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Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Isaías 28-30

Mensaje acerca de Samaria

28 ¡Qué aflicción le espera a la orgullosa ciudad de Samaria,
    la corona gloriosa de los borrachos de Israel![a]
Está asentada a la cabeza de un valle fértil,
    pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor.
Es el orgullo de un pueblo
    que el vino derribó.
Pues el Señor enviará un poderoso ejército en su contra;
    como un potente granizo y una lluvia torrencial,
se lanzarán sobre ella como las aguas embravecidas de una inundación
    y la aplastarán contra el suelo.
La orgullosa ciudad de Samaria,
    la corona gloriosa de los borrachos de Israel,[b]
    será pisoteada bajo los pies de sus enemigos.
Está asentada a la cabeza de un valle fértil,
    pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor.
Cualquiera que la vea la arrancará,
    como a un higo que brota temprano y pronto se arranca y se come.

Entonces por fin el Señor de los Ejércitos Celestiales
    será la corona gloriosa de Israel;
será el orgullo y la alegría
    del remanente de su pueblo.
Él dará a sus jueces
    anhelo de justicia,
y gran valentía
    a sus guerreros que vigilan las puertas.

Sin embargo, ahora Israel es dirigido por borrachos
    que dan tumbos por el vino y se tambalean a causa del alcohol.
Los sacerdotes y los profetas se tambalean a causa del alcohol,
    y se pierden por el vino.
Dan tumbos cuando tienen visiones
    y se tambalean cuando emiten sus decisiones.
Sus mesas están cubiertas de vómito;
    hay inmundicia por todas partes.
«¿Quién se cree el Señor que somos?—preguntan—.
    ¿Por qué nos habla así?
¿Acaso somos niños pequeños,
    recién destetados?
10 ¡Una y otra vez nos repite todo,
línea por línea,
    renglón por renglón,
un poco aquí
    y un poco allá!».

11 Así que, ahora, ¡Dios tendrá que hablar a su pueblo
    por medio de opresores extranjeros que hablan una lengua extraña!
12 Dios le ha dicho a su pueblo:
«Aquí hay un lugar de descanso;
    que reposen aquí los fatigados.
Este es un lugar tranquilo para descansar»;
    pero ellos no quisieron escuchar.
13 Por eso el Señor nuevamente les explicará su mensaje en detalle:
línea por línea,
    renglón por renglón,
un poco aquí
    y un poco allá,
para que tropiecen y caigan.
    Ellos serán heridos, caerán en la trampa y serán capturados.

14 Por lo tanto, escuchen este mensaje del Señor,
    ustedes, gobernantes burlones de Jerusalén.
15 Se jactan diciendo: «Hemos hecho un trato para burlar a la muerte
    y hemos llegado a un acuerdo para evitar la tumba.[c]
La destrucción que se aproxima nunca podrá tocarnos,
    porque nos hemos edificado un fuerte refugio hecho de mentiras y engaños».

16 Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
«¡Miren! Pongo una piedra de cimiento en Jerusalén,[d]
    una piedra sólida y probada.
Es una preciosa piedra principal sobre la cual se puede construir con seguridad.
    El que crea jamás será sacudido.[e]
17 Los probaré con la cuerda de medir de la justicia
    y con la plomada de la rectitud.
Puesto que su refugio está construido de mentiras,
    un granizo lo echará abajo.
Puesto que está hecho de engaños,
    una inundación lo arrasará.
18 Anularé el trato que ustedes hicieron para burlar a la muerte,
    y revocaré su acuerdo para evitar la tumba.
Cuando el terrible enemigo arrase la tierra,
    ustedes serán pisoteados.
19 Una y otra vez vendrá esa inundación,
    mañana tras mañana,
día y noche,
    hasta que arrase con todos ustedes».

Este mensaje llenará de terror al pueblo.
20 La cama que ustedes hicieron es demasiado pequeña para acostarse en ella
    y las mantas son demasiado estrechas para cubrirlos.
21 El Señor vendrá, como lo hizo contra los filisteos en el monte Perazim,
    y contra los amorreos en Gabaón.
Vendrá para hacer algo extraño;
    vendrá para hacer algo poco común:
22 el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    ha dicho con claridad que está decidido a aplastar toda la tierra.
Así que no se burlen más,
    de lo contrario, su castigo será aún mayor.

23 Escúchenme;
    escuchen y presten mucha atención.
24 ¿Acaso el agricultor siempre ara pero nunca siembra?
    ¿Está continuamente labrando la tierra y nunca plantando?
25 ¿No siembra finalmente sus semillas
    —comino negro, comino, trigo, cebada y trigo espelta—
cada uno en la forma correcta,
    y cada uno en el lugar que le corresponde?
26 El agricultor sabe exactamente qué hacer
    porque Dios le ha dado entendimiento.
27 Nunca se usa un mazo pesado para trillar el comino negro,
    sino que se golpea con varas livianas.
Nunca se pasa una rueda de trillar sobre el comino,
    al contrario, se golpea suavemente con un mayal.
28 El grano para el pan se muele con facilidad,
    por eso no lo tritura demasiado.
Lo trilla bajo las ruedas de una carreta,
    pero no lo pulveriza.
29 El Señor de los Ejércitos Celestiales es un maestro maravilloso,
    y le da gran sabiduría al agricultor.

Mensaje acerca de Jerusalén

29 «¡Qué aflicción le espera a Ariel,[f] la Ciudad de David!
    Año tras año ustedes celebran sus fiestas.
Sin embargo, traeré desastre sobre ustedes,
    y habrá mucho llanto y dolor.
Pues Jerusalén se convertirá en lo que significa su nombre, Ariel:
    un altar cubierto de sangre.
Yo seré su enemigo;
    rodearé a Jerusalén y atacaré sus murallas.
Edificaré torres de asalto
    y la destruiré.
Entonces, tú hablarás desde lo profundo de la tierra;
    tus palabras saldrán desde bien abajo, desde el polvo.
Tu voz susurrará desde el suelo
    como un fantasma invocado de la tumba.

»Pero de pronto, tus despiadados enemigos serán aplastados
    como el polvo más fino.
Tus numerosos atacantes serán expulsados
    como la paja ante el viento.
De repente, en un instante,
    yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, intervendré a tu favor
con trueno, terremoto y gran ruido,
    con torbellino, tormenta y fuego consumidor.
Todas las naciones que pelean contra Jerusalén[g]
    ¡desaparecerán como un sueño!
Los que atacan sus murallas
    se esfumarán como una visión en la noche.
La persona con hambre sueña con comida,
    pero se despierta todavía con hambre.
La persona con sed sueña con beber,
    pero cuando llega la mañana, sigue desfallecida de sed.
Así será con tus enemigos,
    con los que ataquen al monte Sion».

¿Estás asombrado y escéptico?
    ¿No lo crees?
Entonces adelante, sé ciego.
    Eres necio, pero no por culpa del vino;
    te tambaleas, ¡pero no por causa del licor!
10 Pues el Señor derramó sobre ti un espíritu de sueño profundo;
    ha cerrado los ojos de tus profetas y visionarios.

11 Para ellos, todos los sucesos futuros de esta visión son como un libro sellado. Cuando se lo des a los que sepan leer, dirán: «No podemos leerlo porque está sellado». 12 Cuando se lo des a los que no sepan leer, dirán: «No sabemos leer».

13 Así que el Señor dice:
    «Este pueblo dice que me pertenece;
me honra con sus labios,
    pero su corazón está lejos de mí.
Y la adoración que me dirige
    no es más que reglas humanas, aprendidas de memoria.[h]
14 Por esa causa, una vez más asombraré a estos hipócritas
    con maravillas extraordinarias.
La sabiduría de los sabios pasará,
    y la inteligencia de los inteligentes desaparecerá».

15 ¡Qué aflicción les espera a los que intentan esconder sus planes del Señor,
    a los que hacen sus malas acciones en la oscuridad!
«El Señor no puede vernos—dicen—;
    no sabe lo que está pasando».
16 ¿Será posible que sean tan necios?
    ¡Él es el Alfarero y, por cierto, es mayor que ustedes, el barro!
¿Acaso la cosa creada puede decir acerca del que la creó:
    «Él no me hizo»?
¿Alguna vez ha dicho una vasija:
    «El alfarero que me hizo es un tonto»?

17 Pronto—y no pasará mucho tiempo—
    los bosques del Líbano se convertirán en un campo fértil,
    y el campo fértil se convertirá en bosque.
18 En aquel día, los sordos oirán cuando se lean las palabras de un libro
    y los ciegos verán a través de la neblina y la oscuridad.
19 Los humildes se llenarán de una alegría nueva de parte del Señor;
    los pobres se alegrarán en el Santo de Israel.
20 Los burlones ya no existirán,
    los arrogantes desaparecerán,
    y los que traman el mal serán muertos.
21 Los que condenan a los inocentes
    con sus falsos testimonios desaparecerán.
Un destino parecido les espera a los que usan el engaño para pervertir la justicia
    y mienten para destruir a los inocentes.

22 Por eso el Señor, quien redimió a Abraham, dice al pueblo de Israel:[i]

«Mi pueblo ya no será avergonzado,
    ni palidecerá de temor.
23 Pues cuando vean a sus numerosos hijos
    y todas las bendiciones que yo les he dado,
reconocerán la santidad del Santo de Jacob;
    quedarán asombrados ante el Dios de Israel.
24 Entonces los descarriados adquirirán entendimiento,
    y los que se quejan de todo aceptarán la instrucción.

La alianza inútil entre Judá y Egipto

30 »Qué aflicción les espera a mis hijos rebeldes
    —dice el Señor—.
Ustedes hacen planes contrarios a los míos;
    hacen alianzas que no son dirigidas por mi Espíritu,
    y de esa forma aumentan sus pecados.
Pues sin consultarme,
    bajaron a Egipto en busca de ayuda;
pusieron su confianza en la protección del faraón
    y trataron de esconderse bajo su sombra.
Pero por confiar en el faraón serán humillados,
    y por depender de él, serán avergonzados.
Pues, aunque el poder del faraón se extiende hasta Zoán,
    y sus funcionarios han llegado a Hanes,
todos los que confíen en él serán avergonzados.
    Él no los ayudará;
    todo lo contrario, los avergonzará».

Este es el mensaje que recibí con respecto a los animales del Neguev:

La caravana se mueve lentamente
    a través del terrible desierto hacia Egipto
—burros cargados de riquezas
    y camellos cargados de tesoros—
    para pagar por la protección de Egipto.
Viajan a través del desierto,
    lugar de leonas y leones,
    lugar donde viven las víboras y las serpientes venenosas.
A pesar de todo esto, Egipto no les dará nada a cambio.
    ¡Las promesas de Egipto no sirven para nada!
Por lo tanto, lo llamaré Rahab,
    el dragón inofensivo.[j]

Advertencia para la rebelde Judá

Ahora ve y escribe estas palabras;
    escríbelas en un libro.
Así quedarán hasta el fin de los tiempos
    como testigo
de que este es un pueblo rebelde y terco
    que se niega a hacer caso a las instrucciones del Señor.
10 Les dicen a los videntes:
    «¡Dejen de ver visiones!».
Les dicen a los profetas:
    «No nos digan lo que es correcto.
Dígannos cosas agradables;
    cuéntennos mentiras.
11 Olvídense de toda esta tristeza;
    apártense de su senda estrecha.
Dejen de hablarnos acerca del
    “Santo de Israel”».

12 Esta es la respuesta del Santo de Israel:

«Dado que ustedes desprecian lo que les digo
    pero más bien confían en la opresión y en las mentiras,
13 la calamidad caerá sobre ustedes de repente,
    como una pared pandeada que explota y se cae.
En un instante, se desplomará
    y se derrumbará.
14 Ustedes serán aplastados como una vasija de barro,
    hechos añicos de una manera tan completa
que no habrá un pedazo lo suficientemente grande
    para llevar los carbones de una hoguera
    ni un poco de agua del pozo».

15 Esto dice el Señor Soberano,
    el Santo de Israel:
«Ustedes se salvarán solo si regresan a mí
    y descansan en mí.
En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza;
    pero no quisieron saber nada de esto.
16 “No—dijeron ustedes—, nuestra ayuda vendrá de Egipto;
    ellos nos darán caballos veloces para entrar en batalla”.
Sin embargo, la única velocidad que verán
    ¡será la de sus enemigos dándoles caza!
17 Uno de ellos perseguirá a mil de ustedes
    y cinco de ellos los harán huir a todos.
Quedarán como un asta de bandera solitaria sobre una colina
    o como un estandarte hecho jirones en la cima de un monte lejano».

Bendiciones para el pueblo de Dios

18 Así que el Señor esperará a que ustedes acudan a él
    para mostrarles su amor y su compasión.
Pues el Señor es un Dios fiel.
    Benditos son los que esperan su ayuda.

19 Oh pueblo de Sion, que vives en Jerusalén,
    ya no llorarás más.
Él será compasivo si le pides ayuda;
    sin ninguna duda, él responderá a los clamores.
20 Aunque el Señor te dio a comer adversidad
    y a beber sufrimiento,
él seguirá contigo a fin de enseñarte;
    verás a tu maestro con tus propios ojos.
21 Tus oídos lo escucharán.
    Detrás de ti, una voz dirá:
«Este es el camino por el que debes ir»,
    ya sea a la derecha o a la izquierda.
22 Entonces destruirás todos tus ídolos de plata
    y tus valiosas imágenes de oro.
Los desecharás como trapos sucios,
    y les dirás: «¡Adiós y hasta nunca!».

23 Entonces el Señor te bendecirá con lluvia durante el tiempo de la siembra. Habrá cosechas maravillosas y muchos pastizales para tus animales. 24 Los bueyes y los burros que cultivan los campos comerán buen grano, y el viento llevará la paja. 25 En aquel día, cuando tus enemigos sean masacrados y caigan las torres, descenderán corrientes de agua de cada monte y colina. 26 La luna será tan resplandeciente como el sol, y el sol brillará siete veces más, como la luz de siete días en uno solo. Así será cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curar las heridas que le hizo.

27 ¡Miren! El Señor viene desde muy lejos,
    ardiendo de enojo,
    rodeado de un humo espeso que sube.
Sus labios están llenos de furia;
    sus palabras consumen como el fuego.
28 Su ardiente aliento fluye como una inundación
    hasta el cuello de sus enemigos.
Él zarandeará a las naciones soberbias para destrucción;
    les pondrá el freno en la boca y las llevará a la ruina.

29 Sin embargo, el pueblo de Dios entonará una canción de alegría,
    como los cantos de los festivales sagrados.
Estarás lleno de alegría,
    como cuando un flautista dirige a un grupo de peregrinos
a Jerusalén, el monte del Señor,
    a la Roca de Israel.
30 Y el Señor hará oír su majestuosa voz
    y demostrará la fuerza de su brazo poderoso.
Descenderá con llamas consumidoras,
    con aguaceros, con tormentas eléctricas y enormes granizos.
31 Por orden del Señor, los asirios serán destrozados;
    los herirá de muerte con su cetro real.
32 Y cuando el Señor los golpee con su vara de castigo,[k]
    su pueblo celebrará con arpas y panderetas.
    Él levantará su brazo poderoso y peleará contra los asirios.
33 Tofet, el lugar de incineración,
    hace tiempo que está preparado para el rey asirio;
    la pira tiene un gran montón de leña.
El aliento del Señor, como fuego de volcán,
    la encenderá.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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