Bible in 90 Days
Límites del país
13 Así dice el Señor DIOS: «Estos son los límites del país para las doce tribus de Israel, con dos partes para las tribus de José. 14 Así como les prometí a sus antepasados, ustedes recibirán como herencia partes iguales de esta tierra.
15 »Las siguientes son sus líneas divisorias: Por el norte, desde el mar Grande, pasando por Hetlón hasta Zedad, los límites del país serán: 16 Jamat, Berotá, Sibrayín—que está entre Damasco y Jaurán—y Jazar Haticón que limita con Jaurán. 17 De manera que el límite norte se extenderá desde el mar hasta Jazar Enán. Al norte quedarán los territorios de Jamat y Jaurán.
18 »Por el oriente, la frontera se extiende desde un punto entre Jaurán y Damasco hasta un punto entre Galaad e Israel, a lo largo del río Jordán, hasta el mar Muerto. Este será el límite al oriente.
19 »Por el sur, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades, en dirección del torrente de Egipto, hasta el mar Grande. Este será el límite sur.
20 »Por el occidente, la frontera será el mar Grande, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat. Este será el límite occidental.
21 »Así que dividirás la tierra entre las tribus de Israel. 22 La repartirán entre ustedes y los inmigrantes que habiten entre ustedes, que hayan tenido hijos y se hayan convertido en ciudadanos del pueblo de Israel. Ellos serán incluidos entre las tribus de Israel para recibir la tierra. 23 Les darán una porción de la tierra de la tribu en la que vivan. Es la decisión del Señor DIOS.
Reparto de la tierra entre las tribus
48 »Estos son los nombres de las tribus desde el extremo norte, pasando por el camino a Hetlón y Jazar Enán (que limita con Damasco y Jamat al norte). La tierra desde la frontera oriental hasta la occidental está asignada a Dan.
2 »Limitando con Dan, de oriente a occidente, está el territorio de Aser.
3 »Limitando con Aser, de oriente a occidente, está el territorio de Neftalí.
4 »Limitando con Neftalí, de oriente a occidente, está el territorio de Manasés.
5 »Limitando con Manasés, de oriente a occidente, está el territorio de Efraín.
6 »Limitando con Efraín, de oriente a occidente, está el territorio de Rubén.
7 »Limitando con Rubén, de oriente a occidente, está el territorio de Judá.
Territorio dedicado al Señor
8 »Limitando con Judá, de oriente a occidente, está el territorio que reservarás para dedicarlo al SEÑOR, el cual mide 12 500 metros de ancho de norte a sur, con la misma longitud que los territorios de oriente a occidente de las tribus. El templo estará en medio. 9 El territorio que reservarás para dedicar al SEÑOR medirá 12 500 metros de largo por 5000 metros de ancho. 10 Estas son las reservas sagradas para los sacerdotes, 12 500 metros hacia el norte, 5000 metros de ancho hacia el este, 5000 metros hacia el sur, con una longitud de 12 500 metros. El templo del SEÑOR estará en medio. 11 Esa región será para los sacerdotes que eran los descendientes santos de Sadoc y que permanecieron fieles al servicio que les asigné y que no se alejaron con el resto del pueblo de Israel cuando los demás levitas se alejaron de mí. 12 Así que los sacerdotes recibirán una parte de la tierra santísima que limita con la tierra de los levitas. 13 El área de los levitas estará junto al área de los sacerdotes; 12 500 metros de largo por 5000 metros de ancho. El ancho completo es de 12 500 metros de largo por 5000 de metros de ancho. 14 No se venderá ni se intercambiará nada de esa tierra porque pertenece sólo al SEÑOR.
La parte de uso público
15 »Los 12 500 metros por 12 500 metros restantes de la reserva serán considerados para uso común, un lugar donde el pueblo puede habitar con espacio abierto para el pastoreo de los animales. En su centro estará la ciudad. 16 Sus medidas son las siguientes: 2250 metros por el lado norte, 2250 metros por el lado sur, 2250 metros por el lado este y 2250 por el lado oeste. 17 El área de pastizales que rodea la ciudad será de 125 metros al norte, 125 metros al sur, 125 metros al este y 125 metros al oeste. 18 El territorio restante de cada lado de la reserva sagrada (5000 metros al este y 5000 metros al oeste) se usará para proporcionar alimento a los trabajadores de la ciudad. 19 Los trabajadores vendrán de todas las tribus de Israel para servir.
20 »Toda el área de la reserva será un cuadrado de 12 500 metros por lado. Separarás la reserva sagrada a cada lado de la ciudad.
21 »Las áreas restantes de cada lado de la reserva y la propiedad de la ciudad, paralela a las porciones de las tribus, pertenecerá al gobernante, desde los 12 500 metros de reserva al oriente hasta la frontera y desde los 12 500 metros de reserva al occidente hasta la frontera. La reserva sagrada y el santuario del templo estarán en el medio de esta área. 22 Asimismo, la propiedad de los levitas y la propiedad de la ciudad estarán entre la propiedad del gobernante, Judá al norte y Benjamín al sur.
La tierra para las otras tribus
23 »Las unidades restantes de las tribus son: Desde la frontera oriental hasta la frontera occidental, una parte para Benjamín.
24 »Al lado de Benjamín, desde la frontera oriental hasta la frontera occidental, una porción para Simeón.
25 »Al lado de Simeón, desde la frontera oriental hasta la frontera occidental, una porción para Isacar.
26 »Al lado de Isacar, desde la frontera oriental hasta la frontera occidental, una porción para Zabulón.
27 »Al lado de Zabulón, desde la frontera oriental hasta la frontera occidental, una porción para Gad.
28 »La frontera al sur de Gad es la frontera sur, desde Tamar hasta las aguas de Meribá Cades y el río de Egipto, hasta el mar Grande.
29 »Esa es la tierra que estará dividida entre las tribus de Israel y sus respectivos territorios. Es la decisión del Señor DIOS.
Las puertas de la ciudad
30 »Esta es la descripción de la ciudad. El muro norte es de 2250 metros de largo. 31 Las puertas de la ciudad tendrán el nombre de las tribus de Israel. Las tres puertas del norte son las de Rubén, Judá y Leví. 32 El muro oriental mide 2250 metros de largo. Las tres puertas de este muro son las de José, Benjamín y Dan. 33 El muro del sur es de 2250 de largo. Las tres puertas de este muro son las de Simeón, Isacar y Zabulón. 34 El muro occidental mide 2250 metros de largo. Las tres puertas de este muro son la de Gad, la de Aser y la de Neftalí. 35 El perímetro de la ciudad es de 9000 metros.
»Desde entonces, el nombre de la ciudad será: “Aquí habita el SEÑOR”».
Daniel es llevado a Babilonia
1 Joacim llevaba tres años como rey de Judá cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén y puso sitio a la ciudad. 2 El Señor dejó que Nabucodonosor capturara a Joacim, rey de Judá y que se apoderara de algunos objetos del templo de Dios, los cuales se llevó a Babilonia y los puso en el tesoro del templo de su dios. 3 Luego llamó a Aspenaz, el jefe de los funcionarios al servicio de su corte[a], para que eligiera algunos jóvenes de la nobleza y de la familia del rey de Israel. 4 Estos jóvenes debían ser bien parecidos, y tenían que ser inteligentes. Ya debían ser entendidos en toda clase de sabiduría y ser capaces de manejar el conocimiento. Debían ser fuertes y tener facilidad para servir en la corte del rey. Nabucodonosor quería que recibieran educación en la lengua y literatura de los caldeos.
5 El rey les asignó una ración diaria de su propia comida. Serían educados durante tres años y luego quedarían al servicio del rey. 6 Entre esos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías quienes eran de la tribu de Judá. 7 Pero Aspenaz les dio nuevos nombres: a Daniel lo llamó Beltsasar, a Ananías lo llamó Sadrac, a Misael lo llamó Mesac y a Azarías lo llamó Abednego.
8 Daniel estaba decidido a no contaminarse[b] con la comida y el vino del rey. Así que le pidió permiso a Aspenaz para evitar esos alimentos y permanecer sin mancha. 9 Dios hizo que Aspenaz tuviera compasión y simpatía por Daniel. 10 Aspenaz le dijo:
—Tengo miedo de mi señor, el rey. Él me ha ordenado que les dé de los mismos alimentos y vino que se sirven al rey. Si él se da cuenta de que ustedes están más flacos y débiles que los otros jóvenes de su edad, puede enojarse y mandarme matar por culpa de ustedes.
11 Así que Daniel habló con el guardia que Aspenaz había asignado para cuidar a Daniel, Ananías, Misael y Azarías, 12 y le dijo:
—Por favor, haznos una prueba de diez días. Danos solamente legumbres para comer y agua para beber. 13 Luego compara nuestro aspecto con el de los jóvenes que han comido los alimentos y el vino del rey y decide lo que harás con nosotros que somos tus siervos.
14 El guardia estuvo de acuerdo y los puso a prueba durante diez días. 15 Al cabo de los diez días, ellos tenían mejor aspecto y estaban más saludables que los jóvenes alimentados con la comida del rey. 16 El guardia decidió no darles la comida y el vino del rey, y en su lugar les continuó dando legumbres.
17 Dios les dio a esos cuatro jóvenes la habilidad y la sabiduría para aprender toda clase de literatura y filosofía. Daniel también podía interpretar toda clase de visiones y sueños. 18 Cuando se completaron los tres años de entrenamiento, Aspenaz llevó a los jóvenes ante el rey Nabucodonosor. 19 El rey habló con ellos y se dio cuenta de que Daniel, Ananías, Misael y Azarías eran superiores a los demás, por eso se convirtieron en servidores del rey. 20 El rey les preguntaba sobre cualquier tema de ciencias o de sabiduría y siempre el conocimiento de esos cuatro jóvenes era diez veces mayor que el de todos los adivinos del reino. 21 Daniel siguió sirviendo al rey hasta el primer año del reinado de Ciro.[c]
El sueño de Nabucodonosor
2 Durante el segundo año[d] en que Nabucodonosor fue rey tuvo varios sueños que lo preocuparon y lo asustaron tanto que no podía dormir. 2 Entonces mandó llamar a todos los adivinos, hechiceros, magos y sabios para que le interpretaran lo que había soñado. Todos se presentaron ante el rey y 3 él les dijo:
—Tuve un sueño que me tiene preocupado y necesito urgentemente saber lo que significa.
4 Entonces los caldeos le respondieron al rey en idioma arameo[e]:
—¡Viva el rey por siempre! Estamos aquí para servirle, cuéntenos su sueño y le diremos lo que significa.
5 —Yo no les voy a contar nada. Ustedes deben decirme qué fue lo que soñé y además qué significa. Si no me lo dicen, los haré pedazos y destrozaré sus casas hasta que queden convertidas en ruinas. 6 Pero si me cuentan el sueño y su significado, los recompensaré con regalos y honor. Así que díganme el sueño y su significado.
7 Los caldeos le respondieron nuevamente diciendo:
—Su majestad, somos sus servidores. Cuéntenos el sueño y le diremos qué significa.
8 Y el rey les dijo:
—Ustedes sólo están ganando tiempo porque saben que no les voy a decir nada. 9 Si no me dicen el sueño serán castigados, pues se han puesto de acuerdo para mentir esperando que pase el tiempo. Tienen que contarme el sueño para que yo pueda estar seguro de que el significado que me dirán es el verdadero.
10 Los caldeos le respondieron:
—Nadie en este mundo tiene el poder de hacer lo que el rey está pidiendo. Además, ningún rey por más poder o grandeza que tenga, ha pedido algo así a ningún hechicero, adivino o caldeo. 11 Lo que el rey está pidiendo es muy complicado y difícil, sólo los dioses podrían revelar un sueño de otra persona y decir su significado. Pero los dioses no viven con los humanos.
12 El rey se enojó mucho con esa respuesta y condenó a muerte a todos los sabios de Babilonia. 13 La orden del rey fue anunciada públicamente y los guardias del rey salieron a buscar a Daniel y a sus compañeros para matarlos a ellos también.
14 Arioc era el jefe de los guardias y era el encargado de matar a los sabios de Babilonia, pero Daniel le envió un mensaje 15 en el que le preguntaba:
—Arioc, tú que eres el representante del rey, explícame por qué esta orden del rey es tan urgente y severa.
Arioc le respondió explicando la orden. 16 Entonces, Daniel fue y le pidió al rey algún tiempo para poder explicarle el significado del sueño. 17 Luego Daniel volvió a casa y les contó a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías todo lo que estaba pasando. 18 Entonces pidieron que el Dios del cielo tuviera compasión de ellos y les revelara el secreto para que no tuvieran que morir con los demás sabios de Babilonia. 19 Esa noche Daniel tuvo una visión y Dios le reveló el significado del secreto. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo 20 diciendo:
«¡Alabado sea el nombre de Dios por siempre!
¡A él pertenecen el poder y la sabiduría!
21 Él cambia los tiempos y las estaciones,
pone y quita reyes.
Da sabiduría a los sabios
e inteligencia a los expertos.
22 Él revela los secretos más profundos;
conoce todo lo que hay en la oscuridad
porque la luz vive junto a él.
23 Dios de mis antepasados te doy gracias y te alabo
porque tú me has dado sabiduría y poder;
me revelaste lo que te pedía.
¡Me diste a conocer el sueño del rey!»
Daniel cuenta el sueño y su significado
24 Después, Daniel fue a ver a Arioc, quien tenía la orden de matar a los adivinos de Babilonia, y le dijo:
—No mates a los adivinos de Babilonia.[f] Llévame a ver al rey y le explicaré el sentido del sueño.
25 Así que Arioc y Daniel fueron rápidamente a ver al rey. Cuando llegaron, Arioc le dijo al rey:
—He encontrado entre los judíos deportados a un hombre que puede interpretar el sueño del rey.
26 Entonces el rey le dijo a Daniel, al que llamaban Baltasar:
—¿De verdad eres capaz de contarme el sueño que tuve y lo que significa?
27 Daniel respondió:
—Ninguno de los sabios, hechiceros, adivinos o magos puede revelar este secreto al rey, 28 pero hay un Dios en el cielo que sí revela secretos. Él le ha revelado a usted, rey Nabucodonosor, lo que sucederá al final de los tiempos. Esto es lo que vio usted cuando estaba acostado: 29 cuando usted descansaba en su cama pensó en lo que podría ocurrir en el futuro. Dios puede revelar secretos, y él le ha mostrado a usted lo que va a suceder. 30 En cuanto a mí, no es que yo sea más sabio que otros. Si se me ha revelado el secreto es para que le explique su sentido al rey y así pueda usted entender lo que pasó por su mente.
31 »Majestad, en su sueño usted vio una estatua muy grande frente a usted. Era una estatua enorme y muy brillante pero su aspecto causaba terror. 32 La cabeza de la estatua era de oro. Los hombros y los brazos eran de plata. El vientre y los muslos eran de bronce. 33 Las piernas eran de hierro y los pies eran en parte de hierro y en parte de barro. 34 Mientras la miraba, una roca se desprendió sin que nadie la moviera y golpeó a la estatua en sus pies de hierro y barro y los pulverizó. 35 En seguida, todo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro se despedazaron y se volvieron polvo. Parecía como el polvo que sobra cuando se trilla el trigo en verano, pero el viento se lo llevó todo sin dejar rastro. Luego la roca se convirtió en una gran montaña[g] que ocupó toda la tierra.
36 »Ese fue el sueño, y ahora le voy a decir al rey lo que significa. 37 Usted es el más importante de los reyes. El Dios de los cielos lo ha elegido y le ha dado poder y riquezas. 38 Dios lo ha puesto al mando de los hombres, de los animales salvajes y de las aves del cielo. Usted es esa cabeza de oro de la estatua. 39 Después de usted vendrá otro reino, pero ese reino no será tan importante como el suyo. Luego vendrá un tercer reino de bronce que gobernará sobre toda la tierra. 40 Después habrá un cuarto reino que será tan fuerte como el hierro. Y así como el hierro es más fuerte y destroza todo, de igual manera ese cuarto reino destrozará a todos los demás.
41 »Pero usted vio que los pies y los dedos de la estatua eran en parte de hierro y en parte de barro. Pues eso quiere decir que este reino estará dividido y tendrá sólo un poco de la estabilidad del hierro porque usted vio que el hierro estaba mezclado con el barro. 42 Es decir que así como parte de los pies y de los dedos eran de barro y la otra parte era de hierro, de igual forma el reino será en parte fuerte y en parte débil. 43 Y así como usted vio que se mezclaban el hierro y el barro, también los pueblos se mezclarán entre sí. Pero por más que se mezclen no serán un solo pueblo, como tampoco el hierro y el barro se mezclan totalmente. 44 Y durante ese tiempo, el Dios del cielo creará un reino eterno que no podrá ser destruido. Ese reino no quedará en manos de extraños. Al contrario, ese reino destruirá y superará a todos los demás reinos. ¡Es un reino que durará para siempre! 45 Majestad, usted vio una roca que se desprendió de la montaña sin que ninguna mano la empujara. Esa roca destrozó el hierro, el bronce, la plata y el oro. Eso significa que el gran Dios le estaba mostrando lo que pasará en el futuro. Ese es el sueño y la interpretación que es completamente cierta».
46 Enseguida, el rey Nabucodonosor se arrodilló ante Daniel y lo alabó. Además ordenó que se preparara una ofrenda de incienso y fragancias en honor de Daniel. 47 El rey dijo:
—En realidad tu Dios es el más importante y poderoso. Es el Señor de todos los reyes y el que revela los secretos. Él fue quien hizo posible que tú me revelaras a mí este secreto.
48 El rey le dio a Daniel muchos regalos y lo nombró jefe de la provincia de Babilonia y de todos los demás adivinos y sabios de Babilonia. 49 Daniel le pidió al rey que nombrara también a Sadrac, Mesac y Abednego para ocupar cargos importantes en la provincia de Babilonia. El rey hizo lo que Daniel le pidió y Daniel se convirtió en uno de los funcionarios más importantes del rey.
La estatua de oro y el horno
3 El rey Nabucodonosor mandó construir una estatua de oro de 30 metros de alto y 3 metros de ancho. Ordenó que la pusieran en el valle de Dura, en la provincia de Babilonia. 2 Después mandó reunir a todos los alcaldes, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, jefes militares y demás autoridades de la provincia para la inauguración de la estatua. 3 Todos ellos se reunieron frente a la estatua que mandó construir el rey para participar en la ceremonia de dedicación e inauguración. 4 El encargado anunció en voz alta: «Escuchen bien, gente de todos los pueblos, naciones y lenguas, 5 cada vez que oigan el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, deben arrodillarse y adorar a la estatua de oro que hizo construir el rey Nabucodonosor. 6 El que no se arrodille y la adore, será arrojado inmediatamente a un horno de fuego».
7 Entonces cuando el pueblo escuchó el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, se arrodilló y adoró la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había mandado construir.
8 Unos caldeos aprovecharon esta oportunidad para hablar mal de los judíos ante el rey. 9 Ellos dijeron al rey:
—¡Viva por siempre el rey! 10 Su majestad ha ordenado que todos se arrodillen para adorar la estatua de oro cada vez que se oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales; 11 y que quien no se arrodille a adorar la estatua será lanzado al horno de fuego. 12 Pues sucede que hay unos judíos que usted mismo ha nombrado como funcionarios importantes de la provincia de Babilonia. Ellos desobedecen sus órdenes, no adoran a los dioses y no se arrodillan a adorar la estatua que usted hizo construir. Son Sadrac, Mesac y Abednego.
13 Después de escuchar eso, el rey Nabucodonosor dijo enfurecido: «Tráiganme de inmediato a Sadrac, Mesac y Abednego». Enseguida los caldeos los llevaron ante el rey. 14 Nabucodonosor les dijo:
—Sadrac, Mesac y Abednego, ¿es verdad que ustedes no han adorado a los dioses ni se han arrodillado a adorar la estatua de oro que hice construir? 15 Entiendan esto muy bien: cuando escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, deben arrodillarse a adorar la estatua de oro. ¡Si no se arrodillan a adorar en ese momento, serán lanzados al horno y no habrá ningún dios que pueda salvarlos de mi castigo!
16 Sadrac, Mesac y Abednego respondieron:
—Majestad, no es necesario que le demos explicaciones sobre eso. 17 El Dios a quien servimos puede salvarnos de su castigo[h] y del horno de fuego. 18 Es más, aunque él no lo hiciera, su majestad debe saber que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos frente a la estatua de oro que ha construido.
19 Entonces Nabucodonosor se enfureció mucho con ellos, se le desencajó el rostro por la ira y ordenó calentar el horno siete veces más de lo acostumbrado. 20 Enseguida ordenó a algunos de los soldados más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abednego y que los lanzaran al horno de fuego. 21 Los tres jóvenes fueron atados y lanzados al horno de fuego con todo lo que llevaban puesto: camisas, pantalones, gorros y demás. 22 El rey quería que su orden se cumpliera inmediatamente y el horno estaba mucho más caliente de lo acostumbrado. Así que los soldados que se acercaron al horno para arrojar a Sadrac, Mesac y Abednego se quemaron y murieron de inmediato por las llamas. 23 Y Sadrac, Mesac y Abednego cayeron atados dentro del horno en llamas.
24 Nabucodonosor se puso de pie inmediatamente y preguntó asombrado a sus consejeros:
—¿Acaso no lanzamos al horno sólo a tres hombres atados?
—¡Claro que sí, majestad!—respondieron ellos.
25 Y el rey dijo:
—¡Pero yo estoy viendo cuatro hombres desatados y sin quemaduras caminando entre las llamas! ¡Uno de ellos parece un dios[i]!
26 Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno y gritó:
—¡Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios altísimo, salgan de allí! Y Sadrac, Mesac y Abednego salieron del horno.
27 Todos los alcaldes, prefectos, gobernadores y consejeros que estaban allí presentes se acercaron a los hombres. Todos vieron que el fuego no les había hecho nada. No se les había chamuscado ni un pelo, y sus ropas estaban intactas. Ni siquiera olían a quemado.
28 Entonces Nabucodonosor dijo: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego. Él envió a su ángel para que salvara a sus fieles servidores. Ellos confían tanto en él que desobedecieron la orden del rey y arriesgaron sus vidas, antes que alabar o arrodillarse para adorar otro dios. 29 Ahora doy otra orden: cualquier persona, de cualquier país o de cualquier lengua, que hable mal o en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego será descuartizado. Su casa será destruida hasta que quede convertida en un montón de tierra y escombros. Pues no hay otro dios que pueda salvar como este».
30 Luego, el rey Nabucodonosor nombró a Sadrac, Mesac y Abednego en cargos mucho más importantes en la provincia de Babilonia.
La locura de Nabucodonosor
4 Nabucodonosor envió este mensaje a todos los pueblos de todas las naciones, de todas las lenguas y de todas partes del mundo:
Los saludo y deseo que vivan en paz y prosperidad.
2 Me siento muy orgulloso de poder contarles todas las señales y milagros que el Dios altísimo ha hecho en mi vida.
3 ¡Qué grandes son sus señales,
qué maravillosos son sus milagros!
El reino de Dios es eterno
y su poder continuará de generación en generación.
4 Yo, Nabucodonosor, estaba descansando tranquilo en mi palacio, 5 y tuve un sueño que me asustó mucho y las fantasías que pasaron por mi mente me aterraron. 6 Así que ordené que trajeran a todos los sabios de Babilonia para que interpretaran mi sueño. 7 Cuando llegaron los adivinos, hechiceros, magos y caldeos, les conté el sueño pero ellos no pudieron decirme lo que significaba. 8 Finalmente llegó Daniel, quien también es llamado Baltasar en honor a mi dios. El espíritu de los santos dioses[j] vive en él. Y esto fue lo que le dije de mi sueño: 9 «Baltasar, jefe de los magos, yo sé que el espíritu de los santos dioses está contigo y ningún secreto se te oculta. Te pido que me expliques mi visión y que me digas lo que significa. 10 Cuando estaba durmiendo en mi cama, empecé a tener unas visiones. De repente, vi un árbol que salía de la tierra y era muy alto. 11 Era tan alto y poderoso que llegaba hasta el cielo y se podía ver desde todos los rincones de la tierra. 12 Sus hojas eran hermosas y sus frutos abundantes. Tenía suficiente comida para todo el mundo. Los animales salvajes se refugiaban bajo su sombra y las aves hacían sus nidos en las ramas. Todos los animales encontraban alimento allí.
13 »Estando en la cama, tuve esta visión también: un ángel santo bajó del cielo, 14 y gritó muy fuerte: “¡Corten ese árbol y arránquenle todas las ramas! ¡Quítenle todas las hojas y esparzan todos sus frutos! Que se vayan los animales que están bajo su sombra y las aves que están en sus ramas. 15 Pero dejen en el suelo el tronco y las raíces. Luego, amarrado con cadenas de hierro y bronce, entre la hierba del campo será humedecido por el rocío, y compartirá con los animales salvajes la hierba del campo. 16 Dejará de pensar como un humano y tendrá la mente de un animal. Todo eso durará siete años[k]. 17 Así lo decretaron los santos ángeles que vigilan todo, para que todas las criaturas sepan que el Dios altísimo gobierna sobre los reinos humanos. Él da el poder a quien él quiere y coloca en el trono aun al más humilde de los hombres”. 18 Ese fue el sueño que tuve yo, el Rey Nabucodonosor. Ahora, Baltasar, dime tú lo que significa. Ningún otro sabio pudo explicármelo, ¡pero tú sí podrás porque el espíritu de los santos dioses está contigo!»
19 Daniel, al que le decían Baltasar, guardó silencio durante una hora. Estaba muy inquieto por todos los pensamientos que le pasaban por la mente. Pero el rey le dijo:
—Baltasar, no te asustes ni del sueño ni de la interpretación.
Y Baltasar le respondió:
—Majestad, me gustaría que este sueño tuviera que ver con sus enemigos. 20 Usted vio un árbol grande y poderoso. Era tan enorme que llegaba hasta el cielo y se podía ver por toda la tierra. 21 Tenía hojas hermosas y frutos tan abundantes que alcanzaban para alimentar a todos. Su sombra era refugio de animales y en sus ramas las aves formaban sus nidos. 22 Majestad, usted es ese árbol; usted que se hizo grande y poderoso. Su grandeza llega hasta el cielo y su dominio se extiende por todo el país. 23 También vio bajar del cielo a uno de los santos ángeles que vigila todo, que decía: “¡Corten el árbol y destrúyanlo! Pero dejen el tronco y las raíces en el suelo. Amárrenlo con cadenas de hierro y bronce para que se quede entre la hierba del campo. El rocío le caerá encima y estará entre los animales salvajes durante siete años”.
24 »Majestad, esto es lo que significa su sueño. El Dios altísimo ha ordenado todo esto contra el rey, mi señor: 25 Usted será apartado de la gente y vivirá como los animales. Comerá pasto como el ganado y se mojará con el rocío. Durante siete años vivirá así, hasta que comprenda que el Dios altísimo es el único que gobierna los reinos de los hombres. Sólo Dios decide quién dirige los reinos. 26 Cuando el ángel dijo: “dejen el tronco y las raíces”, quería decir que el reino seguirá siendo suyo. Se le devolverá cuando comprenda que el Cielo es la mayor autoridad. 27 Por eso, mi rey, le pido que acepte el consejo que le doy: actúe con justicia y no peque más. En lugar de hacer maldades, ayude a los pobres. Así podrá seguir viviendo en paz.
28 Todo eso le sucedió al rey Nabucodonosor. 29 Un año después, el rey caminaba por la terraza de su palacio de Babilonia y dijo: 30 «¡Miren qué grande es Babilonia! Yo construí esta ciudad con mi poder. ¡La he hecho capital de mi reino para mostrar lo grande que soy!»
31 El rey no había terminado de hablar, cuando se oyó una voz desde el cielo diciendo: «¡Escucha lo que te va a suceder rey Nabucodonosor! Ya no tienes ningún poder sobre tu reino. 32 Te apartarán de los hombres. Vivirás con los animales, comerás pasto como el ganado y te mojarás con el rocío. Vivirás así durante siete años, hasta que te des cuenta de que el Dios altísimo es el único que gobierna los reinos de los hombres. Sólo Dios decide quién los gobierna».
33 Apenas terminó este mensaje, se cumplió todo lo que decía. Nabucodonosor fue alejado de la gente y empezó a comer pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío. Le creció el pelo hasta que parecía que tuviera plumas de águila, y las uñas le crecieron tanto que parecían las garras de un ave.
34 Cuando pasaron los siete años, yo, Nabucodonosor, miré hacia el cielo y recobré la razón. Alabé al Dios altísimo y bendije al que vive por siempre:
Él es quien gobierna eternamente
y su reino seguirá de generación en generación.
35 Los habitantes de la tierra son insignificantes
si se les compara con él.
Hace siempre su voluntad,
tanto entre los habitantes del cielo,
como entre la gente de la tierra.
Nadie puede estar en contra de su poder,
ni preguntar por qué hace lo que hace.
36 En ese momento, Dios me sanó de mi locura. Me devolvió mi reino y mi honor; mi cuerpo volvió a ser normal; mis consejeros y los miembros de la corte volvieron a confiar en mí. Volví a ser el rey y me volví más rico y poderoso que antes. 37 Por eso, yo, Nabucodonosor, alabo, bendigo y doy gloria al Rey del cielo. Sus obras son justas y sus caminos rectos. Él es capaz de humillar a los arrogantes.
Los escritos en la pared
5 El rey Belsasar ofreció un gran banquete e invitó a 1000 funcionarios de la corte. El rey bebió mucho vino mientras estaba con sus invitados. 2 El rey Belsasar, muy excitado por tanto vino, ordenó que le trajeran las copas de oro y plata que Nabucodonosor, padre[l] de Belsasar, se había llevado del templo de Jerusalén. Belsasar quería que sus invitados, sus esposas y sus concubinas las usaran en la fiesta. 3 Cuando le trajeron las copas de oro que se habían llevado del templo de Dios en Jerusalén, el rey, sus invitados, sus esposas y sus concubinas bebieron en ellas. 4 Mientras bebían, adoraban a sus dioses de oro y plata, bronce y hierro, madera y piedra.
5 En ese momento aparecieron los dedos de una mano humana y escribieron sobre el yeso de la pared que estaba justo frente a la lámpara, de modo que el rey pudo ver cómo escribía la mano. 6 El rey se puso pálido del susto y estaba confundido; le temblaban las piernas y sus rodillas chocaban la una contra la otra. 7 Enseguida, el rey ordenó a gritos que le trajeran a todos los adivinos, magos y caldeos. Y les dijo a todos esos sabios de Babilonia:
—Le daré un cargo muy importante en mi reino a quien pueda leer y explicarme esa escritura. Esa persona recibirá vestidos púrpura, un collar de oro y será el tercer hombre más importante en el reino.
8 Todos los sabios se presentaron ante el rey, pero ninguno pudo leer ni entender lo que estaba escrito. 9 Entonces los oficiales se preocuparon mucho y el rey Belsasar se asustó tanto que palideció aun más.
10 La reina escuchó que Belsasar y sus invitados hacían mucho ruido, así que fue al salón de la fiesta y le dijo al rey:
—¡Viva el rey por siempre! No te asustes ni palidezcas. 11 En tu reino hay un hombre que tiene el espíritu de los santos dioses. Cuando tu padre era rey, ese hombre demostró que tenía gran inteligencia y sabiduría. Era la sabiduría de los dioses. Tu padre, el rey Nabucodonosor, lo nombró jefe de todos los adivinos, hechiceros, magos y caldeos. 12 Ese hombre se llama Daniel y tu padre le dio el nombre de Baltasar. Daniel tiene un poder espiritual, tiene conocimiento y entendimiento para explicar sueños y resolver misterios y problemas. Llámale y que te dé la interpretación de esos escritos.
13 Entonces llevaron a Daniel ante el rey y este le preguntó:
—¿Eres tú Daniel y perteneces a los deportados judíos que mi padre trajo de Judá? 14 He oído que tú tienes el espíritu de los dioses; que eres brillante, inteligente y tienes mucha sabiduría. 15 Todos los sabios y magos vinieron para leer y explicarme lo que está escrito en la pared, pero ninguno de ellos pudo entender ni una sola palabra. 16 He escuchado que tú puedes interpretar cosas como estas y descifrar misterios. Si puedes leer lo que dice en la pared y explicarme su significado te daré una gran recompensa. Recibirás vestidos de púrpura y un collar de oro. Te convertirás en el tercer hombre más importante del reino.
17 Daniel respondió:
—Majestad, guarde sus regalos o dele sus obsequios a otro. Voy a leer lo escrito en la pared y a explicarle qué significa.
18 »El Dios altísimo le dio el reino, grandeza, poder y honor a su padre, el rey Nabucodonosor. 19 Por ese poder que recibió, todas las naciones, pueblos y lenguas lo temían y respetaban. Nabucodonosor decidía a quién mataba o a quién dejaba vivir. Si él quería que alguien fuera importante, lo hacía importante y si quería que alguien fuera despreciable, lo hacía despreciable. 20 Pero Nabucodonosor se llenó de orgullo y terquedad. Entonces, se le quitó el poder que tenía como rey y se acabó toda su gloria. 21 Lo llevaron lejos de la gente y se volvió como un animal. Vivía entre las bestias salvajes, comía pasto como el ganado y el rocío mojaba su cuerpo. Hasta que por fin reconoció que sólo el Dios altísimo tiene poder sobre todos los reinos de los hombres. Sólo Dios decide quién gobierna los países.
22 »Belsasar, usted es hijo de Nabucodonosor y es igual que él. Sabe todo lo que le sucedió a él, pero no se ha portado con humildad. 23 Todo lo contrario, se ha rebelado contra el Señor del cielo. Usted mandó traer las copas de oro y plata que son del templo y luego con sus invitados, sus esposas y sus concubinas las usó para beber vino celebrando a sus dioses. Esos son sólo ídolos falsos de plata y oro, bronce y hierro, madera y piedra, que no pueden ver ni oír ni pensar. Pero usted no dio honra al Dios verdadero que tiene poder y controla su vida y todo lo que usted hace. 24 Por eso, él sacó su mano y escribió en la pared 25 y estas son las palabras que están escritas: mene, mene, téquel, parsin.
26 »Esto es lo que significan esas palabras:
Mene[m]: Dios ha contado los días y le ha puesto fin a tu reino.[n]
27 Téquel[o]: Dios ha puesto tu reino en la balanza y no ha pesado lo suficiente.
28 Parsin[p]: Tu reino ha sido dividido y ahora le pertenece a los medos y a los persas.
29 De inmediato Belsasar ordenó que le dieran a Daniel lo que le había prometido. Lo vistieron de púrpura, le pusieron el collar de oro en el cuello y lo nombraron el tercer hombre más importante del reino. 30 Esa misma noche mataron a Belsasar, rey de los caldeos. 31 Darío de Media tenía 62 años cuando se apoderó del reino.
Daniel en el foso de los leones
6 Darío decidió nombrar ciento 20 hombres[q] para que gobernaran las diferentes provincias de su reino. 2 Además eligió a tres ministros ante los cuales debían rendir cuentas los 120 gobernadores de las provincias. Daniel era uno de los tres ministros. El rey nombró a los ministros para que todo estuviera vigilado y no corriera ningún riesgo. 3 Daniel demostró que era mucho mejor que los demás ministros y gobernadores. El rey estaba muy impresionado por sus habilidades y sabiduría y quería nombrarlo como dirigente de todo el reino. 4 Entonces los demás gobernadores y ministros buscaron alguna falta en la administración que hacía Daniel de los asuntos del reino. Pero no encontraron nada malo porque Daniel era un hombre de fiar y no aceptaba sobornos ni era corrupto.
5 Entonces ellos dijeron: «No vamos a encontrar nada malo en su trabajo, mejor busquemos en su religión la forma de acusarlo».
6 Así que fueron en grupo a hablar con el rey y le dijeron:
—¡Viva el rey Darío por siempre! 7 Majestad, los ministros, prefectos[r], gobernadores de provincias y demás colaboradores tenemos una propuesta. Hemos pensado prohibir durante 30 días que las personas hagan oraciones o peticiones a cualquier dios o persona que no sea el rey. Quien no cumpla esta norma será mandado al foso de los leones. 8 Su majestad debe aprobar el decreto y firmarlo para que sea una ley. Esa ley no podrá cambiarse porque las leyes de los medos y los persas no pueden cambiarse ni anularse.
9 Entonces el rey Darío aprobó la ley y la firmó.
10 Daniel, sabiendo que el rey había firmado esa ley, de inmediato se fue a su casa y abrió las ventanas del segundo piso que daban hacia Jerusalén, y se arrodilló para orar y dar gracias a Dios, tal como siempre lo hacía tres veces al día.
11 Luego esos hombres fueron a la casa de Daniel y lo encontraron orando y alabando a su Dios. 12 En seguida se presentaron ante el rey y dijeron:
—Majestad, usted ha firmado una ley prohibiendo durante 30 días que se hagan oraciones o peticiones a cualquier dios o persona que no sea usted. Y quien no obedezca será mandado al foso de los leones. ¿No es verdad?
El rey respondió:
—Así es. Es una ley para los medos y los persas, y no puede anularse ni cambiarse.
13 Entonces le dijeron al rey:
—Daniel, uno de los deportados de Judá, no lo respeta a usted ni a la ley que usted firmó. Todo lo contrario, dice oraciones a su Dios tres veces al día.
14 El rey quedó muy triste después de escuchar esas palabras. Se puso a pensar en alguna solución para salvar a Daniel. Estuvo hasta el anochecer buscando alguna manera de rescatarlo. 15 Pero aquellos hombres urgían al rey diciendo:
—Majestad, usted sabe que según la ley de los medos y de los persas, las leyes y normas firmadas por el rey no se pueden cambiar.
16 Así que el rey les ordenó que trajeran a Daniel y lo metieran en el foso de los leones. El rey le dijo a Daniel:
—Espero que tu Dios, a quien sirves con tanta devoción, te salve.
17 Luego pusieron una enorme roca tapando el foso. El rey puso su sello y el de sus altos funcionarios para que nadie pudiera cambiar la sentencia contra Daniel. 18 El rey se fue para su palacio. Se acostó sin cenar y no aceptó ninguna distracción, pero no pudo dormir en toda la noche.
19 A la mañana siguiente, el rey se levantó apenas salió el sol y se fue para el foso de los leones. 20 Cuando llegó al lugar gritó:
—¡Daniel! Tú eres servidor del Dios viviente y siempre estás a su servicio. ¿Tu Dios pudo salvarte de los leones?
21 Daniel respondió:
—¡Viva el rey por siempre! 22 Mi Dios envió a su ángel a cerrar la boca de los leones y no me han hecho nada, porque sabe que soy inocente, y tampoco le he hecho a usted, majestad, ningún mal.
23 El rey se alegró y ordenó que sacaran a Daniel del foso de los leones. Cuando lo sacaron de allí, vieron que no tenía ni un rasguño porque había confiado en su Dios. 24 Entonces el rey ordenó que llevaran ante él a los hombres que habían acusado a Daniel. Los llevaron y luego los echaron en el foso de los leones junto con sus esposas y sus hijos. Apenas entraron al foso, los leones les devoraron hasta los huesos.
25 El rey Darío escribió este mensaje para la gente de todas las naciones y lenguas del mundo:
«Los saludo a todos y deseo que tengan paz y prosperidad.
26 »Ordeno que en todo mi reino, hasta en la más pequeña provincia, todos adoren y respeten al Dios de Daniel.
ȃl es el Dios vivo
y existe para siempre.
Su reino jamás será destruido;
su poder no tiene fin.
27 Él salva y libera;
hace prodigios y milagros
en la tierra y en el cielo.
Él salvó a Daniel
de las garras de los leones».
28 Daniel siguió siendo muy importante durante el reinado de Darío y también durante el reinado de Ciro, rey de Persia.
Daniel sueña con cuatro bestias
7 Durante el primer año en que Belsasar fue rey[s] de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y en su mente vio visiones mientras estaba en su cama. Al despertarse anotó lo más importante del sueño. Esto fue lo que escribió:
2 Tuve una visión en la noche. Vi que soplaban los cuatro vientos del cielo y agitaban el gran mar. 3 De repente, cuatro bestias gigantes salieron del agua. Todas eran diferentes. 4 La primera parecía un león con alas de águila. Mientras yo miraba, le quitaron las alas y la levantaron para que se mantuviera sobre dos pies como un hombre, y se le dio una mente[t] de ser humano. 5 Luego vi otra bestia. Esta segunda bestia parecía un oso y estaba levantada de medio lado. Tenía tres costillas en la boca entre sus dientes y una voz le decía: «Levántate y come toda la carne que quieras».
6 Después, seguí mirando y vi otro animal que parecía un leopardo con cuatro alas en el lomo y cuatro cabezas. A este animal le dieron poder para gobernar. 7 Luego vi en mi visión el cuarto animal. Era una bestia terrible, espantosa y de una fuerza impresionante. Tenía dientes de hierro y devoraba varias criaturas. Les destrozaba los huesos y el resto lo pisoteaba. Era muy distinto a los otros tres y tenía diez cuernos. 8 Yo estaba mirándole los cuernos, cuando le apareció otro entre los que ya tenía y rompió tres de ellos. Este nuevo cuerno tenía ojos de humano y una boca que alababa su gran poder.
El juicio de la cuarta bestia
9 Mientras miraba, aparecieron unos tronos
y el Anciano venerable[u] se sentó en su trono.
Su ropa era blanca como la nieve;
su cabello era blanco como lana limpia.
Su trono era de fuego,
y las llamas formaban las ruedas.
10 Un río de llamas
corría ante él.
Miles le servían,
millones estaban frente a él.
Parecía un juicio a punto de comenzar,
y se abrieron los libros.
11 Yo seguía impresionado mirando la boca del cuerno que alababa su gran poder. Mientras tanto mataron a la bestia, la destrozaron y la quemaron. 12 A los otros animales les quitaron el poder que tenían, pero los dejaron vivir un tiempo más.
13 Yo seguía con estas visiones en la noche. De repente, vi que salía entre las nubes uno como un ser humano[v]. Se acercó al Anciano venerable y lo presentaron ante él. 14 Se le dieron poder, gloria y autoridad; todos los pueblos, naciones y lenguas estarán a su servicio. Su dominio no tendrá fin y su reino nunca será destruido.
La interpretación del sueño
15 Yo, Daniel, estaba angustiado en mi interior, y lo que había visto en la visión me preocupaba. 16 Entonces me acerqué a uno de los que servían al Anciano venerable y le pedí que me explicara todo eso. Él me explicó: 17 «Las cuatro bestias representan cuatro reyes que van a gobernar la tierra. 18 Pero los santos de Dios recibirán el reino y gobernarán para siempre».
19 Yo quería saber lo que representaba el cuarto animal que era muy distinto a los otros. Ese animal era terrible, espantoso y de una fuerza impresionante. Tenía dientes de hierro y garras de bronce. Todo lo devoraba y trituraba, y el resto lo pisoteaba con las pezuñas. 20 Quería saber el significado de los diez cuernos de la cabeza, y del último que le apareció y rompió tres de los que ya tenía. Este nuevo cuerno tenía ojos de humano y una boca que alababa su gran poder; su tamaño era mayor que el de los otros. 21 Mientras yo miraba, ese pequeño cuerno empezó a pelear contra los santos de Dios y los derrotaba. 22 Hasta que apareció el Anciano venerable y favoreció a los santos del Dios altísimo. Así los santos derrotaron al monstruo y se apoderaron del reino.
23 Luego, el que me estaba explicando dijo: «El cuarto animal es el cuarto reino que es distinto a los otros reinos. Devorará toda la tierra, la pisoteará y la destruirá. 24 Los diez cuernos representan a los diez reyes de ese reino. Después de ellos vendrá otro rey que será muy distinto a los otros. Ese nuevo rey derrocará a tres reyes. 25 Ese mandatario hablará en contra del Dios altísimo y causará daño y sufrimiento a los santos de Dios. También tratará de cambiar el calendario establecido por la ley. Los santos de Dios estarán bajo su poder durante tres años y medio. 26 Pero después se hará justicia. Se le quitará todo el poder y su reino será totalmente destruido. 27 Cuando eso suceda, todo el poder y todos los reinos de la tierra estarán en manos de los santos de Dios. Ellos gobernarán para siempre y su reino no tendrá fin. Todos los gobernadores y toda la gente los respetará y estará a su servicio». 28 Ese fue el final del sueño, pero yo, Daniel, seguía muy preocupado y pálido, así que no podía dejar de pensar en ello.
Visión del carnero y el chivo
8 Durante el tercer año en que Belsasar fue rey, yo, Daniel, tuve otra visión. Esta visión ocurrió[w] después de la primera. 2 En la visión, yo estaba a orillas del río Ulay, en la ciudad de Susa que es la capital de la provincia de Elam. 3 Cuando levanté la mirada, vi un carnero a la orilla del río. Tenía dos cuernos muy largos, pero uno era más largo que el otro y le salía desde atrás. 4 Vi que el carnero atacaba con sus cuernos hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía enfrentársele y nada ni nadie podía ayudar a los otros animales. El carnero seguía haciendo lo que quería y cada vez era más poderoso.
5 Mientras miraba al carnero, vi que un chivo apareció desde el occidente. El chivo andaba por toda la tierra sin tocar el suelo. Además, el chivo tenía un cuerno muy vistoso en medio de los ojos. 6 El carnero de los cuernos largos seguía a la orilla del río, y el chivo salió corriendo furioso hacia el carnero. 7 Vi que el chivo golpeó al carnero y le rompió los dos cuernos. El carnero quedó tendido en el suelo y el chivo lo pisoteó y lo dejó sin fuerza. Nada ni nadie pudo salvar al carnero.
8 El chivo se hacía cada vez más fuerte, y cuando tenía más poder se le partió el cuerno. Enseguida, le salieron cuatro cuernos en lugar del que tenía. Los cuatro cuernos nuevos eran muy vistosos y apuntaban en cuatro direcciones diferentes. 9 De uno de esos cuernos le salió un cuerno más pequeño que apuntaba hacia el sur y el oriente. Ese cuerno apuntaba hacia nuestra hermosa tierra[x]. 10 Ese pequeño cuerno creció tanto que llegó hasta el cielo; allí derribó a algunas estrellas, las tumbó al suelo y las pisoteó. 11 El sol era la mayor estrella, pero el cuerno siguió creciendo y se volvió más grande que el sol. Lo derrotó y destruyó su templo. 12 El cuerno hizo maldades, no permitió que se ofrecieran los sacrificios diarios y puso a la verdad por el suelo. En fin, siguió haciendo de las suyas y le iba bien en todo.
13 Después escuché que uno de los santos estaba hablando y otro le preguntó: «¿Cuánto tiempo más va a durar lo que está pasando con los sacrificios diarios? ¿Cuándo van a terminar estas terribles ofensas y pisoteos contra el santuario y las estrellas sagradas?» 14 El santo respondió: «Esto sucederá durante 2300 días. Después, el santuario será purificado».
15 Yo, Daniel, tuve esa visión y trataba de entenderla. Mientras pensaba, se apareció frente a mí uno que parecía un hombre. 16 Luego, escuché una voz que venía del río y decía: «Gabriel[y], explícale a este hombre lo que ha visto».
17 Entonces se me acercó, y yo, muy asustado, caí al suelo. Sin embargo, él me dijo: «Hombre, entiende que esta visión muestra cosas del futuro».
18 Cuando él me habló, me desmayé y él me levantó y me puso en pie. 19 Entonces dijo: «Ahora te voy a explicar lo que has visto. Te diré lo que va a pasar al final del tiempo de ira, en el tiempo establecido para el fin. 20 El carnero de los dos cuernos representa a los reyes de Media y de Persia; 21 el chivo representa al rey de Grecia. El cuerno grande que tiene el chivo en medio de los ojos es el primer rey. 22 Cuando el cuerno se partió, salieron cuatro cuernos más en lugar del primero. Esos cuatro cuernos representan cuatro reinos que provienen del primer reino pero que no serán tan fuertes como ese.
23 »Cuando esos reinos estén llegando a su fin, habrá mucha gente mala y tramposa. Entonces aparecerá un rey obstinado y muy tramposo. 24 Ese rey será muy fuerte y poderoso, pero no por su propio poder.[z] Causará destrucción y tendrá éxito en lo que haga. Ese rey destruirá a muchos líderes poderosos y a mucha gente santa. 25 Ese rey será muy inteligente, pero su inteligencia la usará para sus trampas y para la destrucción de muchos. Traicionará a muchas personas y las destruirá cuando menos se lo esperen. Se creerá muy importante y se enfrentará al Príncipe de príncipes, pero ese rey será destruido y su destrucción no será por manos humanas. 26 La visión de esos tiempos de las mañanas y las tardes[aa] es cierta, pero mantenla sellada porque esas cosas sólo sucederán dentro de mucho tiempo».
27 Yo, Daniel, estuve enfermo durante varios días y luego regresé a mi trabajo con el rey. Pero seguía preocupado y extrañado por la visión, pues no la había entendido.
© 2005, 2015 Bible League International