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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Salmos 90-95

Libro IV

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre

Oración de Moisés, varón de Dios.

90 Señor, tú nos has sido por refugio
De generación en generación.
Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Reduces al hombre hasta convertirlo en polvo,
Y dices: Volved, hijos de los hombres.
Porque mil años delante de tus ojos
Son como el día de ayer, que pasó,
Y como una de las vigilias de la noche.

Los arrebatas como con torrente de aguas; son como un sueño,
Como la hierba que brota en la mañana.
En la mañana florece y crece;
A la tarde es cortada, y se seca.

Porque con tu furor somos consumidos,
Y con tu ira somos trastornados.
Pusiste nuestras culpas delante de ti,
Nuestras faltas ocultas, a la luz de tu mirada.

Porque todos nuestros días marchan a su ocaso a causa de tu ira;
Se acaban nuestros años como un suspiro.
10 Los años de nuestra vida son setenta años;
Y, en los más robustos, hasta ochenta años;
Con todo, su fortaleza es molestia y trabajos,
Porque pronto pasan, y volamos.

11 ¿Quién conoce el poder de tu ira,
Y quién conoce tu enojo como los que te temen?
12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que entre la sabiduría en nuestro corazón.

13 Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
14 De mañana sácianos de tu misericordia,
Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos a la medida de los días en que nos afligiste,
Y de los años en que vimos el mal.
16 Manifiéstese a tus siervos tu obra,
Y tu gloria, a sus hijos.
17 Descienda el favor del Señor, nuestro Dios, sobre nosotros,
Y ordena en nosotros la obra de nuestras manos;
Confirma tú la obra de nuestras manos.

Morando bajo la sombra del Omnipotente

91 El que habita al abrigo del Altísimo
Y mora bajo la sombra del Omnipotente,
Dice a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confío.
Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la retribución de los impíos.

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo, por tu habitación,
10 No te sobrevendrá ningún mal,
Y ninguna plaga tocará tu morada.

11 Pues a sus ángeles dará orden acerca de ti,
De que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Alabanza por la bondad de Dios

Salmo. Cántico para el sábado.

92 Bueno es alabarte, oh Jehová,
Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
Anunciar por la mañana tu misericordia,
Y tu fidelidad cada noche,
Al son del decacordio y del salterio,
En tono suave con el arpa.
Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras;
En las obras de tus manos me gozo.

¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová!
Muy profundos son tus designios.
El hombre necio no los entiende,
Y el insensato no los comprende.
Que si brotan los impíos como la hierba,
Y florecen todos los que hacen iniquidad,
Es para ser destruidos eternamente.
Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.
Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová,
Porque he aquí, perecerán tus enemigos;
Serán dispersados todos los que hacen maldad.

10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo;
Seré ungido con aceite fresco.
11 Y miraré con desprecio sobre mis enemigos;
Oirán mis oídos acerca de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

12 El justo florecerá como la palmera;
Crecerá como el cedro en el Líbano.
13 Plantados en la casa de Jehová,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
14 Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y lozanos,
15 Para anunciar que Jehová es recto,
Es mi roca, y en él no hay injusticia.

La majestad de Jehová

93 Jehová reina; se vistió de majestad;
Jehová se vistió, se ciñó de poder.
Asentó también el mundo, y no se moverá.
Firme está tu trono desde entonces;
Tú eres eterno.

Alzaron los ríos, oh Jehová,
Los ríos alzaron su voz;
Alzaron los ríos su fragor.
Jehová en las alturas es más poderoso
Que el estruendo de las muchas aguas,
Más que las recias olas del mar.

Tus testimonios son muy fidedignos;
La santidad es propia de tu casa,
Oh Jehová, por los siglos y para siempre.

Oración clamando por venganza

94 Jehová, Dios de las venganzas,
Dios de las venganzas, muéstrate.
Levántate, oh Juez de la tierra;
Da a los soberbios su merecido.
¿Hasta cuándo los impíos,
Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?

¿Hasta cuándo se jactarán, hablando cosas arrogantes,
Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?
A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan,
Y a tu heredad oprimen.
A la viuda y al extranjero matan,
Y a los huérfanos quitan la vida.
Y dicen: No lo ve JAH,
No se entera el Dios de Jacob.

Comprended, necios del pueblo;
Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?
El que plantó la oreja, ¿no oirá?
El que formó el ojo, ¿no verá?
10 El que amonesta a las naciones, ¿no castigará?
¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?
11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres,
Que son insustanciales.

12 Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges,
Y en tu ley lo instruyes,
13 Para hacerle descansar en los días de aflicción,
En tanto que para el impío se cava la fosa.
14 Porque no abandonará Jehová a su pueblo,
Ni desamparará su heredad,
15 Sino que el juicio será vuelto a la justicia,
Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.

16 ¿Quién se levantará por mí contra los malignos?
¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
17 Si no me ayudara Jehová,
Pronto moraría mi alma en el silencio.
18 Cuando yo digo: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Jehová, me sustenta.
19 En la multitud de mis preocupaciones dentro de mí,
Tus consolaciones alegran mi alma.
20 ¿Se aliará contigo el tribunal inicuo
Que hace agravio bajo forma de ley?
21 Ellos atropellan el alma del justo,
Y condenan la sangre inocente.
22 Mas Jehová me ha sido por baluarte,
Y mi Dios por roca de mi refugio.
23 Y él hará recaer sobre ellos su iniquidad,
Y los destruirá por su propia maldad;
Los exterminará Jehová nuestro Dios.

Cántico de alabanza y de adoración

95 Venid, aclamemos alegremente a Jehová;
Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Lleguemos ante su presencia con alabanza;
Aclamémosle con cánticos.
Porque Jehová es Dios grande,
Y Rey grande sobre todos los dioses.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra,
Y las alturas de los montes son suyas.
Suyo también el mar, pues él lo hizo;
Y sus manos formaron la tierra seca.
Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios;
Nosotros el pueblo de su prado, y el rebaño de su mano.

¡Ojalá oyerais hoy su voz!
No endurezcáis vuestro corazón, como en Meribá,
Como en el día de Masá en el desierto,
Donde me tentaron vuestros padres,
Me pusieron a prueba, aunque habían visto mis obras.
10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación,
Y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
Y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi furor
Que no entrarían en mi reposo.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.