Bible in 90 Days
El holocausto
1 El Señor le habló a Moisés desde el santuario, 2 y le ordenó que le diera las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: «Cuando presenten una ofrenda animal al Señor, deberán traer un animal de ganado vacuno o lanar.
3 »Si el animal que se ofrece en holocausto es de ganado vacuno, entonces deberá ser un macho sin defecto. Llevarán el animal hasta la entrada del santuario, donde los sacerdotes aceptarán su ofrenda para el Señor. 4 La persona que lo lleve deberá poner las manos sobre la cabeza del animal, con lo que este se convertirá en su sustituto. La muerte del animal será aceptada por el Señor, en lugar de quien lo ofrece como castigo por sus pecados. 5 El hombre dará muerte al animal allí, delante del Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, presentarán la sangre delante del Señor y la rociarán alrededor del altar, a la entrada del santuario. 6-7 Entonces los sacerdotes desollarán el animal, lo descuartizarán, prenderán leña sobre el altar, 8 y pondrán las diferentes partes del animal, la cabeza y la grasa sobre la leña. 9 Lavarán los órganos internos y las patas, y luego los sacerdotes lo quemarán todo sobre el altar. Será un holocausto, una ofrenda de olor grato al Señor.
10 »Si el animal ofrecido para el holocausto es un cordero o un cabrito, también debe ser un macho sin defectos. 11 El hombre que lo presente lo matará delante del Señor, en el lado norte del altar, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán la sangre alrededor del altar. 12 Entonces el ofrendante lo descuartizará, y el sacerdote colocará los pedazos, con la cabeza y la grasa encima de la leña, sobre el altar. 13 Pero antes lavará los órganos internos y las patas con agua. Luego, el sacerdote quemará el sacrificio sobre el altar como un holocausto, como ofrenda encendida de olor grato al Señor.
14 »Si alguno desea ofrecer un holocausto de aves, puede elegir tórtolas o palominos. 15-17 El sacerdote llevará el ave al altar, le cortará la cabeza y derramará la sangre sobre la pared del altar. Enseguida el sacerdote tomará el buche y las plumas y los arrojará al costado oriental del altar, sobre las cenizas. Luego, tomándola por las alas, partirá el ave en dos, pero sin separar completamente las dos partes. Por último, el sacerdote la quemará sobre el altar como un holocausto, una ofrenda de olor grato al Señor.
La ofrenda de cereal
2 »Cuando alguna persona quiera presentar una ofrenda de cereales al Señor, deberá llevar harina de la mejor calidad, sobre la cual derramará aceite puro de oliva e incienso. 2 Entonces tomará un puñado, que simbolizará el total de la ofrenda, y lo entregará a uno de los sacerdotes para que queme el puñado de harina. Será una ofrenda quemada de grato olor al Señor. 3 El resto será entregado a Aarón y a sus hijos como alimento; pero la ofrenda entera será considerada como una ofrenda santa, agradable al Señor.
4 »Si se trae como ofrenda al Señor una torta cocida en el horno, debe haber sido hecha de harina de la mejor calidad, cocida con aceite, pero sin levadura. También se puede ofrecer hojaldres sin levadura, hechas con harina de la mejor calidad y amasadas con aceite de oliva.
5 »Si la ofrenda es algo preparado en sartén, deberá ser de harina de la mejor calidad, sin levadura y mezclada con aceite de oliva. 6 Hay que partirla en pedazos y echarle aceite encima. Es una ofrenda de cereal. 7 Si la ofrenda ha sido preparada en cazuela, será de harina de la mejor calidad, mezclada con aceite de oliva.
8 »Cualquiera que sea la forma como se haya preparado la ofrenda (al horno, al sartén o a la cazuela), será presentada al sacerdote, el cual la llevará al altar, para ofrecérsela al Señor.
9 »El sacerdote quemará solo una parte representativa de la ofrenda, pero toda ella será aceptada por el Señor. 10 El resto de la ofrenda será para el uso personal de los sacerdotes, pero toda ella será considerada una ofrenda santa quemada delante del Señor.
11 »No usarán levadura en sus ofrendas de harina. No se permite levadura ni miel en las ofrendas hechas al Señor. 12 Pueden ofrecer pan con levadura y miel como ofrenda de acción de gracias en la época de la cosecha, pero no como ofrenda quemada.
13 »Toda ofrenda deberá ser sazonada con sal, porque la sal es un recordatorio del pacto de Dios.
14 »Si tu ofrenda es de los primeros frutos de los cereales, toma una espiga tierna, tuéstala, desmenuza el grano y preséntasela al Señor. 15 Sobre la ofrenda derrama aceite de olivas e incienso, porque es una ofrenda de cereales. 16 Entonces los sacerdotes quemarán una parte del cereal desmenuzado mezclado con aceite y todo el incienso, como símbolo de la consagración de toda la ofrenda al Señor.
El sacrificio de comunión
3 »Cualquiera que quiera presentar una ofrenda de acción de gracias delante del Señor, podrá traer un becerro o una ternera, pero el animal debe ser sin defectos. 2 El hombre que presenta la ofrenda pondrá la mano sobre la cabeza del animal y lo matará a la entrada del santuario. Entonces los hijos de Aarón rociarán la sangre a los lados del altar, 3-5 y quemarán, delante del Señor, la grasa que cubre los intestinos, los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que está sobre los lomos y un pedazo del hígado. Será una ofrenda quemada de grato olor al Señor.
6 »Si se presenta como ofrenda de acción de gracias un animal del ganado ovino, podrá ser macho o hembra, pero sin defectos. 7-8 Si es un cordero, el hombre que lo ofrezca deberá poner la mano sobre la cabeza del animal y lo matará a la entrada del santuario. Los sacerdotes rociarán la sangre a los lados del altar 9-11 y ofrecerán sobre el altar la grasa, la cola entera (cortada a raíz del espinazo), la grasa que cubre los intestinos, los dos riñones con la grasa de ellos, la grasa que cubre los lomos, y un pedazo del hígado. Lo harán arder todo en el altar. Será una comida, una ofrenda presentada por fuego al Señor.
12 »Si alguno trae una cabra como ofrenda al Señor, 13 deberá poner la mano sobre la cabeza del animal y matarlo a la entrada del santuario. Los sacerdotes rociarán la sangre sobre todos los lados del altar, 14 y pondrán sobre el altar la grasa que cubre las entrañas, 15-16 los dos riñones y la grasa de ellos, la grasa que recubre los lomos, y un pedazo del hígado, como una ofrenda quemada ante el Señor. Es una comida, una ofrenda de olor grato presentada por fuego al Señor.
17 »Esta es una ordenanza permanente en toda tu tierra: No coman grasa ni sangre».
El sacrificio expiatorio
4 Entonces el Señor le dio estas otras instrucciones a Moisés: 2 «Dile al pueblo de Israel que estas son las leyes para cualquiera que sin querer quebrante alguno de mis mandamientos:
El sacrificio expiatorio por el pecado del sacerdote
3 »Si un sacerdote peca, sin haber tenido la intención de hacerlo, y en consecuencia hace caer alguna culpa sobre el pueblo, debe ofrecer al Señor un becerro sin defecto, como expiación por el pecado del pueblo. 4 Llevará el becerro hasta la puerta del santuario, pondrá la mano sobre la cabeza del animal y lo matará delante del Señor. 5 Entonces entrará con la sangre del animal al santuario, 6 mojará el dedo en la sangre y la rociará siete veces delante del Señor, ante la cortina que cierra la entrada al Lugar Santísimo. 7 Después pondrá sangre sobre los cuernos del altar del incienso, delante del Señor, en el santuario; el resto de la sangre la derramará sobre la base del altar del holocausto, a la entrada del santuario. 8 Enseguida tomará toda la grasa de los intestinos, 9 los dos riñones con la grasa que los cubre, la grasa que cubre los lomos, y un pedazo del hígado, 10 igual como se hace con el animal que se sacrifica para ofrenda de reconciliación. Luego el sacerdote quemará todo en al altar del holocausto. 11-12 Pero el resto del becerro, la piel, la carne, la cabeza, las patas, los órganos internos y los intestinos, serán llevados a un lugar ceremonialmente limpio, fuera del campamento, al lugar donde se llevan las cenizas del altar, y lo quemarán sobre la leña encendida.
El sacrificio expiatorio por el pecado de la comunidad
13 »Si toda la nación de Israel peca, sin darse cuenta de ello, y hace algo que el Señor le haya prohibido, todo el pueblo será culpable. 14 Cuando se den cuenta de su pecado, ofrecerán un becerro como expiación por el pecado, y lo traerán al santuario, 15 donde los jefes del pueblo pondrán las manos sobre la cabeza del animal y lo matarán delante del Señor. 16 Entonces el sacerdote entrará con la sangre al santuario, 17 mojará el dedo en la sangre y rociará siete veces delante del Señor, frente a la cortina. 18 Luego pondrá sangre sobre los cuernos del altar allí en el santuario, en la presencia del Señor, y derramará todo el resto de la sangre en la base del altar del holocausto, a la entrada del santuario. 19 Le quitará toda la grasa y la quemará sobre el altar. 20 Seguirá el mismo procedimiento usado en la ofrenda por el pecado. De esta manera el sacerdote hará la expiación por la nación, y todos serán perdonados. 21 Enseguida, el sacerdote sacará el becerro del campamento y lo quemará, de la misma manera que lo haría si se tratara de una ofrenda por el pecado de algún individuo, sólo que esta vez se trata de una ofrenda por el pecado de toda la nación.
El sacrificio expiatorio por el pecado de un gobernante
22 »Si uno de los jefes de la nación peca sin darse cuenta, y desobedece la ley de Dios, 23 en cuanto se dé cuenta de su pecado deberá presentar un sacrificio consistente en un macho cabrío que no tenga defectos. 24 Pondrá la mano sobre la cabeza del animal y lo sacrificará en el lugar donde se matan los animales de los holocaustos, y lo presentará al Señor. Es su ofrenda por el pecado. 25 Enseguida el sacerdote tomará sangre, y con el dedo la untará sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 26 Toda la grasa será quemada sobre el altar como se hace con el sacrificio de acción de gracias; de esta manera el sacerdote hará expiación por el jefe que haya pecado, y este será perdonado.
El sacrificio expiatorio por el pecado de un miembro del pueblo
27 »Si alguien del pueblo peca y no se da cuenta de ello, es culpable. 28 En cuanto comprenda que ha pecado deberá presentar en sacrificio una cabra sin defectos, como expiación por su pecado. 29 La llevará al lugar donde se matan los animales para el holocausto, colocará la mano sobre la cabeza del animal y lo matará. 30 El sacerdote mojará el dedo en sangre y la untará sobre los cuernos del altar del holocausto. Enseguida derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31 Se le quitará al animal toda la grasa, siguiendo el mismo procedimiento de la ofrenda de acción de gracias, y el sacerdote la quemará sobre el altar, como una ofrenda de grato olor al Señor. De esta manera el sacerdote hará expiación por aquel hombre, y este recibirá el perdón.
32 »Pero si prefiere presentar un cordero como ofrenda por el pecado, deberá ser una hembra sin defecto. 33 La llevará al lugar donde se hacen los holocaustos, pondrá la mano sobre la cabeza del animal y lo sacrificará allí como una ofrenda por su pecado. 34 El sacerdote mojará el dedo en la sangre y la untará sobre los cuernos del altar del holocausto, y todo el resto de la sangre la derramará al pie del altar. 35 La grasa la usará siguiendo el mismo procedimiento del sacrificio del cordero en la ofrenda de acción de gracias: el sacerdote quemará la grasa en el altar, como en los demás sacrificios ofrecidos al Señor en el fuego; y hará expiación por el hombre, y este recibirá el perdón de sus pecados.
El sacrificio expiatorio por diversos pecados
5 »Cualquiera que se niegue a testificar acerca de un delito del cual es testigo, ya sea porque vio o escuchó, es culpable de complicidad, y deberá pagar por ello.
2 »Cualquier persona que toque algo que es ritualmente impuro, como el cuerpo muerto de un animal prohibido como alimento, salvaje o doméstico, o el cuerpo de un insecto prohibido, es culpable, aun cuando no se haya dado cuenta de que lo tocó. 3 O si toca una impureza humana, de cualquier tipo, quedará impuro en cuanto se dé cuenta de ello.
4 »Si alguien jura precipitadamente, sea el voto bueno o malo, en cuanto comprenda su error, será culpable.
5 »En cualquiera de estos casos, confesará el pecado cometido 6 y presentará una ofrenda por su culpa: una hembra de ganado menor, oveja o cabra. El sacerdote hará la expiación por esa persona, y esta quedará perdonada.
El caso del pobre
7 »Si el culpable es una persona muy pobre, de modo que no tiene forma de ofrecer una oveja, entonces ofrecerá dos tórtolas o dos pichones de paloma: uno como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto. 8 El sacerdote ofrecerá en primer lugar el sacrificio por el pecado, para lo cual le cortará el cuello al ave, pero sin separarle la cabeza del cuerpo. 9 Enseguida rociará una parte de la sangre sobre el costado del altar y el resto lo derramará al pie del altar; es la ofrenda por el pecado. 10 La segunda ave será ofrecida como holocausto siguiendo los procedimientos ya mencionados. De esta manera el sacerdote hará expiación por la persona que pecó, y esta será perdonada.
11 »Si el culpable es aún más pobre, de modo que ni siquiera puede ofrecer tórtolas o pichones de paloma, ofrecerá como ofrenda por su pecado dos kilos de harina de la mejor calidad. No debe mezclarla con aceite de olivas ni ponerle incienso, porque es una ofrenda por el pecado. 12 Se la llevará al sacerdote, el cual tomará un puñado que representará la ofrenda completa, y la quemará sobre el altar, como cualquier otro sacrificio ofrecido al Señor por fuego; esta será su ofrenda por el perdón de sus pecados. 13 De esta manera el sacerdote hará expiación por el que haya cometido cualquier pecado de esta clase, y será perdonado. El resto de la harina pertenecerá al sacerdote, como en el caso de una ofrenda de cereales».
El sacrificio por la culpa
14 Además, el Señor le dijo a Moisés: 15 «Si alguno peca inadvertidamente, al no darle al Señor todo lo que le corresponde, ofrecerá por su pecado un carnero sin defecto. El valor del animal se calculará de acuerdo con la moneda oficial del santuario. Es un sacrificio por la culpa. 16 Además, el culpable hará restitución por el diezmo que retuvo, más un veinte por ciento como multa, lo cual entregará al sacerdote. Entonces el sacerdote, por medio del carnero sacrificado, hará expiación por el culpable, y este será perdonado.
17-18 »Cualquiera que desobedezca alguna ley de Dios, aun sin darse cuenta, de todos modos es culpable. Entonces deberá llevar al sacerdote un carnero sin defecto, o su equivalente en dinero. El precio será fijado de la misma manera que se hace con el sacrificio por la culpa. El sacerdote, entonces, presentará el sacrificio a favor del que pecó sin darse cuenta, y este será perdonado. 19 Se trata de una ofrenda por la culpa, porque ciertamente esa persona es culpable delante del Señor».
6 El Señor le dijo a Moisés: 2 «Si alguien peca contra mí negándose a devolver un depósito por algo que rentó o si se niega a devolver algo que se le confió, o si le quita a la fuerza algo a su prójimo, 3 o si se encuentra algo que se le perdió a su prójimo, y se queda con lo encontrado negando, bajo juramento, tenerlo, 4-5 es culpable de pecado. Tendrá que devolver todo lo que haya robado, más un veinte por ciento como multa. Además, el mismo día llevará una ofrenda por su pecado al santuario. 6 La ofrenda por su culpa será un carnero sin defecto, deberá ser del valor que tú determines. Lo llevará al sacerdote y 7 el sacerdote hará la expiación a su favor delante del Señor, y será perdonado».
El holocausto
8 Además, el Señor le dijo a Moisés: 9 «Dale a Aarón y a sus hijos estas reglas acerca de los holocaustos: El holocausto se dejará toda la noche sobre el fuego del altar. 10 Al día siguiente, el sacerdote, vestido de lino y con ropa interior de lino, sacará las cenizas del holocausto y las pondrá junto al altar. 11 En seguida se cambiará la ropa, sacará las cenizas del campamento, y las llevará a un lugar ritualmente limpio. 12 Mientras tanto, el fuego del altar continuará encendido. No debe dejarse apagar. El sacerdote deberá ponerle leña cada mañana, y pondrá sobre él el holocausto diario y la grasa del sacrificio de paz que se ofrece todos los días. 13 El fuego debe mantenerse encendido continuamente sobre el altar. No debe dejarse apagar.
La ofrenda de cereal
14 »Estas son las reglas acerca de las ofrendas de cereales: Los hijos de Aarón se pondrán de pie ante el altar, delante del Señor para presentar la ofrenda de cereales. 15 Los sacerdotes entonces sacarán un puñado de harina fina mezclada con aceite de oliva e incienso, y la quemarán sobre el altar como porción representativa delante del Señor, como una ofrenda recordatoria de olor grato al Señor. 16 Lo que quede de la harina, después de que el sacerdote haya sacado el puñado, será para la alimentación de Aarón y sus hijos. La comerán sin levadura en el atrio del santuario. 17 Reafírmales esta instrucción: La ofrenda será cocida sin levadura. He asignado a los sacerdotes esta parte de los holocaustos que se me ofrecen. Sin embargo, toda la ofrenda es santísima, al igual que el sacrificio por el pecado y el sacrificio por la culpa. 18 Podrá comerla cualquier varón descendiente de Aarón, generación tras generación. Pero sólo ellos podrán comer de estas ofrendas presentadas en el fuego al Señor. Cualquier cosa que toque los sacrificios quedará consangrada».
La ofrenda de los sacerdotes
19-20 El Señor le dijo a Moisés: «El día que Aarón y sus hijos sean ungidos, presentarán al Señor una ofrenda de dos kilos de harina: ofrecerán la mitad en la mañana, y la otra mitad en la tarde. 21 Será preparada con aceite de oliva en una sartén, y se freirá bien, y luego será llevada delante del Señor como ofrenda muy agradable para él. 22-23 Cuando los hijos de los sacerdotes tengan que tomar el lugar de sus padres, serán incorporados al oficio por medio de la presentación de este mismo sacrificio en el día de su unción. Esta es una ley perpetua. Estas ofrendas serán completamente quemadas delante del Señor. Nadie comerá parte alguna de ellas».
El sacrificio expiatorio
24 Luego el Señor le dijo a Moisés: 25 «Diles a Aarón y a sus hijos que estos son mis mandamientos acerca de la ofrenda por el pecado: Este es un sacrificio santísimo. Será inmolado en el lugar en que se da muerte a los animales de los holocaustos. 26 El sacerdote que oficia lo comerá en el atrio del santuario. 27 Solamente los que están santificados, los sacerdotes, podrán tocar esta carne. Si una gota de sangre salpica su vestido, deberá lavarlo en un lugar santo. 28 Luego quebrará la vasija de barro en que haya lavado su vestido. Si usó una vasija de bronce, deberá limpiarla cuidadosamente. 29 Cualquier hijo de los sacerdotes puede comer de esta ofrenda; pero sólo ellos, porque es santísima. 30 Pero los sacerdotes no podrán comer de la ofrenda por el pecado, si la sangre ha sido llevada al interior del santuario, para suplicar el perdón de Dios. La víctima será completamente quemada con fuego delante del Señor.
El sacrificio por la culpa
7 »Estas son mis órdenes sobre la ofrenda santísima por la culpa: 2 La víctima será sacrificada en el lugar donde se inmola el holocausto, y la sangre será rociada varias veces a lo largo del altar. 3 El sacerdote ofrecerá sobre el altar toda la grasa, la cola, la grasa que cubre los intestinos, 4 los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y un pedazo del hígado. 5 El sacerdote lo quemará todo sobre el altar como ofrenda al Señor por la culpa. 6 Todo varón de entre los sacerdotes podrá comer la víctima, y deberá hacerlo en un lugar limpio, porque es un sacrificio santísimo.
Derechos de los sacerdotes
7 »La misma orden se aplica a la ofrenda por el pecado y a la ofrenda por la culpa: El animal sacrificado pertenece al sacerdote que está a cargo de presentar el sacrificio, y comerá de él. 8 El sacerdote que ofrece un holocausto se quedará con la piel del animal. 9 Lo que quede de las ofrendas de harina, después de la ceremonia, será para el sacerdote que haya oficiado, cualquiera que sea la forma de la ofrenda: al horno, al sartén o cocida en cazuela. 10 Todas las demás ofrendas de harina, mezcladas con aceite de oliva o secas, son propiedad de todos los hijos de Aarón.
Diversos sacrificios de comunión
11 »Estas son mis órdenes acerca de los sacrificios presentados como ofrendas de paz al Señor: 12 Si es una ofrenda de acción de gracias, se deberá presentar, junto con el sacrificio, panes sin levadura amasados con aceite, hojaldres sin levadura untadas con aceite de oliva, y panes amasados con aceite de oliva. 13 Esta ofrenda de acción de gracias estará acompañada de panes con levadura. 14 Parte de este sacrificio será presentado al Señor como contribución, y será para el sacerdote que oficia, el que rocía la sangre del animal presentado para el sacrificio. 15 Después de que el animal haya sido sacrificado al Señor, como ofrenda de paz de olor grato y de acción de gracias al Señor, deberá comerse la carne el mismo día. No deberá dejarse nada para el día siguiente.
16 »Sin embargo, si alguno trae un sacrificio que no es de acción de gracias sino como cumplimiento de un voto o una ofrenda voluntaria al Señor, cualquier porción de la víctima que no se coma el mismo día en que se sacrifique, podrá comerse al día siguiente. 17-18 Si queda algo para el tercer día, será quemado, porque lo que se coma el tercer día no tendrá valor de sacrificio. No se le tomará en cuenta al que lo ofreció. El sacerdote que coma será culpable, porque esa carne será considerada impura delante del Señor. El que la coma tendrá que pagar por su pecado.
19 »Toda carne que tenga contacto con algo ritualmente impuro será quemada, pues no se podrá comer. En cuanto a la carne no contaminada, sólo podrá comerla una persona que esté ritualmente limpia.
20 »Si un sacerdote está ritualmente impuro y come una porción de la ofrenda de acción de gracias, será separado de su pueblo, porque ha profanado lo que es santo.
21 »Cualquiera que toque algo que esté ritualmente impuro, sea de hombre o de bestia, y luego coma del sacrificio de paz, será separado de su pueblo por haber contaminado lo que es sagrado».
Prohibiciones acerca de la grasa y de la sangre
22 Entonces el Señor le dijo a Moisés 23 que le dijera a los israelitas: «No coman grasa jamás, sea de bueyes, ovejas o cabras. 24 La grasa de un animal que muere enfermo, o que es atacado y muerto por animales salvajes, se puede usar para otros propósitos pero no se comerá. 25 Cualquiera que coma grasa de una ofrenda quemada al Señor será expulsado de su pueblo. 26-27 Sin importar dónde ustedes vivan, no podrán comer sangre ni grasa de aves ni de ningún animal. Cualquiera que lo haga será expulsado de su pueblo».
La porción de los sacerdotes
28 Y el Señor le dijo a Moisés 29 que les dijera a los israelitas: «Cualquiera que traiga una ofrenda de acción de gracias al Señor, deberá traerla personalmente. 30 Traerá como ofrenda la grasa y el pecho, lo cual será mecido delante del altar. 31 Luego el sacerdote quemará la grasa sobre el altar. El pecho pertenecerá a Aarón y a sus hijos. 32-33 El muslo derecho se dará como contribución para el sacerdote que oficia, 34 porque he destinado el pecho y el muslo como donación del pueblo de Israel para los hijos de Aarón. A Aarón y a sus hijos debe dárseles siempre esta porción del sacrificio».
35 De las ofrendas que se queman en honor al Señor, esta es la porción que les corresponde a Aarón y a sus hijos. Así ha sido desde el día que Moisés consagró como sacerdotes del Señor a Aarón y a sus hijos. 36 El día que Dios los ungió, ordenó que el pueblo de Israel les diera estas porciones. Es lo que les corresponde para siempre, a través de todas las generaciones.
37 Estas fueron las órdenes acerca de los holocaustos, las ofrendas de harina, las ofrendas por el pecado, la ofrenda por la culpa, las ofrendas de consagración y de paz. 38 Estas órdenes se las dio el Señor a Moisés en el monte Sinaí, para que se las diera a conocer al pueblo de Israel, a fin de que ellos supieran cómo debían ofrecerse los sacrificios a Dios en el desierto de Sinaí.
La ordenación de Aarón y sus hijos
8 El Señor le dijo a Moisés: 2 «Lleva ahora a la entrada del santuario a Aarón y a sus hijos, sus vestiduras, el aceite de la unción, el becerro para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y la cesta de panes sin levadura, 3 y convoca al pueblo de Israel para que se reúna allí».
4 Entonces Moisés hizo todo lo que el Señor le ordenó. Cuando los israelitas se reunieron a la entrada del santuario, 5 Moisés les dijo: «Lo que ahora voy a hacer ha sido ordenado por el Señor». 6 Enseguida tomó a Aarón y a sus hijos, los purificó con agua 7 y le puso a Aarón la túnica, el cinto, el manto y el efod con su cinto. 8 Luego le puso el pectoral, y depositó el urim y tumim[a] dentro del pectoral. 9 Luego colocó la mitra en la cabeza de Aarón, y sobre la mitra puso la lámina de oro, la diadema santa, tal como Dios se lo había ordenado.
10 Luego, Moisés tomó el aceite de la unción y lo roció sobre el santuario y sobre cada uno de sus elementos para santificarlos. 11 Cuando llegó al altar, lo roció siete veces y roció también los utensilios del altar, el lavamanos y su base, y los santificó. 12 Después derramó el aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón consagrándolo así para el servicio.
13 Enseguida Moisés vistió a los hijos de Aarón con las túnicas, los cinturones y las mitras, de acuerdo con lo ordenado por el Señor. 14 Después tomó el becerro para la ofrenda por el pecado. Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del animal 15-16 mientras Moisés lo degollaba. Con el dedo tomó sangre y la untó sobre los cuernos del altar y sobre el altar mismo para santificarlo, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. De esta manera santificó el altar, haciendo el rito del perdón por los pecados. Tomó toda la grasa que cubría los intestinos, la grasa que cubría el hígado, los dos riñones y la grasa que los cubría, y los quemó sobre el altar. 17 El becerro, la piel y el excremento fueron quemados fuera del campamento, de acuerdo con lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
18 Después de esto presentó al Señor el carnero para el holocausto. Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del animal 19 y Moisés lo mató y roció la sangre alrededor del altar. 20 Enseguida descuartizó el carnero, quemó las partes, la cabeza y la grasa. 21 A continuación lavó los intestinos y las extremidades en agua y los quemó sobre el altar, de modo que todo el carnero se consumió delante del Señor. Fue una ofrenda quemada de muy grato olor al Señor, por cuanto Moisés había seguido en forma estricta las órdenes que él le había dado.
22 A continuación Moisés ofreció el otro carnero, el carnero de la consagración. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del animal, 23 y luego Moisés lo mató, tomó sangre y puso un poco en la oreja derecha, en el pulgar derecho de la mano y del pie derecho de Aarón. 24 Luego puso sangre en el lóbulo de la oreja derecha y en el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho de los hijos de Aarón. El resto de la sangre lo roció a todo lo largo y ancho del altar.
25 Luego tomó la grasa, la cola, la grasa que cubre los intestinos y el hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho, 26 y tomó del canastillo un pan sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojaldre, y puso todo esto sobre la grasa y el muslo derecho. 27 Todo fue puesto en las manos de Aarón y de sus hijos para que lo ofrecieran al Señor, meciéndolo delante del altar. 28 Moisés entonces lo recibió de las manos de ellos y lo quemó sobre el altar, junto con el holocausto ofrecido al Señor, que se sintió complacido con esta ofrenda. Fue un sacrificio por la ordenación, una ofrenda de grato olor al Señor. 29 A continuación, Moisés tomó el pecho, lo meció y se lo presentó al Señor, delante del altar. Esta era la porción del carnero de la consagración que correspondía a Moisés, de acuerdo con las instrucciones que el Señor le había dado.
30 Acto seguido, tomó el aceite de la unción y un poco de sangre de la que había rociado sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus vestiduras, y sobre los hijos de Aarón y sus vestiduras, consagrando así para el servicio del Señor a Aarón, sus hijos y las vestiduras sacerdotales.
31 Entonces Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos: «Cuezan la carne a la entrada del santuario y cómansela con el pan que está en la cesta de la consagración, tal como lo he mandado. 32 Lo que quede de la carne y el pan, será quemado». 33 Después les dijo que no salieran de la entrada del santuario durante siete días, porque necesitaban siete días para completar la consagración. 34 Y Moisés les dijo nuevamente que todo lo que había hecho ese día había sido ordenado por el Señor, para que sus pecados les fueran perdonados. 35 Luego reiteró a Aarón y a sus hijos que debían permanecer a la entrada del santuario día y noche durante siete días. Les repitió: «Si dejan su lugar, morirán, pues es lo que el Señor ha dicho». 36 De esta manera cumplieron Aarón y sus hijos todo lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
Los sacerdotes inician su ministerio
9 Al octavo día de las ceremonias de la consagración, Moisés convocó a Aarón, a sus hijos y a los jefes de Israel, 2 y le dijo a Aarón que tomara un becerro para ofrenda por su pecado y un carnero sin defectos para el holocausto, y que los ofreciera al Señor. 3 Además, Moisés le dijo a Aarón: «Diles a los israelitas que traigan un macho cabrío para ofrenda por el pecado, un becerro y un cordero de un año cada uno, todos sin defectos, para ofrecerlos como holocausto. 4 Además el pueblo deberá presentarle al Señor, como ofrenda de paz, un toro y un carnero, y una ofrenda de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva. Porque hoy se les aparecerá el Señor».
5 Entonces ellos llevaron todas estas cosas a la entrada del santuario, como Moisés lo había ordenado, y el pueblo vino y estuvo de pie delante del Señor. 6 Moisés les dijo: «Si ustedes cumplen con todo lo que el Señor les ha pedido, entonces él les mostrará su gloria».
7 Moisés, entonces, le dijo a Aarón que caminara hacia el altar y presentara la ofrenda por el pecado y el holocausto, para que pidiera por el perdón de sus propios pecados, y después pidiera perdón por los pecados del pueblo, de acuerdo con lo ordenado por el Señor.
8 Aarón se acercó al altar y mató el becerro como sacrificio por sus propios pecados. 9 Sus hijos le llevaron la sangre, y él mojó el dedo en ella y la untó sobre los cuernos del altar, y derramó el resto al pie del altar. 10 A continuación quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el hígado de la ofrenda por sus pecados, de acuerdo con las órdenes dadas por el Señor a Moisés, 11 y quemó la carne y la piel fuera del campamento.
12 Le correspondió enseguida dar muerte al animal para el holocausto. Sus hijos le llevaron la sangre, y él la roció a lo largo y ancho del altar; 13 le llevaron el animal descuartizado, incluida la cabeza, y lo quemó sobre el altar. 14 Enseguida, lavó los intestinos y las patas, y los ofreció sobre el altar como ofrenda quemada.
15 Acto seguido, presentó la ofrenda del pueblo. Mató el macho cabrío y lo ofreció de la misma manera que lo había hecho con la ofrenda por sus pecados. 16 De esta manera ofreció el holocausto al Señor, de acuerdo con las instrucciones recibidas. 17 A continuación presentó la ofrenda de harina de la mejor calidad. Tomó un puñado y lo quemó sobre el altar, junto al sacrificio de la mañana.
18 Después degolló el becerro y el carnero que eran los sacrificios de paz que ofrecía el pueblo. Los hijos de Aarón le llevaron la sangre, y él la roció a lo largo y ancho del altar. 19 Luego tomó la grasa del becerro y del carnero, la grasa de las colas, y la que cubría a los intestinos y la que cubría los riñones y el hígado. 20 Colocó todo esto sobre el pecho de estos animales, y Aarón los quemó sobre el altar. 21 Y meció los pechos y el muslo derecho, como un acto de consagración al Señor, tal como Moisés lo había ordenado.
22 Entonces, con las manos extendidas hacia la gente, Aarón los bendijo, y descendió del altar. 23 Moisés y Aarón entraron al santuario. Cuando salieron, bendijeron nuevamente al pueblo, y la gloria del Señor se apareció delante de toda la congregación. 24 Entonces descendió fuego de la presencia del Señor, que consumió la ofrenda y la grasa que había sobre el altar. Cuando el pueblo vio esto, dio gritos de júbilo y adoró al Señor.
Muerte de Nadab y Abiú
10 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron fuego sin consagrar en sus incensarios, y ofrecieron incienso delante Señor. De modo que actuaron en contra de lo que el Señor les acababa de ordenar. 2 Entonces salió fuego de la presencia del Señor que los quemó y mató.
3 Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el Señor quiso decir cuando declaró: “Me santificaré entre los que se acercan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo”».
Aarón, permaneció en silencio.
4 Moisés llamó a Misael y a Elzafán, primos de Aarón, hijos de Uziel, y les dijo: «¡Vayan y saquen a sus hermanos que quedaron delante del santuario y llévenlos fuera del campamento!». 5 Se acercaron, pues, los agarraron por sus túnicas y los sacaron fuera del campamento, como Moisés les había ordenado.
Ley sobre el duelo sacerdotal
6 Entonces Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No lloren ni anden despeinados, ni se rasguen sus vestidos, en señal de duelo. Si lo hacen, el Señor se enojará contra ustedes y les dará muerte también, y hará caer su ira sobre todo el pueblo de Israel. El resto del pueblo sí puede lamentar la muerte de Nadab y Abiú y puede hacer duelo por el terrible fuego que el Señor ha enviado. 7 Pero ustedes no deben salir del santuario, pues si lo hacen serán castigados con la muerte, porque el Señor los ha ungido». Ellos hicieron, pues, lo que Moisés ordenó.
Ley sobre el culto y el licor
8-9 El Señor le habló a Aarón y le dijo: «No bebas vino ni otras bebidas alcohólicas cuando tengas que entrar al santuario, o morirás. Esta norma se aplicará a tus hijos y a todos tus descendientes, de generación en generación. 10 Así que deben aprender a distinguir entre lo que es sagrado y lo que no lo es, entre lo puro y lo impuro, 11 de modo que también podrán enseñarles a los israelitas las leyes que yo, el Señor, les he dado por medio de Moisés».
La porción de los sacerdotes
12 Entonces Moisés le dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, es decir, Eleazar e Itamar: «Tomen lo que ha quedado de la ofrenda de harina de la mejor calidad, y cómanla sin levadura, junto al altar. Es una ofrenda santísima. 13 Por lo tanto, la comerán en un lugar santo. Esa parte de las ofrendas presentadas por fuego al Señor te pertenece a ti y a tus hijos. Así se me ha mandado.
14 »También podrán comer, en un lugar puro, el pecho que fue mecido y presentado al Señor, y el muslo que fue entregado como contribución. Es la porción que te pertenece a ti y a tus hijos e hijas, para que se alimenten. Es la porción que les pertenece de los sacrificios de paz presentados por el pueblo de Israel.
15 »El pueblo debe traer el muslo que fue apartado y el pecho que se ofreció cuando se quemó la grasa, y ambos serán presentados y mecidos delante del Señor. Después de eso serán para ti y para tu familia, porque el Señor lo ha ordenado así».
Un caso especial
16 Moisés buscó diligentemente el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, y cuando descubrió que lo habían quemado, se disgustó mucho con Eleazar e Itamar, los dos hijos de Aarón.
17 ―¿Por qué no se comieron la ofrenda por el pecado en el santuario? —les dijo—. Es una ofrenda santísima, y Dios se la ha dado a ustedes para que quiten el pecado de la congregación, para hacer expiación por ellos delante del Señor. 18 Puesto que su sangre no fue llevada al interior del santuario, debían haberla comido aquí, como les ordené.
19 Pero Aarón intercedió delante de Moisés.
―Ellos han presentado hoy la ofrenda por el pecado y el holocausto delante del Señor. ¡Y precisamente hoy me ha sucedido la desgracia de perder a mis hijos! Si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado en un día como este, ¿habría agradado al Señor?
20 Cuando Moisés oyó la respuesta de Aarón, quedó satisfecho.
Leyes sobre animales puros e impuros
11 Entonces el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 2-3 «Díganle al pueblo de Israel que los animales que pueden comer son los que tienen pezuña hendida y que rumian. 4-7 Así que no se pueden comer los siguientes animales:
El camello, porque aunque rumia no tiene la pezuña partida; el conejo, porque aunque rumia no tiene la pezuña partida; la liebre, porque aunque rumia no tiene la pezuña partida; el cerdo, porque aunque tiene la pezuña partida, no es rumiante.
8 »No comerán la carne de ellos ni tocarán sus cuerpos muertos. Tales animales están prohibidos para ustedes.
9 »En cuanto a los animales que viven en el mar o en los ríos, comerán los que tienen aletas y escamas. 10 Los demás animales que hay en el agua no los comerán. 11 Les prohíbo estrictamente que los coman, o que toquen sus cuerpos muertos. 12 Repito: les prohíbo que coman cualquier animal acuático que no tenga aletas ni escamas.
13-19 »Entre las aves, estas son las que no pueden comer:
El águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano de todas las especies, el cuervo de todas las especies, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán de todas las especies, el búho, el somormujo, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, la cigüeña, la garza de todas las especies, la abubilla y el murciélago.
20 »Les prohíbo que coman los insectos voladores de cuatro patas, 21-22 excepto los que saltan. Podrán comer langostas de todas las especies, saltamontes de todas las especies y grillos. 23 Los demás insectos alados que tienen cuatro patas están prohibidos.
Leyes sobre la impureza por tocar un animal impuro
24 »Cualquiera que toque sus cuerpos muertos quedará impuro hasta la noche, 25 y deberá lavarse la ropa de inmediato. Además, se aislará hasta la noche por estar ritualmente impuro.
26 »También quedarán impuros cuando toquen cualquier animal que no tenga la pezuña partida ni sea rumiante.
27 »Les prohíbo que coman animales que caminan sobre garras. La persona que toque un animal muerto de este tipo quedará impura hasta la noche. 28 La persona que saque el animal muerto deberá lavarse la ropa y permanecerá impura hasta la noche. Es algo que está prohibido.
29-30 »Estos son los animales impuros que se arrastran por el suelo:
El topo, el ratón, el lagarto, la lagartija, el erizo, el cocodrilo, la rana y el camaleón.
31 »La persona que toque alguno de estos animales muertos quedará impura hasta la noche.
Otras leyes sobre el contacto con animales impuros
32 »Cualquier objeto, sin importar de qué material esté hecho, sobre el que caiga el animal muerto, quedará impuro, y deberán dejarlo en agua hasta el anochecer.
33 »Si el animal muerto cae en una vasija de alfarería, todo lo que esté dentro de ella quedará impuro, y tendrán que romper la vasija. 34 Si el agua usada para purificar el artículo impuro toca algún alimento, este quedará impuro. También quedará impura la bebida que toque.
35 »Si uno de estos animales muertos toca un horno de barro, este quedará impuro y habrá que derribarlo. 36 Si el animal cae sobre una cisterna donde hay agua, el agua no se contaminará, pero la persona que saque el animal quedará impura.
37 »Si el animal muerto toca la semilla que se iba a sembrar en el campo, esa semilla no se contamina, 38 a menos que la semilla estuviera húmeda cuando el animal cayó sobre ella. En este caso la semilla sí se contamina.
39 »Si algún animal de los que se pueden comer muere de enfermedad, y alguien lo toca, esa persona quedará impura hasta el anochecer. 40 Además, cualquier persona que coma esa carne o saque el animal tendrá que lavarse la ropa y quedará impura hasta el anochecer.
Resumen sobre los reptiles y la santidad
41-42 »No comerán animales que se arrastran sobre la tierra. Esto incluye a reptiles que se deslizan sobre el vientre y los que tienen patas. Ningún animal que se arrastra y tiene muchas patas se podrá comer, porque es impuro. 43 No se contaminen tocándolos.
44 »Yo soy el Señor su Dios. Consérvense puros en estas cosas y sean santos, porque yo soy santo. Por lo tanto, no se contaminen tocando estos animales que se arrastran sobre la tierra. 45 Yo soy el Señor, el que los sacó de Egipto para ser su Dios. Por lo tanto, deben ser santos como yo soy santo.
Conclusión
46 »Estas son las leyes acerca de animales, aves, animales acuáticos y reptiles. 47 Estas son las distinciones entre los animales que son ritualmente puros y se pueden comer, y los que son ritualmente impuros y no se pueden comer».
Purificación después del alumbramiento
12 El Señor le dijo a Moisés que le diera las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: 2 «Cuando nazca un niño, la madre quedará ritualmente impura por siete días, y quedará sujeta a las mismas restricciones a que se somete durante su menstruación. 3 Al octavo día circuncidará a su hijo. 4 Luego, durante los treinta y tres días siguientes, mientras se recupera de su impureza ritual, no debe tocar ninguna cosa sagrada, ni debe entrar en el santuario.
5 »Cuando nazca una niña, la impureza ceremonial de la madre durará dos semanas, lapso en que quedará sujeta a las mismas restricciones del período menstrual. Su recuperación durará sesenta y seis días.
6 »Cuando hayan pasado los días de su purificación, y esto se aplica tanto si su bebé es niño o niña, deberá presentar un cordero de un año como holocausto, y un pichón de paloma o una tórtola como ofrenda por su pecado. Debe llevarlos a la puerta del santuario y entregarlos al sacerdote. 7 El sacerdote, entonces, los ofrecerá delante del Señor, y pedirá perdón por los pecados de ella. Después de esto, la mujer será declarada ritualmente pura de su flujo de sangre. Este es el procedimiento que debe seguir después del parto.
8 »Pero si ella es muy pobre y no puede ofrecer un cordero, deberá llevar dos pichones de paloma o dos tórtolas. Uno será para el holocausto y el otro para la ofrenda por su pecado. El sacerdote, entonces, pedirá perdón por los pecados de ella, y la mujer quedará purificada».
Leyes sobre enfermedades cutáneas
13 El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 2 «Si alguien nota que en la piel le ha salido una hinchazón, un sarpullido o mancha blanca, sospechará que tiene lepra. Deberá ser conducido ante el sacerdote Aarón, o ante alguno de sus hijos, 3 para que examine el lugar afectado. Si el vello de aquel lugar se le pone blanco y la llaga parece estar más hundida que la piel, se trata de lepra, y el sacerdote lo declarará oficialmente leproso.
4 »Pero, si la parte blanca de la piel no parece más hundida que el resto, y el vello de aquel lugar no se ha puesto blanco, el sacerdote aislará al enfermo durante siete días. 5 Al cabo de los siete días, el sacerdote lo volverá a examinar. Si no ha habido variación en la mancha, ni se ha extendido por la piel, lo aislará otros siete días. 6 Al séptimo día nuevamente lo examinará, y si la mancha de la piel ha disminuido y no se han extendido, el sacerdote lo declarará sano. Era una erupción. Entonces la persona afectada sólo lavará su ropa y volverá a su vida normal.
7 »Pero si la mancha se ha extendido por la piel, después de que la persona fue declarada sana, entonces tendrá que volver a presentarse ante el sacerdote. 8 Si al examinar a la persona, el sacerdote descubre que la mancha se ha extendido sobre la piel, entonces la declarará impura. Se trata de un caso de lepra.
Leyes sobre enfermedades infecciosas
9-10 »Cuando una persona presente una llaga en la piel, tendrá que ser llevada ante el sacerdote. Si al examinar a la persona, el sacerdote nota que la llaga y el vello se han puesto blancos, y se ve la carne viva, 11 entonces se trata de un caso de lepra. El sacerdote debe declarar impura a esa persona, pero no tendrá que aislarla para tenerla en observación, porque se ha comprobado definitivamente que se trata de lepra.
12 »Pero si el sacerdote ve que la mancha ha brotado y se ha esparcido por todo su cuerpo, de pies a cabeza, 13 declarará a esa persona sin lepra, porque la mancha se ha vuelto completamente blanca, y no es lepra. 14-15 Pero si aparece carne viva en algún lugar, la persona será declarada leprosa. Lo comprueba la carne viva. 16-17 Pero si la carne viva se vuelve blanca, la persona enferma acudirá al sacerdote para ser examinada nuevamente. Si el lugar en realidad se ha vuelto completamente blanco, el sacerdote la declarará sin lepra.
Leyes sobre los abscesos
18 »En el caso de que una persona haya tenido un absceso en la piel, 19 y que este al sanar haya dejado una hinchazón o una mancha blanca o rojiza, deberá acudir al sacerdote para ser examinada. 20 Si el sacerdote ve que la parte afectada está un poco más hundida que el resto de la piel y que el vello del lugar se ha vuelto blanco, la declarará impura, porque ha brotado lepra. 21 Pero si el sacerdote no encuentra vellos blancos en el punto afectado, y este no parece estar más hundido que el resto de la piel, y si el color es gris, aislará a la persona durante siete días. 22 Si durante ese lapso la mancha se extiende, el sacerdote la declarará leprosa. 23 Pero si no parece mayor, y no se ha extendido, se trata solamente de la cicatriz del absceso, y el sacerdote la declarará limpia.
Leyes sobre las quemaduras
24 »Si alguien se quema en cualquier forma, y la parte quemada se pone de un color blanco rojizo, 25 el sacerdote deberá examinar la parte afectada. Si el vello de aquel lugar se pone blanco, y la parte quemada se ve más hundida que el resto de la piel, es lepra que ha brotado en la quemadura, y el sacerdote deberá declararlo leproso. 26 Pero si el sacerdote ve que no hay vellos blancos y que la mancha no está más hundida que el resto de la piel, y que está disminuyendo, lo aislará por siete días. 27 Al cabo de los siete días lo volverá a examinar. Si la mancha se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará leproso. 28 Pero si el lugar afectado no se ha extendido, y se ve que ha disminuido, se trata sólo de la cicatriz de la quemadura, y el sacerdote lo declarará limpio.
Leyes sobre enfermedades del cuero cabelludo y de la barba
29-30 »Si una persona, hombre o mujer, tiene una llaga en la cabeza o en el mentón, acudirá al sacerdote para que examine la llaga. Si la llaga parece estar más hundida que el resto de la piel y se encuentra vello amarillento en ella, el sacerdote declarará leprosa a esa persona. 31 Pero si el examen del sacerdote revela que la llaga es superficial y que está cubierta con vello negro, aislará al enfermo durante siete días 32 para examinarlo al final de ese plazo. Si la llaga no se ha extendido ni se ha puesto amarillo el vello, y si no parece estar más hundida que el resto de la piel, 33 le afeitará todo el vello que la rodea, sin tocar los de la parte infectada, y lo aislará por otros siete días. 34 Será examinado nuevamente el séptimo día, y si la llaga no se ha extendido y no pareciera estar más hundida que el resto de la piel, el sacerdote lo declarará sano. El enfermo lavará su ropa, y quedará libre.
35 »Pero, si más adelante, comienza a extenderse la llaga, 36 el sacerdote deberá examinarlo nuevamente y, sin esperar a que aparezcan vellos amarillos, lo declarará leproso. 37 Pero si se ve claramente que la herida ha dejado de extenderse y que los vellos del lugar son negros, es porque dicha persona está sana, así que el sacerdote la declarará sin lepra.
Afecciones cutáneas benignas
38 »Si una persona, hombre o mujer, presenta manchas blancuzcas en la piel, 39 pero estas se están oscureciendo, no es lepra. Se trata sólo de una infección común de la piel. Por eso, dicha persona es pura.
Leyes sobre la calvicie
40 »Si un hombre pierde el cabello, aunque quede calvo, no es leproso. 41 El que pierde el cabello de la frente es calvo, pero no es leproso. 42 Pero si en la calva le sale una mancha de color rojizo, puede tratarse de un caso de lepra. 43 El sacerdote lo examinará, y si ve que la mancha es de color rojizo, como de lepra, 44 se trata efectivamente de lepra, y el sacerdote así lo declarará.
Leyes sobre las infecciones
45 »La persona en la que se encuentre una infección deberá rasgar su ropa, andar despeinada, cubrirse el rostro hasta el labio superior y anunciar mientras camina: “¡Soy impuro! ¡Soy impuro!”. 46 Mientras dure la enfermedad será considerado impuro, y tendrá que vivir fuera del campamento.
Leyes sobre el moho
47-48 »Cuando aparezca una mancha en un vestido de lana o de lino, o en un objeto de piel o en un utensilio de cuero, 49 y sea de color verdusco o rojizo, será llevado al sacerdote para que examine la mancha. 50 El sacerdote aislará el objeto por siete días 51 y examinará la mancha nuevamente el séptimo día. Si se ha extendido, se trata de un hongo maligno. 52 Entonces el artículo, sin importar del material que sea, deberá ser quemado, porque es un hongo maligno que debe ser destruido por fuego.
53 »Pero, si al examinarlo nuevamente al séptimo día, el sacerdote observa que la mancha no se ha extendido, 54 ordenará que se lave el artículo y que se aísle por otros siete días. 55 Si después de ese plazo la mancha no ha cambiado de color, aun cuando no se haya extendido, se quemará la prenda, pues es impura.
56 »Pero si el sacerdote ve que la mancha ha disminuido después de lavar la prenda, solo cortará la parte en la cual está la mancha. 57 Si la mancha vuelve a aparecer en la prenda, esta será quemada. 58 Si después de lavarla no reaparece la mancha, se podrá usar nuevamente, lavándola por segunda vez, y la prenda será declarada pura».
59 Estas son las normas acerca de las manchas que se descubren en la ropa o en otras cosas hechas de piel o de cuero, para determinar si esas prendas deben considerarse puras o impuras.
Purificación de las enfermedades cutáneas
14 El Señor le dio a Moisés las siguientes instrucciones 2 acerca de la persona que se cura de alguna infección cutánea, de modo que es declarada pura: «La persona que estuvo infectada será llevada ante el sacerdote, 3 para ser examinada. El sacerdote saldrá al campo para examinarla. Si ve que la infección ha desaparecido, 4 pedirá que le traigan dos avecillas vivas y puras, madera de cedro, una cinta roja y una rama de hisopo. 5 Luego, el sacerdote ordenará que una de las aves sea degollada sobre una vasija de barro llena de agua pura. 6 Después tomará la otra avecilla, es decir, la que está viva, la mojará en la sangre junto con la madera de cedro, la cinta roja y el hisopo. 7 A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.
8 »Enseguida la persona curada lavará su ropa, se rapará el pelo, se bañará y volverá a vivir en el campamento. Sin embargo, deberá permanecer fuera de su carpa durante siete días. 9 Al séptimo día volverá a afeitarse la cabeza, la barba y las cejas, lavará su ropa y se bañará, y después esa persona será declarada completamente curada, y será declarada definitivamente limpia.
10 »Al día siguiente, es decir, al octavo día, tomará dos corderos sin defectos y una cordera de un año sin defectos, seis kilos de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva, y un tercio de litro de aceite de oliva. 11 Entonces el sacerdote que realiza la purificación presentará a la persona y su ofrenda delante del Señor, a la entrada del santuario. 12 El sacerdote tomará uno de los corderos y el tercio del litro de aceite de oliva y lo ofrecerá al Señor como ofrenda por la culpa, meciéndolos delante del altar. 13 Enseguida, matará el cordero en el lugar en que se degüellan los animales que se ofrecen por el pecado y los animales de los holocaustos. Esta ofrenda por la culpa será entregada al sacerdote para su alimento, tal como se hace con una ofrenda por el pecado. Es una ofrenda santísima. 14 El sacerdote tomará sangre del animal sacrificado por la culpa y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, sobre el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de la persona que se está purificando. 15 A continuación, el sacerdote tomará aceite de oliva y lo derramará en la palma de su mano izquierda, 16 se mojará el índice derecho y rociará siete veces delante del Señor. 17 Del aceite que le quede en la mano, el sacerdote untará un poco en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de la persona que se está purificando, de la misma manera que lo hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 18 El resto del aceite lo usará para ungir a la persona en la cabeza. De esta manera el sacerdote pedirá al Señor el perdón para aquella persona. 19 El sacerdote deberá presentar la ofrenda por el pecado y realizar el rito de la expiación por la persona que se está purificando de la infección; acto seguido degollará el cordero para el holocausto, 20 y lo presentará con la ofrenda de harina sobre el altar, y hará expiación por esa persona, y la declarará completamente purificada.
21 »En caso de que quien se purifica fuera tan pobre que no pudiera comprar dos corderos, presentará solamente uno, el cordero para la ofrenda por la culpa, el cual será ofrecido al Señor, meciéndolo delante del altar, y además presentará sólo dos kilos de harina de la mejor calidad amasada con aceite de oliva, y un cuarto de litro de aceite de oliva. 22 Además, llevará, según sus posibilidades, dos tórtolas o dos pichones de paloma, y usará una de ellas como ofrenda por su pecado y la otra como holocausto. 23 Llevará los animales al sacerdote a la entrada del santuario, al octavo día, para realizar su ceremonia de purificación delante del Señor. 24 El sacerdote tomará el cordero para la ofrenda por la culpa, y el cuarto del litro de aceite y los mecerá delante del altar y los ofrecerá al Señor. 25 Enseguida degollará el cordero y pondrá sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de quien se está purificando. 26 Luego, el sacerdote derramará aceite de oliva en la palma de su mano izquierda, 27 y con el índice de la mano derecha rociará siete veces delante del Señor. 28 A continuación, de su mano tomará aceite de oliva y lo untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de quien se está purificando, de la misma manera que lo hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 29 El resto del aceite que tiene en la mano lo pondrá sobre la cabeza de la persona que se está purificando, para hacer expiación por ella delante del Señor. 30 Después de esto, deberá ofrecer las dos tórtolas o los dos pichones de paloma, según lo que la persona haya podido conseguir. 31 Una de las aves será para la ofrenda por el pecado y la otra para el holocausto, junto con la ofrenda de harina; y el sacerdote hará expiación por aquella persona delante del Señor.
32 »Estas, pues, son las leyes acerca de las personas pobres que se purifican de alguna infección cutánea, y que no pueden presentar los sacrificios normalmente requeridos para su purificación».
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