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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Ezequiel 16-17

Infidelidad de Jerusalén

16 De nuevo vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones,

y di: Así dice el Señor Jehová a Jerusalén: Tu origen y tu nacimiento es de la tierra de Canaán; tu padre fue un amorreo, y tu madre, una hetea.

Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con agua para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.

No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo compasión de ti; sino que fuiste arrojada al campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.

Y cuando yo pasé junto a ti, y te vi agitándote en tu sangre, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Sí, te dije cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!

Yo te hago crecer como la hierba del campo. Y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta.

Y cuando pasé otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores, extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice el Señor Jehová, y fuiste mía.

Te lavé con agua, te quité de encima la sangre, te ungí con aceite.

10 Te vestí de valioso recamado, te calcé de piel de tejón, te ceñí de lino fino y te cubrí de seda.

11 Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar en tu cuello.

12 Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.

13 Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y recamado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y llegaste a ser extraordinariamente hermosa, y prosperaste hasta llegar a reinar.

14 Y adquiriste fama entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa del esplendor que yo había puesto en ti, dice el Señor Jehová.

15 Pero te envaneciste de tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones sobre cuantos pasaron; suya eras.

16 Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste lugares altos, decorados con diversos colores, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más.

17 Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres y fornicaste con ellas;

18 y tomaste tus vestidos de valioso recamado y las cubriste; y pusiste delante de ellas mi aceite y mi incienso.

19 Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, los pusiste delante de ellas para olor agradable; y así fue, dice el Señor Jehová.

20 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran cosa de poca monta tus fornicaciones,

21 para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes, haciéndolos pasar por el fuego?

22 Y en medio de todas tus abominaciones y de tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, y estabas revolviéndote en tu sangre.

23 Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti!, dice el Señor Jehová),

24 te edificaste lugares altos, y te hiciste un altar idolátrico en todas las plazas.

25 En la cabecera de todo camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, ofreciéndote a cuantos pasaban, y multiplicando tus fornicaciones.

26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, de cuerpos fornidos; y multiplicaste tus fornicaciones para provocarme.

27 Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.

28 Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.

29 Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste.

30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice el Señor Jehová, habiendo hecho todas estas cosas, obras propias de una ramera desvergonzada,

31 edificando tus lugares altos a la cabecera de cada camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a la ramera que va buscando la paga,

32 sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.

33 A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus amantes; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones.

34 Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque nadie te solicitaba para fornicar; eras tú la que dabas paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.

35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová.

36 Así dice el Señor Jehová: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tus vergüenzas han sido manifestadas a tus amantes, y a los ídolos de tus abominaciones, y por la sangre de tus hijos, los cuales les diste;

37 por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus amantes con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré contra ti de todas partes y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez.

38 Y yo te aplicaré la sentencia de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos.

39 Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta.

40 Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.

41 Quemarán tus casas a fuego, y ejecutarán justicia en ti en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus regalos de ramera.

42 Y desahogaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más.

43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí que yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice el Señor Jehová; y nunca se te ha ocurrido arrepentirte de tus abominaciones.

44 He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija.

45 Eres hija digna de tu madre, que aborreció a su marido y a sus hijos; y digna hermana de tus hermanas, que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre era una hetea, y vuestro padre un amorreo.

46 Y tu hermana mayor es Samaria con sus hijas, que habita a tu izquierda; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita a tu derecha.

47 Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; sino que en muy corto espacio de tiempo, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.

48 Vivo yo, dice el Señor Jehová, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas.

49 He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del pobre, ni del desvalido.

50 Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité de en medio.

51 Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; pero tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú has hecho.

52 Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza; por los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas, más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas.

53 Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios en medio de ellas,

54 para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas.

55 Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado.

56 No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias,

57 antes que tu maldad fuese descubierta, como también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian.

58 Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jehová.

59 Pues así dice el Señor Jehová: Yo haré contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento al invalidar el pacto.

60 No obstante, yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.

61 Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.

62 Yo estableceré mi pacto contigo; y sabrás que yo soy Jehová;

63 para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza; cuando yo te haya perdonado todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová.

Parábola de las águilas

17 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

Hijo de hombre, propón un enigma, y compón una parábola a la casa de Israel.

Y dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: Una gran águila, de grandes alas y de largas plumas remeras, llena de plumaje de diversos colores, vino al Líbano y tomó el cogollo del cedro.

Arrancó la punta más alta de sus renuevos y la llevó a tierra de mercaderes, y la puso en una ciudad de comerciantes.

Tomó también de la simiente de la tierra, y la sembró en un suelo fértil, la puso junto a aguas abundantes, la plantó como un sauce.

Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban hacia el águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y echó sarmientos y extendió sus ramas.

Había también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid dobló hacia ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, desde los surcos donde estaba plantada, para ser regada por ella.

Había sido plantada en un buen campo, junto a muchas aguas, para que echase ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta.

Diles: Así dice el Señor Jehová: ¿Prosperará? ¿No arrancará sus raíces el águila primera, y destruirá su fruto, y se secará? Sí, todas sus hojas lozanas se secarán. Y no hará falta gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.

10 Y he aquí que está plantada; ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el viento solano la toque? En los surcos donde creció se secará.

11 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

12 Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia.

13 Tomó también a uno de la descendencia real e hizo pacto con él, y le hizo prestar juramento; y se llevó consigo a los poderosos de la tierra,

14 para que el reino quedase en baja condición y no se levantase, sino que sólo guardando el pacto pudiese permanecer en pie.

15 Pero se rebeló contra él, enviando embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará el que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar?

16 Vivo yo, dice el Señor Jehová, que en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuyo pacto hecho con él rompió, en medio de Babilonia morirá.

17 Y ni con su poderoso ejército ni con mucha compañía le socorrerá Faraón en la batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar muchas vidas.

18 Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará.

19 Por tanto, así dice el Señor Jehová: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo haré recaer sobre su misma cabeza.

20 Extenderé sobre él mi red, y será preso en mi lazo, y le haré venir a Babilonia, y allí entraré en juicio con él por la infidelidad que ha cometido contra mí.

21 Y todos sus hombres escogidos, con lo mejor de sus tropas, caerán a espada, y los que queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis que yo Jehová he hablado.

22 Así dice el Señor Jehová: Tomaré yo, sí, yo, del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; de la punta de sus renuevos cortaré un tallo tierno, y lo plantaré yo mismo sobre un monte alto y excelso;

23 en el monte de lo alto de Israel lo plantaré, y echará ramas, y dará fruto, y se hará un cedro magnífico; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán.

24 Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol elevado, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he hablado y lo he cumplido.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.