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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Zacarías 1-7

Exhortación al arrepentimiento

El octavo mes del año segundo de Darío, vino la palabra del Señor al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo(A), diciendo(B): El Señor se enojó mucho contra vuestros padres(C). Diles, pues: «Así dice el Señor de los ejércitos: “Volveos a mí” —declara el Señor de los ejércitos— “y yo me volveré a vosotros” —dice el Señor de los ejércitos(D). “No seáis como vuestros padres(E), a quienes los antiguos profetas proclamaron(F), diciendo: ‘Así dice el Señor de los ejércitos: “Volveos ahora de vuestros malos caminos(G) y de vuestras malas obras”’. Pero no me escucharon ni me hicieron caso(H)” —declara el Señor. “Vuestros padres(I), ¿dónde están? Y los profetas(J), ¿viven para siempre? Pero mis palabras y mis estatutos que yo ordené a mis siervos los profetas ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se arrepintieron y dijeron: ‘Como el Señor de los ejércitos se propuso hacer con nosotros conforme a nuestros caminos y conforme a nuestras obras(K), así ha hecho con nosotros(L)’”».

Visiones de los caballos, de los cuernos y de los artesanos

El día veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, el año segundo de Darío, vino la palabra del Señor al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo: He aquí, de noche vi un hombre que iba montado en un caballo(M) rojo; él estaba entre los mirtos(N) que había en la quebrada, y detrás de él, caballos rojos, castaños y blancos(O). Entonces dije: ¿Quiénes son estos, señor mío? Y el ángel que hablaba conmigo(P) me dijo: Te mostraré quienes son estos(Q). 10 Y el hombre que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que el Señor ha enviado a recorrer la tierra(R). 11 Y ellos respondieron al ángel del Señor que estaba entre los mirtos y dijeron: Hemos recorrido la tierra(S), y he aquí, toda la tierra está en paz[a] y tranquila(T).

12 Entonces respondió el ángel del Señor y dijo: Oh Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo(U) seguirás sin compadecerte(V) de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales has estado indignado(W) estos setenta años(X)? 13 Y el Señor respondió al ángel que hablaba conmigo(Y) palabras buenas, palabras consoladoras(Z). 14 Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: Proclama, diciendo: «Así dice el Señor de los ejércitos: “Estoy celoso en gran manera por Jerusalén y por Sión(AA), 15 y con gran enojo estoy yo enojado(AB) contra las naciones que están confiadas(AC); porque cuando yo estaba un poco enojado(AD), ellas contribuyeron al mal”. 16 Por tanto, así dice el Señor: “Me volveré a Jerusalén con compasión(AE); en ella será reedificada mi casa” —declara el Señor de los ejércitos(AF)— “y el cordel será tendido sobre Jerusalén(AG)”». 17 Proclama de nuevo, diciendo: «Así dice el Señor de los ejércitos: “Otra vez rebosarán mis ciudades de bienes(AH), otra vez el Señor consolará a Sión(AI) y de nuevo escogerá a Jerusalén(AJ)”».

18 [b]Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos. 19 Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son estos? Y me respondió: Estos son los cuernos(AK) que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. 20 Entonces el Señor me mostró cuatro artesanos[c](AL). 21 Y dije: ¿Qué vienen a hacer estos? Y él respondió, diciendo: Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá(AM), de modo que nadie ha podido levantar la cabeza; pero estos artesanos han venido para aterrorizarlos, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron sus cuernos contra la tierra de Judá para dispersarla(AN).

Futura gloria de Jerusalén

[d]Entonces alcé los ojos y miré, y he aquí, vi un hombre con un cordel de medir en la mano(AO). Y le dije: ¿Adónde vas? Y me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud(AP). Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo(AQ) salía, otro ángel le salió al encuentro, y le dijo: Corre, habla a ese joven(AR), y dile: «Sin muros[e] será habitada(AS) Jerusalén(AT), a causa de la multitud de hombres(AU) y de ganados dentro de ella. Y yo seré para ella» —declara el Señor— «una muralla(AV) de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella(AW)».

¡Ea, ea! Huid de la tierra del norte(AX) —declara el Señor— porque como a los cuatro vientos del cielo os dispersé yo —declara el Señor(AY). ¡Ea, Sión, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate(AZ)! Porque así dice el Señor de los ejércitos, cuya[f] gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron(BA), porque el que os toca, toca la niña de su ojo(BB): He aquí, alzaré mi mano contra ellas(BC), y serán despojo para sus esclavos(BD). Entonces sabréis que el Señor de los ejércitos me ha enviado. 10 Canta de júbilo y alégrate, oh hija de Sión; porque he aquí, vengo, y habitaré en medio de ti(BE) —declara el Señor(BF). 11 Y se unirán muchas naciones al Señor(BG) aquel día, y serán mi pueblo. Entonces habitaré en medio de ti(BH), y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti(BI). 12 Y el Señor poseerá[g] a Judá, su porción en la tierra santa(BJ), y escogerá de nuevo a Jerusalén(BK). 13 Calle toda carne delante del Señor(BL), porque Él se ha levantado de su santa morada(BM).

Visión sobre el sumo sacerdote Josué

Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué(BN), que estaba delante del ángel del Señor; y Satanás[h] estaba a su derecha para acusarlo(BO). Y el ángel del Señor[i] dijo a Satanás: El Señor te reprenda, Satanás(BP). Repréndate el Señor que ha escogido a Jerusalén(BQ). ¿No es este un tizón arrebatado del fuego(BR)? Y Josué estaba vestido de ropas sucias(BS), en pie delante del ángel. Y este habló, y dijo a los que estaban delante de él[j]: Quitadle las ropas sucias(BT). Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad(BU) y te vestiré[k] de ropas de gala(BV). Después dijo[l]: Que le pongan un turbante limpio en la cabeza. Y le pusieron un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas de gala(BW); y el ángel del Señor estaba allí[m].

Entonces el ángel del Señor amonestó a Josué, diciendo: Así dice el Señor de los ejércitos: «Si andas en mis caminos, y si guardas mis ordenanzas, también tú gobernarás mi casa(BX); además tendrás a tu cargo mis atrios y te daré libre acceso[n](BY) entre estos que están aquí(BZ). Escucha ahora, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan ante ti, que son hombres de presagio(CA), pues he aquí, yo voy a traer a mi siervo, el Renuevo(CB). Porque he aquí la piedra que he puesto delante de Josué, sobre esta única piedra hay siete ojos(CC). He aquí, yo grabaré una inscripción en ella» —declara el Señor de los ejércitos— «y quitaré la iniquidad(CD) de esta tierra en un solo día. 10 Aquel día» —declara el Señor de los ejércitos— «convidaréis cada uno a su prójimo bajo su parra y bajo su higuera(CE)».

Visión del candelabro y los olivos

Entonces el ángel que hablaba conmigo(CF) volvió, y me despertó como a un hombre que es despertado de su sueño(CG). Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He aquí, veo(CH) un candelabro todo de oro con su depósito en la parte superior, y sus siete lámparas(CI) encima de él con siete tubos para cada una de las lámparas(CJ) que tiene encima; y junto a él hay dos olivos, uno a la derecha del depósito y el otro a la izquierda(CK). Continué, y dije al ángel que hablaba conmigo[o]: ¿Qué es esto señor mío(CL)? Respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: ¿No sabes qué es esto(CM)? Y respondí: No, señor mío(CN). Continuó él, y me dijo[p]: Esta es la palabra del Señor a Zorobabel[q](CO): «No por el poder ni por la fuerza(CP), sino por mi Espíritu(CQ)» —dice el Señor de los ejércitos. «¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanura(CR); y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de “¡Gracia, gracia a ella(CS)!”». Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo: Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casa(CT), y sus manos la acabarán. Entonces sabréis[r] que el Señor de los ejércitos me ha enviado a vosotros(CU). 10 ¿Pues quién ha menospreciado el día de las pequeñeces(CV)? Estos siete(CW) se alegrarán cuando vean la plomada(CX) en la mano de Zorobabel; estos son[s] los ojos del Señor(CY) que recorren toda la tierra(CZ).

11 Entonces hablé, y le dije: ¿Qué son estos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabro(DA)? 12 Hablé por segunda vez, y le dije: ¿Qué son las dos ramas[t] de olivo que están junto a los dos tubos de oro, que vierten de sí el aceite dorado? 13 Y me respondió, diciendo: ¿No sabes qué son estos? Y yo dije: No, señor mío(DB). 14 Entonces él dijo: Estos son los dos ungidos[u](DC) que están de pie junto al Señor(DD) de toda la tierra(DE).

Visiones del rollo y del efa

Alcé de nuevo mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba(DF). Y me dijo el ángel: ¿Qué ves? Y respondí(DG): Veo un rollo que vuela; su longitud es de veinte codos[v] y su anchura de diez codos. Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra(DH); ciertamente todo el que roba será destruido según lo escrito[w](DI) en un lado, y todo el que jura será destruido según lo escrito[x] en el otro lado(DJ). La haré salir —declara el Señor de los ejércitos(DK)— y entrará en casa del ladrón(DL) y en casa del que jura por mi nombre en falso(DM); y pasará la noche dentro de su casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras(DN).

Salió el ángel que hablaba conmigo(DO), y me dijo: Alza ahora tus ojos y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Esto es el efa[y] que sale. Y añadió: Esta es la iniquidad[z] de ellos en toda la tierra(DP). Y he aquí, una tapa de plomo fue levantada, y había[aa] una mujer sentada dentro del efa. Entonces dijo: Esta es la Maldad(DQ). Y la arrojó al interior del efa y arrojó la tapa[ab] de plomo sobre su abertura[ac]. Luego alcé los ojos y miré, y he aquí dos mujeres salían con el viento en sus alas; y tenían alas como alas de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y el cielo(DR). 10 Dije entonces al ángel que hablaba conmigo: ¿Adónde llevan el efa? 11 Y me respondió: A la tierra de Sinar(DS) para edificarle un templo[ad]; y cuando esté preparado, será asentado allí sobre su base.

Visión de los cuatro carros

Alcé de nuevo mis ojos y miré, y he aquí cuatro(DT) carros que salían de entre dos montes; y los montes eran montes de bronce. Del primer carro tiraban caballos(DU) rojos, del segundo carro caballos negros(DV), del tercer carro caballos blancos(DW) y del cuarto carro fuertes caballos(DX) tordos. Entonces hablé, y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son estos, señor mío(DY)? Y el ángel contestó, y me dijo: Estos son los cuatro vientos[ae] del cielo que salen después de presentarse ante el Señor de toda la tierra(DZ). Con uno de ellos salen los caballos negros hacia la tierra del norte(EA), y los blancos salen tras ellos, mientras los tordos salen hacia la tierra del sur(EB). Briosos[af] salían, impacientes por[ag] ir a recorrer la tierra. Y Él dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra(EC). Entonces me llamó y me habló, diciendo: Mira, los que salen hacia la tierra del norte aplacan mi espíritu[ah](ED) en la tierra del norte.

La corona simbólica

Y vino la palabra del Señor a mí, diciendo(EE): 10 Toma ofrendas de los desterrados, de Heldai, de Tobías y de Jedaías; y el mismo día ve y entra en la casa de Josías, hijo de Sofonías, adonde ellos han llegado de Babilonia(EF). 11 Toma plata y oro, haz una corona[ai] y ponla en la cabeza(EG) del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac(EH). 12 Y háblale, diciendo: «Así dice el Señor de los ejércitos[aj]: “He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo(EI), porque Él brotará del lugar donde está y reedificará el templo del Señor(EJ). 13 Sí, Él reedificará el templo del Señor, y Él llevará gloria(EK) y se sentará y gobernará en su trono(EL). Será sacerdote(EM) sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios[ak]”». 14 La corona[al](EN) será para Helem, Tobías, Jedaías[am] y Hen, hijo de Sofonías, como recuerdo en el templo del Señor. 15 Y los que están lejos vendrán y reedificarán el[an] templo del Señor(EO). Entonces sabréis que el Señor de los ejércitos me ha enviado a vosotros(EP). Esto sucederá si escucháis obedientes la voz del Señor vuestro Dios(EQ).

Pueblo rebelde y de duro corazón

Y sucedió que en el año cuarto del rey Darío vino la palabra del Señor a Zacarías el cuarto día del mes noveno, Quisleu(ER). La aldea de Betel había enviado a Sarezer, a Regem-melec y a sus hombres a implorar el favor[ao] del Señor(ES), y a hablar a los sacerdotes que eran de la casa del Señor de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Debemos llorar(ET) en el mes quinto(EU) y abstenernos como lo hemos[ap] hecho durante tantos años? Entonces vino a mí la palabra del Señor de los ejércitos, diciendo: Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes, y di[aq]: «Cuando ayunabais y os lamentabais en el quinto y el séptimo mes durante[ar] estos setenta años(EV), ¿ayunabais en verdad por mí(EW)? Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos?[as] ¿No son estas las palabras que el Señor proclamó(EX) por medio[at] de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y próspera[au](EY) con sus ciudades a su alrededor, y el Neguev[av](EZ) y la tierra baja[aw] estaban habitados?».

Entonces vino la palabra del Señor a Zacarías, diciendo: Así ha dicho el Señor de los ejércitos[ax]: Juicio verdadero juzgad(FA), y misericordia y compasión practicad cada uno con su hermano(FB). 10 «No oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre(FC), ni traméis el mal en vuestros corazones unos contra otros(FD)». 11 Pero ellos rehusaron escuchar y volvieron la espalda[ay] rebelde(FE) y se taparon[az] los oídos para no oír(FF). 12 Y endurecieron sus corazones(FG) como el diamante[ba](FH) para no oír la ley ni las palabras que el Señor de los ejércitos había enviado por su Espíritu, por medio[bb] de los antiguos profetas(FI); vino, pues, gran enojo de parte del Señor(FJ) de los ejércitos. 13 Y sucedió que, como yo[bc] había clamado y ellos no habían querido escuchar(FK), así ellos clamaron y yo no quise escuchar(FL) —dice el Señor de los ejércitos— 14 sino que los dispersé en torbellino entre[bd] todas las naciones(FM) que no conocían(FN). Y la tierra fue desolada tras ellos(FO), sin que nadie fuera ni viniera[be](FP); convirtieron la tierra deseable en desolación(FQ).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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