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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Jeremías 14-17

Anuncio de la sequía

14 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con motivo de la sequía.

Se enlutó Judá, y sus puertas languidecen; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.

Los nobles enviaron sus criados a traer agua; vinieron a los aljibes, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas.

Porque se resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están confundidos los labradores, cubren sus cabezas.

Aun las ciervas en los campos paren y dejan la cría, porque no hay hierba.

Y los asnos monteses se ponen en las alturas, aspiran el viento como chacales; sus ojos se debilitan porque no hay hierba.

Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque nuestras apostasías se han multiplicado, contra ti hemos pecado.

Oh tú, esperanza de Israel, Salvador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?

¿Por qué eres como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.

10 Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados.

11 Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para su bien.

12 Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.

13 Y yo dije: ¡Ah!; ¡ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

14 Me dijo entonces Jehová: Mentiras profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su propio corazón os profetizan.

15 Por tanto, así ha dicho Jehová: En cuanto a los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.

16 Y el pueblo a quien profetizan será echado en las calles de Jerusalén por causa del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; pues sobre ellos derramaré su maldad.

17 Y les dirás esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque con gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, con azote muy doloroso.

18 Si salgo al campo, he aquí los muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí los enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en la tierra, y no se han enterado.

19 ¿Has desechado enteramente a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sión? ¿Por qué nos hiciste herir sin que haya remedio? Esperábamos paz, pero no hubo bien; tiempo de curación, y he aquí terror.

20 Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.

21 Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres el trono de tu gloria; acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros.

22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover?; o ¿darán de sí los cielos lluvias? ¿No eres tú, oh Jehová, nuestro Dios, y en ti esperamos? Pues tú has hecho todas estas cosas.

La implacable ira de Dios contra Judá

15 Me dijo Jehová: Aunque Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estará mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia, y salgan.

Y si te preguntan: ¿Adónde saldremos?, les dirás: Así dice Jehová: El que a muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el que a cautiverio, a cautiverio.

Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigo, dice Jehová: espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y destruir.

Y los entregaré para horror entre todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o quién vendrá a preguntar por tu paz?

Tú me dejaste, dice Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme.

Y voy a aventarlos con aventador hasta las puertas de la tierra; dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, puesto que no se volvieron de sus caminos.

Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; traigo contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y sobre los hijos; hago que de repente caigan terrores sobre la ciudad.

Languidece la que dio a luz siete; se llena de dolor su alma, su sol se ha puesto siendo aún de día; está avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová.

Lamentos del profeta

10 ¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste un hombre de contienda y un hombre de discordia para toda la tierra! Nunca he dado ni tomado en préstamo, pero todos me maldicen.

11 Dice Jehová: Ciertamente te pondré en libertad para bien; de cierto haré que el enemigo suplique ante ti en el tiempo de la aflicción y en la época de la angustia.

12 ¿Puede quebrarse el hierro, el hierro del norte y el bronce?

13 Tus riquezas y tus tesoros entregaré a la rapiña sin ningún precio, por todos tus pecados, y en todo tu territorio.

14 Y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conoces; porque se ha encendido un fuego en mi furor, y arderá sobre vosotros.

15 Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me dejes perecer en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta.

16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para mí un gozo y la alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

17 No me senté en compañía de gente alegre, ni me regocijé; me senté solo por causa de tu mano, porque me llenaste de indignación.

18 ¿Por qué es perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada hasta rehusar curación? ¿Serás para mí como arroyo ilusorio, como aguas que no son estables?

Dios consuela a Jeremías

19 Por tanto, así dice Jehová: Si te vuelves, yo te restauraré y delante de mí estarás; y si entresacas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Que se vuelvan ellos a ti, y tú no te vuelvas a ellos.

20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti; porque yo estoy contigo para guardarte y para librarte, dice Jehová.

21 Y te libraré de la mano de los malvados, y te redimiré de la mano de los terribles.

Juicio de Jehová contra Judá

16 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.

Porque así ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar, de sus madres que los den a luz y de los padres que los engendren en esta tierra:

De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol sobre el haz del suelo; con espada y con hambre serán consumidos, y sus cadáveres servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.

Porque así dice Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mi compasión.

Morirán en esta tierra grandes y pequeños; no se enterrarán, ni los plañirán, ni se harán incisiones ni se raparán los cabellos por ellos;

ni partirán pan por ellos en el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su padre o por su madre.

Asimismo no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos a comer o a beber.

Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, y toda voz de esposo y toda voz de esposa.

10 Y acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra, o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?

11 Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y les sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y no guardaron mi ley;

12 y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la terquedad de su malvado corazón, no escuchándome a mí.

13 Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allí serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia.

14 No obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto;

15 sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.

16 He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos.

17 Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se ocultan de mi rostro, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos.

18 Pero primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque contaminaron mi tierra; con los cadáveres de sus ídolos y de sus abominaciones llenaron mi heredad.

19 Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira fue la herencia de nuestros padres; vanidad y cosas sin provecho.

20 ¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses.

21 Por tanto, he aquí, les haré saber esta vez; sí, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová.

Idolatría: pecado de Judá

17 El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro y con punta de diamante; está esculpido en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares,

mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Aserá, que están junto a los árboles frondosos, en los collados altos.

¡Oh, mi monte en el campo! Toda tu sustancia y todos tus tesoros entregaré al pillaje y tus lugares altos, por tu pecado, en todo tu territorio.

Y tendrás que deshacerte de la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque habéis encendido en mi furor un fuego, que para siempre arderá.

Así dice Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra salitrosa y deshabitada.

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, y que junto a la corriente echa sus raíces, y no teme la venida del calor, sino que su follaje estará frondoso; y en el año de sequía no se inquietará, ni dejará de dar fruto.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién podrá conocerlo?

10 Yo, Jehová, escudriño el corazón y pruebo los riñones, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras.

11 Como la perdiz que incuba lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y al final resultará un insensato.

12 Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario.

13 ¡Oh Jehová, esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de ti serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.

14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

15 He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora!

16 En cuanto a mí, no he ido en pos de ti para incitarte a su castigo, ni deseé día de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, fue manifiesto en tu presencia.

17 No me seas tú por ruina, pues mi refugio eres tú en el día malo.

18 Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; desmayen ellos, y yo no desmaye; trae sobre ellos el día aciago, y quebrántalos con doble quebrantamiento.

Observancia del día de reposo

19 Así me ha dicho Jehová: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y asimismo en todas las puertas de Jerusalén,

20 y diles: Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, y todo Judá y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.

21 Así dice Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de sábado, y de meterla por las puertas de Jerusalén.

22 Ni saquéis carga de vuestras casas en el día de sábado, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres.

23 Pero ellos no atendieron, ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección.

24 No obstante, si vosotros me obedecéis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de sábado, sino que santificáis el día de reposo, no haciendo en él ningún trabajo,

25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.

26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de tierra de Benjamín, de la Sefelá, de los montes y del Négueb, trayendo holocaustos y sacrificios, y ofrendas e incienso, y trayendo sacrificios de alabanza a la casa de Jehová.

27 Pero si no me escucháis en cuanto a santificar el día de sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, yo prenderé fuego a sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.