Beginning
¡Hay un Dios que juzga!
Al músico principal. Sobre «No destruyas». Mictam de David.
58 Ustedes los jueces ¿en verdad hacen justicia?
Ustedes, simples mortales, ¿juzgan con rectitud?
2 Más bien, en su corazón urden hacer el mal,
y luego actúan con violencia en la tierra.
3 Los impíos se desencaminan desde la matriz;
se descarrían y mienten desde que nacen.
4 Son venenosos como serpientes;
se tapan los oídos; son como un áspid sordo
5 que no escucha la voz de los magos,
de los hábiles encantadores.
6 Dios mío, ¡rómpeles los dientes!
Señor, ¡rómpeles a esos leones los colmillos!
7 ¡Que se diluyan, como el agua que corre!
¡Que sus saetas se hagan pedazos al dispararlas!
8 ¡Que se disuelvan como los caracoles!
¡Que sean como abortivos y jamás vean el sol!
9 ¡Que antes de darse cuenta ardan como espinos!
¡Que aun con vida el viento los arrebate!
10 Al verse vengados, los justos se alegrarán
y se empaparán los pies en la sangre del impío.
11 Entonces se dirá:
«Ciertamente, los justos serán recompensados;
ciertamente, hay un Dios que juzga en la tierra.»
Dios es nuestra fortaleza
Al músico principal. Sobre «No destruyas». Mictam de David, de cuando Saúl ordenó que se vigilara la casa de David para matarlo.(A)
59 Dios mío,
¡líbrame de mis enemigos!
¡Ponme a salvo de los que me atacan!
2 ¡Líbrame de los que cometen iniquidad!
¡Sálvame de esa gente sanguinaria!
3 Gente poderosa se ha juntado contra mí,
y me acecha para quitarme la vida.
Y no es, Señor, por faltas o pecados míos;
4 presurosos, se disponen a atacarme
sin que yo haya cometido ningún delito.
¡Míralos! ¡Despierta y ven a mi encuentro!
5 Tú eres el Señor, el Dios de los ejércitos;
¡tú eres el Dios de Israel!
¡Despierta y castiga a todas las naciones!
¡No tengas misericordia alguna
de todos esos malvados y rebeldes!
6 Llegan por la noche, ladrando como perros,
y rondan por toda la ciudad.
7 De su hocico salen gruñidos;
con sus fauces lanzan hirientes puñales,
mientras mascullan: «¿Y quién va a oírnos?»
8 Pero tú, Señor, te burlarás de ellos;
¡dejarás en ridículo a todas las naciones!
9 Con tu poder, Dios mío, me siento protegido;
¡tú, Dios mío, eres mi defensa!
10 Tú, Dios misericordioso, vienes a mi encuentro
para hacerme ver derrotados a mis enemigos.
11 ¡Pero no los mates, Señor, escudo nuestro,
no vaya a ser que mi pueblo se olvide!
¡Mejor humíllalos y dispérsalos con tu poder!
12 ¡Hazlos prisioneros de su soberbia
porque pecan en todo lo que dicen,
porque sólo profieren maldiciones y mentiras!
13 ¡Destrúyelos con tu furor!
¡Destrúyelos, y que dejen de existir!
¡Que sepan todos que Dios gobierna en Jacob
y hasta los confines de la tierra!
14 Volverán por la noche, ladrando como perros,
y rondarán por toda la ciudad.
15 Vagarán por las calles, buscando qué comer,
pero no se saciarán, y pasarán la noche aullando.
16 Por mi parte, yo alabaré con salmos tu poder;
por la mañana proclamaré tu misericordia,
porque tú eres para mí una fortaleza,
¡eres mi refugio en momentos de angustia!
17 A ti y a tu poder cantaré salmos,
porque tú, Dios mío, eres mi fortaleza;
¡eres mi Dios de misericordia!
Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo(B)
Al músico principal. Sobre «Lirios». Testimonio. Mictam didáctico de David, de cuando estuvo en guerra contra Aram Naharayin y contra Aram de Soba, y Joab volvió y derrotó a doce mil edomitas en el valle de la Sal.(C)
60 Dios nuestro, tú nos has desechado;
en tu enojo, nos has dejado sin defensas.
¡Vuélvete ahora a nosotros!
2 Hiciste que temblara, y hendiste la tierra;
¡rellena sus fisuras, porque se desmorona!
3 Has hecho que tu pueblo presencie el desastre;
nos has hecho beber un vino que aturde.
4 Has dado a tus fieles la señal de retirada
para que se libren de las flechas enemigas.
5 ¡Sálvanos con tu diestra! ¡Respóndenos!
¡Así se salvará tu pueblo amado!
6 En su santuario, Dios ha sentenciado:
«Con gran alegría fraccionaré Siquén
y dividiré en parcelas el valle de Sucot.
7 Galaad y Manasés me pertenecen,
Efraín es un yelmo en mi cabeza,
y Judá es un cetro en mi mano.
8 Moab es la vasija en que me lavo,
sobre Edom arrojaré mis sandalias,
y sobre Filistea proclamaré mi victoria.»
9 ¿Y quién me dará entrada en Edom?
¿Quién me hará entrar en esa ciudad amurallada?
10 ¿No eres tú, mi Dios, quien nos ha desechado?
¿No eres tú quien ya no sale con nuestros ejércitos?
11 Bríndanos tu apoyo contra el enemigo,
pues vana resulta la ayuda de los hombres.
12 Por ti, Dios nuestro, haremos proezas;
¡tú harás morder el polvo a nuestros enemigos!
Confianza en la protección de Dios
Al músico principal. Sobre Neginot. Salmo de David.
61 Dios mío, ¡escucha mi clamor!
¡Atiende mi oración!
2 ¡Clamo a ti desde los confines de la tierra,
pues ya mi corazón desfallece!
Llévame a una roca más alta que yo,
3 porque tú eres mi refugio,
¡eres fuerte torre que me protege del enemigo!
4 Yo habitaré en tu templo para siempre;
bajo la sombra de tus alas estaré seguro.
5 Tú, Dios mío, has escuchado mis votos,
y has dado a los que temen tu nombre
la tierra que les prometiste.
6 Al rey le has concedido más días de vida,
y vivirá sus años de una a otra generación.
7 Siempre reinará delante de ti, Dios nuestro,
protegido por tu misericordia y tu verdad.
8 Y yo, siempre cantaré salmos a tu nombre,
y todos los días te cumpliré mis votos.
Dios, el único refugio
Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David.
62 Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma;
sólo de él viene mi salvación.
2 Sólo Dios es mi salvación y mi roca;
porque él es mi refugio, jamás resbalaré.
3 ¿Hasta cuándo harán planes todos ustedes
con la intención de derrotar a un solo hombre?
¡Lo ven como pared desplomada!
¡Lo ven como una cerca en el suelo!
4 Conspiran para despojarlo de su grandeza;
les agrada decir mentiras;
¡bendicen con los labios, pero maldicen con el corazón!
5 Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma;
sólo en él he puesto mi esperanza.
6 Sólo Dios es mi salvación y mi roca;
porque él es mi refugio, no resbalaré.
7 Sólo Dios es mi salvación y mi gloria;
¡Dios es mi roca fuerte y mi refugio!
8 Pueblos todos, ¡confíen siempre en Dios!
¡Vacíen delante de él su corazón!
¡Dios es nuestro refugio!
9 Los hombres, sean ricos o sean pobres,
no son más que un vapor engañoso.
Puestos todos ellos en la balanza,
podrá verse que no son nada.
10 No confíen en la violencia,
ni pongan vanas esperanzas en la rapiña;
si acaso llegan a acumular riquezas,
no les entreguen su corazón.
11 Dios habló una vez,
y yo lo escuché dos veces:
Tuyo, Dios mío, es el poder;
12 tuya, Señor, es la misericordia;
tú das a cada uno lo que merecen sus obras.(D)
Sólo Dios satisface al alma
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.(E)
63 Dios mío, ¡tú eres mi Dios!
Yo te buscaré de madrugada.
Mi alma desfallece de sed por ti;
mi ser entero te busca con ansias,
en terrenos secos e inhóspitos, sin agua,
2 con deseos de ver tu poder y tu gloria,
como los he mirado en el santuario.
3 Tu misericordia es mejor que la vida;
por eso mis labios te alaban.
4 ¡Yo te bendeciré mientras tenga vida,
y en tu nombre levantaré mis manos!
5 Mi alma quedará del todo satisfecha,
como si comiera los mejores platillos,
y mis labios te aclamarán jubilosos
6 al pensar en ti recostado en mi lecho,
al meditar en ti durante mis desvelos.
7 Porque tú has sido mi socorro,
alegré viviré bajo la sombra de tus alas.
8 Mi alma está apegada a ti;
tu mano derecha me brinda apoyo.
9 Los que buscan matarme y acabar conmigo
caerán a lo más profundo de la tierra.
10 Los matarán a filo de espada;
servirán de alimento a los chacales.
11 Pero el rey se regocijará en Dios,
y todos los que juran por él serán alabados,
pero la boca de los mentirosos será acallada.
Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos
Al músico principal. Salmo de David.
64 Dios mío, ¡escucha la voz de mi queja!
¡Protege mi vida de mi temible enemigo!
2 ¡Escóndeme de esa caterva de malhechores,
que en secreto conspiran y hacen planes malvados!
3 Afilan su lengua, como si fuera una espada;
lanzan acres invectivas, como si fueran saetas,
4 y a escondidas hieren al hombre íntegro.
Lo atacan de repente y sin temor alguno;
5 obstinados en cumplir sus inicuos designios,
pretenden disimular sus trampas,
creyendo que nadie los va a ver.
6 Elucubran iniquidades, investigan al detalle;
y sus ideas son tan incomprensibles
que no es posible penetrar en ellos.
7 ¡Pero Dios los herirá con sus saetas!
¡Sus plagas les sobrevendrán de repente!
8 Su propia lengua les será un tropiezo,
y serán la burla de todos los que los vean.
9 Entonces la humanidad entera sentirá temor,
y todos proclamarán las obras de Dios
y entenderán el porque de sus acciones.
10 Los justos se regocijarán en el Señor
y pondrán en él su confianza.
¡Todos los rectos de corazón lo alabarán!
La bondad de Dios en la naturaleza
Al músico principal. Salmo. Cántico de David.
65 A ti, Dios mío, debemos alabarte en Sión;
a ti debemos cumplir nuestros votos,
2 pues tú escuchas nuestras oraciones.
A ti acude todo el género humano.
3 Nuestras malas acciones nos dominan,
pero tú perdonas nuestras rebeliones.
4 ¡Cuán dichoso es aquel a quien tú escoges
y lo llevas a vivir en tus atrios!
Nosotros quedamos plenamente satisfechos
con las bondades de tu casa,
con las bendiciones de tu santo templo.
5 Tú, Dios de nuestra salvación,
nos respondes con grandes actos de justicia.
En ti esperan los confines de la tierra
y los mares más remotos.
6 Tú te revistes de valor
y con tu poder afirmas los montes.
7 Tú sosiegas el estruendo de los mares,
acallas el estrépito de sus olas,
y silencias el alboroto de los pueblos.
8 Tiemblan de miedo, ante tus maravillas,
los que habitan en los extremos de la tierra.
Tú haces que el sol grite de alegría
al salir por la mañana, y al caer la tarde.
9 Tú, con la lluvia, cuidas de la tierra,
y en gran manera la fecundas y enriqueces.
Llenas de agua tus corrientes caudalosas
y preparas el grano, cuando así lo dispones.
10 Haces que los surcos se empapen
y que se nivelen los terrones;
con tus lluvias los reblandeces,
y bendices sus renuevos.
11 Con tu bondad engalanas el año;
a tu paso vas esparciendo abundancia.
12 Los pastizales del desierto se ven rebosantes,
y las colinas se revisten de alegría;
13 los llanos se saturan de rebaños,
y los valles se tapizan con trigales.
¡Todo canta y lanza gritos de júbilo!
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