Beginning
17 Mi aliento se agota, se acaban mis días,
Y me está preparado el sepulcro.
2 No hay conmigo sino escarnecedores,
Y mis ojos pasan las noches en amarguras.
3 Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti,
Ya que nadie quiere estrechar mi mano.
4 Porque a éstos les has escondido de su corazón la inteligencia;
Por tanto, no prevalecerán.
5 El que traiciona a sus amigos con lisonjas,
Los ojos de sus hijos languidecerán.
6 Él me ha puesto como proverbio de las gentes,
Y delante de ellos he sido como una escupidera.
7 Mis ojos se oscurecieron por el dolor,
Y mis miembros todos son como sombra.
8 Los rectos se maravillarán de esto,
Y el inocente se indignará contra el impío.
9 No obstante, el justo proseguirá su camino,
Y el limpio de manos aumentará su fuerza.
10 Pero volved todos vosotros, y venid ahora,
Y no hallaré entre vosotros ni un sabio.
11 Pasaron mis días, fracasaron mis planes,
Los designios de mi corazón.
12 Cambian la noche en día,
Y la luz se acerca delante de las tinieblas.
13 Pero ¿qué espero?, el Seol es mi casa;
Haré mi cama en las tinieblas.
14 A la podredumbre he dicho: Mi padre eres tú;
A los gusanos: Mi madre y mi hermana.
15 ¿Dónde, pues, estará ahora mi esperanza?
Y mi esperanza, ¿quién la verá?
16 A la profundidad del Seol descenderá conmigo,
Y juntamente descansará en el polvo.
Bildad describe la suerte de los malos
18 Respondió Bildad suhita, y dijo:
2 ¿Cuándo pondrás fin a tus palabras?
Reflexiona, y después hablaremos.
3 ¿Por qué nos tienes por bestias,
Y a tus ojos somos viles?
4 Oh tú, que te despedazas en tu furor,
¿Quedará desierta la tierra por tu causa,
Y serán removidas de su lugar las peñas?
5 Ciertamente la luz de los impíos será apagada,
Y no resplandecerá la llama de su hogar.
6 La luz se oscurecerá en su tienda,
Y se apagará sobre él su lámpara.
7 Sus pasos vigorosos serán acortados,
Y sus mismos planes lo derribarán.
8 Porque red será echada a sus pies,
Y sobre mallas andará.
9 Un lazo le prenderá por el calcañar;
Se cerrará la trampa sobre él.
10 Su cuerda está escondida en la tierra,
Y una trampa le aguarda en la senda.
11 De todas partes le aterrarán temores,
Y le harán huir pisándole los talones.
12 Serán gastadas de hambre sus fuerzas,
Y a su lado estará preparada la desgracia.
13 La enfermedad roerá su piel,
Y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte.
14 Su confianza será arrancada de su tienda,
Y al rey de los espantos será conducido.
15 En su tienda morará el extraño como si fuese suya;
Piedra de azufre será esparcida sobre su morada.
16 Abajo se secarán sus raíces,
Y arriba serán cortadas sus ramas.
17 Su recuerdo perecerá de la tierra,
Y no tendrá nombre en la comarca.
18 De la luz será lanzado a las tinieblas,
Y echado fuera del mundo.
19 No tendrá hijo ni nieto en medio de su pueblo,
Ni quien le suceda en sus moradas.
20 Al ver su trágico final, se espantarán los de occidente,
Y el pavor caerá sobre los de oriente.
21 Ciertamente tales son las moradas del impío,
Y éste será el lugar del que no reconoce a Dios.
Job confía en que Dios lo justificará
19 Respondió entonces Job, y dijo:
2 ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma,
Y me moleréis con palabras?
3 Ya me habéis vituperado diez veces;
No os avergonzáis de injuriarme.
4 Aun si fuese verdad que yo haya errado,
Sobre mí recaería mi error.
5 Pero si vosotros os hacéis el grande contra mí,
Y contra mí alegáis mi oprobio,
6 Sabed ahora que Dios es quien me ha derribado,
Y me ha envuelto en su red.
7 He aquí, yo clamaré: ¡violencia!, y no seré oído;
Daré voces, y no habrá justicia.
8 Cercó de vallado mi camino, y no pasaré;
Y sobre mis veredas puso tinieblas.
9 Me ha despojado de mi gloria,
Y quitado la corona de mi cabeza.
10 Demolió mis muros por todos lados, y perezco;
Y ha descuajado mi esperanza como árbol arrancado.
11 Hizo arder contra mí su furor,
Y me contó para sí entre sus enemigos.
12 Vinieron sus ejércitos a una, y se atrincheraron en torno a mí,
Y acamparon en derredor de mi tienda.
13 Hizo alejar de mí a mis hermanos,
Y mis parientes como extraños se apartaron de mí.
14 Mis vecinos se alejaron,
Y mis conocidos se olvidaron de mí.
15 Los servidores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño;
Forastero fui yo a sus ojos.
16 Llamo a mi siervo, y no me responde;
Con mi propia boca le suplicaba.
17 Mi aliento le repugna a mi mujer,
Y fétido soy a los hijos de mi propia madre.
18 Aun los jovenzuelos me menosprecian;
Al levantarme, se burlan de mí.
19 Todos mis íntimos amigos me aborrecen,
Y los que yo amaba se han vuelto contra mí.
20 Mi piel y mi carne se pegan a mis huesos,
Y he escapado con sólo la piel de mis dientes.
21 ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha herido.
22 ¿Por qué me perseguís como lo hace Dios,
Y ni aun os saciáis de mi carne?
23 ¡Quién me diese ahora que mis palabras fuesen escritas!
¡Quién me diese que se inscribiesen en un documento;
24 Que con cincel de hierro y con plomo
Fuesen esculpidas en piedra para siempre!
25 Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver de nuevo a Dios;
27 Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no los de otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
28 Mas si decís: ¿Cómo atraparle,
Y qué pretexto hallaremos contra él?
29 Temed vosotros delante de la espada;
Porque el furor de la espada se encenderá contra las injusticias,
Para que sepáis que hay juicio.
Zofar describe las calamidades de los malos
20 Respondió Zofar naamatita, y dijo:
2 Por cierto mis pensamientos me urgen a responder,
Y por tanto me apresuro.
3 He oído una reprensión que me ultraja,
Y me hace responder un soplo de mi mente.
4 ¿No sabes esto, que así fue siempre,
Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
5 Que la alegría de los malos es efímera,
Y el gozo del impío sólo dura un momento?
6 Aunque suba su altivez hasta el cielo,
Y su cabeza toque las nubes,
7 Como su estiércol, perecerá para siempre;
Los que le hayan visto dirán: ¿Qué queda de él?
8 Como un sueño pasará, y no será hallado,
Y se disipará como visión nocturna,
9 El ojo que le veía, nunca más le verá,
Ni su morada le conocerá más.
10 Sus hijos tendrán que indemnizar a los pobres,
Y sus manos devolverán lo que él robó.
11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil,
Mas con él en el polvo yacerán.
12 Si el mal era dulce a su boca,
Si lo ocultaba debajo de su lengua,
13 Si le parecía bien, y no lo soltaba,
Sino que lo retenía en su paladar;
14 Su comida se corromperá en sus entrañas;
Hiel de áspides será dentro de él.
15 Devoró riquezas, pero las vomitará;
De su vientre se las sacará Dios.
16 Veneno de áspides chupará;
Lo matará lengua de víbora.
17 No verá los arroyos, los ríos,
Los torrentes de miel y de leche.
18 Restituirá su ganancia conforme a los bienes que tomó,
Y no los tragará ni gozará.
19 Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres,
Y robó casas que no había edificado.
20 Por cuanto no se saciaba su vientre,
Ni se salvó nada de su codicia,
21 Y no quedó nada que no devorase,
Por tanto, su bienestar no será duradero.
22 En el colmo de su abundancia padecerá estrechez;
La mano de todos los malvados vendrá sobre él.
23 Cuando se ponga a llenar su vientre,
Dios enviará sobre él el ardor de su ira,
Y la hará llover sobre él y sobre su comida.
24 Si escapa de las armas de hierro,
El arco de bronce le atravesará.
25 La saeta le traspasará y le saldrá por la espalda,
Y la punta relumbrante saldrá por su hiel;
Sobre él se abatirá el pavor.
26 Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros;
Fuego no atizado los consumirá;
Devorará lo que quede en su tienda.
27 Los cielos descubrirán su iniquidad,
Y la tierra se levantará contra él.
28 Los productos de sus cosechas serán arrastrados por una inundación;
Serán esparcidos en el día de su furor.
29 Ésta es la suerte que Dios reserva al hombre impío,
Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.