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Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Salmos 80-85

Al Vencedor: sobre Sosanim (lirios): Testimonio de Asaf: Salmo.

Oh Pastor de Israel, escucha; que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.

Despierta tu valentía delante de Efraín, y de Benjamín, y de Manasés, y ven a salvarnos.

Oh Dios, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?

Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas con medida.

Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan de nosotros entre sí.

Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

¶ Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste.

Limpiaste sitio delante de ella, e hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.

10 Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus ramas como cedros de Dios.

11 Envió sus ramas hasta el mar, y hasta el río sus renuevos.

12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino?

13 La estropeó el puerco montés, y la pació la bestia del campo.

14 Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid,

15 y la viña que tu diestra plantó, y sobre el renuevo que corroboraste para ti.

16 Quemada a fuego está, y talada; perezcan por la reprensión de tu rostro.

17 Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que corroboraste para ti.

18 Así no nos volveremos de ti; nos darás vida, e invocaremos tu Nombre.

19 Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, haznos tornar; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Al Vencedor: sobre Gitit: Salmo de Asaf.

Cantad a Dios, fortaleza nuestra; al Dios de Jacob celebrad con júbilo.

Tomad la canción, y tañed el adufe, el arpa de alegría con el salterio.

Tocad el shofar en la nueva luna, en el tiempo señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.

Porque estatuto es de Israel, ordenanza del Dios de Jacob.

Por testimonio en José lo ha constituido, cuando salió por la tierra de Egipto; donde oí lenguaje que no entendía.

Aparté su hombro de debajo de la carga; sus manos se quitaron de hacer obras de barro.

En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en el secreto del trueno; te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah.)

¶ Oye, pueblo mío y te protestaré. Israel, si me oyeres,

no habrá en ti dios ajeno, ni te encorvarás a dios extraño.

10 Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré.

11 Mas mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí.

12 Los dejé por tanto a la dureza de su corazón; caminaron en sus consejos.

13 ¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos!

14 En una nada derribara yo sus enemigos, y volviera mi mano sobre sus adversarios.

15 Los aborrecedores del SEÑOR se le hubieran sometido; y el tiempo de ellos fuera para siempre.

16 Y Dios les hubiera sustentado con lo mejor del trigo; y de miel de la piedra te hubiera saciado.

Salmo de Asaf.

Dios está en la congregación de los poderosos; en medio de los dioses juzga.

¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah.)

Haced derecho al pobre y al huérfano; haced justicia al pobre y al menesteroso.

Librad al pobre y al menesteroso; libradlo de mano de los impíos.

No saben, no entienden, andan en tinieblas; vacilan todos los cimientos de la tierra.

¶ Yo dije: Vosotros sois dioses. Y todos vosotros hijos del Altísimo.

Pero como hombres moriréis. Y caeréis como cualquiera de los tiranos.

Levántate, oh Dios, juzga la tierra; porque tú heredarás todos los gentiles.

Canción: Salmo de Asaf.

Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto.

Porque he aquí que braman tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza.

Sobre tu pueblo han consultado con prudencia, y han entrado en consejo contra tus escondidos.

Han dicho: Venid, y cortémoslos de ser pueblo, y no haya más memoria del nombre de Israel.

Por esto han conspirado de corazón a una, contra ti han hecho liga;

las tiendas de los idumeos y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;

Gebal, Amón, y Amalec; Filistea con los habitantes de Tiro.

También el assur se ha juntado con ellos; Son por brazo a los hijos de Lot. (Selah.)

¶ Hazles como a Madián; Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;

10 que perecieron en Endor, fueron hechos muladar de la tierra.

11 Pon a ellos y a sus capitanes como a Oreb y como a Zeeb; como a Zeba y como a Zalmuna, a todos sus príncipes;

12 que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios.

13 Dios mío, ponlos como a torbellino; como a hojarascas delante del viento.

14 Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque.

15 Persíguelos así con tu tempestad, y asombralos con tu torbellino.

16 Llena sus rostros de vergüenza; y busquen tu Nombre, oh SEÑOR.

17 Sean afrentados y turbados para siempre; y sean deshonrados, y perezcan.

18 Y conozcan que tu nombre es el SEÑOR; solo Altísimo sobre toda la tierra.

Al Vencedor: sobre Gitit: A los hijos de Coré. Salmo.

¡Cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos!

Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.

Dichosos los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán (Selah.)

Dichoso el hombre que tiene su fortaleza en ti; en cuyo corazón están tus caminos.

Cuando pasaren por el valle de Abaca lo tornarán en fuente, la lluvia también llenará las cisternas.

Irán en gran multitud y en orden, verán a Dios en Sion.

¶ SEÑOR Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob (Selah.)

Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu Ungido.

10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

11 Porque sol y escudo nos es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR; no quitará el bien a los que andan en integridad.

12 SEÑOR de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.

Al Vencedor: A los hijos de Coré. Salmo.

Fuiste propicio a tu tierra, oh SEÑOR; volviste la cautividad de Jacob.

Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; cubriste todos los pecados de ellos. (Selah.)

Quitaste toda tu saña; te volviste de la ira de tu furor.

Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?

¿No volverás tú a darnos vida, y tu pueblo se alegrará en ti?

Muéstranos, oh SEÑOR, tu misericordia, y danos tu salud.

¶ Escucharé lo que hablará Dios el SEÑOR; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se conviertan otra vez a la locura.

Ciertamente cercana está su salud a los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra.

10 La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.

11 La verdad reverdecerá de la tierra; y la justicia mirará desde los cielos.

12 El SEÑOR dará también el bien; y nuestra tierra dará su fruto.

13 La justicia irá delante de él; y pondrá sus pasos en camino.

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