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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
Duration: 365 days
Reina-Valera Antigua (RVA)
Version
Salmos 58-65

58 Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David. OH congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?

Antes con el corazón obráis iniquidades: Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

Enajenáronse los impíos desde la matriz; Descarriáronse desde el vientre, hablando mentira.

Veneno tienen semejante al veneno de la serpiente: Son como áspide sordo que cierra su oído;

Que no oye la voz de los que encantan, Por más hábil que el encantador sea.

Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas: Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.

Corránse como aguas que se van de suyo: En entesando sus saetas, luego sean hechas pedazos.

Pasen ellos como el caracol que se deslíe: Como el abortivo de mujer, no vean el sol.

Antes que vuestras ollas sientan las espinas, Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.

10 Alegraráse el justo cuando viere la venganza: Sus pies lavará en la sangre del impío.

11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay fruto para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

59 Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo. LIBRAME de mis enemigos, oh Dios mío: Ponme en salvo de los que contra mí se levantan.

Líbrame de los que obran iniquidad, Y sálvame de hombres sanguinarios.

Porque he aquí están acechando mi vida: Hanse juntado contra mí fuertes, No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.

Sin delito mío corren y se aperciben: Despierta para venir á mi encuentro, y mira.

Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para visitar todas las gentes: No hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)

Volveránse á la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad.

He aquí proferirán con su boca; Cuchillos están en sus labios, Porque dicen: ¿Quién oye?

Mas tú, Jehová, te reirás de ellos, Te burlarás de todas las gentes.

De su fuerza esperaré yo en ti: Porque Dios es mi defensa.

10 El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.

11 No los matarás, porque mi pueblo no se olvide: Hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos. Oh Jehová, escudo nuestro,

12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; Y sean presos por su soberbia, Y por la maldición y mentira que profieren.

13 Acábalos con furor, acábalos, y no sean: Y sepan que Dios domina en Jacob Hasta los fines de la tierra. (Selah).

14 Vuelvan pues á la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.

15 Anden ellos errantes para hallar qué comer: Y si no se saciaren, murmuren.

16 Yo empero cantaré tu fortaleza, Y loaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia.

17 Fortaleza mía, á ti cantaré; Porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.

60 Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has airado: vuélvete á nosotros.

Hiciste temblar la tierra, abrístela: Sana sus quiebras, porque titubea.

Has hecho ver á tu pueblo duras cosas: Hicístenos beber el vino de agitación.

Has dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.)

Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.

Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré; Partiré á Sichêm, y mediré el valle de Succoth.

Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;

Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.

¿Quién me llevará á la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?

10 Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.

11 Danos socorro contra el enemigo, Que vana es la salud de los hombres.

12 En Dios haremos proezas; Y él hollará nuestros enemigos.

61 Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David. OYE, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.

Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare: A la peña más alta que yo me conduzcas.

Porque tú has sido mi refugio, Y torre de fortaleza delante del enemigo.

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre: Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.

Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, Has dado heredad á los que temen tu nombre.

Días sobre días añadirás al rey: Sus años serán como generación y generación.

Estará para siempre delante de Dios: Misericordia y verdad prepara que lo conserven.

Así cantaré tu nombre para siempre, Pagando mis votos cada día.

62 Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David. EN Dios solamente está callada mi alma: De él viene mi salud.

El solamente es mi fuerte, y mi salud; Es mi refugio, no resbalaré mucho.

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa.

Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; Aman la mentira, Con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)

Alma mía, en Dios solamente reposa; Porque de él es mi esperanza.

El solamente es mi fuerte y mi salud: Es mi refugio, no resbalaré.

En Dios está mi salvación y mi gloria: En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo. (Selah.)

Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón: Pesándolos á todos igualmente en la balanza, Serán menos que la vanidad.

10 No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis: Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.

11 Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.

12 Y de ti, oh Señor, es la misericordia: Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra.

63 Salmo de David, estando en el desierto de Judá. DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti de mañana: Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea, En tierra de sequedad y transida sin aguas;

Para ver tu fortaleza y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.

Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.

Así te bendeciré en mi vida: En tu nombre alzaré mis manos.

Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

Cuando me acordaré de ti en mi lecho, Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.

Porque has sido mi socorro; Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

Está mi alma apegada á ti: Tu diestra me ha sostenido.

Mas los que para destrucción buscaron mi alma, Caerán en los sitios bajos de la tierra.

10 Destruiránlos á filo de espada; Serán porción de las zorras.

11 Empero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que por él jura: Porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

64 Al Músico principal: Salmo de David. ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi oración: Guarda mi vida del miedo del enemigo.

Escóndeme del secreto consejo de los malignos; De la conspiración de los que obran iniquidad:

Que amolaron su lengua como cuchillo, Y armaron por su saeta palabra amarga;

Para asaetear á escondidas al íntegro: De improviso lo asaetean, y no temen.

Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?

Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.

Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas.

Y harán caer sobre sí sus mismas lenguas: Se espantarán todos los que los vieren.

Y temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán su hecho.

10 Alegraráse el justo en Jehová, y confiaráse en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

65 Al Músico principal: Salmo: Cántico de David. A TI es plácida la alabanza en Sión, oh Dios: Y á ti se pagarán los votos.

Tú oyes la oración: A ti vendrá toda carne.

Palabras de iniquidades me sobrepujaron: Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.

Dichoso el que tú escogieres, é hicieres llegar á ti, Para que habite en tus atrios: Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.

Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, Oh Dios de nuestra salud, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines de la mar.

Tú, el que afirma los montes con su potencia, Ceñido de valentía:

El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las gentes.

Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces Con el río de Dios, lleno de aguas: Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.

10 Haces se empapen sus surcos, Haces descender sus canales: Ablándasla con lluvias, Bendices sus renuevos.

11 Tú coronas el año de tus bienes; Y tus nubes destilan grosura.

12 Destilan sobre las estancias del desierto; Y los collados se ciñen de alegría.

13 Vístense los llanos de manadas, Y los valles se cubren de grano: Dan voces de júbilo, y aun cantan.