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Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Isaías 9-12

Esperanza en el Mesías

[a]Sin embargo, ese tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre. La tierra de Zabulón y de Neftalí será humillada, pero habrá un tiempo en el futuro cuando Galilea de los gentiles,[b] que se encuentra junto al camino que va del Jordán al mar, será llena de gloria.

[c]El pueblo que camina en oscuridad
    verá una gran luz.
Para aquellos que viven en una tierra de densa oscuridad,[d]
    brillará una luz.
Harás que crezca la nación de Israel,
    y sus habitantes se alegrarán.
Se alegrarán ante ti
    como la gente se goza en la cosecha,
    y como los guerreros cuando se dividen el botín.
Pues tú quebrantarás el yugo de su esclavitud
    y levantarás la pesada carga de sus hombros.
Romperás la vara del opresor,
    tal como lo hiciste cuando destruiste al ejército de Madián.
Las botas de los guerreros
    y los uniformes manchados de sangre por la guerra
serán quemados;
    serán combustible para el fuego.

Pues nos ha nacido un niño,
    un hijo se nos ha dado;
el gobierno descansará sobre sus hombros,
    y será llamado:
Consejero Maravilloso,[e] Dios Poderoso,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Su gobierno y la paz
    nunca tendrán fin.
Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David
    por toda la eternidad.
¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales
    hará que esto suceda!

Enojo del Señor contra Israel

El Señor se ha pronunciado contra Jacob;
    su juicio ha caído sobre Israel.
Y los habitantes de Israel[f] y de Samaria,
    quienes hablaron con tanta soberbia y arrogancia,
    pronto se enterarán.
10 Decían: «Reemplazaremos los ladrillos rotos de nuestras ruinas con piedra labrada
    y volveremos a plantar cedros donde cayeron las higueras sicómoros».

11 Pero el Señor traerá a los enemigos de Rezín contra Israel
    e incitará a todos sus adversarios.
12 Los arameos desde el oriente y los filisteos desde el occidente
    sacarán sus colmillos y devorarán a Israel.
Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor;
    su puño sigue preparado para dar el golpe.

13 Pues después de tanto castigo, el pueblo seguirá sin arrepentirse;
    no buscará al Señor de los Ejércitos Celestiales.
14 Por lo tanto, en un solo día el Señor destruirá tanto la cabeza como la cola,
    la noble rama de palma y el humilde junco.
15 Los líderes de Israel son la cabeza,
    y los profetas mentirosos son la cola.
16 Pues los líderes del pueblo lo han engañado;
    lo han llevado por la senda de la destrucción.
17 Por eso el Señor no se complace en los jóvenes,
    ni tiene misericordia siquiera de las viudas y los huérfanos.
Pues todos son unos hipócritas perversos,
    y todos ellos hablan necedades.
Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor.
    Su puño sigue preparado para dar el golpe.

18 Esa perversidad es como un incendio de maleza
    que no solo quema las zarzas y los espinos,
sino que también hace arder los bosques.
    Su fuego hace subir nubes de humo.
19 La tierra quedará ennegrecida
    por la furia del Señor de los Ejércitos Celestiales.
El pueblo será combustible para el fuego,
    y nadie perdonará la vida ni siquiera de su propio hermano.
20 Atacarán a su vecino de la derecha
    pero seguirán con hambre.
Devorarán a su vecino de la izquierda,
    pero no quedarán satisfechos.
Al final, se comerán hasta a sus propios hijos.[g]
21 Manasés se alimentará de Efraín,
    Efraín se alimentará de Manasés,
    y los dos devorarán a Judá.
Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor;
    su puño sigue preparado para dar el golpe.
10 ¡Qué aflicción les espera a los jueces injustos
    y a los que emiten leyes injustas!
Privan a los pobres de la justicia
    y les niegan sus derechos a los necesitados de mi pueblo.
Explotan a las viudas
    y se aprovechan de los huérfanos.
¿Qué harán cuando yo los castigue,
    cuando envíe el desastre sobre ustedes desde una tierra lejana?
¿A quién acudirán en busca de ayuda?
    ¿Dónde estarán seguros sus tesoros?
Irán tropezando como prisioneros
    o quedarán tendidos entre los muertos.
Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor;
    su puño sigue preparado para dar el golpe.

Juicio contra Asiria

«Qué aflicción le espera a Asiria, la vara de mi ira.
    Yo la empleo como garrote para expresar mi enojo.
Envío a Asiria contra una nación pagana,
    contra un pueblo con el cual estoy enojado.
Asiria los saqueará,
    y los pisoteará como a polvo debajo de sus pies.
Pero el rey de Asiria no comprenderá que es mi instrumento;
    su mente no funciona de esa forma.
Su plan solo consiste en destruir,
    en aplastar a las naciones, una tras otra.
Dirá:
    “Pronto cada uno de mis príncipes será un rey.
Hemos destruido a Calno como hicimos antes con Carquemis.
    Hamat cayó ante nosotros como antes había caído Arfad,
    y destruimos a Samaria como lo hicimos con Damasco.
10 Sí, hemos acabado con muchos reinos
    cuyos dioses eran más grandes que los de Jerusalén y de Samaria.
11 Por eso derrotaremos a Jerusalén y a sus dioses,
    tal como destruimos a Samaria con sus dioses”».

12 Después de que el Señor haya utilizado al rey de Asiria para llevar a cabo sus propósitos en el monte Sion y en Jerusalén, se volverá contra el rey de Asiria y lo castigará, porque es soberbio y arrogante. 13 Se jacta diciendo:

«Esto lo hice con el poder de mi brazo;
    lo planifiqué con mi astuta sabiduría.
Derribé las defensas de las naciones
    y me llevé sus tesoros.
    Como un toro, he derribado a sus reyes.
14 Les robé las riquezas a sus nidos
    y me he adueñado de reinos como un campesino recoge huevos.
Nadie puede siquiera batir un ala en mi contra.
    Nadie puede decir ni pío en protesta».

15 Ahora bien, ¿puede jactarse el hacha de tener un poder mayor que la persona que la usa?
    ¿Es la sierra mayor que la persona que corta?
¿Puede golpear una vara a menos que la mueva una mano?
    ¿Puede caminar solo un bastón de madera?
16 Por lo tanto, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    enviará una plaga entre las orgullosas tropas de Asiria,
    y un fuego ardiente consumirá su gloria.
17 El Señor, la Luz de Israel, será un fuego;
    el Santo será una llama.
Devorará con fuego los espinos y las zarzas,
    y en una sola noche quemará al enemigo por completo.
18 El Señor consumirá la gloria de Asiria
    igual que un incendio consume un bosque en tierra fértil,
    o una plaga a los enfermos.
19 De ese glorioso bosque, solo sobrevivirán unos cuantos árboles:
    tan pocos que un niño podrá contarlos.

Esperanza para el pueblo del Señor

20 En ese día, el remanente que quedará en Israel,
    los sobrevivientes de la casa de Jacob,
ya no seguirán confiando en aliados
    que buscan destruirlos.
En cambio, confiarán fielmente en el Señor,
    el Santo de Israel.
21 Un remanente regresará;[h]
    sí, el remanente de Jacob regresará al Dios Poderoso.
22 Pero aunque los hijos de Israel son tan numerosos
    como la arena a la orilla del mar,
solo un remanente regresará.
    El Señor, con razón, ha decidido destruir a su pueblo.
23 Sí, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    ya ha decidido destruir toda la tierra.[i]

24 Así que esto dice el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Oh, mi pueblo de Sion, no temas a los asirios cuando te opriman con vara y con garrote como lo hicieron los egipcios hace mucho tiempo. 25 Dentro de poco se acabará mi enojo contra ustedes, y después mi ira se levantará para destruirlos a ellos». 26 El Señor de los Ejércitos Celestiales los azotará con su látigo, como hizo cuando Gedeón venció a los madianitas en la roca de Oreb, o cuando se levantó la vara del Señor para ahogar al ejército egipcio en el mar.

27 En ese día, el Señor acabará con la servidumbre de su pueblo.
    Romperá el yugo de la esclavitud
    y se lo quitará de los hombros.[j]

28 Miren, los asirios están ahora en Ajat.
    Están atravesando Migrón
    y almacenando su equipo en Micmas.
29 Están cruzando el paso de montaña
    y acampando en Geba.
El poblado de Ramá queda paralizado de temor
    y toda la gente de Guibeá, el pueblo de Saúl,
    corre para salvar su vida.
30 Griten de terror,
    gente de Galim.
Grítenle una advertencia a Lais.
    ¡Oh, pobre Anatot!
31 Allá va la gente de Madmena; todos huyen.
    Los ciudadanos de Gebim tratan de esconderse.
32 El enemigo se detiene en Nob por el resto del día;
    amenaza con el puño al hermoso monte de Sion, el monte de Jerusalén.

33 ¡Pero miren! El Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    con gran fuerza cortará al poderoso árbol de Asiria.
Echará abajo a los soberbios;
    ese árbol altanero será talado.
34 Cortará con un hacha los árboles de los bosques;
    el Líbano caerá ante el Poderoso.[k]

Retoño del linaje de David

11 Del tocón de la familia de David[l] saldrá un brote,
    sí, un Retoño nuevo que dará fruto de la raíz vieja.
Y el Espíritu del Señor reposará sobre él:
    el Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
el Espíritu de consejo y de poder,
    el Espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
Él se deleitará en obedecer al Señor;
    no juzgará por las apariencias
    ni tomará decisiones basadas en rumores.
Hará justicia a los pobres
    y tomará decisiones imparciales con los que son explotados.
La tierra temblará con la fuerza de su palabra,
    y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.
Llevará la justicia como cinturón
    y la verdad como ropa interior.

En ese día el lobo y el cordero vivirán juntos,
    y el leopardo se echará junto al cabrito.
El ternero y el potro estarán seguros junto al león,
    y un niño pequeño los guiará a todos.
La vaca pastará cerca del oso,
    el cachorro y el ternero se echarán juntos,
    y el león comerá heno como las vacas.
El bebé jugará seguro cerca de la guarida de la cobra;
    así es, un niño pequeño meterá la mano en un nido de víboras mortales y no le pasará nada.
En todo mi monte santo no habrá nada que destruya o haga daño,
    porque así como las aguas llenan el mar,
    así también la tierra estará llena de gente que conocerá al Señor.

10 En ese día, el heredero del trono de David[m]
    será estandarte de salvación para el mundo entero.
Las naciones se reunirán junto a él,
    y la tierra donde vive será un lugar glorioso.[n]
11 En ese día, el Señor extenderá su mano por segunda vez
    para traer de regreso al remanente de su pueblo:
los que queden en Asiria y el norte de Egipto;
    en el sur de Egipto, Etiopía[o] y Elam;
    en Babilonia,[p] Hamat y todas las tierras costeras distantes.
12 Levantará bandera en medio de las naciones
    y reunirá a los desterrados de Israel.
Juntará al pueblo disperso de Judá
    desde los confines de la tierra.

13 Entonces por fin terminarán los celos entre Israel[q] y Judá
    y dejarán de ser rivales.
14 Unirán sus fuerzas para caer encima de Filistea al occidente.
    Juntos, atacarán y saquearán a las naciones situadas al oriente.
Ocuparán las tierras de Edom y de Moab,
    y Amón los obedecerá.
15 El Señor abrirá un camino seco a través del golfo del mar Rojo.[r]
    Moverá su mano sobre el río Éufrates[s]
y enviará un poderoso viento para dividirlo en siete corrientes,
    de manera que se podrá cruzar a pie con facilidad.
16 Abrirá una carretera para el remanente de su pueblo,
    el remanente que viene de Asiria,
tal como lo hizo por Israel hace mucho tiempo
    cuando regresó de Egipto.

Cantos de alabanza por la salvación

12 En aquel día, tú cantarás:
    «¡Te alabaré, oh Señor!
Estabas enojado conmigo, pero ya no.
    Ahora me consuelas.
Miren, Dios ha venido a salvarme.
    Confiaré en él y no tendré temor.
El Señor Dios es mi fuerza y mi canción;
    él me ha dado la victoria».

¡Con alegría ustedes beberán abundantemente
    de la fuente de la salvación!
En ese día maravilloso cantarán:
    «¡Den gracias al Señor! ¡Alaben su nombre!
Cuenten a las naciones lo que él ha hecho;
    háganles saber lo poderoso que él es.
Canten al Señor, porque ha hecho cosas maravillosas.
    Den a conocer su alabanza en el mundo entero.
¡Que todos los habitantes de Jerusalén[t] griten sus alabanzas con alegría!
    Pues grande es el Santo de Israel, que vive en medio de ustedes».

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