Beginning
Dios es el esposo de su pueblo
54 Isaías dijo:
«Jerusalén,
tú que nunca has sido madre
ni has podido tener hijos,
lanza gritos de alegría,
entona alegres canciones,
porque Dios dice:
“Jerusalén, mujer abandonada,
tendrás más hijos que la mujer casada”.
2-3 »Nación de Israel,
agranda tu tienda de campaña,
extiende las cuerdas
y clava bien las estacas,
porque te vas a extender
de un extremo al otro.
Tus hijos conquistarán muchas naciones
y ocuparán las ciudades
que ahora están deshabitadas.
4 »No tengas miedo,
pues no te insultarán
ni pasarás vergüenza.
Cuando eras joven
pasaste la vergüenza
de no tener hijos.
Después te quedaste sola
como una viuda.
Pero no volverás a acordarte
de tu vergüenza,
5 porque Dios es tu creador
y te tomará por esposa.
»El Dios santo de Israel
es tu salvador;
es el Dios todopoderoso
y reina en toda la tierra.
6 »Pueblo de Israel,
tú eras como una esposa joven,
que quedó abandonada y afligida,
pero tu Dios vuelve a llamarte
y te dice:
7 “Sólo por un momento
te dejé abandonada,
pero con gran ternura
te aceptaré de nuevo.
8 ”Cuando me enojé contigo,
me alejé de ti por un poco de tiempo,
pero muy pronto tuve compasión de ti
y te manifesté mi amor eterno”».
El amor de Dios es eterno
9 Dios le dijo al pueblo de Israel:
«Después que cubrí toda la tierra
con las aguas del diluvio,
yo le juré a Noé:
“Nunca más habrá otro diluvio”.
Del mismo modo, ahora te juro
que nunca más me enojaré contigo
ni volveré a amenazarte.
10 Las montañas podrán cambiar de lugar,
los cerros podrán venirse abajo,
pero mi amor por ti no cambiará.
Siempre estaré a tu lado
y juntos viviremos en paz.
Te juro que tendré compasión de ti.
La nueva Jerusalén
11-12 »Ciudad de Jerusalén,
ahora estás oprimida y atormentada,
y no hay nadie que te consuele.
Pero yo construiré con piedras preciosas
tus cimientos y tus muros,
tus torres y tus puertas.
13 Yo instruiré a tus habitantes,
y todos vivirán en paz.
14 La justicia te hará fuerte,
y no volverás a sentir miedo.
15 Si una nación te ataca,
tú la vencerás
porque no cuenta con mi apoyo.
16 »Mira, yo he creado al herrero
que fabrica herramientas.
Pero también he creado ejércitos
que todo lo arruinan y destruyen.
17 Sin embargo,
nadie ha hecho un arma
capaz de destruirte.
»Israel, tú harás callar
a todo el que te acuse,
porque yo, el único Dios,
hago triunfar a los que me adoran.
Te juro que así será».
Dios se unirá a su pueblo
55 Dios dijo:
«Todos los que tengan sed
vengan a beber agua;
y los que no tengan dinero
vengan y lleven trigo, vino y leche
sin pagar nada.
2 ¡Óiganme bien,
y comerán una comida
buena y deliciosa!
No vale la pena ganar dinero
y gastarlo en comidas
que no quitan el hambre.
3 »¡Vengan a mí
y presten atención;
obedézcanme y vivirán!
Yo me uniré a ustedes para siempre,
y así cumpliré las promesas
que hice a mi amado rey David.
4 Yo lo puse a él por testigo,
para que guiara y enseñara
a todas las naciones.
5 »Pueblo de Israel,
llamarás a pueblos que no conocías,
y ellos irán corriendo hacia ti,
porque yo, tu Dios,
te pondré sobre todas las naciones».
6 Isaías dijo:
«Ahora es el momento oportuno:
¡busquen a Dios!;
¡llámenlo ahora que está cerca!
7 Arrepiéntanse,
porque Dios está siempre
dispuesto a perdonar;
él tiene compasión de ustedes.
»Que cambien los malvados
su manera de pensar,
y que dejen su mala conducta».
8-9 Dios dijo:
«Yo no pienso
como piensan ustedes
ni actúo como ustedes actúan.
Mis pensamientos y mis acciones
están muy por encima
de lo que ustedes piensan y hacen:
¡están más altos que los cielos!
Les juro que así es».
El poder de la palabra de Dios
10 Dios dijo:
«La lluvia y la nieve bajan del cielo,
y no vuelven a subir
sin antes mojar y alimentar la tierra.
Así es como brotan las semillas
y el trigo que comemos.
11 Lo mismo pasa con mi palabra
cuando sale de mis labios:
no vuelve a mí
sin antes cumplir mis órdenes,
sin antes hacer lo que yo quiero.
Últimas palabras de consuelo
12 »Ustedes, los israelitas,
saldrán de Babilonia con alegría
y volverán con bien a su propio país.
Cuando los montes y los cerros los vean,
cantarán canciones muy alegres,
y los árboles del campo aplaudirán.
13 Crecerán pinos en lugar de espinos
y arrayanes en lugar de ortigas.
»El mundo entero alabará a Dios,
y eso será muestra
de su maravilloso poder».
Dios premia a los que son fieles
56 Dios dijo:
«Hagan lo que es justo y bueno
porque pronto voy a mostrar
mi poder salvador.
2 Dichoso el que obedece
mis mandamientos
y los cumple con fidelidad.
Dichoso el que respeta
el día de descanso
y nunca hace nada malo.
3 »Si un extranjero me adora,
no tiene por qué decir:
“Dios me apartará de su pueblo”.
El hombre que no puede tener hijos
tampoco debe decir:
“Yo parezco un árbol seco”.
4 Porque si estos hombres
respetan el día de descanso,
si me obedecen y son fieles a mi pacto,
5 yo les daré algo mejor
que tener hijos e hijas:
haré que el nombre de ellos
quede grabado para siempre
en los muros de mi templo.
Les daré un nombre eterno
que nunca será borrado.
6-7 »A los extranjeros que me adoran,
que respetan el día de descanso,
y son fieles a mi pacto,
yo los traeré a mi monte santo
y los haré dichosos
en mi casa de oración.
Si esos extranjeros me adoran,
me sirven y me aman,
yo aceptaré los sacrificios
que ofrecen sobre mi altar,
porque mi casa será llamada:
“Casa de oración
para todos los pueblos”.
8 »Yo haré que los israelitas
que aún están fuera de su tierra
vuelvan a reunirse en su país.
Les juro que así será».
Dios reprende a los jefes malos
9 Dios dijo:
«Naciones enemigas,
vengan y ataquen a mi pueblo;
devórenlo como animales salvajes.
10 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
deberían protegerlo
como perros guardianes;
pero parecen estar ciegos,
no se dan cuenta de nada;
parecen estar mudos,
no hacen ni dicen nada;
les gusta mucho dormir,
se pasan la vida durmiendo y soñando.
11 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
son como perros hambrientos
que nunca se llenan.
Son gente que no entiende nada,
cada uno va por su camino,
siempre detrás de sus ganancias.
12 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
dicen:
“¡Vengan!
Vamos a emborracharnos.
Y mañana haremos lo mismo,
o beberemos mucho más”».
La muerte de la gente buena
57 Isaías dijo:
«Muere la gente honrada
y a nadie le llama la atención;
desaparece la gente buena
y nadie entiende que la muerte
los libra de sus males.
2 Ellos me obedecieron en todo
y ahora descansan en paz».
Contra el culto de los ídolos
3 Dios dijo:
«Y ustedes, gente infiel,
que adora a los ídolos,
acérquense y presten atención.
4 ¿De quién se burlan ustedes?
¿A quién le sacan la lengua?
Ustedes son hijos del pecado;
son gente mentirosa.
5 Debajo de los robles
y de todo árbol verde
tienen relaciones sexuales
para adorar a dioses falsos;
junto a los arroyos
y en las cuevas de las rocas
sacrifican niños en su honor.
6 »Ustedes, los israelitas,
prefieren adorar
las piedras lisas del arroyo;
a ellas les han llevado
ofrendas de vino y de cereales.
Y después de todo esto,
¿esperan verme contento?
7 »Sobre un monte alto y empinado
tendieron sus camas,
y allí subieron a ofrecer sacrificios.
8 Detrás de las puertas de sus casas
colocaron sus dioses falsos,
se olvidaron de mí, y los adoraron;
hicieron pactos con otras naciones
mientras adoraban a esos ídolos.
9 »Van corriendo hacia el dios Mélec,
llevando aceite y muchos perfumes;
hasta buscan consejo
de los espíritus de los muertos.
10 Caminan y caminan
para adorar a sus dioses,
y parecen no cansarse.
¿Para qué tantas peregrinaciones,
si todo eso es inútil?
11 ¿Quiénes son esos dioses
que tanto los asustan,
para que me sean infieles
y me olviden por completo?
»Cuando ustedes no me adoraban,
yo me quedaba callado
y cerraba los ojos.
12 Pero ahora voy a denunciar
todo lo que están haciendo.
Todas sus obras
no les servirán de nada.
13 Cuando griten pidiendo auxilio,
esos ídolos no los ayudarán
ni los librarán.
El viento se los llevará;
de un soplo desaparecerán.
En cambio, el que se refugia en mí,
heredará la tierra y vivirá en Jerusalén.
Yo soy el Dios todopoderoso».
Castigo y curación de Israel
14 Entonces Dios dijo:
«¡Abran paso, abran paso,
preparen un camino llano,
para que pase mi pueblo!
15 Porque yo soy el Dios eterno
y mi nombre es santo.
Yo vivo en un lugar alto y sagrado,
pero también estoy con los pobres
y animo a los afligidos.
16 »Pueblo mío,
no siempre voy a acusarte,
ni estaré enojado todo el tiempo.
Yo mismo te hice,
y no quiero que
te desanimes.
17 »Israel, a causa de tu pecado
por un tiempo estuve enojado contigo;
entonces te castigué y me alejé de ti.
Pero ustedes los israelitas
se pusieron muy caprichosos
y se rebelaron contra mí.
18 Yo he visto su desobediencia,
pero les quitaré su rebeldía
y les daré descanso.
A todos los que están tristes
19 los haré entonar
este canto de acción de gracias:
“¡Paz al que está lejos,
paz al que está cerca!
¡Yo perdonaré a mi pueblo!
20 Pero los malvados
son como un mar agitado
que no se puede calmar;
sus olas arrastran barro y suciedad.
21 ¡No pueden vivir en paz!”
»Les juro que así es».
El ayuno que no agrada a Dios
58 Dios le dijo a Isaías:
«¡Grita bien fuerte,
grita sin miedo,
alza la voz como una trompeta!
¡Reprende a mi pueblo,
el pueblo de Israel,
a causa de sus culpas
y de todos sus pecados!
2 »Ellos me consultan todos los días
y dicen que quieren obedecerme,
como si fueran gente de bien
que no se aparta de mis leyes.
Ellos me piden leyes justas
y quieren estar cerca de mí.
3 Sin embargo, andan diciendo:
“¿Para qué ayunar,
si Dios no nos ve?
¿Para qué sacrificarnos,
si a él no le importa?”
»En el día de ayuno
ustedes hacen negocios
y maltratan a sus trabajadores.
4 Ese día discuten, se pelean,
y se agarran a golpes.
¡Si quieren que escuche sus oraciones
no ayunen de esa manera!
5 Ese tipo de ayuno
no me agrada para nada.
»Ustedes agachan la cabeza
como una caña del río,
y vestidos de luto
se acuestan sobre la ceniza.
Y a eso le llaman “ayuno”
y “día agradable para Dios”.
6 ¡Pero en realidad no es así!
El ayuno que a Dios le agrada
»El ayuno que a mí me agrada
es que liberen a los presos
encadenados injustamente,
es que liberen a los esclavos,
es que dejen en libertad a los maltratados
y que acaben con toda injusticia;
7 es que compartan el pan
con los que tienen hambre,
es que den refugio a los pobres,
vistan a los que no tienen ropa,
y ayuden a los demás.
8 »Los que ayunan así
brillarán como la luz de la aurora,
y sus heridas sanarán muy pronto.
Delante de ellos irá la justicia
y detrás de ellos,
la protección de Dios.
9 »Si me llaman,
yo les responderé;
si gritan pidiendo ayuda,
yo les diré: “Aquí estoy”.
Si dejan de maltratar a los demás,
y no los insultan ni los maldicen;
10 si ofrecen su pan al hambriento
y ayudan a los que sufren,
brillarán como luz en la oscuridad,
como la luz del mediodía.
11 »Yo los guiaré constantemente,
les daré agua en el calor del desierto,
daré fuerzas a su cuerpo,
y serán como un jardín bien regado,
como una corriente de agua.
12 Reconstruirán las ruinas antiguas,
reforzarán los cimientos antiguos,
y los llamarán:
“Reparadores de muros caídos”,
“Reconstructores de casas en ruinas”.
Instrucciones sobre el día de descanso
13 »Respeten el día de descanso,
y no se ocupen de sus negocios.
Que ese día sea santo para ustedes,
y un motivo de alegría.
Que sea un día dedicado sólo a mí.
»Si respetan ese día,
dejando de hacer negocios
y de hablar inútilmente,
14 entonces yo, su Dios,
seré su alegría.
Los haré gobernantes del país
y les entregaré la tierra
que prometí a su antepasado Jacob.
Les juro que así será».
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