Beginning
Mensaje contra el rey de Tiro
28 Dios también me dijo:
2 «Tú, Ezequiel, dile de mi parte al rey de Tiro:
“Eres demasiado orgulloso.
Hasta crees que eres un dios
porque reinas en medio del mar.
Pero no te creas tan sabio,
porque no eres más que un hombre.
3 No eres más sabio que el profeta Daniel,
ni conoces todos los secretos,
4 pero ciertamente eres muy listo:
has logrado amontonar oro y plata,
y te has hecho muy rico.
5 Sabes cómo hacer negocios.
Por eso te has hecho rico
y te has llenado de orgullo.
6-8 ”Como te sientes muy sabio,
y hasta te crees un dios,
voy a lanzar contra ti
gente cruel de otros países.
Esa gente te atacará
y te hará la guerra.
Acabará con tu belleza,
con tu sabiduría y tu grandeza.
Con violencia te quitará la vida,
y morirás en el fondo del mar.
Te juro que así lo haré.
9 ”Cuando te enfrentes a ellos,
dejarás de creerte un dios.
Cuando te quiten la vida,
te verás como un simple hombre.
10 Gente extraña te quitará la vida,
y morirás como mueren
los que no me conocen.
Yo soy el Dios de Israel,
y cumpliré mi palabra”.»
Lamento por el rey de Tiro
11 Dios también me dijo:
12 «Ezequiel, entona un canto fúnebre por el rey de Tiro. Dile de mi parte lo siguiente:
“Tú, rey de Tiro,
eras perfecto en todo;
tu sabiduría y tu belleza
no tenían comparación.
13 Vivías en el jardín de Edén,
y te adornabas con piedras preciosas.
Tus joyas y tus aretes
estaban hechos de oro,
y desde el día de tu nacimiento
estuvieron a tu disposición.
14 Un ángel te protegía,
mientras pisabas piedras de fuego
en el monte elegido por Dios.
15 ”Desde el día en que naciste
te habías portado bien,
pero un día mostraste tu maldad.
16 En los muchos negocios que hacías,
llegaste a ser muy violento.
Por eso te arrojé de mi montaña.
¡El ángel que te protegía
te alejó de las piedras de fuego!
17 ”Era tan singular tu belleza
que te volviste muy orgulloso.
¡Tu orgullo y tu hermosura
te hicieron perder la cabeza!
Por eso te arrojé al suelo
y en presencia de los reyes
te hice quedar en ridículo.
18-19 ¡Fueron tantos tus pecados,
y tan sucios tus negocios
que ni tus templos respetaste!
”Por eso hice que de tu interior
brotara un fuego que te quemara.
Las naciones que te conocían,
y que antes te admiraban,
hoy se quedan impresionadas
al verte por el suelo,
convertido ya en cenizas.
¡Eres motivo de espanto
porque has dejado de existir!”»
Mensaje contra la ciudad de Sidón
20 Dios también me dijo:
21-22 «Ezequiel, enfréntate a la ciudad de Sidón y dile de mi parte lo siguiente:
“Yo me pondré en contra tuya.
Cuando te dé tu merecido,
la gente reconocerá mi grandeza.
Sabrá que soy el Dios de Israel,
y que soy diferente a otros dioses.
23 ”Voy a enviar plagas contra ti;
haré que tus enemigos
te ataquen por todos lados.
Correrá la sangre por tus calles,
y la gente morirá por la espada.
Así reconocerán que yo soy Dios.
24 ”No volverán los israelitas
a sufrir el desprecio de sus vecinos,
que tanto les hiere y hace daño.
Así reconocerán que yo soy Dios”.
25 »Por eso yo, el Dios de Israel, afirmo:
“Ahora los israelitas viven prisioneros entre las naciones, pero yo volveré a reunirlos y los llevaré de nuevo a su tierra. Yo prometí dársela a Jacob, su antepasado, pues él siempre estuvo a mi servicio. 26 Allí podrán vivir seguros. Volverán a construir casas y a plantar viñedos.
”Ahora sus vecinos los desprecian, pero yo les daré el castigo que se merecen. Entonces los israelitas y las demás naciones se darán cuenta de que yo soy diferente, y me reconocerán como el Dios de Israel”».
Mensaje contra Egipto
29 Habían pasado diez años desde que llegamos presos a Babilonia. El día doce del mes de Tébet,[a] Dios me dijo:
2-3 «Ezequiel, hombre mortal, enfréntate al rey de Egipto y a su pueblo, y dales de mi parte este mensaje:
“¡Escúchame, rey de Egipto,
yo me pondré en contra tuya!
Tú eres como un monstruo enorme
que descansa junto al río Nilo.
Piensas que ese río te pertenece,
y que tú mismo lo hiciste.
4 Pero yo te sacaré del río,
enganchado por el hocico.
Los peces que allí nadan
se te pegarán a las escamas.
5 Luego te arrojaré al desierto
junto con todos los peces del Nilo.
¡Allí te quedarás tirado,
sin que nadie te recoja,
y les servirás de alimento
a los animales salvajes
y a las aves de rapiña!
6 ”Todos los que viven en Egipto
reconocerán que yo soy Dios.
Los israelitas buscaron tu apoyo,
pero ni para bastón sirves:
7 Buscaron tu ayuda, y les fallaste;
en vez de apoyarlos, los heriste.
8 ”Pero yo soy el Dios de Israel,
y te juro que te quitaré la vida;
tú, y tu gente y tus animales
morirán atravesados por la espada,
9 y Egipto se volverá un desierto.
Sólo entonces reconocerán
que yo soy el Dios de Israel.
”Tú, rey de Egipto, piensas que el río Nilo te pertenece, y que tú mismo lo hiciste. 10-12 Por eso yo me pondré en contra tuya y de tu río. Convertiré en desierto toda la tierra de Egipto, desde Migdol hasta Asuán, y hasta la frontera con Etiopía. No quedará allí nadie con vida, pues Egipto será el país más desolado de todos. Nadie lo habitará durante cuarenta años, y ni siquiera pasarán por allí personas ni animales. No habrá ciudades más destruidas que las ciudades de Egipto, pues yo haré que los egipcios sean llevados prisioneros a otros países, y que sean dispersados entre las naciones.
13-15 ”Al cabo de esos cuarenta años, haré que los egipcios vuelvan de los países por donde los dispersé. Haré que vuelvan a Patros, su tierra natal en el sur de Egipto, y allí establecerán un reino pequeño y sin poder. No volverán a ser fuertes, ni podrán dominar a las demás naciones. Les juro que así será.
16 ”Los israelitas, por su parte, no volverán a poner su confianza en Egipto; al contrario, se darán cuenta de que me ofendieron al buscar la ayuda de los egipcios, y entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel”».
Nabucodonosor conquistará Egipto
17 Habían pasado veintisiete años desde que llegamos presos a Babilonia. El primer día del mes de Abib,[b] Dios me dijo:
18 «Tú sabes que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, hizo todo lo posible por conquistar la ciudad de Tiro. Llegó con su ejército para rodearla, y sus soldados llevaban tan pesada carga que hasta la cabeza y las espaldas se les pelaron. A pesar de todo, no pudieron conquistarla. 19-20 Por eso, voy a dejar que Nabucodonosor conquiste a Egipto. Le permitiré adueñarse de sus riquezas y de todas sus pertenencias, para que pueda pagarles a sus soldados. Así premiaré a Nabucodonosor por haber atacado a Egipto en mi lugar. Les juro que así lo haré.
21 »Ese día le devolveré a Israel el poder que antes tuvo, y tú podrás hablarles con toda libertad. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel».
Lamento por Egipto
30 Dios también me dijo:
2-3 «Ezequiel, hombre mortal, dile de mi parte a Egipto:
“¡El día de tu castigo
ya está cerca!
¡Grita de dolor!
¡Ese día será nublado!
¡Día terrible para todas las naciones!
4 Habrá guerra contra Egipto,
y hasta Etiopía temblará de miedo.
Muchos egipcios perderán la vida,
y perderán también sus riquezas;
¡sus ciudades serán destruidas!
5 ”En esa guerra morirán
los países vecinos de Egipto:
Libia, Lidia y Etiopía,
Arabia y los países aliados”.
6 »Por eso yo, el Dios de Israel, afirmo:
“Los que se unan a Egipto
morirán en la batalla.
Presumían de ser poderosos,
pero serán humillados.
Desde Migdol hasta Asuán,
sus cadáveres quedarán tirados
por todo el territorio egipcio.
Les juro que cumpliré mi palabra.
7 ”No habrá en ninguna parte
ciudades más destruidas
que las ciudades egipcias.
8 Yo le prenderé fuego a Egipto,
y acabaré con todos los pueblos
que le prestaron ayuda.
De ese modo reconocerán
que yo soy el Dios de Israel.
9 ”Etiopía está muy confiada,
pero yo enviaré mensajeros por mar
para que la espanten
cuando yo castigue a Egipto.
¡Ese día ya está cerca!
10 ”Por medio de Nabucodonosor,
rey de Babilonia,
acabaré con las riquezas de Egipto.
11 No hay en el mundo
soldados más violentos
que los de Nabucodonosor.
Cuando ellos destruyan a Egipto,
dejarán el país lleno de muertos.
12 Dejaré sin agua al río Nilo,
y a Egipto entero lo pondré
bajo el poder de gente malvada
que lo llevará a la ruina.
Les juro que cumpliré mi palabra.
13-17 ”En Menfis
destruiré a los dioses falsos,
¡esos ídolos malolientes!
Egipto se quedará sin rey,
y todos los que allí viven
se llenarán de miedo.
Destruiré la ciudad de Patros;
a Soan le prenderé fuego,
y a Tebas le daré su merecido.
Sobre la ciudad de Sin
descargaré mi enojo,
y nunca más volverá a ser
la fortaleza de Egipto.
Acabaré con las riquezas de Tebas,
y dejaré que en sus murallas
se abran grandes huecos.
A todo Egipto le prenderé fuego,
y todos en el puerto de Sin
se retorcerán de dolor.
Menfis, On y Bubastis
serán conquistadas en pleno día.
Los jóvenes morirán en la batalla,
y las mujeres serán hechas prisioneras.
Les juro que cumpliré mi palabra.
18 ”Egipto es un país poderoso,
y eso lo llena de orgullo;
pero, cuando yo lo destruya,
todo el país quedará a oscuras;
se nublará la ciudad de Tafnes,
y sus mujeres serán capturadas.
19 Cuando yo le dé a Egipto
el castigo que se merece,
reconocerán que yo soy Dios”».
Mensaje sobre la derrota de Egipto
20 Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día siete del mes de Abib,[c] Dios me dijo:
21 «Ezequiel, hombre mortal, ya le he roto un brazo al rey de Egipto, y no podrá volver a tomar su espada para pelear. Está herido, y nadie lo ha curado ni le ha vendado las heridas. 22 Yo, el Dios de Israel, les anuncio que me he puesto en contra del rey de Egipto. Ya le he roto un brazo, y voy a romperle los dos, para que no pueda manejar la espada.
23-26 »Ahora voy a fortalecer los brazos del rey de Babilonia, que es enemigo de Egipto, y hasta le prestaré mi espada. El rey de Egipto está sin fuerzas y tiene los brazos rotos. Cuando el rey de Babilonia lo ataque con mi espada, llorará de dolor como si estuviera a punto de morir. A los egipcios los dispersaré por todos los pueblos y naciones del mundo. Entonces ellos reconocerán que yo soy el Dios de Israel».
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