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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Filipenses 1-4

Saludo

Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:

Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Pablo ora por los creyentes

Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,

rogando siempre en todas mis oraciones con gozo por todos vosotros,

por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;

estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y consolidación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.

Porque Dios me es testigo de cómo os añoro a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.

Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento perfecto y en todo discernimiento,

10 para que sepáis aquilatar las cosas más importantes, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,

11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Para mí el vivir es Cristo

12 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio,

13 de tal manera que mis prisiones por la causa de Cristo se han hecho notorias en todo el pretorio, y a todos los demás.

14 Y la mayoría de los hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.

15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros, de buena voluntad.

16 Los unos anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones;

17 pero los otros, por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.

18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

19 Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación,

20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.

21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.

23 Porque de ambos lados me siento apremiado, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;

24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

25 Y confiado en esto, sé que quedaré y permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,

26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

28 y en nada intimidados por los que se oponen, lo cual para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto viene de Dios.

29 Porque a vosotros se os ha concedido la gracia, por amor de Cristo, no sólo de que creáis en él, sino también de que padezcáis por él,

30 sosteniendo el mismo combate que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.

Humillación y exaltación de Cristo

Por tanto, si hay alguna exhortación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y compasivo,

completad mi gozo, siendo de un mismo sentir, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Nada hagáis por rivalidad o por vanagloria; antes bien en humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo;

no poniendo la mira cada uno en lo suyo propio, sino cada cual también en lo de los otros.

Haya, pues, entre vosotros los mismos sentimientos que hubo también en Cristo Jesús,

el cual, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

y hallado en su porte exterior como hombre, se humilló a sí mismo, al hacerse obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es SEÑOR, para gloria de Dios Padre.

Luminares en el mundo

12 Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, procurad vuestra salvación con temor y temblor,

13 porque Dios es el que en vosotros opera tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad.

14 Haced todo sin murmuraciones ni discusiones,

15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación tortuosa y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

16 manteniendo en alto la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni he trabajado en vano.

17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros.

18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.

Timoteo y Epafrodito

19 Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también me sienta animado al saber de vuestro estado;

20 pues a ninguno tengo del mismo estado de ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.

21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.

22 Pero ya conocéis sus bien probadas cualidades, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.

23 Así que a éste espero enviaros, tan pronto vea cómo van mis asuntos;

24 y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.

25 Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, el cual es también enviado vuestro y servidor para mis necesidades;

26 porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.

27 Pues en verdad estuvo enfermo, al borde de la muerte; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.

28 Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza.

29 Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en alta estima a los que son como él;

30 porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, arriesgando su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio para conmigo.

Prosigo al blanco

Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es salvaguardia.

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.

Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:

circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;

en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es a base de la ley, sino la que es por medio de la fe de Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe;

10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,

11 por si de algún modo consigo llegar a la resurrección de entre los muertos.

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya haya conseguido la perfección total; sino que prosigo, por ver si logro darle alcance, puesto que yo también fui alcanzado por Cristo Jesús.

13 Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

14 prosigo hacia la meta, para conseguir el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si en algo sentís de un modo diferente, también esto os lo revelará Dios.

16 Sin embargo, en aquello a que hayamos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sed imitadores de mí, y fijaos en los que así se conducen según el modelo que tenéis en nosotros.

18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;

19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.

20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

21 el cual transfigurará el cuerpo de nuestro estado de humillación, conformándolo al cuerpo de la gloria suya, en virtud del poder que tiene también para someter a sí mismo todas las cosas.

Regocijo y paz en el Señor

Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

Ruego a Evodia y ruego a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.

Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

Por nada os inquietéis, sino que sean presentadas vuestras peticiones delante de Dios mediante oración y ruego con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa a todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

El secreto de la paz mental

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buena reputación; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra; y el Dios de la paz estará con vosotros.

Actitud de Pablo hacia las cosas materiales

10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis reavivado vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.

11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.

12 Sé vivir en escasez, y sé vivir en abundancia; en todo y por todo he aprendido el secreto, lo mismo de estar saciado que de tener hambre, lo mismo de tener abundancia que de padecer necesidad.

13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

14 Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación.

15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;

16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.

17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.

19 Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

20 A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Saludos finales

21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan.

22 Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.

23 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.