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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Ezequiel 25-27

Profecía contra Amón

25 Luego me llegó un mensaje del Señor otra vez:

«Hombre mortal, dirige tu vista hacia la tierra de Amón y profetiza contra su pueblo. Diles: Escuchen lo que el Señor Dios dice: “¡Por cuanto se burlaron cuando mi templo fue destruido, y se burlaron de Israel en su angustia, y se rieron de Judá cuando fue llevada cautiva, yo permitiré que los beduinos del desierto, los que viven al oriente de ustedes, invadan su tierra! Ellos establecerán sus campamentos entre ustedes, se comerán sus frutos y beberán su leche. Y convertiré la ciudad de Rabá en pastizal de camellos y toda la tierra de los amonitas en terreno abandonado que solo servirá para apacentar rebaños de ovejas. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.

»Pues el Señor Dios dice: “¡Por cuanto aplaudieron y bailotearon y vitorearon alegremente ante la destrucción de mi pueblo, yo te castigaré con mucho rigor, entregándolos a muchas naciones para ser maltratados! Los haré desaparecer como nación para siempre, los destruiré, y entonces sabrán que yo soy el Señor”».

Profecía contra Moab

Y el Señor Dios dice: «¡Puesto que los moabitas han dicho que Judá no está mejor que ninguna otra nación, 9-10 yo atacaré el flanco oriental de Moab, destruyendo sus ciudades fronterizas, que son el gran orgullo de la nación, Bet Yesimot, Baal Megón y Quiriatayin! Y tribus beduinas del desierto al oriente se desparramarán por ellas, tal como lo harán con Amón. Y Moab no existirá más entre las naciones. 11 Así haré sentir mi juicio sobre los moabitas, y ellos sabrán que yo soy el Señor».

Profecía contra Edom

12 Y el Señor Dios dice: «¡Por cuanto el pueblo de Edom ha causado tanto daño al vengarse sobre el pueblo de Judá, 13 yo le causaré mucho daño a Edom y exterminaré su gente, su ganado y sus rebaños! ¡Habrá mucha destrucción desde Temán hasta Dedán! 14 Y el instrumento de mi venganza será mi pueblo Israel. Ellos ejecutarán mi tremenda venganza».

Profecía contra los filisteos

15 Y el Señor Dios dice: «¡Por haber actuado los filisteos contra Judá con tanta violencia, con un odio añejado, 16 yo causaré ahora mucho daño en sus territorios, y borraré a los quereteos del mapa y destruiré completamente aquellos que habitan al lado de la costa del mar! 17 Llevaré a cabo mi terrible venganza sobre ellos para reprenderlos por lo que han hecho contra mi pueblo. Y cuando todo esto suceda, entonces sabrán que yo soy el Señor».

Profecía contra Tiro

26 Otro mensaje me vino del Señor en el primer día del mes, en el onceavo año después que el rey Joaquín fue llevado al cautiverio:

«Hombre mortal, Tiro se ha puesto muy contenta por la caída de Jerusalén, diciendo: “¡Bien! ¡Ella, que controlaba las lucrativas rutas comerciales de norte a sur a lo largo de la costa y a lo largo del curso del río Jordán, ha sido quebrada, y yo soy la heredera! ¡Por cuanto ella ha sido desolada, yo me aprovecharé y llegaré a ser rica!”.

»Por lo tanto el Señor Dios dice: ¡Yo estoy aquí contra ti, Tiro! Traeré naciones en guerra contra ti como si fueran olas del mar. Ellas destruirán las murallas de Tiro y echarán por los suelos sus torres defensivas. ¡Barreré con todo hasta que la ciudad se vea como una roca desnuda! Llegará a ser como una isla deshabitada, un lugar donde los pescadores tiendan sus redes, pues yo he hablado, dice el Señor. Tiro llegará a ser la presa de muchas naciones, y sus pueblos y caseríos de alrededor también serán destruidos con violencia. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»Pues el Señor Dios dice: ¡Yo traeré a Nabucodonosor, rey de Babilonia —el rey más poderoso de las naciones del norte— contra Tiro con un gran ejército y poderosa caballería y muchos carros de guerra! Primero destruirá tus suburbios, luego atacará la ciudad en tierra firme construyendo un cerco militar y atacando luego de sorpresa con toda su furia contra ella. Él colocará arietes contra tus murallas y con mazos demolerá tus fuertes defensivos. 10 Los cascos de su caballería levantarán una polvareda sofocante y tus murallas temblarán al retumbe de su galope cuando entren a través de las puertas de la ciudad rotas, arrastrando carros de guerra tras ellos. 11 Los jinetes ocuparán cada calle de la ciudad; darán muerte a tu gente con sus filosas espadas y tus famosos y enormes pilares serán demolidos con facilidad. 12 Entonces saquearán todas tus riquezas y mercaderías y derribarán tus murallas. Destruirán tus hermosas casas y botarán tus piedras y maderas, y aun el polvo, en el mar. 13 Haré cesar la música de tus cantos; ya no tendrás más motivos para organizar alegres fiestas. 14 Haré que tu territorio quede como si fuera una roca desnuda, un lugar sólo útil para tendedero de redes de los pescadores. No serás jamás reconstruida, pues yo, el Señor, lo he dicho.

15 »El país entero temblará con tu caída; los heridos gritarán en medio del estruendo de la matanza. 16 Entonces todos los soberanos de los puertos de mar descenderán de sus tronos y se quitarán sus hermosas vestimentas y se sentarán sobre el suelo temblando de miedo por lo que han visto, asombrados y atónitos por lo que te ha sucedido. 17 Y ellos llorarán por ti, cantando esta endecha: “¡Oh poderosa ciudad-isla, con tu poderío naval que infundía terror a las ciudades de la tierra firme, cómo has desaparecido de los mares! 18 ¡Cómo temblarán las islas ante tu caída! ¡Todos observan espantados lo que te ha sucedido!”.

19 »El Señor Dios dice: ¡Yo arrasaré a Tiro hasta el suelo! ¡Te hundiré bajo las olas terribles del ataque enemigo! ¡Grandes mares te tragarán! 20 Te enviaré al fondo del abismo del infierno para permanecer allí con aquellos que están ahí desde mucho tiempo antes. Tu ciudad quedará en ruinas, muerta, como los cadáveres de aquellos que entraron en el mundo del más allá de los muertos. Nunca más serás poblada o tendrás hermosura aquí en la tierra de los vivientes. 21 Te conduciré hacia un fin terrible; por más esfuerzos que se hagan, nadie podrá encontrarte, dice el Señor».

Lamento por la caída de Tiro

27 Luego me vino este mensaje de parte del Señor:

«Hombre mortal, canta esta triste canción por Tiro:

»¡Oh poderosa ciudad porteña, centro comercial de toda la costa, el Señor Dios habla! Tú dices: “Yo soy la ciudad más hermosa de todo el mundo”. Tú has extendido tus límites aun sobre el mar; tus arquitectos te han hecho construcciones maravillosas. Eres como un barco construido de la madera más fina del Señor. Tomaron un cedro del Líbano para hacerte el mástil. Tus remos están hechos de robles de Basán. Las paredes de tu cabina son de ciprés de la costa sur de Chipre. Tus velas están hechas del lino más fino de Egipto. Estás parada debajo de cubiertas de lienzo con colores brillantes, con anilinas púrpuras y escarlatas traídas de la parte oriental de Chipre. ¡Todo lo mejor de lo mejor!

»Tus marineros vinieron de Sidón y de Arvad; tus timoneles son hombres hábiles de Zemer. Sabios y experimentados artesanos de Guebal calafatean tus junturas. Naves vienen de todas las naciones con mercaderías para intercambiar y negociar contigo. 10 Tu ejército incluye mercenarios de la lejana Persia, Lidia y Fut. Ellos te sirven; es un orgullo para ti que sus escudos estén colgados sobre tus paredes; es la mayor de tus honras.

11 »De Arvad y Jelec son los centinelas que vigilan sobre tus murallas; tus torres defensivas están guarnecidas con hombres gamadeos. Sus escudos cuelgan fila tras fila sobre las murallas de tu ciudad coronando tu gloria, mostrando tu gran poderío. 12 De Tarsis proceden toda clase de riquezas para tus mercados: plata, hierro, estaño y plomo. 13 Comerciantes de Javán, Tubal y Mésec traen esclavos y utensilios de bronce para comerciar en tus mercados y bazares, 14 en tanto que de Bet Torgama proceden caballos para los carros de guerra, corceles y mulas.

15 »Comerciantes vienen a ti desde Rodas, y muchas tierras costeras son tus mercados seguros, quienes te pagan con ébano y marfil. 16 Edom envía a sus mercaderes para comprar tus muchas mercaderías. Ellos traen para negociar esmeraldas, anilinas púrpuras, bordados, lino fino y joyas de coral y ágata. 17 Judá y las ciudades en lo que era una vez el reino de Israel envían mercaderes con trigo de Minit y Panag, y con miel, aceite y bálsamo. 18 Damasco viene también. Ella trae vinos de Jelbón y lana blanca siria para negociar por la rica variedad de mercaderías que tú produces. 19 Dan y Javán traen hilo árabe, hierro labrado, casia y caña aromática, 20 mientras Dedán trae caros paños para las monturas de caballos.

21 »Los árabes y los ricos príncipes mercaderes de Cedar te traen corderos, carneros y cabras. 22 Los mercaderes de Sabá y de Ragama vienen con toda clase de especias, joyas y oro. 23 Jarán, Cané, Edén, Asiria y Quilmad también envían sus mercaderías. 24 Ellos traen para negociar escogidas telas, telas azules, bordados y alfombras de muchos colores, enlazados con cordones y asegurados. 25 Las naves de Tarsis son como tus caravanas de mar; ¡tus depósitos en la isla están llenos hasta el tope!

26 »¡Pero ahora tus estadistas conducen tu barco, es decir, los negocios del reino, hacia un desastroso huracán! ¡Tu poderosa nave peligra ante la fuerte tormenta que viene del este, y sufres el naufragio en medio de los mares! 27 ¡Todo está perdido! ¡Tus riquezas y mercaderías, tus marineros y pilotos, tus constructores de barcos y mercaderes, soldados y toda la gente se hunden en el mar en el día de tu ruina inmensa! 28 ¡Las ciudades vecinas tiemblan ante el sonido de tus pilotos que gritan de miedo! 29 ¡Todos tus marineros que estaban en alta mar vienen a tierra y observan desde la costa, 30 llorando amargamente, echando polvo sobre sus cabezas y revolcándose en cenizas! 31 ¡Se rapan las cabezas en señal de duelo y se visten de saco y lloran por ti con profunda amargura y desesperación!

32 »Y este es su canto triste que te dedican: “¿Dónde en todo el mundo hubo jamás una ciudad tan maravillosa como Tiro, la que fue destruida en medio del mar? 33 Tus mercaderías satisfacían las necesidades de muchas naciones. Reyes de los reinos más lejanos de la tierra se regocijaban en las riquezas que tú les enviabas. 34 Ahora yaces quebrantada bajo el mar; toda tu mercadería y tu tripulación han perecido contigo. 35 Todos los que viven sobre las costas observan, incrédulos. Sus reyes están espantados y miran con caras demudadas. 36 Los mercaderes de las naciones menean sus cabezas, pues tu destino es terrible, has perecido para siempre”».

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