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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Salmos 46-50

El SEÑOR, protector de su pueblo

46 Al músico principal. De los hijos de Coré. Sobre Alamot[a]. Cántico.

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble,
aunque los montes se derrumben
en el corazón del mar,
aunque sus aguas rujan y echen
espuma,
y se estremezcan los montes por su braveza. Selah[b]
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios;
el santuario, morada del Altísimo.
Dios está en medio de ella;
no será movida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
Las naciones se conmocionan,
se tambalean los reinos.
Él emite su voz, y se derrite la tierra.
El SEÑOR de los Ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Selah[c]
Vengan y vean los hechos del SEÑOR, quien ha causado desolaciones en
la tierra.
Hasta los confines de la tierra hace cesar las guerras;
quiebra el arco, rompe la lanza
y quema los carros en el fuego.
10 “Estén quietos y reconozcan que
yo soy Dios.
Exaltado he de ser entre las naciones; exaltado seré en la tierra”.
11 El SEÑOR de los Ejércitos
está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Selah[d]

El SEÑOR, Rey de toda la tierra

47 Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.

¡Pueblos todos, aplaudan!
¡Aclamen a Dios con voz de júbilo!
Porque el SEÑOR, el Altísimo,
es temible,
gran Rey sobre toda la tierra.
Él someterá los pueblos a nosotros,
las naciones debajo de nuestros pies.
Porque él ha elegido nuestra heredad;
el orgullo de Jacob, al cual amó.
Selah[e]
Subió Dios en medio de aclamación;
el SEÑOR, con sonido de corneta.
¡Canten a Dios, canten!
¡Canten a nuestro Rey, canten!
Porque Dios es el Rey de toda
la tierra,
canten con entendimiento[f].
¡Dios reina sobre las naciones! ¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!
Se han reunido los gobernantes
de los pueblos
con el pueblo del Dios de Abraham,
10 porque de Dios son las defensas
de la tierra.
¡Él es muy enaltecido[g]!

La gloria de la ciudad del Gran Rey

48 Cántico. Salmo de los hijos de Coré.

¡Grande es el SEÑOR
y digno de suprema alabanza,
en la ciudad de nuestro Dios,
en el monte de su santuario!
¡Qué hermosa altura!
El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte,
la ciudad del Gran Rey.
Dios es conocido por refugio
en sus palacios.
Porque, he aquí, los reyes se
han aliado;
han avanzado juntos.
Pero viéndola así, se quedaron atónitos;
se turbaron y se dieron prisa a huir.
Allí se apoderó de ellos el
estremecimiento;
tuvieron dolor como de mujer que
da a luz.
Con el viento del oriente
rompes las naves de Tarsis.
Como lo oímos, así lo hemos visto
en la ciudad del SEÑOR de los Ejércitos,
la ciudad de nuestro Dios:
Dios la afirmará para siempre. Selah[h]
Oh Dios, hemos pensado
en tu misericordia
en medio de tu templo.
10 Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu alabanza hasta los confines de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia.
11 Se alegrará el monte Sion;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios.
12 Vayan alrededor de Sion y rodéenla; cuenten sus torres;
13 observen detenidamente
su muro exterior;
examinen sus palacios, para que lo cuenten a la generación venidera.
14 Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre; por siempre[i] nos guiará.

La vanidad del rico insensato

49 Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré.

Oigan esto, todos los pueblos;
escuchen, todos los habitantes del mundo,
tanto la gente común como la
gente notable,
el rico juntamente con el pobre:
Mi boca hablará sabiduría;
y el pensamiento de mi corazón,
inteligencia.
Inclinaré a los proverbios mi oído; expresaré con el arpa mi enigma.
¿Por qué habré de temer en los días
de la adversidad
cuando me rodee la iniquidad de mis opresores?
Los que confían en sus posesiones
y se jactan de la abundancia
de sus riquezas,
ninguno de ellos puede redimir
a su hermano
ni pagar a Dios por su rescate.
La redención de su vida
es muy costosa;
se ha de abandonar para siempre
el intento
de vivir eternamente
y jamás ver corrupción.
10 Cuando él los mira, los sabios mueren;
contempla al necio y al torpe,
y ellos perecen y dejan a otros sus riquezas.
11 De los que llaman sus tierras con sus nombres,
sus tumbas[j] son sus casas
para siempre,
y sus moradas de generación
en generación.
12 Pero el hombre no permanecerá en sus riquezas;
más bien, es semejante a los animales que perecen.
13 Este camino suyo es necedad. No obstante, sus seguidores
se complacen en sus dichos. Selah[k]
14 Como ovejas que fueron apartadas para el Seol,
los pastorea la muerte;
los rectos se enseñorearán de ellos.
Al amanecer se desvanecerá su buen aspecto,
y el Seol será su morada.
15 Pero Dios redimirá mi vida
del poder del Seol
porque me llevará consigo. Selah[l]
16 No temas cuando alguno
se enriquece,
cuando aumenta la gloria de su casa.
17 Porque al morir no llevará nada
ni descenderá tras él su gloria.
18 Aunque su alma lo bendiga
mientras vive,
y reconozcan que ella lo[m] prospera,
19 entrará en la generación de sus padres
y nunca más verá la luz.
20 El hombre que vive con honores, pero sin entendimiento,
es semejante a los animales
que perecen.

Dios, el Juez de buenos y malos

50 Salmo de Asaf.

El SEÑOR, el Dios de dioses,
ha hablado;
ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.
Desde Sion, perfección
de la hermosura,
Dios ha resplandecido.
Nuestro Dios viene y no callará. Fuego consumidor le precede,
y alrededor de él hay gran tormenta.
Convoca a los cielos en lo alto
y a la tierra para juzgar a su pueblo.
“Reúnanme a mis fieles,
los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio”.
Los cielos proclamarán su justicia porque Dios es el Juez. Selah[n]
“Escucha, oh pueblo mío, y hablaré; testificaré contra ti, oh Israel. Yo soy Dios, el Dios tuyo.
No te reprocharé con respecto
a tus sacrificios
ni a tus holocaustos, que siempre están delante de mí.
No tomaré toros de tu casa
ni machos cabríos de tus rediles
10 porque míos son todos los animales del bosque,
los millares del ganado
en mis montes.
11 Conozco todas las aves de las alturas,
y las criaturas del campo son mías.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer la carne de los toros? ¿He de beber la sangre de los machos cabríos?
14 ¡Ofrece a Dios sacrificio de acción
de gracias!
¡Paga tus votos al Altísimo!
15 Invócame en el día de la angustia;
yo te libraré, y tú me glorificarás”.
16 Pero al impío Dios le dijo:
“¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes
y mencionar mi pacto con tu boca?
17 Tú detestas la instrucción
y echas a tus espaldas mis palabras.
18 Si ves a un ladrón, te complaces con él,
y tu parte está con los adúlteros.
19 Con maldad das rienda suelta
a tu boca,
y tu lengua urde engaño.
20 Tomas asiento y hablas contra
tu hermano;
contra el hijo de tu madre
arrojas infamia.
21 Estas cosas has hecho,
y yo he callado.
Ciertamente pensabas que yo sería como tú,
pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.
22 “Entiendan pues esto los que se
olvidan de Dios;
no sea que yo los arrebate sin que nadie los libre.
23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,
y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios”.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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