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La Biblia de las Américas (LBLA)
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Lucas 4-5

Jesús es tentado

(A)Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán(B) y fue llevado por el[a] Espíritu en el desierto por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días(C), pasados los cuales tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le respondió: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre(D)». Llevándole a una altura(E), el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo[b](F). Y el diablo le dijo: Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado(G), y a quien quiero se lo doy. Por tanto, si te postras[c] delante de mí, todo será tuyo. Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: «Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás(H)». Entonces el diablo le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo desde aquí(I), 10 pues escrito está:

«A sus Ángeles te encomendará para que te guarden(J)»,

11 y:

«en las manos te llevarán,
no sea que tu pie tropiece en piedra(K)».

12 Respondiendo Jesús, le dijo: Se ha dicho: «No tentaras[d] al Señor tu Dios(L)».

13 Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de Él esperando[e] un tiempo oportuno.

Ministerio en Galilea

14 Jesús regresó a Galilea(M) en el poder del Espíritu, y las nuevas[f] acerca de Él se divulgaron por toda aquella comarca(N). 15 Y enseñaba en sus sinagogas(O), siendo alabado por todos.

Jesús en Nazaret

16 Llegó a Nazaret, donde se había criado(P), y según su costumbre, entró en la sinagoga(Q) el día de reposo, y se levantó a leer(R). 17 Le dieron el libro[g] del profeta Isaías, y abriendo el libro[h], halló el lugar donde estaba escrito:

18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres.
Me ha enviado[i] para proclamar libertad a los cautivos,
y la recuperación de la vista a los ciegos;
para poner en libertad a los oprimidos(S);
19 para proclamar el año favorable del Señor(T).

20 Cerrando el libro[j](U), lo devolvió al asistente y se sentó(V); y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído[k]. 22 Y todos hablaban bien[l] de Él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José(W)? 23 Entonces Él les dijo: Sin duda me citaréis este refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; esto es, todo lo que oímos que se ha hecho en Capernaúm(X), hazlo también aquí en tu tierra(Y). 24 Y dijo: En verdad os digo, que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra(Z). 25 Pero en verdad os digo: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses(AA) y cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra; 26 y sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta, en la tierra de Sidón(AB). 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio(AC). 28 Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad(AD), y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. 30 Pero Él, pasando por en medio de ellos(AE), se fue.

Jesús enseña en Capernaúm

31 Y descendió a Capernaúm(AF), ciudad de Galilea. (AG)Y les enseñaba en los días de reposo; 32 y se admiraban de su enseñanza(AH) porque su mensaje[m] era con autoridad(AI). 33 Y estaba en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu[n] de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: 34 Déjanos ¿Qué tenemos que ver contigo[o](AJ), Jesús de Nazaret[p]? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios(AK). 35 Jesús entonces lo reprendió(AL), diciendo: ¡Cállate y sal de él! Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño. 36 Y todos se quedaron asombrados[q], y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué mensaje es este? Porque[r] con autoridad(AM) y poder manda a los espíritus inmundos y salen. 37 Y su fama[s] se divulgaba por todos los lugares de la región circunvecina(AN).

Jesús sana a la suegra de Simón y a muchos otros

38 (AO)Y levantándose, salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta(AP), y le rogaron por ella. 39 E inclinándose sobre ella, reprendió(AQ) la fiebre, y la fiebre la dejó; y al instante ella se levantó y les servía.

40 (AR)Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades(AS) se los llevaban a Él; y poniendo Él las manos(AT) sobre cada uno de ellos, los sanaba(AU). 41 También de muchos salían demonios, gritando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios(AV)! Pero, reprendiéndolos(AW), no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo[t](AX).

Jesús recorre otras ciudades

42 (AY)Cuando se hizo de día, salió y se fue a un lugar solitario; y las multitudes le buscaban, y llegaron adonde Él estaba y procuraron detenerle para que no se separara de ellos. 43 Pero Él les dijo: También a las otras ciudades debo anunciar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto(AZ) yo he sido enviado.

44 Y predicaba en las sinagogas de Judea[u](BA).

Llamamiento de los primeros discípulos

Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús[v](BB) junto al lago de Genesaret(BC), vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca(BD). Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda[w] y echad vuestras redes para pescar[x](BE). Respondiendo Simón, dijo: Maestro(BF), hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado[y] nada(BG), pero porque tú lo pides[z], echaré las redes. Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces(BH), de modo que sus redes se rompían; entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies[aa] de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador! Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho; 10 y lo mismo les sucedió también a Jacobo[ab] y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas(BI); desde ahora serás pescador de hombres(BJ). 11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron(BK).

Curación de un leproso

12 (BL)Y aconteció que estando Jesús[ac] en una de las ciudades, he aquí, había allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13 Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó. 14 Y Él le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero andale dijo—, muéstrate al sacerdote(BM) y da una ofrenda[ad] por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio. 15 Y su fama[ae] se difundía cada vez más(BN), y grandes multitudes se congregaban para oírle y ser sanadas de sus enfermedades. 16 Pero con frecuencia Él se retiraba a[af] lugares solitarios y oraba(BO).

Curación de un paralítico

17 Y[ag] un día[ah] que Él estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos(BP) y maestros de la ley(BQ) que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de Jerusalén(BR); y el poder del Señor(BS) estaba con Él para sanar. 18 (BT)Y he aquí, unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús[ai]. 19 Y no hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea(BU) y lo bajaron con la camilla a través del techo[aj](BV), poniéndolo en medio, delante de Jesús. 20 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados(BW). 21 Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir(BX), diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios(BY)? 22 Conociendo Jesús sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Por qué discurrís en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate y anda»? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico(BZ)): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 25 Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios(CA). 26 Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios(CB); y se llenaron de temor(CC), diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.

Llamamiento de Leví y la cena en su casa

27 (CD)Después de esto, Jesús salió y se fijó en un recaudador de impuestos[ak] llamado Leví(CE), sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: Sígueme. 28 Y él, dejándolo todo, se levantó y le seguía(CF).

29 Y Leví(CG) le ofreció un gran banquete en su casa; y había un grupo grande de recaudadores de impuestos(CH) y de otros que estaban sentados[al] a la mesa con ellos. 30 Y los fariseos y sus escribas(CI) se quejaban a los discípulos de Jesús[am], diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los recaudadores de impuestos y con los pecadores? 31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos(CJ). 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Pregunta sobre el ayuno

33 Y ellos le dijeron: Los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oraciones; los de los fariseos también hacen lo mismo, pero los tuyos comen y beben(CK). 34 Entonces Jesús les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los acompañantes del novio[an] ayunen mientras el novio está con ellos? 35 Pero vendrán días cuando[ao] el novio les será quitado, entonces ayunarán en aquellos días(CL). 36 También les dijo una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; porque entonces[ap] romperá el nuevo, y el pedazo del nuevo no armonizará con el viejo. 37 Y nadie echa vino nuevo en odres[aq] viejos, porque entonces[ar] el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán, 38 sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos[as]. 39 Y nadie, después de beber vino añejo, desea vino nuevo, porque dice: «El añejo es mejor[at]».

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