Beginning
Continúa la respuesta de Elifaz
5 »Por más que grites por ayuda, ¿quién te responderá?
¿Cuál de los ángeles[a] te ayudará?
2 Te aseguro que el resentimiento destruye al necio,
y los celos matan al ingenuo.
3 He visto a los necios triunfar momentáneamente en la vida,
pero después llega la calamidad repentina.
4 Sus hijos quedan abandonados y lejos de toda ayuda;
los oprimen en el tribunal y no hay quien los defienda.
5 Su cosecha la devoran los hambrientos,
aun cuando esté rodeada de zarzas;[b]
los sedientos jadean tras su riqueza.[c]
6 El mal no germina del suelo
ni la aflicción brota de la tierra,
7 pero la gente nace para tener problemas
tan cierto como que las chispas vuelan del fuego.
8 »Si yo estuviera en tu lugar, me acercaría a Dios
y le presentaría mi caso.
9 Él hace grandezas, demasiado maravillosas para comprenderlas,
y realiza milagros incontables.
10 Él envía lluvia a la tierra
y agua a los campos.
11 Él hace prosperar a los pobres
y protege a los que sufren.
12 Él frustra los planes de los que traman
para que el trabajo de sus manos no prospere.
13 Él atrapa a los sabios en su propia astucia
y desbarata sus ingeniosas maquinaciones.
14 Encuentran oscuridad en pleno día
y andan a tientas al mediodía, como si fuera de noche.
15 Él rescata a los pobres de las palabras hirientes de los fuertes
y los rescata de las garras de los poderosos;
16 por fin los pobres tienen esperanza
y las fauces de los malvados son cerradas.
17 »¡Pero considera la alegría de aquellos a quienes Dios corrige!
Cuando peques, no menosprecies la disciplina del Todopoderoso.
18 Pues aunque él hiere, también venda las heridas;
él golpea, pero sus manos también sanan.
19 Te rescatará de seis desastres;
aun en el séptimo, te guardará del mal.
20 Te salvará de la muerte en tiempo de hambre
y del poder de la espada en tiempo de guerra.
21 Estarás seguro ante la calumnia
y no tendrás miedo cuando llegue la destrucción.
22 Te reirás de la destrucción y del hambre,
y no tendrás terror de los animales salvajes.
23 Estarás en paz con las piedras del campo
y los animales salvajes estarán en paz contigo.
24 Sabrás que tu hogar está seguro;
cuando revises tus posesiones, no te faltará nada.
25 Tendrás muchos hijos;
¡tus descendientes serán tan abundantes como la hierba!
26 Llegarás a la tumba de edad avanzada,
¡como una gavilla de grano cosechada a su debido tiempo!
27 »Hemos estudiado la vida y resulta que todo esto es verdad;
escucha mi consejo y aplícalo a ti mismo».
Segundo discurso de Job: respuesta a Elifaz
6 Entonces Job habló de nuevo:
2 «Si se pudiera pesar mi sufrimiento
y poner mis problemas en la balanza,
3 pesarían más que toda la arena del mar.
Por eso hablé impulsivamente.
4 Pues el Todopoderoso me ha derribado con sus flechas;
y el veneno de ellas infecta mi espíritu.
Los terrores de Dios están alineados contra mí.
5 ¿Acaso no tengo derecho a quejarme?
¿No rebuznan los burros salvajes cuando no encuentran hierba
y mugen los bueyes cuando no tienen qué comer?
6 ¿No se queja la gente cuando a la comida le falta sal?
¿Hay alguien que desee comer la insípida clara del huevo[d]?
7 Cuando la miro, mi apetito desaparece;
¡solo pensar en comerla me da asco!
8 »¡Ah, que se otorgara mi petición!
¡Que Dios me concediera mi deseo!
9 Quisiera que él me aplastara,
quisiera que extendiera su mano y me matara.
10 Al menos puedo consolarme con esto:
a pesar del dolor,
no he negado las palabras del Santo;
11 pero no tengo fuerzas para seguir,
no tengo nada por lo cual vivir.
12 ¿Tengo yo la fuerza de una roca?
¿Está mi cuerpo hecho de bronce?
13 No, estoy desamparado por completo,
sin ninguna oportunidad de salir adelante.
14 »Uno debería ser compasivo con un amigo abatido,
pero tú me acusas sin ningún temor del Todopoderoso.[e]
15 Hermanos míos, han demostrado ser tan poco confiables como un arroyo de temporada
que desborda su cauce en la primavera,
16 cuando crece por el hielo y por la nieve derretida;
17 pero en la estación cálida, el agua desaparece
y el arroyo se desvanece en el calor.
18 Las caravanas se desvían de su ruta para refrescarse,
pero no hay nada para beber y por eso mueren.
19 Las caravanas de Temán van en busca de esta agua;
los viajeros de Saba esperan encontrarla.
20 Confían que esté pero se decepcionan;
cuando llegan, sus esperanzas se desvanecen.
21 Tampoco ustedes han sido de ayuda;
han visto mi calamidad y les da miedo.
22 Pero ¿por qué? ¿Alguna vez les he pedido que me regalen algo?
¿Les he suplicado que me den algo suyo?
23 ¿Les he pedido que me rescaten de mis enemigos
o que me salven de personas despiadadas?
24 Enséñenme, y me quedaré callado;
muéstrenme en qué me equivoqué.
25 Las palabras sinceras pueden causar dolor,
pero ¿de qué sirven sus críticas?
26 ¿Creen que sus palabras son convincentes
cuando ignoran mi grito de desesperación?
27 Ustedes hasta serían capaces de enviar a un huérfano a la esclavitud[f]
o de vender a un amigo.
28 ¡Mírenme!
¿Les mentiría en su propia cara?
29 Dejen de suponer que soy culpable,
porque no he hecho nada malo.
30 ¿Piensan que estoy mintiendo?
¿Acaso no conozco la diferencia entre el bien y el mal?
7 »¿No es toda la vida humana una lucha?
Nuestra vida es como la de un jornalero,
2 como la de un trabajador que anhela estar bajo la sombra,
como la de un sirviente que espera cobrar su sueldo.
3 A mí también me ha tocado vivir meses en vano,
largas y pesadas noches de miseria.
4 Tumbado en la cama, pienso: “¿Cuándo llegará la mañana?”;
pero la noche se alarga y doy vueltas hasta el amanecer.
5 Mi cuerpo está cubierto de gusanos y de costras;
se me abre la piel y supura pus.
Job clama a Dios
6 »Mis días pasan más rápido que la lanzadera de un telar
y terminan sin esperanza.
7 Oh Dios, recuerda que mi vida es apenas un suspiro,
y nunca más volveré a ser feliz.
8 Ahora me ves, pero no será por mucho tiempo;
me buscarás, pero ya me habré ido.
9 Así como las nubes se disipan y se desvanecen,
los que mueren[g] ya no volverán.
10 Se han ido de su hogar para siempre
y jamás volverán a verlos.
11 »No puedo evitar hablar;
debo expresar mi angustia.
Mi alma llena de amargura debe quejarse.
12 ¿Soy yo un monstruo marino o un dragón
para que me pongas bajo custodia?
13 Pienso: “Mi cama me dará consuelo,
y el sueño aliviará mi sufrimiento”;
14 pero entonces me destrozas con sueños
y me aterras con visiones.
15 Preferiría ser estrangulado;
mejor morir que sufrir así.
16 Odio mi vida y no quiero seguir viviendo.
Oh, déjame en paz durante los pocos días que me quedan.
17 »¿Qué son los seres humanos para que nos des tanta importancia,
para que pienses tanto en nosotros?
18 Pues nos examinas cada mañana
y nos pruebas a cada momento.
19 ¿Por qué no me dejas en paz?,
¡al menos el tiempo suficiente para poder tragar!
20 Si he pecado, ¿qué te he hecho,
oh vigilante de toda la humanidad?
¿Por qué me haces tu blanco?
¿Acaso te soy una carga?[h]
21 ¿Por qué mejor no perdonas mi pecado
y me quitas la culpa?
Pues pronto me acostaré en el polvo y allí moriré.
Cuando me busques, me habré ido».
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