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Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Mateo 1-4

Antepasados de Jesús el Mesías

El siguiente es un registro de los antepasados de Jesús el Mesías, descendiente de David y de Abraham:[a]

Abraham fue el padre de Isaac.

Isaac fue el padre de Jacob.

Jacob fue el padre de Judá y de sus hermanos.

Judá fue el padre de Fares y de Zera (la madre fue Tamar).

Fares fue el padre de Hezrón.

Hezrón fue el padre de Ram.[b]

Ram fue el padre de Aminadab.

Aminadab fue el padre de Naasón.

Naasón fue el padre de Salmón.

Salmón fue el padre de Booz (su madre fue Rahab).

Booz fue el padre de Obed (su madre fue Rut).

Obed fue el padre de Isaí.

Isaí fue el padre del rey David.

David fue el padre de Salomón (su madre fue Betsabé, la viuda de Urías).

Salomón fue el padre de Roboam.

Roboam fue el padre de Abías.

Abías fue el padre de Asa.[c]

Asa fue el padre de Josafat.

Josafat fue el padre de Yoram.[d]

Yoram fue el padre[e] de Uzías.

Uzías fue el padre de Jotam.

Jotam fue el padre de Acaz.

Acaz fue el padre de Ezequías.

10 Ezequías fue el padre de Manasés.

Manasés fue el padre de Amón.[f]

Amón fue el padre de Josías.

11 Josías fue el padre de Joaquín[g] y de sus hermanos (quienes nacieron en el tiempo del destierro a Babilonia).

12 Luego del destierro a Babilonia:

Joaquín fue el padre de Salatiel.

Salatiel fue el padre de Zorobabel.

13 Zorobabel fue el padre de Abiud.

Abiud fue el padre de Eliaquim.

Eliaquim fue el padre de Azor.

14 Azor fue el padre de Sadoc.

Sadoc fue el padre de Aquim.

Aquim fue el padre de Eliud.

15 Eliud fue el padre de Eleazar.

Eleazar fue el padre de Matán.

Matán fue el padre de Jacob.

16 Jacob fue el padre de José, esposo de María.

María dio a luz a Jesús, quien es llamado el Mesías.

17 Todos los que aparecen en la lista abarcan catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta el destierro a Babilonia, y catorce desde el destierro a Babilonia hasta el Mesías.

Nacimiento de Jesús el Mesías

18 Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo. 19 José, su prometido, era un hombre justo y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso[h] en privado.

20 Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. 21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús,[i] porque él salvará a su pueblo de sus pecados».

22 Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta:

23 «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño!
    Dará a luz un hijo,
y lo llamarán Emanuel,[j]
    que significa “Dios está con nosotros”».

24 Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa, 25 pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo; y José le puso por nombre Jesús.

Visitantes del oriente

Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes. Por ese tiempo, algunos sabios[k] de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía[l] y hemos venido a adorarlo».

Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén. Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó:

—¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?

—En Belén de Judea—le dijeron—porque eso es lo que escribió el profeta:

“Y tú, oh Belén, en la tierra de Judá,
    no eres la menor entre las ciudades reinantes[m] de Judá,
porque de ti saldrá un gobernante
    que será el pastor de mi pueblo Israel”[n].

Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez. Entonces les dijo: «Vayan a Belén y busquen al niño con esmero. Cuando lo encuentren, vuelvan y díganme dónde está para que yo también vaya y lo adore».

Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guio hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! 11 Entraron en la casa y vieron al niño con su madre, María, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoro y le dieron regalos de oro, incienso y mirra.

12 Cuando llegó el momento de irse, volvieron a su tierra por otro camino, ya que Dios les advirtió en un sueño que no regresaran a Herodes.

Huida a Egipto

13 Después de que los sabios se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño. «¡Levántate! Huye a Egipto con el niño y su madre—dijo el ángel—. Quédate allí hasta que yo te diga que regreses, porque Herodes buscará al niño para matarlo».

14 Esa noche José salió para Egipto con el niño y con María, su madre, 15 y se quedaron allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo»[o].

16 Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se puso furioso. Entonces, basado en lo que dijeron los sabios sobre la primera aparición de la estrella, Herodes envió soldados para matar a todos los niños que vivieran en Belén y en sus alrededores y que tuvieran dos años o menos. 17 Esta acción brutal cumplió lo que Dios había anunciado por medio del profeta Jeremías:

18 «En Ramá se oyó una voz:
    llanto y gran lamento.
Raquel llora por sus hijos;
    se niega a que la consuelen,
    porque están muertos»[p].

Regreso a Nazaret

19 Cuando Herodes murió, un ángel del Señor se le apareció en un sueño a José en Egipto. 20 «¡Levántate!—dijo el ángel—. Lleva al niño y a su madre de regreso a la tierra de Israel, porque ya murieron los que trataban de matar al niño».

21 Entonces José se levantó y regresó a la tierra de Israel con Jesús y su madre; 22 pero cuando se enteró de que el nuevo gobernante de Judea era Arquelao, hijo de Herodes, tuvo miedo de ir allí. Entonces, luego de ser advertido en un sueño, se fue a la región de Galilea. 23 Después la familia fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret y así se cumplió lo que los profetas habían dicho: «Lo llamarán nazareno».

Juan el Bautista prepara el camino

En esos días, Juan el Bautista llegó al desierto de Judea y comenzó a predicar. Su mensaje era el siguiente: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca[q]». El profeta Isaías se refería a Juan cuando dijo:

«Es una voz que clama en el desierto:
“¡Preparen el camino para la venida del Señor!
    ¡Ábranle camino!”»[r].

Juan usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Se alimentaba con langostas y miel silvestre. Gente de Jerusalén, de toda Judea y de todo el valle del Jordán salía para ver y escuchar a Juan; y cuando confesaban sus pecados, él las bautizaba en el río Jordán.

Cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos venían a mirarlo bautizar,[s] los enfrentó. «¡Camada de víboras!—exclamó—. ¿Quién les advirtió que huyeran de la ira que se acerca? Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios. No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas piedras. 10 Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y arrojado al fuego.

11 »Yo bautizo con[t] agua a los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su esclavo y llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.[u] 12 Está listo para separar el trigo de la paja con su rastrillo. Luego limpiará la zona donde se trilla y juntará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego interminable».

Bautismo de Jesús

13 Luego Jesús fue de Galilea al río Jordán para que Juan lo bautizara, 14 pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera.

—Yo soy el que necesita que tú me bautices—dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí?

15 Pero Jesús le dijo:

—Así debe hacerse, porque tenemos que cumplir con todo lo que Dios exige.[v]

Entonces Juan aceptó bautizarlo.

16 Después del bautismo, mientras Jesús salía del agua, los cielos se abrieron[w] y vio al Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. 17 Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo».

Tentación de Jesús

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre.

En ese tiempo, el diablo[x] se le acercó y le dijo:

—Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan.

Jesús le dijo:

—¡No! Las Escrituras dicen:

“La gente no vive solo de pan,
    sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”[y] .

Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, y dijo:

—Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen:

“Él ordenará a sus ángeles que te protejan.
Y te sostendrán con sus manos
    para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”[z].

Jesús le respondió:

—Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”[aa] .

Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos.

—Te daré todo esto—dijo—si te arrodillas y me adoras.

10 —Vete de aquí, Satanás—le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen:

“Adora al Señor tu Dios
    y sírvele únicamente a él”[ab] .

11 Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús.

Comienzo del ministerio de Jesús

12 Cuando Jesús oyó que habían arrestado a Juan, salió de Judea y regresó a Galilea. 13 Primero fue a Nazaret, luego salió de allí y siguió hasta Capernaúm, junto al mar de Galilea, en la región de Zabulón y Neftalí. 14 Así se cumplió lo que Dios dijo por medio del profeta Isaías:

15 «En la tierra de Zabulón y Neftalí,
    junto al mar, más allá del río Jordán,
    en Galilea, donde viven tantos gentiles,[ac]
16 la gente que estaba en la oscuridad
    ha visto una gran luz.
Y para aquellos que vivían en la tierra donde la muerte arroja su sombra,
    ha brillado una luz»[ad].

17 A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca[ae]».

Primeros discípulos

18 Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos—a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés—que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca. 19 Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!». 20 Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.

21 Un poco más adelante por la orilla, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, sentados en una barca junto a su padre, Zebedeo, reparando las redes. También los llamó para que lo siguieran. 22 Ellos, dejando atrás la barca y a su padre, lo siguieron de inmediato.

Multitudes siguen a Jesús

23 Jesús viajó por toda la región de Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Noticia del reino, y sanando a la gente de toda clase de enfermedades y dolencias. 24 Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos. 25 Numerosas multitudes lo seguían a todas partes: gente de Galilea, de las Diez Ciudades,[af] de Jerusalén, de toda Judea y del oriente del río Jordán.

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