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Reina Valera Revisada (RVR1977)
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Mateo 1-4

Genealogía de Jesucristo

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos.

Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.

Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.

Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isay.

Isay engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.

Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abiá, y Abiá a Asá.

Asá engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías.

Uzías engendró a Joátam, Joátam a Acaz, y Acaz a Ezequías.

10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías.

11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.

12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.

13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.

14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.

15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob;

16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

Nacimiento de Jesucristo

18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando su madre María desposada con José, antes de que viviesen juntos se halló que estaba encinta por obra del Espíritu Santo.

19 José su marido, como era justo, y no quería denunciarla, resolvió dejarla secretamente.

20 Y pensando él en esto, he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María por mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

23 He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarán su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió en su hogar a María como su esposa.

25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo [primogénito][a] y le puso por nombre Jesús.

Adoración de los magos

Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea en días del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos magos procedentes del oriente

diciendo: ¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y hemos venido a adorarle.

Al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntaba dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por medio del profeta:

Y tú, Belén, tierra de Judá,
De ningún modo eres la menor entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;

y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí que la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño.

10 Al ver la estrella, se regocijaron con enorme gozo.

11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; luego abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

12 Pero, avisados en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Matanza de los niños

13 Después que partieron ellos, he aquí que un ángel del Señor se apareció en sueños a José y dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allí hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.

14 Así, pues, él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,

15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi Hijo.

16 Entonces Herodes, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y envió a que matasen a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, conforme al tiempo que había inquirido diligentemente de los magos.

17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:

18 Se oyó una voz en Ramá,
Llanto, y gran lamento;
Raquel que lloraba a sus hijos,
Y no quería ser consolada, porque perecieron.

19 Pero, después de muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto,

20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño.

21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y marchó a tierra de Israel.

22 Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea,

23 y se fue a morar en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese así lo dicho por medio de los profetas, que habría de ser llamado nazareno.

Predicación de Juan el Bautista

En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,

y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Pues éste es el anunciado por medio del profeta Isaías:

Voz de uno que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
Enderezad sus sendas.

El mismo Juan tenía el vestido hecho de pelos de camello, y un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

Y acudían a él de Jerusalén, de toda la Judea, y de toda la región de alrededor del Jordán,

y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Engendros de víboras! ¿Quién os mostró cómo huir de la ira venidera?

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

y no penséis que basta con decir en vuestro interior: Tenemos por padre a Abraham; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

10 Y ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no produce buen fruto es cortado y arrojado al fuego.

11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene detrás de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

12 Su bieldo está en su mano, y limpiará con esmero su era; recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja con fuego inextinguible.

El bautismo de Jesucristo

13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, presentándose a Juan para ser bautizado por él.

14 Mas Juan trataba de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

15 Pero Jesús le respondió: Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces se lo permitió.

16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi complacencia.

Tentación de Jesucristo

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al final tuvo hambre.

Y acercándosele el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso en pie sobre el alero del templo,

y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:

A sus ángeles les encargará acerca de ti, y:
Te llevarán en sus manos,
Para que no tropiece tu pie contra una piedra.

Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.

De nuevo le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,

y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras.

10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

11 Entonces le dejó el diablo; y he aquí que se le acercaron unos ángeles y le servían.

Jesús empieza su ministerio

12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;

13 y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, la de junto al mar, en los confines de Zabulón y de Neftalí,

14 para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16 El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Les ha amanecido una luz.

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón el llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.

19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.

21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.

22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

23 Y recorría Jesús toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

24 Y se difundió su fama por toda la Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal por diversas enfermedades, los que sufrían graves padecimientos, los endemoniados, los lunáticos y paralíticos; y los sanó.

25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.