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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Marcos 6-7

Jesús en Nazaret(A)

De allí, Jesús se fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga. Al escuchar a Jesús, muchos se preguntaban admirados: «¿De dónde sabe éste todo esto? ¿Qué clase de sabiduría ha recibido? ¿Cómo es que con sus manos puede hacer estos milagros? ¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí, entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra,(B) entre sus parientes, y en su familia.» Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos; y aunque se quedó asombrado de la incredulidad de ellos, siguió recorriendo las aldeas de alrededor para seguir enseñando.

Misión de los doce discípulos(C)

Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les dio autoridad sobre los espíritus impuros, y les mandó(D) que no llevaran nada para el camino. Aparte de un bastón, no debían llevar mochila, ni pan, ni dinero en el cinto. También podían llevar sandalias, pero no dos mudas de ropa. 10 Les dijo: «Cuando ustedes lleguen a una casa, quédense allí hasta que salgan de ese lugar. 11 Si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.»(E) [De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para los de Sodoma y Gomorra será más tolerable que para aquella ciudad.][a] 12 Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera. 13 También expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.(F)

Muerte de Juan el Bautista(G)

14 Como la fama de Jesús había llegado a ser muy notoria, el rey Herodes supo acerca de él y dijo: «¡Juan el Bautista ha resucitado de los muertos! ¡Por eso operan en él estos poderes!» 15 Algunos decían: «Es Elías.» Pero otros más afirmaban: «Es un profeta, o alguno de ellos.»(H) 16 Cuando Herodes oyó esto, dijo: «Éste es Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza. ¡Ahora ha resucitado de los muertos!» 17 Y es que por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, que Herodes había tomado por mujer, Herodes mismo había mandado que aprehendieran a Juan y lo encadenaran en la cárcel. 18 Juan le había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.»(I) 19 Por eso Herodías le guardaba rencor, y deseaba matarlo; pero no podía 20 porque Herodes temía a Juan, pues sabía que era un hombre justo y santo. Y aunque lo que Juan le decía lo dejaba confundido, lo escuchaba de buena gana y lo protegía. 21 Pero llegó la oportunidad. En la fiesta de su cumpleaños, Herodes ofreció una cena a sus príncipes y tribunos, y a la gente importante de Galilea. 22 Entonces la hija de Herodías se presentó en la fiesta y bailó, y tanto agradó esto a Herodes y a los que estaban con él a la mesa, que el rey le dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.» 23 Y bajo juramento le dijo: «Yo te daré todo lo que me pidas, ¡aun si me pides la mitad de mi reino!» 24 Ella salió y le preguntó a su madre: «¿Qué debo pedirle?» Y su madre le respondió: «¡Pídele la cabeza de Juan el Bautista!» 25 Enseguida ella entró corriendo y le dijo al rey: «Quiero que me des ahora mismo, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.» 26 Esto entristeció mucho al rey, pero por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desairarla. 27 Enseguida, el rey ordenó a un soldado de la guardia que le trajeran la cabeza de Juan. 28 El soldado fue a la cárcel y lo decapitó, y llevó su cabeza en un plato, se la entregó a la muchacha, y ésta se la entregó a su madre. 29 Cuando los discípulos de Juan supieron esto, fueron a reclamar el cuerpo para darle sepultura.

Alimentación de los cinco mil(J)

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 31 Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer. 32 Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado. 33 Pero muchos que los vieron partir los reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que ellos, y se reunieron con él. 34 Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor,(K) y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas. 35 El tiempo pasó y se hizo tarde, así que sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Ya es muy tarde, y en este lugar no hay nada. 36 Despide a esta gente, para que vayan a los campos y aldeas cercanas, y compren algo de comer.» 37 Jesús les respondió: «Denles ustedes de comer.» Pero ellos le dijeron: «¿Quieres que vayamos a comprar pan y les demos de comer? ¡Eso costaría como doscientos denarios!» 38 Jesús les dijo: «Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes.» Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Tenemos cinco panes y dos pescados.» 39 Jesús les mandó entonces que hicieran que la gente se recostara por grupos sobre la hierba verde, 40 y ellos así lo hicieron, formando grupos de cien y de cincuenta personas. 41 Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente, y también repartió entre todos los dos pescados. 42 Todos comieron y quedaron satisfechos, 43 y con lo que sobró del pan y los pescados llenaron doce cestas. 44 Los que comieron fueron como cinco mil hombres.

Jesús camina sobre las aguas(L)

45 Enseguida, hizo que sus discípulos subieran a la barca y que se adelantaran a la otra orilla, a Betsaida, mientras que él despedía a la multitud, 46 pero después de despedirlos se fue al monte a orar. 47 Cuando llegó la noche, la barca ya estaba a la mitad del lago, y Jesús estaba en tierra solo; 48 pero cerca del amanecer fue hacia ellos caminando sobre las aguas, pues los vio remar con mucha dificultad porque tenían el viento en contra. Hizo el intento de pasar de largo, 49 pero ellos, al verlo caminar sobre las aguas, pensaron que era un fantasma y comenzaron a gritar, 50 pues todos lo vieron y se asustaron. Pero él enseguida habló con ellos y les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» 51 Al subir a la barca con ellos, el viento se calmó. Y ellos estaban muy asombrados. 52 Más bien, su corazón estaba endurecido, y aún no habían entendido lo de los panes.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret(M)

53 Terminada la travesía, llegaron a la orilla y tocaron tierra en Genesaret. 54 Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús, 55 y a medida que recorrían todos los alrededores, en cuanto sabían donde estaba Jesús comenzaron a llevar de todas partes enfermos en sus lechos. 56 Dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. ¡Y todos los que lo tocaban quedaban sanos!

Lo que contamina al hombre(N)

Los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén, se acercaron a Jesús y vieron que algunos de sus discípulos comían pan con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (Los fariseos, y todos los judíos, viven aferrados a la tradición de los ancianos, de modo que, si no se lavan las manos muchas veces, no comen. Cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y conservan también muchas otras tradiciones, como el lavar los vasos en que beben, los jarros, los utensilios de metal, y las camas.) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?» Jesús les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando escribió:

»“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
No tiene sentido que me honren,
si sus enseñanzas son mandamientos humanos.”(O)

Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres.» [Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes.][b]

También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición! 10 Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”,(P) y también: “El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente.”(Q) 11 Pero ustedes dicen: “Basta que alguien diga al padre o a la madre: ‘Todo aquello con que podría ayudarte es Corbán’ (es decir, mi ofrenda a Dios)”, 12 y con eso ustedes ya no permiten que nadie ayude más a su padre o a su madre. 13 Es así como ustedes invalidan la palabra de Dios con la tradición que se han transmitido, además de que hacen muchas otras cosas parecidas.»

14 Jesús volvió a llamar a toda la gente, y les dijo: «Escúchenme todos, y entiendan: 15 Nada que venga de afuera puede contaminar a nadie. Lo que contamina a la persona es lo que sale de ella.» 16 [Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.][c] 17 Cuando entró en la casa, luego de alejarse de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola. 18 Jesús les dijo: «¿Tampoco ustedes pueden entender esto? ¿Acaso no entienden que nada que venga de afuera y entre en alguien puede contaminarlo? 19 Porque eso no entra en su corazón, sino en su vientre, y al final va a parar en la letrina.» Con esto Jesús estaba diciendo que todos los alimentos son limpios, 20 aunque también decía que lo que contamina es lo que sale de la persona. 21 Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

La fe de la mujer sirofenicia(R)

24 De allí Jesús se fue a la región de Tiro y de Sidón. Llegó a una casa y trató de que nadie lo supiera, pero no pudo esconderse 25 porque, tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies. 26 Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; 27 pero Jesús le dijo: «Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos.» 28 La mujer le respondió: «Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.» 29 Entonces Jesús le dijo: «Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija.» 30 Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella.

Jesús sana a un sordo

31 Jesús volvió a salir de la región de Tiro, y fue por Sidón al lago de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Le llevaron allí a un sordo y tartamudo, y le rogaban que pusiera la mano sobre él. 33 Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en las orejas y, con su saliva, le tocó la lengua; 34 luego levantó los ojos al cielo, y lanzando un suspiro le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!» 35 Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien. 36 Jesús les mandó que no contaran esto a nadie, pero mientras más se lo prohibía, ellos más y más lo divulgaban. 37 La gente estaba muy asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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