Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Beginning

Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Mateo 18-19

¿Quién es el mayor?

18 En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, mayor en el reino de los cielos?

Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como los niños, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos.

Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.

Ocasiones de caer

Pero al que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno, y que le hundieran en el fondo del mar.

¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtatelo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.

Y si tu ojo te es ocasión de caer, arráncatelo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.

Parábola de la oveja perdida

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos están viendo siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se habían descarriado.

14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Cómo se debe perdonar al hermano

15 Y si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele a solas tú con él; si te escucha, has ganado a tu hermano.

16 Pero si no te escucha, toma aún contigo a uno o dos, para que por boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

17 Si rehúsa escucharles a ellos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el publicano.

18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, estará atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, estará desatado en el cielo.

19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.

El perdón de las injurias

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete veces?

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino aun hasta setenta veces siete.

Parábola de los dos deudores

23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.

24 Y al comenzar a ajustar cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.

25 No teniendo él con qué pagar, su señor mandó que fuera vendido él, su mujer y sus hijos, y todo lo que tenía, y que se le pagase la deuda.

26 Entonces aquel siervo se postró ante él, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.

27 El señor de aquel siervo, movido a compasión, le soltó y le perdonó la deuda.

28 Pero aquel siervo, al salir, se encontró con uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y agarrándolo, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.

29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.

30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.

31 Viendo sus consiervos lo ocurrido, se entristecieron sobremanera, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.

32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me lo suplicaste.

33 ¿No debías tú también haberte compadecido de tu consiervo, como yo tuve compasión de ti?

34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Jesucristo enseña sobre el divorcio

19 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y se fue a la comarca de Judea, al otro lado del Jordán.

Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.

Entonces se le acercaron los fariseos para ponerle a prueba, diciéndole: ¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?

Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra,

y dijo: Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos vendrán a ser una sola carne?

Así que ya no son dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?

Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero no fue así desde el principio.

Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.

11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de comprender esta doctrina, sino aquellos a quienes ha sido dado.

12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron eunucos a sí mismos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de aceptar esto, que lo acepte.

Jesucristo bendice a los niños

13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.

14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí; porque de los tales es el reino de los cielos.

15 Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.

El joven rico

16 Entonces se le acercó uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué cosa buena haré para tener la vida eterna?

17 Él le dijo: ¿Por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús le dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.

19 Honra a tu padre y a tu madre; y: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué me falta todavía?

21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende tus posesiones, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

22 Al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era poseedor de muchos bienes.

23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.

24 Otra vez os digo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.

25 Sus discípulos, al oír esto, se asombraban en gran manera, diciendo: ¿Quién, entonces, podrá ser salvo?

26 Jesús, fijando en ellos la mirada, les dijo: Para los hombres, eso es imposible; mas para Dios todo es posible.

27 Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo: Mira que nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?

28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

30 Pero muchos primeros serán últimos; y últimos, primeros.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.