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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Génesis 25-26

Muerte de Abraham

25 Abraham volvió a casarse. Su nueva esposa se llamaba Cetura. Con ella Abraham tuvo los siguientes hijos:

Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súaj.

Los dos hijos de Jocsán fueron Sabá y Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los leumeos. Los hijos de Madián fueron Efá, Éfer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos estos fueron descendientes de Cetura.

Todo cuanto Abraham poseía se lo dio a Isaac. A los hijos de sus otras mujeres les dio regalos, y los envió hacia el oriente, para alejarlos de Isaac.

7-8 Abraham murió a la avanzada edad de ciento setenta y cinco años 9-10 y fue sepultado por sus hijos Isaac e Ismael en la cueva de Macpela, cerca de Mamré, en el campo que Abraham le había comprado a Efrón, el hijo de Zojar el hitita. Fue sepultado junto a su esposa Sara.

11 Después de la muerte de Abraham, Dios derramó abundantes bendiciones sobre Isaac. Isaac se quedó a vivir cerca del pozo de Lajay Roí.

Descendientes de Ismael

12-15 Esta es una lista, por orden de nacimiento, de los hijos de Ismael, hijo de Abraham y de Agar, la esclava egipcia de Sara:

Nebayot, Cedar, Abdel, Mibsán, Mismá, Dumá, Masá, Hadar, Temá, Jetur, Nafis y Cedema.

16 Estos doce hijos de Ismael fundaron las doce tribus que llevan sus nombres.

17 Ismael murió a la edad de ciento treinta y siete años, y fue a reunirse con sus antepasados. 18 Los descendientes de Ismael habitaron en la región que va desde Javilá hasta Sur, que está frente a Egipto, en la vía que va a Asiria. Así que Ismael se quedó a vivir en frente de todos sus parientes.

Nacimiento de Jacob y de Esaú

19 Esta es la historia de Isaac, el hijo de Abraham. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, la hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eran arameos y vivían en Padán Aram. 21 Como Rebeca no podía tener hijos, Isaac oró al Señor a favor de ella. El Señor escuchó su oración, de modo que Rebeca quedó embarazada. 22 Pronto se dio cuenta que iba a tener mellizos porque los niños luchaban dentro de su vientre. Preocupada, Rebeca se dijo así misma: «Si las cosas van a seguir así, ¿para qué quiero seguir viviendo?». Entonces fue a consultar al Señor, 23 Y Dios le dijo:

«En tu vientre hay dos naciones;

dos pueblos divididos desde antes de nacer.

Uno será más fuerte que el otro,

y el mayor servirá al menor».

24 Llegado el momento, Rebeca dio a luz. 25 El primero que nació era pelirrojo y tan velludo, que parecía tener un abrigo de piel. Por eso lo llamaron Esaú. 26 Luego nació el segundo, que salió aferrado al tobillo de Esaú, por lo que lo llamaron Jacob (Suplantador). Isaac tenía sesenta años cuando nacieron los mellizos.

27 Los niños crecieron. Esaú se hizo hábil cazador y le gustaba el campo, mientras que Jacob era muy tranquilo y prefería quedarse en la casa. 28 Esaú era el favorito de Isaac, porque le daba de comer de lo que cazaba; pero Jacob era el favorito de Rebeca.

29 Un día Jacob estaba haciendo un guiso cuando Esaú llegó del campo muy cansado 30 y le dijo:

―Hombre, ¡estoy muerto de hambre! ¡Por favor, dame un poco de ese guiso rojo! (Por eso, a Esaú también se le conoció con el nombre de Edom, que significa rojo).

31 ―Muy bien, pero dame en cambio tu derecho de primogenitura —respondió Jacob.

32 ―¿De qué me sirve la primogenitura si me muero de hambre? —replicó Esaú.

33 ―Entonces prométeme bajo juramento que me cedes tu derecho de primogenitura —insistió Jacob.

Esaú hizo el juramento y vendió así sus derechos de hijo mayor al hermano menor. 34 Entonces Jacob le dio pan y el guiso de lentejas.

Después de comer y de beber, Esaú se levantó y se fue. Así demostró que no le importaba para nada su derecho de hijo mayor.

Isaac y Abimélec

26 En aquella época hubo mucha hambre en esa región, tal como había ocurrido antes en el tiempo de Abraham. Isaac entonces se trasladó a la ciudad de Guerar, donde vivía Abimélec el rey de los filisteos. Allí se le apareció el Señor y le dijo: «No vayas a Egipto. Quédate en el lugar que yo te indique. Vive en este país, y yo estaré contigo y te bendeciré, porque toda esta tierra te la daré a ti y a todos tus descendientes, tal como le prometí a Abraham, tu padre. Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas, y les daré todas estas tierras. Por causa de tus descendientes serán bendecidas todas las naciones de la tierra. Haré esto por cuanto Abraham obedeció mis mandamientos y mis leyes».

Isaac, pues, se quedó en Guerar. Cuando los hombres del lugar le preguntaban quién era la mujer que lo acompañaba, Isaac decía que era su hermana. Es que Rebeca era tan bonita, que Isaac tenía miedo de que los hombres de aquel lugar lo mataran si se enteraban que ella era su esposa.

Pero algún tiempo después, Abimélec, el rey de los filisteos, miró por la ventana y vio a Isaac acariciando a Rebeca. Abimélec entonces llamó a Isaac y le dijo:

―¡Ah, con que esa mujer es tu esposa! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?

―Porque tuve miedo de ser asesinado —replicó Isaac—. Pensé que alguien podría matarme para apoderarse de ella.

10 ―¿Cómo pudiste hacernos esto? —exclamó Abimélec—. Alguno, sin saberlo, pudo haberse acostado con ella, y todos habríamos cargado con las consecuencias de ese pecado.

11 Entonces Abimélec proclamó públicamente: «Cualquiera que le haga algún daño a este hombre o a su esposa, morirá».

12 Ese año las cosechas de Isaac fueron enormes: cosechó cien veces lo sembrado, porque el Señor lo bendijo. 13 Día a día Isaac fue adquiriendo bienes, hasta que llegó a ser muy rico. 14 Tenía grandes rebaños de ovejas y de vacas, y muchos esclavos. Por esta razón los filisteos le tenían envidia. 15 Así que llenaron de tierra los pozos que habían cavado los siervos de su padre Abraham. 16 Entonces el rey Abimélec le dijo a Isaac:

―Vete a otro lugar, porque te has enriquecido y eres más poderoso que nosotros.

17 De modo que Isaac salió de allí y se fue a vivir al valle de Guerar. 18 Allí Isaac volvió a abrir los pozos de Abraham, los mismos que los filisteos habían tapado después de la muerte de Abraham. Isaac les puso los mismos nombres que les había dado su padre.

19 Un día, los pastores de Isaac abrieron un hoyo en el valle y encontraron un manantial. 20 Pero cuando los pastores del lugar lo vieron lo reclamaron como suyo.

―Esta es nuestra tierra, por lo tanto el pozo es nuestro —dijeron, y disputaron con los pastores de Isaac.

Por eso, Isaac llamó a ese pozo Pelea, porque habían peleado por él. 21 Los hombres de Isaac cavaron otro pozo y nuevamente pelearon por él. A este pozo Isaac le puso el nombre de Enemistad.

22 Isaac se fue de allí y cavó otro pozo, pero esta vez no pelearon por él. Entonces Isaac le puso el nombre de Lugar de Libertad, pues dijo: «Ahora el Señor nos ha dado un lugar en el que podremos prosperar».

23 De allí, Isaac fue a Berseba. 24 Esa noche, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios de Abraham, tu padre. No temas, porque estoy contigo. Por amor a Abraham, mi siervo, te bendeciré y haré que tu descendencia sea muy numerosa».

25 Entonces Isaac construyó un altar y adoró al Señor. Allí se estableció, y sus siervos abrieron un pozo.

26 Un día, Abimélec vino desde Guerar para visitar a Isaac. Con él vinieron Ajuzat, su consejero, y Ficol, comandante de su ejército.

27 ―¿A qué han venido, si me odian y me echaron de su tierra? —les preguntó Isaac.

28 ―Bueno —dijeron ellos—, podemos ver claramente que el Señor te está bendiciendo. Así que hemos decidido venir a pedirte que hagamos un pacto entre nosotros. El pacto que haremos contigo, bajo juramento, es este: 29 Prométenos que no nos harás daño, tal como nosotros no te lo hemos causado a ti. Realmente, te hemos hecho solamente bien y te despedimos en forma pacífica. ¡Ahora tú cuentas con la bendición del Señor!

30 Entonces Isaac les hizo una gran fiesta, y comieron y bebieron. 31 Al día siguiente, se levantaron muy temprano y sellaron el pacto con un juramento. Luego Isaac los despidió en paz.

32 Ese mismo día los siervos de Isaac vinieron y le dijeron:

―¡Encontramos agua en el pozo que estábamos abriendo!

33 Por eso, Isaac le puso a ese pozo el nombre de Seba (Juramento). Por esta razón, aquella ciudad, hasta el día de hoy, lleva el nombre de Berseba.

Isaac bendice a Jacob

34 A los cuarenta años de edad, Esaú se casó con una muchacha llamada Judit, hija de un hitita llamado Beerí. Además se casó con Basemat, hija de otro hitita llamado Elón. 35 Estas dos mujeres fueron un dolor de cabeza para Isaac y Rebeca.

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