Beginning
Canción de las gradas.
1 Al SEÑOR llamé estando en angustia, y él me respondió.
2 Libra mi alma, oh SEÑOR, del labio mentiroso, de la lengua engañosa.
3 ¿Qué te dará a ti, o qué te añadirá la lengua engañosa?
4 Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.
5 ¶ ¡Ay de mí, que peregrino en Mesec, y habito con las tiendas de Cedar!
6 Mucho se detiene mi alma con los que aborrecen la paz.
7 Yo soy pacífico; y cuando hablo, ellos guerrean.
Canción de las gradas.
1 Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
2 Mi socorro viene de parte del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5 El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
7 El SEÑOR te guardará de todo mal; el guardará tu alma.
8 El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
Canción de las gradas: de David.
1 Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos.
2 Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén;
3 Jerusalén, la que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí.
4 Porque allá subieron las tribus, las tribus de JAH, el testimonio a Israel, para alabar el Nombre del SEÑOR.
5 Porque allá están los tronos del juicio, los tronos de la casa de David.
6 ¶ Demandad la paz de Jerusalén; sean pacificados los que te aman.
7 Haya paz en tu antemuro, y descanso en tus palacios.
8 A causa de mis hermanos y mis compañeros hablaré ahora paz de ti.
9 A causa de la Casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré bien para ti.
Canción de las gradas.
1 A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2 He aquí como los ojos de los esclavos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la esclava a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3 Ten misericordia de nosotros, oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros; porque estamos muy hastiados de menosprecio.
4 Muy hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura; del menosprecio de los soberbios.
Canción de las gradas: de David.
1 Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel:
2 Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3 vivos nos habrían entonces tragado, cuando se encendió su furor contra nosotros.
4 Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
5 hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
6 ¶ Bendito el SEÑOR, que no nos dio por presa a sus dientes.
7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se quebró el lazo, y escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro es en el Nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.
Canción de las gradas.
1 Los que confían en el SEÑOR son como el monte de Sion que no deslizará; estará para siempre.
2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así el SEÑOR alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.
3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; para que no extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4 ¶ Haz bien, oh SEÑOR, a los buenos, y a los que son rectos en sus corazones.
5 Mas a los que se apartan tras sus perversidades, el SEÑOR los llevará con los que obran iniquidad; y paz sea sobre Israel.
Canción de las gradas.
1 Cuando el SEÑOR hiciere tornar la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan.
2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre los gentiles: Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con éstos.
3 Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con nosotros; estaremos alegres.
4 ¶ Haz volver nuestra cautividad oh SEÑOR, como los arroyos en el austro.
5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Canción de las gradas: para Salomón.
1 Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
2 Por demás os es el madrugar a levantaros, el veniros tarde a reposar, el comer pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
3 He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en mano del valiente, así son los hijos mancebos.
5 Dichoso el varón que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
1 ¶ Canción de las gradas. Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, dichoso tú, y tendrás bien.
3 Tu mujer será como la vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa.
4 He aquí que así será bendito el varón que teme al SEÑOR.
5 Bendígate el SEÑOR desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.
6 Y veas a los hijos de tus hijos, y la paz sobre Israel.
Canción de las gradas.
1 Mucho me han angustiado desde mi juventud, diga ahora Israel:
2 Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.
3 Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos.
4 El SEÑOR es justo; cortó las coyundas de los impíos.
5 ¶ Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
6 Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca;
7 de la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.
8 Ni dijeron los que pasaban: La bendición del SEÑOR sea sobre vosotros; os bendecimos en el Nombre del SEÑOR.
Canción de las gradas.
1 De lo profundo te llamo, oh SEÑOR.
2 Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración.
3 JAH, si retuvieres a las iniquidades, ¿Señor quién persistirá?
4 Por lo cual hay perdón cerca de ti, para que seas temido.
5 ¶ Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado.
6 Mi alma esperó al SEÑOR más que los centinelas esperan a la mañana, más que los centinelas a la mañana.
7 Espere Israel al SEÑOR; porque con el SEÑOR hay misericordia; y abundante redención cerca de él.
8 Y él rescatará a Israel de todas sus iniquidades.
Canción de las gradas: de David.
1 SEÑOR, mi corazón no se ha envanecido, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas maravillosas más de lo que me pertenecía.
2 Sino que me puse en silencio, e hice callar mi alma, sea yo como el destetado de su madre; como el destetado de mi propia vida.
3 Espera, oh Israel, al SEÑOR desde ahora y para siempre.
Canción de las gradas.
1 Acuérdate, oh SEÑOR, de David, de toda su aflicción;
2 de cómo juró al SEÑOR, prometió al Fuerte de Jacob:
3 No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
4 no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
5 hasta que halle lugar para el SEÑOR, moradas para el Fuerte de Jacob.
6 He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque.
7 Entraremos en sus tiendas; adoremos al estrado de sus pies.
8 Levántate, oh SEÑOR, a tu reposo; tú y el arca de tu fortaleza.
9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus misericordiosos.
10 Por amor de David tu esclavo no vuelvas de tu ungido el rostro.
11 ¶ Juró el SEÑOR verdad a David, no se apartará de ella; del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñare; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
13 Porque el SEÑOR ha elegido a Sion; la deseó por habitación para sí.
14 Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.
15 Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan.
16 Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo.
17 Allí haré reverdecer el cuerno de David; yo he aparejado lámpara a mi ungido.
18 A sus enemigos vestiré de confusión; y sobre él florecerá su corona.
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