mis enemigos saben de mi sufrimiento
y se alegran de lo que tú me has hecho.
Espero que llegue el día que tú has anunciado
y que a ellos les suceda lo mismo que a mí.
22 Espero que te des cuenta del mal que ellos hacen
y que los trates con la misma dureza
con la que me has tratado a mí
por todos mis pecados.
Hazlo porque estoy llena de sufrimiento
y mi corazón está muy adolorido.
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