Beginning
David lleva el cofre de Dios a Jerusalén (2 S 6.12-23)
15 1-3 El rey David ordenó que le construyeran varias casas en Jerusalén, y que levantaran una carpa para el cofre del pacto de Dios. Luego, David reunió en Jerusalén a todo el pueblo de Israel, para que estuvieran presentes cuando trajeran el cofre de Dios al lugar que él le había preparado. También ordenó lo siguiente: «Sólo los ayudantes de los sacerdotes cargarán el cofre, porque Dios los ha elegido para eso, y para que siempre se hagan cargo de los cultos».
4 Por eso, también mandó llamar a los descendientes de Aarón y a los de la tribu de Leví. 5 Ésta es la lista de los jefes y familiares que se reunieron:
Uriel, al mando de ciento veinte descendientes de Quehat.
6 Asaías, al mando de doscientos veinte descendientes de Merarí.
7 Joel, al mando de ciento treinta descendientes de Guersón.
8 Semaías, al mando de doscientos descendientes de Elisafán.
9 Eliel, al mando de ochenta descendientes de Hebrón.
10 Aminadab, al mando de ciento doce descendientes de Uziel.
11 Luego David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a sus ayudantes Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, 12-13 y les recordó:
«La primera vez que intentamos transportar el cofre de Dios, no le consultamos cómo hacerlo, y ustedes no lo trajeron; por eso él nos castigó, matando a algunos de nosotros. Ustedes son los jefes de las familias de la tribu de Leví; celebren con sus familias la ceremonia de limpieza para que Dios les perdone los pecados, y así puedan trasladar el cofre del Dios de Israel al lugar que le he preparado».
14 Y así lo hicieron. Llevaron a cabo la ceremonia de limpieza y transportaron el cofre, 15 llevándolo sobre los hombros con varas, tal como lo había ordenado Dios por medio de Moisés.
16 Los jefes de los ayudantes de los sacerdotes nombraron cantantes de entre su tribu, para que cantaran con alegría, acompañados de guitarras, arpas y platillos, como lo había mandado David.
17 Ésta es la lista de los descendientes de Merarí:
Hemán hijo de Joel,
Asaf hijo de Berequías,
Etán hijo de Cusaías.
18 Luego nombraron a otros parientes que trabajaban como ayudantes en el templo:
Zacarías hijo de Jaaziel,
Semiramot,
Jehiel,
Uní,
Eliab,
Benaías,
Maaseías,
Matatías,
Elifelehu,
Mecneías,
Obed-edom,
Jeiel.
Los dos últimos en la lista eran guardianes de las entradas del templo.
19 Los músicos encargados de tocar los platillos de bronce eran:
Hemán,
Asaf,
Etán.
20 Los que tocaban las guitarras eran:
Zacarías,
Aziel,
Semiramot,
Jehiel,
Uní,
Eliab,
Maaseías,
Benaías.
21 Los que tocaban las arpas y guiaban el canto eran:
Matatías,
Elifelehu,
Mecneías,
Obed-edom,
Jeiel,
Azazías.
22 Quenanías, hombre muy inteligente, y jefe de los ayudantes de los sacerdotes, era el director de la música.
23-24 Los que vigilaban la entrada de la carpa del cofre eran:
Berequías,
Elcaná,
Obed-edom,
Jehías.
Los sacerdotes encargados de tocar las trompetas delante del cofre de Dios eran:
Sebanías,
Josafat,
Natanael,
Amasai,
Zacarías,
Benaías,
Eliézer.
El cofre llega a Jerusalén
25 David y los jefes de Israel fueron a la casa de Obed-edom por el cofre del pacto de Dios, y lo trajeron a Jerusalén con gran alegría. Los acompañaron los oficiales de su ejército.
26 Como Dios había ayudado a los encargados de transportar el cofre, ellos le presentaron como ofrenda siete toros y siete carneros.
27-29 David y todos los israelitas trajeron el cofre de Dios a Jerusalén, con cantos de alegría y música de cuernos de carnero, trompetas, platillos, arpas y guitarras.
David, los encargados del cofre, los músicos y Quenanías, director de los cantos, estaban vestidos con mantos de lino fino. Además, David traía puesto un chaleco, y danzaba con mucha alegría.
En el momento en que entraba el cofre, Mical la hija de Saúl estaba viendo desde la ventana del palacio, y al ver lo que hacía David, sintió por él un profundo desprecio.
16 El cofre del pacto de Dios fue puesto en una carpa que David había preparado, y allí David le presentó a Dios muchas ofrendas de animales y de vegetales. 2 Luego bendijo al pueblo en nombre de Dios, 3 y a cada uno de los presentes le dio un pan de harina, uno de dátiles y otro de pasas.
4 Además, David nombró a algunos de los ayudantes de los sacerdotes para que se encargaran del culto frente al cofre de Dios, orando, dando gracias y alabando al Dios de Israel. 5-6 Éstos son los nombres de esos ayudantes, con Asaf como jefe de ellos:
Zacarías,
Jeiel,
Semiramot,
Jehiel,
Matatías,
Eliab,
Benaías,
Obed-edom,
Jeiel.
Todos estos tocaban instrumentos de cuerdas. Y junto con ellos nombraron a los sacerdotes Benaías y Jahaziel para que se encargaran de tocar siempre las trompetas. Asaf quedó encargado de tocar los platillos.
David da gracias a Dios (Sal 105.1-15; 96.1-13; 106.47-48)
7 Ése fue el primer día en que David les encargó a Asaf y a sus compañeros que dedicaran a Dios este canto de acción de gracias:
8 ¡Demos gracias a nuestro Dios!
¡Demos a conocer entre las naciones
todo lo que él ha hecho!
9 ¡Cantémosle himnos!
¡Demos a conocer sus grandes milagros!
10 ¡Digamos con orgullo
que no hay otro Dios aparte del nuestro!
¡Alegrémonos de corazón
todos los que adoramos a Dios!
11 Acerquémonos a nuestro poderoso Dios,
y procuremos agradarle siempre.
12 Hagamos memoria de las maravillas
que nuestro Dios ha realizado;
recordemos sus milagros
y los mandamientos que nos dio.
13 Somos los descendientes
de Abraham y de Jacob;
somos el pueblo elegido por Dios
y estamos a su servicio;
por lo tanto, ¡escúchenme!
14 Pertenecemos a nuestro Dios;
su palabra llena la tierra.
15 Él no ha olvidado su pacto
ni las promesas que nos hizo.
16 Hizo el pacto con Abraham,
y se lo confirmó a Isaac.
17 Con Israel lo estableció
como un pacto para toda la vida,
18 y le dijo:
«Yo te daré Canaán.
Es la tierra que te ha tocado».
19 Nosotros no éramos muchos;
¡éramos gente sin patria!
20 ¡Todo el tiempo andábamos
de país en país
y de reino en reino!
21 Pero Dios jamás permitió
que nadie nos molestara,
y les advirtió a los reyes:
22 «No se metan con mi pueblo elegido;
no les hagan daño a mis profetas».
23 ¡Cantemos alabanzas a nuestro Dios!
¡Celebremos día tras día sus victorias!
24 ¡Anunciemos entre todas las naciones
su grandeza y sus maravillas!
25 ¡Grande y digno de alabanza
es nuestro Dios,
y más temible que todos los dioses!
26 Los dioses de otras naciones
son dioses falsos,
pero Dios hizo los cielos.
27 Lleno está su santuario
de majestad y esplendor,
de poder y belleza.
28 Pueblos todos,
¡reconozcan el poder de nuestro Dios
y ríndanle homenaje!
29 ¡Vengan ante su presencia
y traigan sus ofrendas!
¡Adórenlo como él se merece!
¡Inclínense ante él
en su santuario majestuoso!
30 ¡Que toda la tierra le rinda homenaje!
Él estableció el mundo con firmeza,
y el mundo jamás se moverá.
¡Él gobierna las naciones con justicia!
31 ¡Que se alegren los cielos!
¡Que grite la tierra de alegría!
Que digan las naciones:
«¡Dios es nuestro rey!»
32 ¡Que ruja el mar,
con todo lo que contiene!
¡Que canten alegres los campos,
con todo lo que hay en ellos!
33 ¡Que griten de alegría
todos los árboles del bosque!
¡Que canten en presencia de Dios,
que viene ya para gobernar al mundo!
34 ¡Démosle gracias porque él es bueno!
¡Dios nunca deja de amarnos!
35 Dios nuestro, ¡sálvanos!
¡Permítenos volver a nuestra tierra,
para que te demos gracias
y te alabemos como nuestro Dios!
36 ¡Bendito sea ahora y siempre
el Dios de Israel!
¡Que diga el pueblo de Dios: «Así sea»!
¡Alabemos a nuestro Dios!
Los encargados del culto
37 Éstas son las personas que David nombró para que se hicieran cargo del culto:
Asaf y sus compañeros se hicieron cargo de celebrar todos los días los cultos delante del cofre del pacto de Dios.
38 Los encargados de vigilar las entradas de la carpa fueron Obed-edom, Hosá, junto con el hijo de Jedutún, también llamado Obed-edom, y sesenta y ocho compañeros más.
39 Sadoc y sus compañeros sacerdotes, fueron los encargados del culto en el santuario que estaba en Gabaón; 40 allí ofrecían continuamente sacrificios en honor de Dios; lo hacían por la mañana y por la noche, tal y como lo ordena la ley que Dios le dio a su pueblo Israel.
41-42 Además de esos, David eligió a otros para que entonaran a Dios el canto de gratitud que se titula: «El amor de Dios es eterno». Hemán y Jedutún acompañaban este canto con trompetas, platillos y otros instrumentos musicales. Además, los hijos de Jedutún vigilaban las entradas del santuario.
43 Después de esto, todos regresaron a sus casas; David también volvió a su casa y bendijo a su familia.
Dios hace un pacto con David (2 S 7.1-29)
17 David ya vivía tranquilo en su palacio, cuando le dijo al profeta Natán:
—No está bien que yo viva en un palacio de maderas finas, mientras el cofre del pacto de Dios todavía está en una carpa.
2 Natán le contestó:
—Haz lo que creas conveniente, pues Dios te apoya en todo.
3 Sin embargo, Dios le habló a Natán esa misma noche, y le dijo:
4 «Ve y dile de mi parte a David lo siguiente: “David, no serás tú quien me construya una casa. 5-6 Dime cuándo les pedí a los jefes de Israel que me hicieran una casa de maderas finas. ¡Si desde que los saqué a ustedes de Egipto, siempre he vivido en una carpa!
7 ”Yo soy el Dios todopoderoso. Yo soy quien te puso al frente de mi pueblo cuando eras un simple pastor de ovejas. 8 Yo soy quien siempre te ha cuidado, y te ha ayudado a derrotar a tus enemigos. Y soy también quien te hará muy famoso en este mundo.
9-14 ”También a mi pueblo Israel le he dado un lugar donde pueda vivir en paz. Nadie volverá a molestarlos ni a hacerles daño, como cuando los gobernaban los jueces.
”Yo haré que de tus descendientes salgan los reyes de Israel, y humillaré a tus enemigos. Después de tu muerte, yo haré que uno de tus hijos llegue a ser rey de mi pueblo. A él sí le permitiré que me construya una casa, y haré que su reino dure para siempre. Yo seré para él como un padre, y él será para mí como un hijo. Y nunca dejaré de amarlo, ni lo abandonaré como abandoné a Saúl”».
15 Entonces Natán fue y le dio el mensaje a David.
David le da gracias a Dios
16 El rey David fue a la carpa donde estaba el cofre del pacto, se sentó delante de Dios, y le dijo:
«Mi Dios, ¿cómo puedes darme todo esto si mi familia y yo valemos tan poco? 17 ¿Y cómo es posible que prometas darme aún más, y que siempre bendecirás a mis descendientes? Me tratas como si fuera yo alguien muy importante. 18 ¿Qué más te puedo decir Dios mío, por haberme honrado así, si tú me conoces muy bien?
19 »Tú me dejas conocer tus grandes planes, porque así lo has querido. 20 ¡Qué grande eres, Dios mío! ¡Todo lo que de ti sabemos es verdad! ¡No hay ningún otro Dios como tú, 21 ni existe tampoco otra nación como tu pueblo Israel! ¿A qué otra nación la libraste de la esclavitud? ¿A qué otra nación la hiciste tan famosa?
»Tú hiciste muchos milagros en favor nuestro, y arrojaste lejos de nosotros a las naciones y a sus dioses. 22 Así nosotros hemos llegado a ser tu pueblo, y tú eres nuestro Dios; y esto será así por siempre.
23 »Mi Dios, yo te pido que le cumplas a mis descendientes estas promesas que nos acabas de hacer. 24 Haz que ellos se mantengan en tu servicio, para que tu nombre sea siempre reconocido. Y que todo el mundo diga: “El Dios de Israel es el Dios todopoderoso”.
25 »Dios mío, yo me atrevo a pedirte esto porque tú has dicho que mis descendientes serán siempre los reyes de tu pueblo.
26 »Tú eres Dios, y has prometido hacerme bien. 27 Por eso te ruego que bendigas a mis descendientes para que siempre te sirvan, porque a quien tú bendigas le irá bien».
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