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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Deuteronomio 14-16

Ritos funerarios prohibidos

14 Ustedes son hijos del Señor su Dios. No se harán incisiones ni se raparán la frente por un muerto, porque tú eres un pueblo consagrado al Señor tu Dios, y a ti te ha elegido el Señor de entre todos los pueblos de la tierra para que seas el pueblo de su propiedad.

Los animales puros e impuros (Lv 11,1-47)

No comerás nada abominable. Estos son los animales que podrán comer: el buey, el cordero, el cabrito, el ciervo, la gacela, el venado, la cabra montés, el íbice, el antílope y el rebeco. Pueden, pues, comer cualquier animal rumiante que tenga la pezuña partida y hendida en dos partes. Sin embargo, aunque sean rumiantes o tengan la pezuña partida, no podrán comer el camello, la liebre y el conejo, porque aunque son rumiantes no tienen la pezuña partida. A estos considérenlos impuros; y lo mismo el cerdo que tiene la pezuña partida pero no es rumiante; no comerán su carne ni tocarán su cadáver.

De todos los animales que viven en el agua podrán comer los que tienen aletas y escamas; 10 pero los que no tienen aletas ni escamas no los pueden comer; considérenlos impuros para ustedes.

11 Podrán comer cualquier ave que sea pura; 12 pero no pueden comer el águila, el quebrantahuesos y el azor; 13 tampoco el buitre, ni especie alguna de milanos, halcones 14 o cuervos. 15 No pueden comer el avestruz, la lechuza, la gaviota, ni especie alguna de gavilanes; 16 Tampoco el búho, el ibis, el cisne, 17 el pelícano, el calamón, el cormorán, 18 la cigüeña, la garza en cualquiera de sus especies, la abubilla y el murciélago.

19 A los insectos con alas considérenlos impuros; por tanto, no son comestibles. 20 Pero sí pueden comer cualquier animal volador que sea puro.

21 No comerán ningún animal que encuentren ya muerto. Se lo podrás dar al inmigrante, que reside en tus ciudades, para que lo coma, o vendérselo al forastero. Pero tú eres un pueblo consagrado al Señor tu Dios.

No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

Diezmos

22 Cada año, puntualmente, apartarás el diezmo de lo que hayan producido tus campos. 23 Y en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja como morada de su nombre, comerás el diezmo de tu trigo, de tu vino y de tu aceite; también las primeras crías de tus vacas y ovejas, para que aprendas a respetar al Señor tu Dios toda tu vida. 24 Si el lugar que el Señor tu Dios ha escogido como morada de su nombre se encuentra distante del lugar donde tú vives y el camino es demasiado largo para transportar el diezmo de aquello con lo que el Señor tu Dios te ha bendecido, 25 entonces lo venderás y llevarás el dinero al lugar escogido por el Señor tu Dios. 26 Una vez allí, con ese dinero podrás comprar lo que te parezca conveniente: vacas, ovejas, vino u otra bebida fermentada, cualquier cosa que te apetezca, y en presencia del Señor tu Dios comerás y lo festejarás con tu familia. 27 No desampares al levita que vive en tus ciudades, porque él no ha recibido parte o herencia como tú.

28 Cada tres años reunirás el diezmo de los productos de ese año y lo depositarás a la puerta de tus ciudades, 29 para que cuando venga bien el levita, que no recibió parte o herencia como tú, bien el inmigrante, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad, puedan comer hasta quedar satisfechos. Y el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

Perdón de las deudas

15 Cada siete años perdonarás las deudas. Lo harás del siguiente modo: cuando se proclame el perdón de las deudas en honor del Señor, todo el que haya hecho un préstamo a su prójimo o a su hermano, le perdonará la deuda y no se la reclamará más. Podrás reclamar el pago de la deuda al forastero, pero perdonarás la deuda que tengas contraída con tu hermano. Así no habrá mendigos entre los tuyos, ya que el Señor te colmará de bendiciones en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en herencia para que la poseas, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas cada uno de los mandamientos que yo te prescribo hoy. El Señor tu Dios te bendecirá, tal como te lo ha prometido; podrás prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado; dominarás a muchos pueblos, pero ninguno te dominará a ti.

Cuando en alguna de las ciudades de la tierra que el Señor tu Dios te va a dar veas a algún pobre entre los tuyos, no seas inhumano negando tu ayuda a ese hermano necesitado; al contrario, tiéndele la mano y préstale lo que necesite para remediar su penuria. Y que no se te pase por la mente el perverso pensamiento de poner mala cara a tu hermano necesitado y no prestarle nada ya que se acerca el año séptimo, año de perdonar las deudas. Él podría clamar al Señor contra ti y te harías culpable de pecado. 10 Debes prestarle, y además sin mezquindad; así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas. 11 Nunca dejará de haber pobres en esta tierra; por eso te mando que abras generosamente la mano a tu hermano, al pobre y al indigente de tu tierra.

Leyes relativas a los esclavos (Ex 21,1-11)

12 Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti como esclavo y te sirve durante seis años, en el séptimo año lo dejarás libre. 13 Y cuando lo liberes no lo dejarás marchar con las manos vacías, 14 sino que le darás generosamente de aquello con lo que el Señor tu Dios te haya bendecido: de tu ganado, de tu era o de tu lagar. 15 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te liberó; por eso te ordeno esto hoy.

16 Pero si ese esclavo te dice: “No quiero irme de tu lado”, porque se ha encariñado de ti y de tu familia y porque contigo se encuentra a gusto, 17 entonces con un punzón le perforarás el lóbulo de la oreja contra la puerta, y así se convertirá en tu esclavo de por vida. Lo mismo harás si se trata de tu esclava. 18 No te pese dejar en libertad a tu esclavo, porque te sirvió durante seis años por la mitad de lo que habrías pagado a un jornalero; y, además, el Señor tu Dios bendecirá cuanto hagas.

Los animales primogénitos

19 Todo primogénito macho que nazca de tus vacas o de tus ovejas lo consagrarás al Señor tu Dios. No utilizarás para trabajar al primogénito de tus vacas, ni esquilarás al primogénito de tus ovejas, 20 sino que cada año, tú y tu familia lo comerán en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él haya escogido. 21 Pero si el animal tiene algún defecto: es cojo, ciego o tiene cualquier otra falta, no lo presentarás en sacrificio al Señor tu Dios. 22 En tal caso, lo comerás en tu ciudad, igual que si se tratase de gacela o ciervo; y lo podrá comer tanto el puro como el impuro. 23 Pero la sangre no la comerás, la derramarás en tierra, como el agua.

Las fiestas anuales (Ex 23,14-17; 34,8-24)

16 No dejes de celebrar la Pascua en honor del Señor, tu Dios, en el mes de Abib, porque en una noche del mes de Abib él te sacó de Egipto. En el lugar que el Señor haya escogido como morada de su nombre inmolarás vacas y ovejas como víctima pascual en honor del Señor tu Dios. No acompañarás la comida con pan fermentado, sino que durante siete días comerás pan sin levadura, pan de aflicción, porque saliste de Egipto apresuradamente. Así recordarás toda tu vida el día en que saliste de Egipto. Durante esos siete días no habrá levadura en todo tu territorio, y de la carne inmolada al atardecer del primer día no ha de quedar nada para la mañana siguiente. No podrás sacrificar la víctima pascual en cualquiera de las ciudades que el Señor tu Dios te haya dado. Solo podrás sacrificarla en el lugar que el Señor tu Dios haya escogido como morada de su nombre. Y lo harás al atardecer, cuando se pone el sol, porque ese fue el momento en que saliste de Egipto. La carne del sacrificio de la Pascua la cocerás y la comerás en el lugar que el Señor tu Dios haya elegido, y a la mañana siguiente emprenderás el regreso a casa. Durante seis días comerás pan ácimo y el séptimo celebrarás una asamblea sagrada en honor del Señor tu Dios. En ese día no realizarás trabajo alguno.

La fiesta de las Semanas

Cuenta siete semanas a partir del momento en que comience la siega de los sembrados. 10 Celebrarás entonces en honor del Señor tu Dios la fiesta solemne de las Semanas, en la que presentarás ofrendas voluntarias en proporción a las bendiciones que del Señor tu Dios hayas recibido. 11 Irás al lugar que el Señor tu Dios haya escogido como morada de su nombre; y allí, en presencia del Señor tu Dios, celebrarás la fiesta en su honor con tus hijos e hijas, con tus esclavos y esclavas, con los levitas que viven en tus ciudades, con los inmigrantes, y con los huérfanos y las viudas que vivan en medio de ti. 12 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto; por tanto, cumple y pon en práctica estos preceptos.

La fiesta de las Enramadas

13 Una vez acabada la vendimia y la recogida de la cosecha celebrarás durante siete días la fiesta de las Enramadas. 14 La celebrarás con tus hijos e hijas, tus esclavos y esclavas, con los levitas, inmigrantes, huérfanos y viudas que viven en tus ciudades. 15 Durante siete días celebrarás esta fiesta en honor del Señor tu Dios, en el lugar que escoja el Señor, porque él bendecirá todas tus cosechas y todo el trabajo de tus manos, y eso te hará sentir tremendamente dichoso.

16 Tres veces al año irán todos los varones a presentarse ante el Señor tu Dios, al lugar que el Señor haya escogido: para la fiesta de los Panes sin levadura, para la fiesta de las Semanas y para la fiesta de las Enramadas. Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías, 17 sino que cada uno llevará ofrendas, conforme a las bendiciones que del Señor tu Dios haya recibido.

Administración de la justicia

18 En todas las ciudades que el Señor tu Dios te da, nombrarás, por tribus, jueces y oficiales que se encargarán de juzgar con justicia al pueblo. 19 No quebrantarás el derecho ni actuarás con parcialidad. No aceptarás soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y falsea la causa del inocente. 20 Actúa siempre con toda justicia, para que vivas y poseas la tierra que el Señor tu Dios te da.

Prácticas cultuales prohibidas

21 Cuando levantes un altar en honor del Señor tu Dios, no plantes a su lado árbol sagrado alguno, 22 ni erijas ninguna piedra votiva, pues el Señor tu Dios las detesta.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España