Beginning
17 »Enfermo estoy y próximo a la muerte; el sepulcro está presto a recibirme. 2 Estoy rodeado de burladores. Por todas partes los veo. 3-4 ¿No habrá en ninguna parte quien confirme mi inocencia? Pero tú, oh Dios, les has impedido comprender esto. ¡Ay! No los dejes triunfar. 5 Si aceptan soborno por denunciar a sus amigos, sus hijos quedarán ciegos.
6 »Dios me ha convertido en hazmerreír del pueblo; me escupen en la cara. 7 Mis ojos están nublados de llorar y no soy sino sombra de lo que fui. 8 Los varones rectos se asombran al verme. Pero un día los inocentes se alzarán por sobre los impíos; 9 los justos progresarán y marcharán adelante; los de corazón puro serán cada vez más vigorosos y fuertes.
10 »En cuanto a ustedes, váyanse, se lo ruego; porque no veo ni uno sabio entre ustedes. 11 Mis buenos días pasaron. Mis esperanzas han desaparecido. Los anhelos de mi corazón se han deshecho. 12 Dicen que la noche es día y el día, noche; ¡cómo pervierten la verdad!
13-14 »Si muero, saldré a las tinieblas y llamaré padre mío a la tumba y madre y hermana mía al gusano. 15 ¿Dónde, pues, está mi esperanza? ¿Hay quién pueda encontrarla? 16 No, mi esperanza bajará conmigo al sepulcro. ¡Juntos reposaremos en el polvo!».
Segundo discurso de Bildad
18 Bildad de Súah responde nuevamente:
2 «¿A quién tratas de engañar? Exprésate con algo de sensatez si quieres que te respondamos. 3 ¿Hemos llegado a ser para ti como animales estúpidos y mudos? 4 Sólo porque enojado rasgas tu ropa, ¿habrá de comenzar un terremoto? ¿Habremos de correr todos a escondernos?
5 »Queda en pie la verdad de que si no prosperas es porque eres malvado. Y tu brillante llama será apagada. 6 Habrá tinieblas en toda casa donde haya maldad. 7 El confiado paso del impío será acortado; verá que su vigor se desvanece. 8-9 Cae en trampas, y los ladrones le tienden emboscadas. 10 A cada paso, una trampa lo espera. 11 Razón tiene para temer; su enemigo está por darle alcance.
12 »Su vigor está agotado por el hambre; la calamidad acecha para lanzarse sobre él. 13 La enfermedad le carcome la piel. La muerte lo devorará. 14 La riqueza en que confiaba lo rechazará, y lo harán descender a donde está el rey de los terrores. 15 Su hogar desaparecerá bajo ardiente bombardeo de azufre. 16 Morirá de sus raíces arriba, y todas sus ramas serán cortadas.
17 »Todo recuerdo de su existencia perecerá en la tierra; nadie lo recordará. 18 Será echado del reino de la luz y lanzado a las tinieblas, y expulsado del mundo. 19 No le quedará hijo ni nieto ni ningún otro pariente. 20 Viejos y jóvenes por igual se horrorizarán ante su destino. 21 Sí, eso es lo que ocurre a los pecadores, a quienes rechazan a Dios».
Sexto discurso de Job
19 Respuesta de Job:
2 «¿Hasta cuándo me atormentarán y tratarán de quebrantarme con sus palabras? 3 Ya por diez veces me han declarado pecador. ¿Cómo no les da vergüenza darme un trato tan duro? 4 Y si de veras estuviera yo equivocado, tendrían que demostrarlo. 5 ¿Tan grandes se creen? Pues demuestren mi culpa. 6 La verdad es que Dios me ha derribado y me ha atrapado en su red.
7 »Grito pidiendo ayuda y nadie me escucha. Doy voces, pero no se me hace justicia. 8 Dios me ha cerrado el paso y ha convertido en tinieblas mi luz. 9 Me ha despojado de mi gloria y ha quitado la corona de mi cabeza. 10 Me ha quebrantado por todas partes y estoy acabado. Me ha destruido toda esperanza, 11 Su furia me quema; me tiene por enemigo. 12 Envía sus ejércitos a sitiar mi tienda.
13 »Ha alejado a mis hermanos y amigos. 14 Mis parientes me han fallado; todos mis amigos me han abandonado. 15 Quienes viven en mi casa, aun mis siervos, me miran como a un extraño. Soy para ellos como un forastero. 16 Llamo a mi siervo, y no acude; ¡hasta le suplico! 17 Mi propia esposa y mis hermanos sienten asco de mí. 18 Hasta los niñitos me desprecian: cuando me levanto para hablar, se burlan de mí. 19 Mis mejores amigos me aborrecen. Los que yo amaba se han vuelto contra mí, 20 Soy huesos y pellejo, y tan sólo por un pelo he escapado a la muerte.
21 »¡Ay, amigos míos, compadézcanme porque la airada mano de Dios me ha tocado! 22 ¿Por qué han de perseguirme como me persigue Dios? ¿Por qué no les basta mi angustia?
23-24 »¡Ay, que con pluma de hierro se pudiera dejar grabado mi alegato en una roca para siempre! 25 Yo sé que mi redentor vive, que al fin estará de pie sobre la tierra. 26 ¡Y sé que después que este cuerpo se haya descompuesto, con este cuerpo veré a Dios! 27 Entonces él estará de parte mía y lo veré, no como un extraño sino como un amigo. ¡Qué gloriosa esperanza!
28 »¿Cómo se atreven ustedes a seguir acosándome, como si mi culpabilidad estuviera probada? 29 Les advierto que ustedes mismos se arriesgan a ser castigados por actuar así».
Segundo discurso de Zofar
20 Respuesta de Zofar de Namat:
2 «Me apresuro a responder, pues tengo la contestación para ti: 3 Has tratado de hacerme avergonzar de mí mismo por llamarte pecador, pero mi espíritu no me permite detenerme.
4 »Bien sabes tú que desde antaño, desde que Dios puso al hombre en la tierra, 5 el triunfo del malvado ha sido breve, y efímero el gozo del impío. 6 Aunque el impío sea altivo como los cielos y ande con la nariz levantada, 7 perecerá para siempre, arrojado como su propio excremento. Quienes lo conocieron se preguntarán adónde habrá ido a parar. 8 Se esfumará como un sueño. 9 Ni sus amigos ni su familia lo volverán a ver jamás. 10 Sus hijos tendrán que resarcir a los pobres; con duro trabajo pagarán ellos lo que él robó. 11 En plena juventud, sus huesos irán al polvo.
12 »Disfrutó la delicia de su maldad derritiéndola en su boca, 13 sorbiéndola lentamente para que no se consumiera. 14 Pero repentinamente los manjares que ha comido se le agrian en su interior. 15 Vomitará los despojos que tragó, Dios no le permitirá que los retenga. 16 Para él son veneno y muerte. 17 No disfrutará de los arroyos de aceite y los torrentes de miel y requesón que robó. 18 Sus esfuerzos no tendrán recompensa; la riqueza no le dará dicha. 19 Por cuanto ha oprimido a los pobres y se robó la casa que no construyó, jamás se repondrá.
20 »Aunque siempre fue codicioso, ahora no tiene nada; de todo cuanto soñó, nada le queda. 21 Por cuanto nada escapó de su voracidad, su bienestar no será duradero.
22 »Cuando esté en la cumbre de su poderío, se meterá en dificultades; todos los malvados lo destruirán. 23 Cuando esté a punto de llenarse el estómago, Dios derramará su ira sobre él, 24 será perseguido y derribado. 25 Le sacarán del cuerpo la flecha, cuya punta reluciente goteará bilis. Terrores de muerte lo asaltarán. 26 Sus tesoros se perderán en la más profunda oscuridad. Un fuego rugiente tragará sus bienes, consumiendo cuanto ha dejado. 27 Los cielos revelarán sus pecados y la tierra dará testimonio en su contra. 28 Su riqueza desaparecerá bajo la ira de Dios. 29 Este es el fin que Dios reserva al malvado, tal es la herencia que le asignó».
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