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Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Deuteronomio 17-20

17 No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios buey o cordero en el cual haya tara o algún defecto, pues es abominación a Jehová tu Dios.

Cuando se halle en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho el mal ante los ojos de Jehová tu Dios, traspasando su pacto,

que haya ido y servido a dioses ajenos, y se haya inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido,

y te sea dado aviso, y después que hayas oído e indagado bien, la cosa parezca de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;

entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que haya hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán.

Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que haya de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo.

La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti.

Cuando alguna cosa te sea difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en un litigio cualquiera en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escoja;

y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que entonces esté en funciones, y preguntarás; y ellos te indicarán el fallo justo.

10 Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová escoja, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten.

11 Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren.

12 Y el hombre que proceda con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel.

13 Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no actuará más con insolencia.

Instrucciones acerca de un rey

14 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;

15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escoja; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.

16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar su caballería; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por ese camino.

17 Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.

18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá esta ley en un libro, para su uso, copiándola del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas;

19 y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra;

20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Las porciones de los levitas

18 Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de los manjares ofrecidos a Jehová y de la heredad de él comerán.

No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su herencia, como él les ha dicho.

Y éste será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo: los que ofrezcan en sacrificio buey o cordero darán al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.

Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás;

porque le ha escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre.

Y cuando salga un levita de alguna de tus ciudades de entre todo Israel, donde haya vivido, porque tuviera un gran deseo en su alma de ministrar en el lugar escogido por Jehová,

ministrará en el nombre de Jehová su Dios, como todos sus hermanos los levitas que estén establecidos allí delante de Jehová.

Igual ración a la de los otros comerá, además de lo que obtenga de sus propios bienes.

Contra costumbres paganas

Cuando entres en la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.

10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,

11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.

12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.

13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.

14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.

15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.

16 Esto es exactamente lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

17 Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.

19 Mas a cualquiera que no oiga mis palabras que él hable en mi nombre, yo le pediré cuenta.

20 El profeta que tenga la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.

21 Y si dices en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?;

22 si el profeta habla en nombre de Jehová, y no se cumple lo que dijo, ni acontece, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.

Las ciudades de refugio

19 Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las heredes, y habites en sus ciudades, y en sus casas;

te apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas.

Arreglarás los caminos, y dividirás en tres partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida huya allí.

Y éste es el caso del homicida que podrá salvar su vida huyendo allí: aquél que hiera a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente;

como el que vaya con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, salte el hierro del mango, y dé contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá;

no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, y le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente.

Por tanto yo te mando, diciendo: Separarás tres ciudades.

Y si Jehová tu Dios ensancha tu territorio, como lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres,

siempre y cuando guardes todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres,

10 para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y no seas culpado de derramamiento de sangre.

11 Pero si algún hombre aborrece a su prójimo y lo acecha, y se levanta contra él y lo hiere de muerte, y muere; si huye a alguna de estas ciudades,

12 entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera.

13 No le compadecerás; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.

14 En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos.

Leyes sobre el testimonio

15 No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquier ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.

16 Cuando se levante testigo falso contra alguno, para testificar contra él,

17 entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los sacerdotes y de los jueces que estén en funciones entonces.

18 Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resulta falso, y ha acusado falsamente a su hermano,

19 entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti.

20 Y los que queden oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti.

21 Y no le compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Leyes sobre la guerra

20 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si ves caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque está contigo Jehová tu Dios, el cual te sacó de tierra de Egipto.

Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo,

y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;

porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.

Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y otro hombre la estrene.

¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y otro la disfrute.

¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y otro hombre la tome.

Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.

Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo.

La conquista de las ciudades

10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le propondrás la paz.

11 Y si responde: Paz, y te abre, todo el pueblo que en ella sea hallado te será tributario, y te servirá.

12 Mas si no hace paz contigo, y emprende guerra contigo, entonces la sitiarás.

13 Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada.

14 Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.

15 Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones.

16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida,

17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;

18 para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.

19 Cuando sities alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, sino que te alimentarás de ellos sin talarlos, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio.

20 Mas el árbol que sepas que no es frutal, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.