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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Isaías 1-4

Esta es la visión que tuvo Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén durante la época en que los reyes Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías reinaron en Judá.

El caso contra Israel

Oigan los cielos y escuche la tierra
    lo que dice el SEÑOR:
«Crié a mis hijos y los saqué adelante,
    pero ellos se rebelaron contra mí.
El buey conoce a su amo,
    y el burro, el lugar donde lo alimentan;
pero Israel no me conoce,
    mi pueblo no tiene entendimiento».

¡Qué nación tan pecadora,
    qué pueblo tan perverso!
Generación mala,
    hijos depravados como mala semilla.
    Han dejado al SEÑOR.
Le han faltado al respeto al Santo de Israel
    y le han dado la espalda.

¿Por qué buscan más castigo
    y se siguen rebelando?
Tienen toda la cabeza lastimada
    y el corazón todo enfermo.
Están padeciendo de pies a cabeza,
    llenos de golpes, moretones
y heridas abiertas que no han sido curadas
    ni vendadas, ni aliviadas con aceite.
Su país está en ruinas,
    sus ciudades incendiadas.
Ustedes han visto cómo la gente extranjera
    ha explotado y arrasado su tierra.
La hija de Sion[a] ha quedado tirada
    como enramada en un viñedo,
como choza en un sembrado de pepinos,
    como ciudad sitiada por enemigos.
Si el SEÑOR Todopoderoso
    no hubiera dejado que unos cuantos de nuestro pueblo sobrevivieran,
hubiéramos quedado como Sodoma
    y como Gomorra.

10 Gobernantes de Sodoma,
    oigan el mensaje del SEÑOR.
Pueblo de Gomorra,
    escucha la enseñanza de Dios.
11 El SEÑOR dice:
    «¿Para qué me traen tantos sacrificios?
Estoy cansado de sus sacrificios que deben quemarse completamente
    y de la grasa de los animales bien cebados.
No me complace la sangre de los toros,
    ni de los corderos ni de las cabras.
12 ¿Quién les pide estas cosas
    cuando ustedes vienen a presentarse
    ante mí pisoteando mis patios?
13 No me traigan más ofrendas inútiles.
    Su incienso me desagrada.
Ya no aguanto sus reuniones de Luna Nueva,
    los días de descanso y las demás fiestas religiosas mientras practican el pecado.
14 Detesto sus fiestas de Luna Nueva y demás fiestas religiosas.
    Todo eso se me ha hecho insoportable,
    estoy cansado de todo eso.
15 Cuando ustedes alzan sus manos hacia mí para orar,
    yo me niego a prestarles atención.
Ya no escucharé su gran cantidad de oraciones
    porque ustedes tienen las manos
    manchadas de opresión y de violencia.
16 Límpiense y purifíquense,
    quiten sus maldades de mi vista,
dejen de hacer el mal
17     y aprendan a hacer el bien.
Sean honestos con los demás,
    ayuden al oprimido,
hagan valer los derechos de los huérfanos
    y defiendan a las viudas».

18 So yo, el SEÑOR, quien te habla:
    «Vengan y arreglemos el pleito.
Aunque sus pecados sean como el rojo encendido,
    ustedes quedarán tan blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como la púrpura,
    ustedes serán tan blancos como la lana.
19 Si ustedes están dispuestos a obedecerme,
    entonces disfrutarán las riquezas del país;
20 pero si se resisten y se rebelan contra mí,
    morirán a manos de sus enemigos».
Eso es lo que yo, el SEÑOR, he dicho con mi propia boca.

Jerusalén infiel: una canción triste

21 La ciudad fiel se volvió una prostituta.
    Antes estaba habitada por gente justa,
en ella vivía la justicia,
    pero ahora está llena de asesinos.
22 Tu plata quedó hecha escoria,
    y tu vino fino está ahora rebajado con agua.
23 Tus gobernantes son rebeldes
    y amigos de los delincuentes.
Todos ellos desean sobornos
    y quieren regalos.
Ninguno defiende los derechos de los huérfanos
    ni la causa de las viudas.

24 Por eso el Soberano SEÑOR Todopoderoso,
    el Fuerte de Israel, se expresa así:
«¡Ah! Me vengaré de mis enemigos
    y así me desquitaré de mis adversarios.
25 Luego te voy a agarrar,
    te fundiré con potasa para quitar tu escoria
    y limpiaré así tus impurezas.
26 Traeré de nuevo a ti jueces como los de antes,
    y consejeros como los que tenías al principio.
Otra vez volverán a llamarte
    “Ciudad fiel”, “Ciudad de justicia”».

27 Cuando la gente de Sion haga el bien,
    será salvada.
28 Pero que los rebeldes y pecadores sean destruidos todos juntos;
    y que desaparezcan los que abandonan al SEÑOR.
29 Ciertamente ustedes, idólatras,
    serán avergonzados
por causa de los robles que adoraron
    y sentirán vergüenza de los jardines sagrados[b].
30 Ustedes serán como un roble fuerte todo marchito,
    o como un jardín que se ha secado.
31 El más fuerte será como paja
    y el que lo juntó será como una chispa;
ambos se quemarán
    y nadie los apagará.

¿Será Jerusalén exaltada?

(Mi 4:1-3)

Este es el mensaje que recibió Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén:

En los últimos días, el monte del templo del SEÑOR
    será la montaña más exaltada.
Se levantará sobre todos los montes,
    y los rostros de la gente brillarán de alegría.[c]
Muchos pueblos vendrán aquí y dirán:
«Vamos al monte del SEÑOR,
    al templo del Dios de Jacob,
para que él nos dé sus enseñanzas
    y nosotros lo seguiremos».
Porque de Sion saldrá la enseñanza
    y de Jerusalén el mensaje del SEÑOR.
Él será árbitro entre las naciones
    y mediador entre los muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en arados
    y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación levantará espada contra otra,
    y ya nadie se preparará para la guerra.
Ven, familia de Jacob,
    andemos en la luz del SEÑOR.

Sólo el SEÑOR será exaltado

De verdad tú has abandonado a tu pueblo,
    la familia de Jacob,
porque ellos están llenos de adivinos del oriente
    y de magos como los que hay entre los filisteos.
    También hacen alianzas con extranjeros.
El oro y la plata abundan en el país
    y los tesoros sin límite.
Hay gran cantidad de caballos
    y los carros son incontables.
El país está lleno de ídolos,
    se inclinan a adorar lo que ellos mismos han hecho con sus propias manos.
Los seres humanos se humillaron,
    se rebajaron.
    No los perdones.

10 Métanse entre las rocas,
    cúbranse de tierra, escóndanse
de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
11 La mirada arrogante de la humanidad
    y el orgullo humano serán humillados.
    Ese día sólo el SEÑOR será exaltado.
12 El SEÑOR Todopoderoso tiene planeado un día de castigo
    contra todos los orgullosos, los arrogantes
    y contra todos los que se exaltan a sí mismos.
13 También contra todos los cedros del Líbano, altos y elevados;
    contra todos los robles de Basán,
14 contra los montes altos,
    contra las colinas elevadas,
15 contra las torres altas,
    contra las murallas fortificadas,
16 contra todos los barcos de Tarsis
    y contra todo barco hermoso.
17 La arrogancia del hombre
    y el orgullo humano serán humillados.
Ese día sólo el SEÑOR será exaltado,
18     pero los ídolos desaparecerán por completo.

19 Váyanse a las cuevas de las rocas
    y a los hoyos en la tierra,
lejos de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
Cuando se levanta,
    hace temblar la tierra.
20 Será el momento en que la humanidad
    tomará sus ídolos de plata y oro que hizo para adorar,
y los echará lejos,
    a las ratas y a los murciélagos.
21 La humanidad se meterá en las cuevas de las rocas
    y en los huecos de las peñas,
tratando de alejarse de la presencia terrible del SEÑOR
    y de su gloriosa majestad.
    Eso sucederá cuando él haga temblar la tierra.
22 Dejen de confiar en los seres humanos;
    su vida es muy corta y no valen nada.

Castigo para Jerusalén y Judá

¡Ojo! El Soberano SEÑOR Todopoderoso
    está a punto de quitarles todo a Jerusalén y a Judá:
    Los alimentos, el agua,
sus héroes, soldados,
    jueces, profetas, adivinos, ancianos líderes,
oficiales del ejército, altos funcionarios,
    consejeros, sabios y encantadores.

Yo les pondré como líderes a unos muchachos,
    y unos niños caprichosos los gobernarán.
La gente se oprimirá mutuamente,
    hasta entre conocidos se atacarán.
El joven no respetará al viejo
    y el despreciado será arrogante con el honorable.

Cualquiera agarrará a uno
    de su propia familia y le dirá:
«Por lo menos tienes con qué vestirte,
    sé nuestro jefe y gobierna estas ruinas».
Pero el otro le responderá:
    «Yo no tengo manera de solucionar esta situación,
en mi casa no hay alimento ni vestido.
    No acepto que me pongan de gobernante del pueblo».
La ciudad de Jerusalén tropezó,
    Judá cayó y se hirió,
porque lo que dicen y hacen está en contra del SEÑOR.
    Se rebelan contra la gloria de Dios
y presumen de sus pecados,
    como pasaba en Sodoma, no los ocultan.
Su pecado se les nota en la cara;
    no lo disimulan.
¡Pobres de ellos!
    Se han traído el mal a ellos mismos.

10 Afortunados los justos que a ellos sí les va a ir bien,
    porque recibirán la recompensa por su honestidad.
11 Pero, ¡pobre del perverso!
    Será todo un desastre.
Lo que ellos les hicieron a los demás,
    ahora se lo harán a ellos.

12 Unos niños oprimen a mi pueblo,
    y mujeres lo gobiernan.
Pueblo mío, tus líderes te extravían
    y te llevan por malos caminos.
13 El SEÑOR se levanta para denunciar a las naciones
    y juzgar a los pueblos.
14 El SEÑOR entabla un juicio
    contra los ancianos líderes
    y contra los gobernantes de su pueblo:
«Ustedes han consumido la viña
    y se han llevado para su casa las posesiones del pobre.
15 ¿Por qué le hacen daño a mi pueblo
    y pisotean a los pobres?»
Todo esto es lo que dice el Señor DIOS Todopoderoso.

Castigo para las mujeres arrogantes

16 El SEÑOR dice: «Las hijas de Sion se han vuelto arrogantes,
andan con la cabeza en alto,
    miran con desprecio,
caminan a pasito rápido y corto,
    y hacen sonar brazaletes en los pies.
17 Por eso el Señor cubrirá con sarna las cabezas de las hijas de Sion;
    el SEÑOR hará que todas ellas quedarán calvas».

18 Ese día, el Señor les quitará todas las joyas: hebillas, diademas, broches, 19 pendientes, pulseras, velos, 20 pañoletas, cadenillas de los pies, cinturones, frasquitos de perfume, amuletos, 21 anillos, argollas para la nariz, 22 ropa elegante, capas, chales, carteras, 23 espejos, telas finas, turbantes y mantillas.

24 En lugar de perfume, habrá mal olor;
    en lugar del fino cinturón, un cordel.
En lugar del peinado elegante, una cabeza calva.
    En lugar del vestido lujoso, ropa burda de luto.
    En lugar de belleza, humillación.
25 Tus hombres serán muertos a espada,
    y tus guerreros morirán en batalla.
26 Habrá llanto y tristeza a las puertas de la ciudad,
    la cual estará como una mujer abandonada, sentada en el suelo.
Ese día, siete mujeres se aferrarán
    a un hombre y le dirán:
«Nosotras conseguiremos nuestro alimento y vestido,
    sólo déjanos llevar tu nombre.
Líbranos de la vergüenza de ser mujeres solas».

Promesa de un futuro mejor y feliz

Ese día, el SEÑOR hará retoñar la nación,
    será algo hermoso y glorioso.
La cosecha de la tierra restaurará
    el orgullo y el honor de los sobrevivientes de Israel.
Los que se fueron de Sion
    y los que permanecieron en Jerusalén,
todos los que se cuenten entre los que viven en Jerusalén,
    serán llamados «santos».
Cuando el Señor haya lavado
    la impureza de las hijas de Sion[d]
y con espíritu de juicio y fuego
    limpie la sangre derramada Jerusalén;
el SEÑOR creará una nube de humo durante el día
    y un esplendor de fuego brillante durante la noche.
Estarán sobre todo el monte Sion
    y sobre la asamblea reunida.
Por encima de todos habrá una carpa
    que los protegerá del calor durante el día,
y que les servirá de refugio y cobijo
    ante las tormentas y la lluvia.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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