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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Deuteronomio 28-29

Bendiciones por la obediencia

28 »Si obedeces completamente todas estas ordenanzas del Señor tu Dios, las leyes que te estoy dando en este día, el Señor te convertirá en la nación más grande del mundo. 2-6 Estas son las bendiciones que vendrán sobre ti:

»Bendito serás en la ciudad; bendito serás en el campo.

»Tendrás muchos niños; abundantes cosechas; grandes rebaños de ovejas y vacas.

»Bendiciones de fruta y pan.

»Bendiciones cuando entres; bendiciones cuando salgas.

»El Señor derrotará a tus enemigos. Ellos vendrán juntos en tu contra, pero delante de ti huirán en siete direcciones. El Señor te bendecirá con grandes cosechas, y te prosperará en todo lo que hagas cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da. Él te transformará en un pueblo santo, consagrado a él. Esto es lo que ha prometido hacer contigo si le obedeces y andas en sus caminos. 10 Todas las naciones del mundo verán que perteneces al Señor, y tendrán temor.

11 »El Señor te dará abundancia de cosas buenas en la tierra, como lo ha prometido: Muchos hijos, mucho ganado, y cosechas abundantes. 12 Él te abrirá el maravilloso tesoro de las lluvias de los cielos para que tengas ricas cosechas en cada estación. Él te bendecirá en todo lo que hagas; y tú prestarás a muchas naciones, y no tendrás necesidad de pedir prestado de ellas. 13 Si escuchas y obedeces los mandamientos del Señor tu Dios que te estoy dando en este día, él hará que tú seas cabeza y no cola, y que estés siempre encima y nunca debajo. 14 Pero cada una de estas bendiciones depende de que no te apartes de ninguna de las leyes que te he dado; y no debes jamás adorar a otros dioses.

Maldiciones por la desobediencia

15-19 »Si no escuchas al Señor tu Dios y no obedeces estas leyes que te doy en este día, todas estas maldiciones vendrán sobre ti:

»Maldito sea en la ciudad; maldito sea en el campo.

»Maldiciones en las frutas y en el pan.

»Maldición de matrices estériles.

»Maldición sobre tus cosechas.

»Maldiciones sobre la fertilidad de tus ovejas y vacas.

»Maldiciones cuando entres; maldiciones cuando salgas.

20 »Porque el Señor mismo enviará su maldición sobre ti. Estarás confuso y fracasarás en todo lo que hagas, hasta que seas destruido por el pecado de haber abandonado a tu Dios.

21 »Te mandará enfermedades hasta que hayas desaparecido de la tierra a la que estás por entrar y poseer. 22 Te enviará enfermedades mortales, fiebres e infecciones. Arruinará tus cosechas con plaga, sequía y con hongos. Y todos sus azotes te perseguirán hasta que mueras.

23 »Los cielos sobre ti serán como bronce, la tierra debajo de ti será como el acero. 24 La tierra estará tan seca por la falta de lluvia que las tormentas de polvo te destruirán.

25 »El Señor hará que seas derrotado por tus enemigos. Marcharás gloriosamente a la batalla, pero huirás delante de tu enemigo en completa confusión y serás causa de espanto entre todas las naciones de la tierra. 26 Tu cadáver servirá de comida a las aves y a los animales salvajes, y nadie estará allí para espantarlos.

27 »El Señor enviará sobre ti las úlceras y las plagas de Egipto: tumores, sarna y tiña para las que no hallarás remedio. 28 Te enviará locura, ceguera, temor y pánico. 29 Andarás a tientas al mediodía, de la manera que un ciego anda en la oscuridad. No prosperarás en nada de lo que hagas, serás oprimido y despojado continuamente, y nada podrá salvarte.

30 »Tomarás mujer y otro dormirá con ella; edificarás casa y otro la habitará; plantarás viñas y otro comerá su fruto. 31 Tus bueyes serán degollados delante de tus propios ojos, pero no podrás comer un bocado de su carne. Tus burros te serán arrebatados mientras miras y nadie te los devolverá. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos. ¡No habrá quien te proteja! 32 Ante tu vista tus hijos e hijas serán llevados en esclavitud. Tu corazón se quebrantará de angustia al verlos, pero no podrás ayudarlos. 33 Una nación extranjera de la cual ni siquiera has oído se comerá las cosechas que con tanto trabajo cultivaste. Estarás siempre oprimido y explotado. 34 Te volverás loco por toda la tragedia que verás a tu alrededor. 35 El Señor te cubrirá de llagas incurables de la cabeza hasta los pies.

36 »Cautivo te enviará el Señor juntamente con el rey que elegiste, a una nación que ni tú ni tus antepasados tuvieron en cuenta, y mientras estés en el destierro, adorarás dioses de piedra y de madera. 37 Serás motivo de horror y objeto de burla entre todas las naciones, porque el Señor te desechará.

38 »Sembrarás mucho pero cosecharás poco, porque las langostas se comerán tus cultivos. 39 Plantarás viñedos y los cuidarás, pero no comerás las uvas ni beberás el vino porque el gusano destruirá las viñas. 40 Los olivos crecerán por doquier, pero no habrá suficiente aceite para ungirte, porque los árboles dejarán caer el fruto antes de que haya madurado. 41 Tus hijos e hijas serán raptados para ser vendidos como esclavos. 42 La langosta destruirá tus árboles y tus viñas. 43 Los extranjeros que vivan en medio del pueblo se enriquecerán cada vez más, mientras tú te haces cada vez mas pobre. 44 Ellos te prestarán a ti, y tú no podrás prestarles a ellos ni un centavo. Ellos estarán a la cabeza y tú, en la cola.

45 »Todas estas maldiciones te perseguirán hasta que seas destruido por haber rechazado la palabra del Señor tu Dios. 46 Todos estos horrores caerán sobre ti y tus descendientes como una advertencia. 47 Serás esclavo de tus enemigos por no haber alabado a Dios con gozo y alegría por todo lo que él ha hecho por ti. 48 El Señor enviará a tus enemigos en tu contra, y tendrás hambre y sed; y estarás desnudo y tendrás necesidad de todas las cosas. Sobre tu cuello será colocado un yugo de hierro, hasta que seas destruido.

49 »El Señor traerá contra ti una nación distante que vuela con la rapidez del águila y cuyo idioma no entiendes, 50 una nación de hombres fieros e iracundos que no tendrán misericordia de jóvenes ni de viejos. 51 Comerán de lo que haya en tu casa hasta que se hayan agotado el ganado y las cosechas. Desaparecerá el grano, el vino nuevo, los cabritos y los corderos. 52 Esa nación pondrá sitio a tus ciudades y derribará tus murallas altas, en las cuales confiaste creyendo que serían tu protección. 53 Llegarás aun a comer la carne de tus hijos e hijas en los terribles días del sitio que está por delante. 54 Los hombres más sensibles que moran contigo se endurecerán contra sus propios hermanos, contra sus padres, y contra sus esposas y contra los hijos que aún estén vivos. 55 Se negarán a darles parte de la carne que están devorando —carne de sus propios hijos— porque estarán muertos de hambre en medio del sitio de tus ciudades. 56-57 La mujer más tierna y delicada de tu pueblo, que no se habría atrevido a posar su pie desnudo en tierra, no querrá compartir su comida con el esposo que ama, ni con su hijo, ni con su hija. Esconderá de ellos la placenta y el bebé que acaba de nacer a fin de comérselo ella sola. Tan terrible será el hambre que habrá en el sitio y la terrible angustia causada por tus enemigos en tus puertas.

58 »Si te niegas a obedecer todas las leyes escritas en este libro, rechazando la reverencia y la gloria que merece el nombre del Señor tu Dios. 59 El Señor enviará plagas perpetuas sobre ti y tus hijos. 60 Traerá sobre ti todas las enfermedades de Egipto que tanto temes, y asolarán la tierra, 61 y eso no será todo: El Señor traerá también sobre ti toda enfermedad y plaga existente, aun aquellas que no están mencionadas en este libro, hasta que hayas sido destruido. 62 En lugar de llegar a ser numerosos como las estrellas, quedarán pocos de ustedes. Todo esto ocurrirá si no obedeces al Señor tu Dios.

63 »Así como el Señor se ha agradado de ti y ha hecho tantas cosas maravillosas por ti y te ha multiplicado, se gozará entonces en destruirte, y desaparecerás de la tierra. 64 Porque el Señor te esparcirá en medio de todas las naciones, de uno a otro extremo de la tierra. Allí adorarás dioses paganos que ni tú ni tus antepasados han conocido, dioses hechos de madera y de piedra. 65 No tendrás reposo entre esas naciones, sino que el Señor pondrá cobardía en tu corazón, y quedarás en tinieblas con el cuerpo gastado por la tristeza y el temor. 66 Tu vida penderá de un hilo. Vivirás noche y día lleno de temor, y no tendrás motivo para pensar que verás la luz del día siguiente: 67 En la mañana dirás: “Ojalá pueda vivir hasta la noche”. Y en la noche dirás: “Ojalá pueda vivir hasta mañana”. Dirás esto porque estarás rodeado de temor, y el miedo se adueñará de tu corazón. 68 Entonces el Señor te enviará de regreso a Egipto en barcos, viaje que yo prometí que jamás volverías a hacer. Allí te pondrás en venta delante de tus enemigos para ser esclavo de ellos, pero nadie querrá comprarte».

La renovación del pacto

29 Fue en las llanuras de Moab donde Moisés confirmó el pacto que el Señor había hecho con el pueblo de Israel en el monte Horeb. 2-3 Convocó a todo Israel ante su presencia y les dijo:

«Ustedes vieron con sus propios ojos las grandes plagas y los milagros portentosos que el Señor hizo caer sobre el faraón y su pueblo en Egipto. Sin embargo, el Señor no les ha dado corazones que entiendan ni ojos que vean ni oídos que oigan. Durante cuarenta años el Señor los condujo a través del desierto, y sus vestiduras no se envejecieron, ni se les gastó el calzado. Él no les ha permitido establecerse en ningún lugar ni cultivar la tierra para que les produzca trigo para el pan y uva para el vino, porque desea que comprendan que él es el Señor el Dios de ustedes, y que los ha estado cuidando y alimentando.

»Cuando llegamos a este lugar, el rey Sijón de Hesbón y el rey Og de Basán salieron a ofrecernos batalla, y los derrotamos. Tomamos posesión de sus tierras y se las dimos a las tribus de Rubén, Gad y a la media tribu de Manasés, para que fuera heredad de ellos. Por lo tanto, obedezcan las condiciones de este pacto para que sean prosperados en todo lo que hagan. 10 Todos ustedes, sus dirigentes, el pueblo, sus jueces y funcionarios administrativos, están hoy delante del Señor su Dios, 11 junto con sus pequeños, sus viudas y los exiliados que viven entre ustedes, los que cortan la leña y los aguadores. 12 Están aquí esperando establecer un pacto con el Señor su Dios, pacto que él hace con ustedes hoy, bajo juramento. 13 Él desea confirmarlos hoy como su pueblo y confirmar que él es su Dios como prometió a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 14 Este pacto no lo hace sólo con ustedes los que están aquí delante de él en este día, 15 sino también con todas las generaciones futuras de Israel.

16 »Ciertamente recuerdan cómo vivimos en la tierra de Egipto y cómo salimos de ella, cómo cruzamos a salvo el territorio de las naciones enemigas. 17 Y ustedes han visto todos sus ídolos paganos hechos de piedra, de madera, de plata y de oro. 18 El día en que cualquiera de ustedes, hombre o mujer, familia o tribu de Israel, comience a apartarse del Señor nuestro Dios y desee adorar los dioses de esas naciones, ese día saldrá de entre ustedes una raíz que producirá fruto amargo y venenoso.

19 »Que ninguno de ustedes, al oír las advertencias de esta maldición, piense livianamente y se diga: “Prosperaré aun cuando me conduzca de acuerdo con mi propio capricho”. Porque será la ruina de todos. 20 El Señor no lo perdonará. Su ira se encenderá contra aquella persona. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre ella y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo. 21 El Señor cortará a ese hombre de entre todas las tribus de Israel y derramará sobre él todas las maldiciones que están escritas en este libro, y que caerán sobre los que rompan este pacto. 22 Y los hijos de ustedes, las generaciones venideras y los extranjeros de tierras distantes que pasen verán la destrucción de la tierra y las enfermedades que el Señor ha enviado sobre ella. 23 Verán que toda la tierra es azufre y sal, desierta y calcinada, sin cultivar, tierra que no produce, ni siquiera hierba, como las de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín, que el Señor destruyó en medio de su ira.

24 »“¿Por qué el Señor trató así a esta tierra?” preguntarán las naciones. “¿Por qué se encendió de tal modo su ira?”.

25 »Y se les dirá: “Porque el pueblo de esta tierra quebrantó el pacto que hicieron con el Señor, Dios de sus antepasados, quien los sacó de la tierra de Egipto. 26 Ellos adoraron a otros dioses que no conocían ni habían hecho nada por ellos. 27 Por esta razón la ira del Señor se encendió contra esta tierra, y todas las maldiciones, escritas en este libro, cayeron sobre ellos. 28 Con gran ira el Señor los desarraigó de su tierra y los lanzó a otra tierra, donde viven todavía”.

29 »Hay secretos que el Señor nuestro Dios no nos ha revelado, pero estas palabras que ha revelado son para que nosotros y nuestros hijos las obedezcamos para siempre.

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