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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Juan 1-2

El Verbo hecho carne

En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Éste estaba en el principio junto a Dios.

Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de parte de Dios, el cual se llamaba Juan.

Éste vino para testimonio, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

No era él la luz, sino para dar testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.

10 Estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo no le conoció.

11 Vino a lo que era suyo, y los suyos no le recibieron.

12 Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

13 los cuales no han sido engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.

16 Porque de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.

17 Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

18 A Dios nadie le ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Testimonio de Juan el Bautista

19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?

20 Confesó, y no negó, sino que confesó: Yo no soy el Cristo.

21 Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No lo soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.

22 Le dijeron, pues: ¿Quién eres?, para que demos una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?

23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.

24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.

25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?

26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.

27 Éste es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.

28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

El Cordero de Dios

29 Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

30 Éste es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un hombre, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.

31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.

32 Entonces dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como una paloma, y permaneció sobre él.

33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, él me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.

34 Y yo le he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Los primeros discípulos

35 Al día siguiente, otra vez estaba allí Juan, y dos de sus discípulos.

36 Y fijándose en Jesús que pasaba por allí, dijo: He ahí el Cordero de Dios.

37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.

38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde te hospedas?

39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde se hospedaba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.

40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.

41 Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).

42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).

Jesús llama a Felipe y a Natanael

43 Al día siguiente quiso Jesús salir hacia Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.

44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.

45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.

46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.

47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He ahí un israelita de verdad, en quien no hay engaño.

48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.

50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.

51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.

Las bodas en Caná

Al tercer día hubo unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.

Y fue también invitado a las bodas Jesús con sus discípulos.

Y habiendo comenzado a faltar el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

Jesús le dijo: ¿Qué tengo que ver contigo, mujer? Aún no ha llegado mi hora.

Su madre dijo a los sirvientes: Haced lo que él os diga.

Y había allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.

Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

Cuando el maestresala probó el agua hecha vino (sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio,

10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; pero tú has reservado el buen vino hasta ahora.

11 Este principio de sus señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto descendieron a Capernaúm, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Purificación del templo

13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,

14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;

16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto; no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.

17 Entonces se acordaron sus discípulos de que está escrito: El celo de tu casa me devora.

18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?

19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

20 Dijeron entonces los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?

21 Pero él se refería al templo de su cuerpo.

22 Por eso, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron a la Escritura y a la palabra que Jesús había dicho.

Jesús conoce a todos los hombres

23 Mientras estaba en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, al ver las señales que hacía.

24 Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos, porque conocía a todos,

25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio acerca del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.