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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Ezequiel 31-33

Alegoría del cedro y de los cipreses

31 Aconteció en el primer día del mes tercero[a] del año once que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su multitud: ‘¿A quién te has comparado en tu grandeza? He aquí que consideraré al cedro del Líbano, de ramas hermosas, que ensombrecía al bosque. Era de gran altura y su copa estaba entre las nubes[b]. Las aguas lo hicieron crecer; lo enalteció el abismo, que dirigió sus ríos alrededor de su vergel, y envió sus canales a todos los árboles del campo. Por tanto, superó en altura a todos los árboles del campo y sus ramas se multiplicaron. A causa de la abundancia de agua, se extendió el ramaje que había echado. En sus ramas hacían su nido todas las aves del cielo, debajo de su ramaje parían todos los animales del campo, y a su sombra habitaban todas las grandes naciones. Se hizo hermoso por su grandeza y por la extensión de su follaje, pues su raíz estaba junto a muchas aguas. En el jardín de Dios los demás cedros no lo igualaban, los cipreses no se le podían comparar en ramaje ni los castaños tuvieron ramas semejantes a las suyas. Ningún árbol en el jardín de Dios era igual a él en hermosura. Lo hice hermoso por la abundancia de su follaje, y todos los árboles en Edén, el jardín de Dios, le tuvieron envidia’.

10 “Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[c]: ‘Por cuanto se elevó[d] en estatura y levantó su copa hasta las nubes[e], y su corazón se enalteció con su altura, 11 por eso lo he entregado en mano de la más poderosa de la naciones, que ciertamente hará con él conforme a su impiedad. Yo lo he desechado; 12 y los extranjeros, los más crueles de los pueblos, lo cortan y lo abandonan. Sobre los montes y en todos los valles cae su follaje, y sus ramas son rotas en todas las quebradas de la tierra. Todos los pueblos de la tierra se van de su sombra; lo abandonan. 13 Sobre su tronco caído habitan todas las aves del cielo, y sobre sus ramas están todos los animales del campo. 14 Así sucede para que ninguno de los árboles que crecen junto a las aguas se exalte por su altura ni levante su copa hasta las nubes[f]; y para que ninguno de los árboles que beben aguas confíe en la altura de sus ramas. Porque todos son entregados a la muerte, a la parte más baja de la tierra, en medio de los hijos de los hombres que descienden a la fosa’”.

15 Así ha dicho el SEÑOR Dios[g]: “El día en que él descienda al Seol haré que haya duelo y lo cubriré con el océano. Detendré sus ríos, y las muchas aguas serán detenidas. Por él cubriré de tinieblas el Líbano, y por él todos los árboles del campo se desmayarán. 16 Por el estruendo de su caída haré temblar las naciones, cuando lo haga descender al Seol, junto con los que desciendan a la fosa. Todos los árboles del Edén, los escogidos del Líbano, todos los que beben aguas, se consolarán a sí mismos en la parte más baja de la tierra. 17 Ellos también descenderán con él al Seol, junto con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que habitaban a su sombra en medio de las naciones.

18 “¿A quién, pues, te has comparado así en gloria y en grandeza en medio de los árboles del Edén? Junto con los árboles del Edén, serás derribado a la parte más baja de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, junto con los muertos a espada.

“Eso es el faraón y toda su multitud”, dice el SEÑOR Dios[h].

Lamento por el rey de Egipto

32 Aconteció en el primer día del mes duodécimo[i] del año doce que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, entona un lamento por el faraón, rey de Egipto, y dile:

“‘Has llegado a ser semejante

a un león de las naciones.

Tú eres como el monstruo de los mares; irrumpes en tus ríos,

agitas las aguas con tus pies

y enlodas sus corrientes.

Así ha dicho el SEÑOR Dios[j]: Extenderé contra ti mi red

en medio de la reunión

de muchos pueblos,

y con mi malla te levantarán.

Te arrojaré en la tierra;

te lanzaré sobre la superficie

del campo.

Haré que las aves del cielo

habiten sobre ti;

haré que se sacien de ti las bestias

de toda la tierra.

Tus carnes expondré sobre los montes,

y llenaré los valles con tus restos.

Regaré la tierra con el correr

de tu sangre,

y de ti se llenarán las quebradas.

Cuando yo te haya extinguido, cubriré los cielos

y haré que se oscurezcan las estrellas. Cubriré el sol con una nube,

y dejará de alumbrar la luz de la luna.

Haré que se oscurezcan sobre ti todos los astros luminosos del cielo,

y traeré tinieblas sobre tu tierra, dice el SEÑOR Dios[k].

“‘Perturbaré el corazón de muchos pueblos cuando haga llevar a los tuyos

en cautividad[l] entre las naciones,

a tierras que jamás has conocido.

10 Haré que muchos pueblos

queden atónitos a causa de ti. Por tu causa sus reyes

se estremecerán de terror,

cuando yo esgrima mi espada ante sus rostros.

En el día de tu caída

todos temblarán a cada instante, cada uno por su propia vida.

11 Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[m]:

La espada del rey de Babilonia vendrá contra ti.

12 Con espadas de hombres valientes haré caer tu multitud.

Todos ellos son los más crueles

de las naciones.

Destruirán la soberbia de Egipto,

y toda su multitud será deshecha.

13 Haré perecer todos sus animales

de junto a las muchas aguas. Nunca más las agitará

el pie del hombre

ni las agitarán las pezuñas

de los animales.

14 Entonces aquietaré sus aguas,

y haré que sus ríos corran como

el aceite, dice el SEÑOR Dios[n].

15 “‘Cuando yo convierta en desolación la tierra de Egipto y la tierra sea vaciada de su plenitud,

cuando yo haga morir a todos los que habitan en ella,

sabrán que yo soy el SEÑOR’.

16 “Este es un lamento, y lo entonarán. Las hijas de las naciones lo entonarán. Por Egipto y por toda su multitud lo entonarán”, dice el SEÑOR Dios[o].

Egipto yacerá en el Seol

17 Aconteció en el día quince del mes primero[p] del año doce que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 18 “Oh hijo de hombre, lamenta tú por la multitud de Egipto y hazlos descender, tanto a él como a las hijas de las naciones poderosas, a las partes más bajas de la tierra, junto con los que descienden a la fosa: 19 ‘¿A quién superas en hermosura? ¡Desciende para que te hagan yacer con los incircuncisos!’.

20 “En medio de los muertos a espada caerán. Él es entregado a la espada. Arrástrenlo con toda su multitud. 21 De en medio del Seol los más fuertes de los poderosos, con sus ayudadores, hablarán de él: ‘Ya han descendido y yacen con los incircuncisos, muertos a espada’.

22 “Allí está Asiria y toda su multitud alrededor de sus sepulcros. Todos ellos cayeron muertos a espada. 23 Sus sepulcros han sido puestos en los lugares más profundos de la fosa, y su multitud yace alrededor de su sepulcro. Todos ellos, los que impusieron su terror en la tierra de los vivientes, han caído muertos a espada.

24 “Allí está Elam, con toda su multitud alrededor de su sepulcro. Todos ellos cayeron muertos a espada y han descendido incircuncisos a las partes más bajas de la tierra, porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. Cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa. 25 En medio de los muertos le tendieron su lecho, y toda su multitud está alrededor de su sepulcro, todos incircuncisos, muertos a espada; porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. Cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa. Fue puesto en medio de los muertos.

26 “Allí están Mesec y Tubal, con toda su multitud alrededor de sus sepulcros, todos ellos incircuncisos, muertos a espada; porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. 27 No yacen con los valientes que cayeron, de entre los incircuncisos, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra; cuyas espadas fueron puestas debajo de sus cabezas, y cuyos pecados quedaron puestos sobre sus huesos; porque impusieron su terror sobre los valientes en la tierra de los vivientes. 28 Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, yacerás con los muertos a espada.

29 “Allí está Edom con sus reyes y todos sus dirigentes que en su poderío fueron puestos junto con los muertos a espada. Ellos yacen con los incircuncisos y con los que descienden a la fosa.

30 “Allí están los príncipes del norte, todos ellos, y todos los de Sidón, quienes a pesar del terror causado por su poderío yacen avergonzados, incircuncisos, junto con los muertos a espada. Y cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa.

31 “A estos mirará el faraón, y se consolará por toda su multitud, los muertos a espada, aun el faraón y todo el ejército, dice el SEÑOR Dios[q]. 32 Porque impuso[r] su terror en la tierra de los vivientes, también al faraón y a toda su multitud se les hará yacer entre los incircuncisos, con los muertos a espada”, dice el SEÑOR Dios[s].

Ezequiel como centinela de Israel

33 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: ‘Cuando yo traiga espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tome a un hombre de su territorio y lo ponga como centinela, si él ve venir la espada sobre la tierra y toca la corneta para advertir al pueblo, cualquiera que oye el sonido de la corneta y no se deja advertir, y al llegar la espada se lo lleva, su sangre caerá sobre su propia cabeza. Él oyó el sonido de la corneta, pero no se dejó advertir, su sangre caerá sobre él. Pero si se hubiera dejado advertir, habría librado su vida. Sin embargo, si el centinela ve venir la espada y no toca la corneta, de modo que el pueblo no es advertido, si viene la espada y se lleva a alguno de ellos, este es llevado por causa de su pecado, pero yo demandaré su sangre de mano del centinela’.

“A ti, oh hijo de hombre, te he puesto como centinela para la casa de Israel. Oirás, pues, la palabra de mi boca y les advertirás de mi parte. Si yo digo al impío: ‘Impío, morirás irremisiblemente’, y tú no hablas para advertir al impío de su camino, el impío morirá por su pecado; pero yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú adviertes al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se aparta de su camino, él morirá por su pecado; pero tú habrás librado tu vida.

Esperanza para el pecador

10 “Tú, pues, oh hijo de hombre, di a la casa de Israel: Ustedes han dicho: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos nos estamos pudriendo; ¿cómo, pues, viviremos?’. 11 Diles: ¡Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva!, dice el SEÑOR Dios[t]. ¡Apártense, apártense de sus malos caminos! ¿Por qué morirán, oh casa de Israel?

12 “Tú, oh hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo que la justicia del justo no lo librará en el día que se rebele. Y en cuanto a la impiedad del impío, no le será estorbo en el día que se aparte de su impiedad. Y el justo no podrá vivir por su justicia en el día que peque. 13 Si digo al justo: ‘Ciertamente vivirás’, y confiando en su justicia él hace iniquidad, no será recordada ninguna de sus obras de justicia, sino que morirá por la iniquidad que hizo. 14 Si digo al impío: ‘Morirás irremisiblemente’, y él se aparta de su pecado y practica el derecho y la justicia; 15 si el impío restituye la prenda y paga lo que ha robado; si camina según los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, ciertamente vivirá; no morirá. 16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido. Practica el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.

17 “Sin embargo, los hijos de tu pueblo dicen: ‘No es correcto el camino del Señor’. Pero es el camino de ellos el que no es correcto. 18 Si el justo se aparta de su justicia y hace injusticia, por ello morirá. 19 Y si el impío se aparta de su impiedad y practica el derecho y la justicia, por ello vivirá. 20 Sin embargo, dicen: ‘No es correcto el camino del Señor’. Oh casa de Israel, yo los juzgaré a ustedes, a cada uno conforme a sus caminos”.

Ezequiel recupera el habla

21 Aconteció en el quinto día del mes décimo[u] del año doce de nuestra cautividad que uno que había escapado de Jerusalén vino a mí para decir: “La ciudad ha sido tomada”.

22 La noche antes que llegara el que había escapado, la mano del SEÑOR vino sobre mí, y me abrió la boca antes que él llegara a mí por la mañana. Así abrió mi boca y no estuve más enmudecido.

Contra los que prescinden de Dios

23 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 24 “Oh hijo de hombre, los que habitan entre aquellas ruinas, en la tierra de Israel, andan diciendo: ‘Abraham era solo uno; sin embargo, tomó posesión de la tierra. ¡Cuánto más nosotros que somos muchos! A nosotros ha sido dada la tierra como posesión’. 25 Por tanto, diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[v]: ‘Ustedes que comen con sangre, alzan sus ojos hacia sus ídolos y derraman sangre, ¿tomarán posesión de la tierra? 26 Han confiado en sus espadas, han hecho abominación y han mancillado cada uno a la mujer de su prójimo, ¿y tomarán posesión de la tierra?’. 27 Les dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios[w]: ‘¡Vivo yo, que los que están en aquellas ruinas caerán a espada! Al que está sobre la superficie del campo lo daré por comida a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cavernas morirán por la peste. 28 Convertiré la tierra en desolación y asolamiento y cesará la soberbia de su poderío. Los montes de Israel quedarán desolados, de modo que no habrá quien pase por ellos. 29 Y sabrán que soy el SEÑOR, cuando yo convierta la tierra en desolación y en soledad, por todas las abominaciones que han hecho’.

30 “Oh hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan acerca de ti, junto a las paredes y a las puertas de las casas. Hablan el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: ‘¡Vengan y oigan cuál es la palabra que viene del SEÑOR!’. 31 Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Más bien, expresan motivos sensuales con su boca, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas. 32 He aquí que para ellos tú eres como un cantante de motivos sensuales, cuya voz es agradable y que toca bien. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. 33 Pero cuando esto venga —y he aquí que ya viene—, entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos”.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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