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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Nehemías 10-11

El pueblo se compromete a obedecer la ley

10 Yo, Nehemías, como gobernador, firmé el pacto. 2-8 Los otros que lo firmaron fueron: Sedequías, Seraías, Azarías, Jeremías, Pasur, Amarías, Malquías, Jatús, Sebanías, Maluc, Jarín, Meremot, Abdías, Daniel, Guinetón, Baruc, Mesulán, Abías, Mijamín, Maazías, Bilgay y Semaías (todos estos eran sacerdotes).

9-13 Los levitas que firmaron fueron los siguientes: Jesúa hijo de Azanías, Binuy, Cadmiel, y sus hermanos Sebanías, Hodías, Quelitá, Pelaías, Janán, Micaías, Rejob, Jasabías, Zacur, Serebías, Sebanías, Hodías, Baní y Beninu.

14-27 Los siguientes jefes del pueblo también firmaron: Parós, Pajat Moab, Elam, Zatú, Baní, Buní, Azgad, Bebay, Adonías, Bigvay, Adín, Ater, Ezequías, Azur, Hodías, Jasún, Bezay, Jarif, Anatot, Nebay, Magpías, Mesulán, Hezir, Mesezabel, Sadoc, Jadúa, Pelatías, Janán, Anaías, Oseas, Jananías, Jasub, Halojés, Piljá, Sobec, Rejún, Jasabná, Maseías, Ahías, Janán, Anán, Maluc, Jarín y Baná.

28 Estos son los que firmaron en representación de toda la nación, esto es, por el común del pueblo, por los sacerdotes, por los levitas, los porteros, los miembros del coro, los ayudantes del templo y por las mujeres, sus hijos e hijas, y por todos los que tenían edad de comprender estas cosas y se habían separado de los pueblos extranjeros de la tierra, para servir a Dios. 29 Todos, pues, de corazón, estuvimos de acuerdo con este pacto y prometimos, bajo pena de maldición, y bajo juramento, guardar y cumplir los mandamientos, ordenanzas y estatutos que el Señor nuestro Dios nos dio por medio de su siervo Moisés.

30 Acordamos no dejar que nuestras hijas se casaran con hombres que no fueran judíos, ni que nuestros hijos se casaran con mujeres que no fueran judías. 31 También acordamos que si los extranjeros venían el día sábado o en algún día de fiesta a vendernos trigo u otros productos, no les compraríamos nada. Además, acordamos no cultivar la tierra cada siete años, y perdonar y dar por canceladas las deudas de nuestros hermanos judíos.

32 Acordamos también pagar anualmente el impuesto de cuatro gramos de plata, para que hubiera dinero suficiente para el cuidado del templo de nuestro Dios. 33 Además era necesario tener provisión especial de pan de la Presencia, de la ofrenda de granos y de holocausto para el reposo, las fiestas de las lunas nuevas y las fiestas solemnes. Igualmente las ofrendas sagradas, los sacrificios para las expiaciones por el pecado de Israel, y todo lo necesario para el servicio del templo de nuestro Dios.

34 Luego echamos suertes para determinar los turnos en que las familias de los sacerdotes, los levitas y el pueblo en general debían traer la leña para los holocaustos del templo del Señor nuestro Dios, que estaba estipulado en la ley.

35 Acordamos traer siempre las primeras cosechas de nuestros campos, y los primeros frutos de nuestros árboles frutales.

36 Acordamos presentar a Dios nuestros primogénitos, y dar como ofrenda los primeros animales de nuestros ganados, vacunos y ovinos, tal como está escrito en la Ley. Esto lo haríamos a través de los sacerdotes que sirven en el templo de nuestro Dios.

37 También acordamos llevar a los almacenes del templo de nuestro Dios la primera harina del trigo que moliéramos, los primeros frutos de los árboles, el primer vino y el primer aceite de oliva. Estas ofrendas eran para los sacerdotes que sirven en el templo. Además, acordamos dar a los levitas la décima parte de todo lo producido por nuestra tierra, ya que eran ellos los responsables de recoger los diezmos en todas las poblaciones rurales. 38 Un sacerdote, descendiente de Aarón, debía estar con los levitas en el momento en que estos recogieran los diezmos. Los levitas, por su parte, sacarían la décima parte de estos diezmos y la depositarían en los almacenes del templo de nuestro Dios. 39 El pueblo y los levitas estaban obligados a llevar estas ofrendas de trigo, vino nuevo y aceite de oliva, y colocarlas en los almacenes del templo. Allí es donde se guardan los utensilios sagrados, y donde se quedan los sacerdotes, los porteros y los cantores del coro, cuando están de turno.

Fue así como nos comprometimos a no descuidar el templo de nuestro Dios.

Los que se establecieron en Jerusalén

11 Los funcionarios israelitas se quedaron viviendo en Jerusalén, la ciudad santa. En cuanto al resto del pueblo, echaron suertes para seleccionar a una de cada diez personas para que se quedaran viviendo en Jerusalén; los restantes residirían en las demás poblaciones. El pueblo bendijo a todos los que se ofrecieron voluntariamente para ir a vivir a Jerusalén.

Los demás israelitas, los sacerdotes, los levitas, los ayudantes del templo, y los descendientes de los servidores de Salomón habitaron en sus respectivas propiedades en los diversos pueblos y ciudades de Judá. Los siguientes son los jefes de provincias que se quedaron viviendo en Jerusalén:

4-6 De la tribu de Judá:

Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Malalel, del clan de Fares.

Maseías hijo de Baruc, hijo de Coljozé, hijo de Jazaías, hijo de Adaías, hijo de Joyarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloní.

Estos fueron los cuatrocientos sesenta y ocho descendientes de Fares que se fueron a vivir a Jerusalén.

7-9 De la tribu de Benjamín: Salú hijo de Mesulán, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maseías, hijo de Itiel, hijo de Isaías, junto con sus hermanos Gabay y Salay. En total eran novecientos veintiocho. Joel hijo de Zicrí, era el jefe de ellos, y Judá hijo de Senuá era el segundo jefe de la ciudad.

10-14 De los sacerdotes: Jedaías hijo de Joyarib, Jaquín, Seraías hijo de Jilquías, hijo de Mesulán, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Ajitob, que era el jefe del templo de Dios, y sus ochocientos veintidós parientes que hacían la obra del templo. También estaban Adaías hijo de Jeroán, hijo de Pelalías, hijo de Amsí, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías, junto con sus parientes, que eran jefes de familia. En total eran doscientos cuarenta y dos.

Además, Amsay hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, y sus parientes. En total eran ciento veintiocho hombres fuertes. El jefe de ellos era Zabdiel hijo de Guedolín.

15-17 De los levitas: Semaías hijo de Jasub, hijo de Azricán, hijo de Jasabías, hijo de Buní; Sabetay y Jozabad, que estaban a cargo de la obra en la parte exterior del templo; Matanías hijo de Micaías, hijo de Zabdí, hijo de Asaf, que dirigía los cantos de acción de gracias a la hora de la oración; Bacbuquías, que era el segundo entre sus hermanos, y Abdá hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún. 18 En total había doscientos ochenta y cuatro levitas en Jerusalén.

19 Había además ciento setenta y dos porteros dirigidos por Acub, Talmón y otros de su clan. 20 Los demás sacerdotes, levitas y el resto del pueblo vivían con sus familias en las demás poblaciones de Judá, de acuerdo con la asignación que se les había hecho. 21 Los siervos del templo (cuyos jefes eran Zijá y Guispa), vivían en Ofel.

22-23 El supervisor de los levitas en Jerusalén era Uzi hijo de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, descendiente de Asaf. El clan de Asaf tenía a su cargo el canto en el templo. Fue el rey David quien estableció, por decreto, las tareas de cada día para los cantores.

24 Petaías hijo de Mesezabel, descendiente de Zera hijo de Judá, ayudaba en todo lo que se refería a la administración pública.

Otras ciudades habitadas

25-30 Algunas de las poblaciones donde el pueblo de Judá estableció su residencia fueron: Quiriat Arbá, Dibón, Yecabsel (además de todos los pueblos vecinos), Jesúa; Moladá, Bet Pelet, Jazar Súal, Berseba (y todos los pueblos circunvecinos), Siclag, Mecona (y los pueblos que las rodean), Enrimón, Zora, Jarmut, Zanoa, Adulán y sus pueblos; Laquis y sus tierras, y Azeca con sus pueblos.

Así que el pueblo se esparció desde Berseba hasta el valle de Hinón.

31-35 El pueblo de la tribu de Benjamín vivió en: Gueba, Micmás, Aías, Betel (y sus pueblos), Anatot, Nob, Ananías, Jazor, Ramá, Guitayin, Jadid, Seboyín, Nebalat, Lod y Ono, y el valle de los artífices.

36 Algunos de los levitas que vivían en Judá se fueron a vivir con la tribu de Benjamín.

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