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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 26-31

Señor, soy inocente

Canción de David.

SEÑOR, júzgame
    y date cuenta de que he llevado una vida honesta
    y que siempre he confiado en el SEÑOR.
SEÑOR, examina mis sentimientos
    y pon a prueba mis pensamientos más profundos.
Nunca olvido el fiel amor que me tienes;
    tu fidelidad guía mis pasos.
Nunca me junto con los que buscan el mal;
    no me gusta la gente hipócrita.
Detesto y evito la compañía de los perversos;
    no me junto con delincuentes.

SEÑOR, lavo mis manos para mostrarte que soy inocente
    para poder ir a tu altar.
Alabo tu nombre
    y le cuento a la gente tus maravillas.
SEÑOR, me encanta estar en tu casa,
    en el lugar que está lleno de tu gloria.

No me castigues como a los pecadores;
    no te lleves mi vida como haces con los criminales.
10 Ellos siempre están planeando hacerles mal a otros
    y siempre engañan a los demás.
11 Pero yo llevo una vida honrada.
    Por eso te pido que tengas compasión de mí y me salves.
12 Estoy pisando tierra firme
    cuando alabo al SEÑOR en medio de toda su asamblea.

El Señor cuida de mí

Canción de David.

El SEÑOR es mi luz y mi salvación.
    ¿A quién podría yo temerle?
El SEÑOR es la fortaleza de mi vida,
    así que no le temo a nadie.
Aunque los perversos me ataquen
    y traten de destruirme,
aunque mis enemigos me ataquen,
    serán ellos los que tropiecen y caigan.
No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee.
    Confiaré en Dios aunque me declaren la guerra.

Sólo una cosa le pido al SEÑOR;
    esto es lo que más quiero:
habitar en la casa del SEÑOR
    por el resto de mi vida.
Así podré disfrutar del placer de estar junto al SEÑOR
    y visitarlo en su templo.

Cuando esté en peligro,
    él me protegerá en su casa.
Él me esconderá bajo su techo,
    me llevará a un lugar seguro.
El SEÑOR me ayudará a derrotar
    a los enemigos que me rodean.
Así con alegría podré ofrecerle sacrificios en su templo
    y cantar en su honor.

SEÑOR, escucha mi llamado,
    ten compasión de mí y contéstame.
SEÑOR, de todo corazón quiero conversar contigo
    y aquí estoy para adorarte.
No te alejes de mí,
    no ignores a tu servidor.
    Dios mío, tú eres mi Salvador.
¡No me dejes solo,
    no me abandones!
10 Aunque mis padres me abandonen,
    el SEÑOR se encargará de mí.
11 SEÑOR, enséñame a vivir como tú quieres.
    Guíame por el camino seguro;
    ayúdame porque tengo muchos enemigos.
12 No permitas que mis enemigos me derroten,
    porque son muchos los que dicen mentiras de mí
    y tratan de hacerme daño.
13 Yo, en cambio, espero disfrutar
    de la bondad del SEÑOR mientras viva.
14 Mientras aguardan,
    confíen en el SEÑOR.
Sean fuertes y valientes,
    y esperen que el SEÑOR les ayudará.

Señor, tú eres mi roca

Canción de David.

SEÑOR, tú eres mi roca.
    A ti te pido ayuda, no te me hagas el sordo.
Es que si callas,
    yo seré como el resto de los que han muerto y han bajado al sepulcro.
Elevo mis manos hacia tu templo santo.
    Escúchame cuando te llamo,
    ten compasión de mí.
No me castigues como a pecador,
    como a quien hace maldad,
como a quien habla de paz con sus semejantes
    mientras planea hacerles mal.
A ellos dales el castigo que se merecen;
    castígalos devolviéndoles el mal que planean hacer a otros.
Hazles lo que le han hecho a otros;
    dales el castigo que se merecen.
El SEÑOR los destruirá
    y no les dará otra oportunidad
porque ellos ni siquiera tratan de entender
    todas sus obras maravillosas.

Bendito sea el SEÑOR
    porque ha respondido a mis súplicas.
El SEÑOR me da fortaleza y es mi escudo.
    Mi corazón está dichoso porque él me ayudó,
    y ahora lo alabo con mis canciones.

El SEÑOR le da fortaleza a su pueblo
    y protege a su rey elegido.
Salva a tu pueblo.
    Bendice a los tuyos,
    guíalos y cuídalos para siempre.

¡Alaben al Señor!

Canción de David.

Ustedes los seres celestiales[a], alaben al SEÑOR.
    Ríndanle honor al SEÑOR y proclamen su poder.
Denle al SEÑOR las alabanzas que merece su glorioso nombre.
    Adoren al SEÑOR en su templo majestuoso.

La voz del SEÑOR retumba en los mares;
    el Dios glorioso resuena sobre el océano;
    el SEÑOR está por encima de las muchas aguas.
La voz del SEÑOR muestra su poder;
    la voz del SEÑOR muestra su gloria.
La voz del SEÑOR rompe los cedros;
    el SEÑOR rompe los cedros del Líbano.
Él mueve las montañas más grandes:
    al Líbano lo hace saltar como un becerro,
    al Sirión[b] lo hace saltar como un toro salvaje.
La voz del SEÑOR hace brillar relámpagos brillantes;
    la voz del SEÑOR hace temblar al desierto;
    la voz del SEÑOR hace temblar al desierto de Cades[c].
La voz del SEÑOR hace vibrar a los árboles más fuertes
    y sacude las hojas de todos los árboles del bosque.
    En su templo todo el mundo alaba su gloria.

10 El SEÑOR reina sobre el diluvio;
    el SEÑOR se sienta en su trono a reinar para siempre.
11 Que el SEÑOR proteja a su pueblo
    y lo bendiga el SEÑOR brindándole paz.

Siempre te alabaré

Canto para la dedicación del templo. Canción de David.

SEÑOR, yo te alabo porque tú me sacaste del peligro
    y no les diste motivo a mis enemigos de alegrarse con mi desgracia.
SEÑOR Dios mío, clamé por tu ayuda
    y tú me sanaste.
SEÑOR, tú me sacaste del lugar de la muerte[d];
    estaba al borde de la tumba y me diste vida.

Que cante al SEÑOR todo su pueblo fiel
    y honre su sagrado nombre.
Porque su enojo dura sólo por un momento,
    pero luego su favor sigue dando vida.
Por la noche hubo llanto,
    pero al amanecer hubo canto.

Yo pensaba, muy seguro,
    que nada podía vencerme.
Mientras me mostraste tu bondad
    me sentía invencible,[e] SEÑOR.
Pero cuando te alejaste de mí,
    me invadió el miedo.

SEÑOR, entonces te pedí ayuda;
    imploré tu compasión, Señor.
¿De qué serviría que yo muriera,
    que descienda al sepulcro?
El polvo no puede alabarte
    ni puede hablarle a otros de tu bondad.
10 SEÑOR, escucha mi oración y muéstrame tu compasión.
    ¡Ayúdame, SEÑOR!

11 Entonces tú cambiaste mi tristeza en baile.
    Me quitaste el luto y me vestiste de alegría.
12 Que todo mi ser te alabe,
    te alabaré por siempre, SEÑOR.

Sálvame, Señor

Al director. Canción de David.

SEÑOR, en ti he buscado refugio;
    no me decepciones.
    Sálvame porque eres justo.
Presta atención a mi súplica
    y rescátame pronto.
Sé para mí como una roca de refugio,
    como una fortaleza que me salva.
Tú eres mi roca y mi fortaleza.
    En atención a tu prestigio, sé mi líder y guíame.
Sálvame de la trampa que otros han preparado para mí.
    Tú eres mi refugio.
SEÑOR, en tus manos entrego mi espíritu.
    Me rescataste, Dios fiel.

Rechazo a los que adoran ídolos falsos;
    yo sólo confío en el SEÑOR.
Me regocijaré y me alegraré por tu fiel amor
    porque fuiste bueno conmigo
    cuando veías que yo sufría.
Tú le diste importancia a las dificultades
    por las que yo estaba pasando.
Tú no me dejarás caer en las garras de mi enemigo;
    me librarás de él.

SEÑOR, tengo muchos problemas,
    ten compasión de mí.
Mis ojos están cansados de tanto llorar
    que ya me duelen la garganta y el estómago.
10 Mi vida está llena de tristeza
    y paso todo el tiempo lamentándome.
Mis problemas me están debilitando;
    mi cuerpo está agotado.
11 Mis enemigos y vecinos me desprecian;
    mis parientes me tienen miedo.
Me evitan
    cuando me encuentran por la calle.
12 La gente me ha olvidado por completo;
    es como si hubiera muerto,
    o como si fuera un plato roto.
13 Escucho lo que dicen en voz baja,
    y siento una angustia terrible.
Se juntan, hacen muchos comentarios
    y planean matarme.

14 Pero yo confío en ti SEÑOR;
    yo digo: «Tú eres mi Dios».
15 Mi vida está en tus manos;
    sálvame de mis enemigos y de los que me persiguen.
16 Por favor, recíbeme y acéptame que soy tu siervo.
    Ten compasión de mí y sálvame.

17 SEÑOR, te pedí ayuda
    y sé que me la darás.
Los perversos se sentirán avergonzados
    e irán en silencio al sepulcro.
18 Que se callen esas voces mentirosas de la gente soberbia y rencorosa
    que dice lo que sea con tal de atacar a los justos.

19 Tú reservas grandes bendiciones
    para los que te honran.
Las preparaste a la vista de los seres humanos,
    para los que encuentran refugio en ti.
20 Tú aceptas a los justos en tu templo santo
    para esconderlos de quienes planean hacerles daño.
    Tú los proteges de los ataques de quienes los odian.
21 Alaben al SEÑOR,
    porque su fiel amor es maravilloso;
    él es una fortaleza en momentos de dificultad.
22 Tenía miedo y dije:
    «Dios no puede verme».
Pero cuando le imploré su ayuda,
    ¡él me escuchó!

23 ¡Pueblo fiel de Dios, ama al SEÑOR!
    El SEÑOR protege a los que le son fieles,
    y les da a los soberbios el castigo que se merecen.
24 Sean fuertes y valientes,
    todos los que esperan la ayuda del SEÑOR.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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