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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 96-102

Salmo 96 (95)

Que cante al Señor la tierra entera

96 Canten al Señor un cántico nuevo,
que cante al Señor la tierra entera;
canten al Señor, bendigan su nombre;
pregonen su salvación día tras día.
Pregonen su gloria entre las naciones,
sus prodigios entre todos los pueblos.
Porque es grande el Señor,
es digno de alabanza,
más admirable que todos los dioses.
Todos los dioses paganos son nada,
pero el Señor ha hecho los cielos.
Gloria y esplendor hay ante él,
majestad y poder en su santuario.
Rindan al Señor, familias de los pueblos,
rindan al Señor gloria y poder;
reconozcan que es glorioso su nombre,
tráiganle ofrendas y entren en su presencia;
adoren al Señor en su hermoso Templo,
que tiemble ante él la tierra entera.
10 Digan a las naciones: “El Señor es rey”.
El universo está seguro, no se derrumbará.
Él juzgará con rectitud a los pueblos.
11 Que se alegre el cielo y se goce la tierra,
que retumbe el mar y cuanto lo llena;
12 que el campo entero se llene de gozo,
que griten de júbilo los árboles del bosque,
13 delante del Señor que viene
dispuesto a gobernar la tierra.
Él juzgará al universo con justicia
y a los pueblos con su fidelidad.

Salmo 97 (96)

El Señor es dueño de toda la tierra

97 El Señor es rey, que se goce la tierra,
que se alegren los países lejanos.
La bruma y la niebla lo rodean,
la justicia y el derecho sostienen su trono.
El fuego avanza ante él,
abrasa en derredor a sus rivales;
sus rayos iluminan el orbe,
los ve la tierra y tiembla.
Los montes se funden como cera ante el Señor,
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
todos los pueblos contemplan su gloria.
Que se avergüencen los idólatras,
los que cifran en los ídolos su orgullo,
que se postren ante él todos los dioses.
Sión lo oye y se llena de gozo,
se alegran las ciudades de Judá
a causa de tus juicios, Señor.
Porque tú eres, Señor,
el Altísimo en toda la tierra,
tú quien se alza sobre los dioses.
10 Odien el mal los que aman al Señor:
él guarda la vida de sus fieles,
los libra de las garras del malvado.
11 La luz se propaga para el justo,
la alegría para quienes son rectos.
12 ¡Alégrense, justos, en el Señor,
alaben su santo nombre!

Salmo 98 (97)

Aclamen al Señor, el rey

98 Salmo.
Canten al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas;
su diestra, su santo brazo,
le ha dado la victoria.
El Señor ha proclamado su victoria,
ante las naciones desvela su justicia.
Ha recordado su amor y su verdad
hacia la casa de Israel,
han visto los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor tierra entera,
griten de júbilo, alégrense, canten.
Canten al Señor con la cítara,
con la cítara y con voz melodiosa;
con clarines y al son de trompetas,
aclamen al Señor, el rey.
Que brame el mar y cuanto lo llena,
el mundo y los que en él habitan;
que batan palmas los ríos
y los montes se alegren juntos
ante el Señor que viene,
que llega a juzgar a la tierra:
juzgará al mundo con justicia
y con rectitud a los pueblos.

Salmo 99 (98)

Santo es el Señor

99 El Señor es rey,
que los pueblos se estremezcan;
sobre querubines tiene su trono,
que tiemble la tierra.
El Señor es grande en Sión,
sobre todos los pueblos se alza.
Que alaben tu nombre grande y temible:
¡Él es santo!
Rey poderoso que amas la justicia,
tú mismo estableciste la equidad;
la justicia y el derecho
tú instauraste en Jacob.
Alaben al Señor nuestro Dios,
póstrense ante el estrado de sus pies:
¡Él es santo!
De sus sacerdotes, Moisés y Aarón;
de los que invocaban su nombre, Samuel:
ellos llamaban al Señor y él les respondía.
Desde la columna de nube hablaba con ellos;
ellos respetaban sus mandatos
y la ley que les había dado.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías;
tú eras para ellos el Dios que perdona
y quien castiga sus maldades.
Alaben al Señor nuestro Dios,
póstrense ante su santo monte,
porque santo es el Señor nuestro Dios.

Salmo 100 (99)

Acudan con gozo a su presencia

100 Salmo de acción de gracias.
Aclama al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con alegría,
acudan con gozo a su presencia.
Sepan que el Señor es Dios:
él nos ha hecho y a él pertenecemos;
somos su pueblo, el rebaño que apacienta.
Crucen sus puertas dando gracias,
sus atrios con alabanzas;
denle gracias y bendigan su nombre,
porque el Señor es bueno,
su bondad perdura por siempre,
su fidelidad por generaciones.

Salmo 101 (100)

Actuaré rectamente en medio de mi casa

101 Salmo de David.
Quiero cantar el amor y la justicia,
a ti, Señor, quiero cantarte;
quiero aprender la senda de los rectos,
¿cuándo vendrás a mí?
Actuaré rectamente en medio de mi casa,
en nada indigno fijaré mi ojos;
odio el proceder de los rebeldes,
no dejaré que me contagie.
Que el perverso se aleje de mí,
no quiero conocer al malvado.
Al que difama en secreto a su amigo,
voy a dejarlo callado;
al que es ambicioso y soberbio,
no voy a tolerarlo.
En los fieles del país me fijaré
para que habiten conmigo:
quien siga la senda de los rectos,
ese será quien me sirva.
No vivirá en mi casa quien engaña,
no aguantará mi mirada quien miente.
Yo haré callar cada mañana
a todos los malvados del país,
para expulsar de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.

Salmo 102 (101)

No me lleves en mitad de mi vida

102 Oración de un afligido que desfallece y desahoga su pesar ante el Señor.
Señor, escucha mi ruego,
que mi grito llegue a ti.
No me ocultes tu rostro
cuando estoy angustiado;
acerca hacia mí tu oído,
respóndeme pronto si te llamo.
Pues mi vida se desvanece como el humo,
mis huesos arden como una hoguera;
mi corazón se seca como hierba segada,
hasta de comer mi pan me olvido.
De tanto gritar sollozando
tengo los huesos pegados a la piel.
Me parezco al pelícano del yermo,
soy como el búho de las ruinas.
No puedo dormir, aquí estoy
como ave solitaria en un tejado.
Sin cesar mis enemigos me injurian,
furiosos contra mí me maldicen.
10 En vez de pan me alimento de polvo,
mezclo la bebida con mi llanto
11 a causa de tu enojo y de tu cólera,
pues tú me alzaste y me abatiste luego.
12 Es mi vida como sombra que declina,
como la hierba me voy marchitando.
13 Pero tú, Señor, reinas por siempre,
tu recuerdo dura por generaciones.
14 Tú te alzarás, te apiadarás de Sión,
que es hora ya de apiadarse de ella,
que el plazo ya se ha cumplido.
15 Tus siervos aman sus piedras,
sienten piedad de sus ruinas.
16 Venerarán las naciones tu nombre, Señor,
y tu gloria los reyes de la tierra;
17 cuando el Señor reconstruya Sión,
cuando se muestre en toda su gloria,
18 cuando atienda la súplica del pobre
y no desprecie su oración.
19 Quede esto escrito para la generación futura,
que el pueblo que nazca alabe a Dios;
20 el Señor mira desde su santo cielo,
observa la tierra desde el firmamento
21 para escuchar el grito del cautivo,
para librar a los reos de muerte.
22 Será aclamado en Sión el Señor
y en Jerusalén se proclamará su alabanza,
23 cuando pueblos y reinos
se reúnan para servir al Señor.
24 Él doblegó mi fuerza en el camino,
él hizo más corta mi vida.
25 Yo digo: “Dios mío,
no me lleves en mitad de mi vida”.
Tus años duran por generaciones;
26 tú antaño fundaste la tierra,
y el cielo es obra de tus manos.
27 Ellos perecen y tú perduras,
se desgastan todos como la tela;
tú como a un traje los cambias
y ellos se desvanecen.
28 Pero tú eres el mismo
y no se acaban tus años.
29 Habitarán seguros los hijos de tus siervos,
permanecerá ante ti su descendencia.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España