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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
2 Reyes 12-14

Joás, rey de Judá

12 Joás comenzó a reinar sobre Judá, cuando Jehú llevaba siete años reinando sobre Israel. Reinó en Jerusalén durante cuarenta años. (Su madre era Sibia, de Berseba). Durante toda su vida Joás hizo lo recto, ya que siguió las enseñanzas del sacerdote Joyadá. Sin embargo, no destruyó los santuarios de las colinas, y el pueblo siguió ofreciendo allí sacrificios e incienso.

4-5 Un día el rey Joás le dijo a los sacerdotes: «Es necesario reparar el templo del Señor. Cuando alguien traiga una contribución para el Señor, ya sea una contribución regular o una donación especial, úsenla para pagar las reparaciones que sean necesarias».

Pero en el año veintitrés de su reinado, el templo aún no había sido reparado. Entonces Joás llamó a Joyadá y a los otros sacerdotes, y les preguntó: «¿Por qué no se ha reparado los daños del templo? Desde ahora no manejarán el dinero que reciban, sino que lo entregarán para que se invierta en la reparación y restauración del templo».

Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no seguir manejando el dinero, y en no estar al frente de las reparaciones del templo. El sacerdote Joyadá hizo un agujero en la cubierta de un gran cofre y lo puso a la derecha del altar, a la entrada del templo del Señor. Los porteros ponían allí todas las contribuciones del pueblo. 10 Cada vez que el cofre se llenaba, el secretario de finanzas del rey y el sumo sacerdote lo contaban, lo ponían en bolsas, 11-12 y lo entregaban a los administradores de la construcción, para que pagaran a los carpinteros, canteros, albañiles, a los que vendían la madera, y a los mercaderes de piedras, y para que compraran los demás materiales necesarios para la reparación del templo del Señor.

13-14 El dinero no se usaba para comprar vasos de plata, ni utensilios de oro, ni fuentes, ni trompetas, ni otros artículos similares, sino solamente para pagar las reparaciones del templo del Señor. 15 A los administradores de la construcción no se les pedía cuentas del dinero, porque eran hombres honestos y fieles. 16 Sin embargo, el dinero que se daba para ofrendas por la culpa y por el pecado no se llevaba al templo del Señor, sino que se entregaba a los sacerdotes para su uso personal.

17 En este tiempo, Jazael, rey de Siria, atacó la ciudad de Gat y la conquistó. Luego se dirigió hacia Jerusalén, con el fin de atacarla. 18 Pero Joás tomó todos los objetos sagrados que sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, habían consagrado, juntamente con lo que él mismo había consagrado al Señor, y todo el oro de la tesorería del templo del Señor y del palacio, y lo envió a Jazael. Al recibir este regalo, Jazael desistió de atacar a Jerusalén.

19 El resto de la historia de Joás está escrita en el libro de los reyes de Judá. 20 Algunos de sus oficiales se alzaron contra él y lo asesinaron en Bet Miló, en el camino a Sila. 21 Los asesinos fueron Josacar hijo de Simat, y Jozabad hijo de Semer, ambos servidores de confianza. Joás fue sepultado en el cementerio real de Jerusalén, en la Ciudad de David, y su hijo Amasías fue el nuevo rey.

Joacaz, rey de Israel

13 Joacaz hijo de Jehú comenzó a reinar sobre Israel en el año veintitrés del reinado de Joás, de Judá. Reinó diecisiete años. Pero fue un mal rey, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. Por eso, el Señor se airó contra Israel, y permitió que Jazael, rey de Siria, y su hijo Ben Adad los vencieran muchas veces.

Pero Joacaz pidió ayuda al Señor, y él oyó su oración, y vio cuán terriblemente el rey de Siria estaba oprimiendo a Israel. El Señor levantó un libertador entre los israelitas que los libró de la tiranía de los sirios, de modo que los israelitas pudieron vivir tranquilos en sus casas, como antes. Con todo eso, no se apartaron del pecado, sino siguieron el mal ejemplo de Jeroboán. Y continuaron adorando a la diosa Aserá de Samaria.

Fue tanto el daño que el rey de Siria le había ocasionado a Israel, que sólo le quedaron cincuenta hombres de caballería, diez carros de combate y diez mil hombres de infantería.

El resto de la historia de Joacaz está escrito en el libro de los reyes de Israel. Cuando Joacaz murió, lo sepultaron en Samaria, y reinó en su lugar su hijo Joás.

Joás, rey de Israel

10 Joás llevaba treinta y siete años reinando en Judá, cuando Joás hijo de Joacaz comenzó a reinar en Israel, y reinó en Samaria dieciséis años. 11 Pero fue malo porque, al igual que Jeroboán hijo de Nabat, fomentó la adoración a los ídolos, con lo que hizo pecar a su pueblo. 12 El resto de la historia del reinado de Joás, incluyendo sus guerras contra el rey Amasías, de Judá, está escrito en el libro de los reyes de Israel. 13 Joás murió y fue sepultado en Samaria con los demás reyes de Israel; y su hijo Jeroboán fue el nuevo rey. A este Jeroboán se le llegó a conocer como Jeroboán II.

Muerte de Eliseo

14 Cuando Eliseo enfermó de muerte, el rey Joás, de Israel, lo visitó y, echándose sobre él, se puso a llorar, y exclamó:

―¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su guía!

15 Eliseo le dijo:

―Toma un arco y algunas flechas.

Y él así lo hizo.

16-17 ―Abre aquella ventana que da hacia el oriente —le ordenó.

Entonces le pidió al rey que pusiera la mano en el arco, mientras él ponía sus manos sobre las manos del rey:

―Dispara —ordenó Eliseo.

El rey disparó.

―¡Esta es flecha del Señor que completa la victoria sobre Siria! ¡Vencerás completamente a los sirios en Afec! —exclamó el profeta—. 18 Ahora toma las demás flechas y golpea con ellas el suelo.

El rey las tomó y golpeó tres veces el suelo, y se detuvo.

19 ―¡Debiste haber golpeado el suelo, cinco o seis veces —exclamó enojado el profeta—, porque entonces habrías derrotado definitivamente a los sirios, pero solo lo derrotarás tres veces!

20-21 Después Eliseo murió, y fue sepultado.

En aquellos días, algunas bandas de delincuentes moabitas hacían incursiones en la tierra cada primavera. Una vez, unos hombres estaban sepultando a un amigo, pero al ver a esas bandas tuvieron miedo y arrojaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Y en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, el hombre resucitó y se puso de pie.

Jazael oprime a los israelitas

22 El rey Jazael, de Siria, había oprimido a Israel durante todo el reinado del rey Joacaz. 23 Pero el Señor tuvo misericordia del pueblo de Israel, y no permitió que fuera totalmente destruido. Dios se compadeció de ellos y también se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.

24 Cuando el rey Jazael, de Siria, murió, su hijo Ben Adad reinó en su lugar. 25 Entonces Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, lo venció tres veces y reconquistó ciudades que Ben Adad le había arrebatado a su padre Joacaz.

Amasías, rey de Judá

14 Durante el segundo año del reinado de Joás, de Israel, el rey Amasías comenzó su reinado sobre Judá. Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veintinueve años. (Su madre era Joadán, de Jerusalén). Fue un buen rey ante los ojos del Señor, aunque no a la manera de su antepasado David. Pero fue un buen rey como su padre Joás. Sin embargo, no destruyó los altares de las colinas, de manera que el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en ellos.

En cuanto se afirmó en el poder, hizo matar a los hombres que habían dado muerte a su padre; pero no mató a los hijos de ellos, porque el Señor había ordenado en la ley de Moisés que los padres no murieran por la culpa de los hijos, ni los hijos por los pecados de sus padres: cada uno debía pagar la culpa de su propio pecado.

En una ocasión, Amasías dio muerte a diez mil edomitas en el valle de la Sal; también conquistó la ciudad de Selá, y le cambió el nombre por el de Joctel, como se le conoce hasta este día.

Un día envió un mensaje a Joás hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, en que lo desafiaba a que saliera a la guerra contra él.

Pero el rey Joás le respondió: «El cardo del Líbano le dijo al poderoso cedro: “Entrégame a tu hija para que sea esposa de mi hijo”. Pero luego pasó un animal salvaje y pisó al cardo, y lo destrozó. 10 Has vencido a Edom y te sientes orgulloso de ello, pero mi consejo es que te sientas contento con tu triunfo y te quedes en casa. ¿Por qué provocar un desastre para ti y para Judá?».

11 Pero Amasías se negó a oír. Entonces, el rey Joás de Israel salió a enfrentársele. La batalla comenzó en Bet Semes, una de las ciudades de Judá. 12 Judá fue derrotado, y huyó. 13 El rey Amasías fue capturado, y Joás marchó sobre Jerusalén y derribó sus murallas, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina, como unos ciento ochenta metros. 14 También se llevó a muchos rehenes, y todo el oro y la plata del templo del Señor y de la tesorería de la casa real, además de las copas de oro. Luego regresó a Samaria.

15 El resto de la historia de Joás y de su guerra contra el rey Amasías, de Judá, están escritos en el libro de los reyes de Israel. 16 Cuando Joás murió, fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel, y su hijo Jeroboán fue el nuevo rey.

17 Amasías, rey de Judá, vivió quince años más que Joás, rey de Israel. 18 El resto de su biografía está escrito en el libro de los reyes de Judá. 19 Hubo una conspiración contra su vida en Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero sus enemigos lo persiguieron, y allí lo mataron. 20 Lo llevaron después en caballos, y lo sepultaron en el cementerio real, en la Ciudad de David, en Jerusalén.

21 Entonces, el pueblo de Judá tomó a Azarías hijo de Amasías, y lo puso por rey de Judá. En ese momento Azarías tenía dieciséis años. 22 Fue él quien, tras la muerte de su padre, reconstruyó la ciudad de Elat y la devolvió a Judá.

Jeroboán II, rey de Israel

23 Jeroboán hijo de Joás comenzó a reinar en Israel cuando Amasías hijo de Joás llevaba quince años reinando en Judá. A este Jeroboán se le conoce como Jeroboán II, y reinó en Samaria durante cuarenta y un años. 24 Pero fue tan malo como Jeroboán hijo de Nabat, que había hecho pecar a Israel haciéndolo adorar ídolos. 25 Jeroboán II recuperó los territorios perdidos de Israel entre Lebó Jamat y el mar de Arabá, tal como el Señor, Dios de Israel, lo había anunciado por medio de Jonás hijo de Amitay, el profeta de Gat Jefer. 26 Porque el Señor había visto la situación tan triste en que estaban los habitantes de Israel, tanto libres como esclavos, y que no tenían quién los defendiera. 27 Así que el Señor los libró por medio de Jeroboán II, pues aún no había decidido hacer desaparecer al pueblo de Israel.

28 El resto de la biografía de Jeroboán, todo lo que hizo, su gran poder, sus guerras, y cómo recuperó Damasco y Jamat (que habían sido capturadas por Judá) está registrado en el libro de los reyes de Israel. 29 Cuando murió Jeroboán II fue sepultado con los demás reyes de Israel, y su hijo Zacarías fue el nuevo rey de Israel.

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