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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Jeremías 38-41

Jeremías es metido en una cisterna

38 Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasjur, Jucal hijo de Selemías y Pasjur hijo de Malquías oyeron las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:

—Así ha dicho el SEÑOR: “El que se quede en esta ciudad morirá por la espada, por el hambre o por la peste. Pero el que se rinda a los caldeos vivirá; su vida le será por botín, y vivirá. Así ha dicho el SEÑOR: Ciertamente esta ciudad será entregada en mano del ejército del rey de Babilonia, y la tomará”.

Entonces los magistrados dijeron al rey:

—¡Que muera este hombre! Pues de esta manera, al hablarles tales palabras, desmoraliza a los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y a todo el pueblo. Porque este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su mal.

El rey Sedequías dijo:

—He allí, él está en las manos de ustedes. Porque nada puede el rey contra ustedes.

Entonces tomaron a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo del rey, que estaba en el patio de la guardia. Y bajaron a Jeremías con sogas. En la cisterna no había agua, sino lodo; y Jeremías se hundió en el lodo.

Jeremías es rescatado de la cisterna

Ebedmelec el etíope, un funcionario que estaba en la casa del rey, se enteró de que habían metido a Jeremías en la cisterna. Y estando el rey sentado en la puerta de Benjamín, Ebedmelec salió de la casa del rey y habló al rey diciendo:

—Oh mi señor el rey, estos hombres han actuado mal en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, a quien metieron en la cisterna. Allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad.

10 Entonces el rey mandó al mismo Ebedmelec el etíope, diciendo:

—Toma contigo treinta[a] hombres de aquí y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera.

11 Entonces Ebedmelec tomó consigo a los hombres y entró en la casa del rey, al lugar que estaba debajo del depósito del tesoro, y tomó de allí trapos raídos y trapos rasgados, y los bajó con sogas a Jeremías en la cisterna. 12 Y Ebedmelec el etíope dijo a Jeremías:

—Pon estos trapos raídos y rasgados en tus axilas, bajo tus brazos, debajo de las sogas.

Así lo hizo Jeremías. 13 De esta manera sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

El rey consulta de nuevo a Jeremías

14 Después el rey Sedequías mandó traer a su presencia al profeta Jeremías, a la tercera entrada que había en la casa del SEÑOR. Y el rey dijo a Jeremías:

—Yo te voy a preguntar una cosa. No me encubras nada.

15 Jeremías dijo a Sedequías:

—Si te lo revelo, ¿no me harás morir? Y si te doy consejo, no me escucharás.

16 Y el rey Sedequías juró en secreto a Jeremías diciendo:

—Vive el SEÑOR que ha hecho nuestras almas, que no te haré morir, ni te entregaré en mano de esos hombres que buscan tu vida.

17 Entonces Jeremías dijo a Sedequías:

—Así ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: “Si de hecho te rindes a los oficiales del rey de Babilonia, vivirá tu alma, y esta ciudad no será incendiada. Así vivirás, tú y tu casa. 18 Pero si no te rindes a los oficiales del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos y la incendiarán, y tú no escaparás de sus manos”.

19 El rey Sedequías dijo a Jeremías:

—Yo tengo miedo de los judíos que se han pasado a los caldeos, de que me entreguen en sus manos y se ensañen contra mí.

20 Jeremías le dijo:

—No te entregarán. Escucha, por favor, la palabra del SEÑOR que yo te hablo, y te irá bien; y tu alma vivirá. 21 Pero si rehúsas rendirte, esta es la palabra que me ha revelado el SEÑOR: 22 “He aquí que todas las mujeres que han quedado en la casa del rey de Judá serán entregadas a los oficiales del rey de Babilonia. Y ellas mismas dirán: ‘Te incitaron y prevalecieron contra ti tus hombres más íntimos. Tus pies se hundieron en el lodo, y ellos se volvieron atrás’. 23 A todas tus mujeres y a tus hijos entregarán a los caldeos. Tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y esta ciudad será incendiada.

24 Entonces Sedequías dijo a Jeremías:

—Nadie sepa de estas palabras, y no morirás. 25 Si los magistrados se enteran de que yo he hablado contigo y vienen a ti y te dicen: “Decláranos, por favor, qué hablaste con el rey, y dinos qué te dijo el rey. No nos lo encubras, y no te mataremos”, 26 les dirás: “He presentado al rey mi súplica para que no me haga volver a la casa de Jonatán, a morir allí”.

27 Vinieron, pues, a Jeremías todos los magistrados y lo interrogaron. Él les respondió conforme a todo lo que le había mandado el rey. Con esto dejaron de ocuparse de él, porque el asunto no había sido oído. 28 Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia hasta el día en que fue tomada Jerusalén. Allí estaba él cuando Jerusalén fue tomada.

Caída de Jerusalén

39 En el mes décimoa del noveno año de Sedequías rey de Judá, Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. En el noveno día del mes cuartob del año once de Sedequías, se abrió una brecha en la ciudad. Entonces llegaron todos los oficiales del rey de Babilonia: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. Y se instalaron junto a la puerta del Centro.

Sucedió que al verlos, Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra huyeron.

Salieron de noche de la ciudad por el camino del jardín del rey, por la puerta que había entre los dos muros. Se dirigieron[b] hacia el Arabá; pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó.

Lo tomaron preso y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, en Ribla, en la tierra de Hamat; y este pronunció sentencia contra aquel. El rey de Babilonia degolló en Ribla a los hijos de Sedequías, en presencia de este. Asimismo, el rey de Babilonia hizo degollar a todos los nobles de Judá. Al rey Sedequías le sacó los ojos y lo aprisionó con cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia.

Después los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo, y demolieron los muros de Jerusalén. Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, además de los desertores que se habían pasado a él, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los hizo llevar cautivos a Babilonia, junto con el resto del pueblo que había quedado. 10 Sin embargo, Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en la tierra de Judá a la gente más pobre, que no tenía nada, y en ese día les dio viñas y campos.

Nabuzaradán libera a Jeremías

11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, había ordenado a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo: 12 “Tómalo y cuida de él. No le hagas nada malo; más bien, harás con él como él te diga”.

13 Entonces dio órdenes Nabuzaradán capitán de la guardia, junto con Nabusazbán el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los altos oficiales del rey de Babilonia. 14 Y ordenaron traer a Jeremías del patio de la guardia. Luego lo entregaron a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, para que lo llevara a su casa. Y habitó en medio del pueblo.

Profecía acerca de Ebedmelec

15 La palabra del SEÑOR vino a Jeremías cuando estaba preso en el patio de la guardia. Y dijo: 16 “Ve y habla a Ebedmelec el etíope, y dile que así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: ‘He aquí, yo cumplo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y en aquel día sucederá en tu misma presencia. 17 Pero en aquel día yo te libraré, y no serás entregado en mano de aquellos de cuya presencia temes, dice el SEÑOR. 18 Ciertamente yo te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí’”, dice el SEÑOR.

Jeremías permanece con Gedalías

40 La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, después que Nabuzaradán, capitán de la guardia, lo envió desde Ramá, cuando lo tomó, estando aprisionado con grilletes en medio de todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que eran llevados cautivos a Babilonia.

El capitán de la guardia tomó interés en Jeremías y le dijo: “El SEÑOR tu Dios pronunció este mal contra este lugar, y el SEÑOR lo ha traído y ha hecho según lo había dicho. Porque pecaron contra el SEÑOR y no escucharon su voz; por eso les ha venido esto. Ahora, he aquí yo te libero de los grilletes que tienes en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo cuidaré de ti. Pero si te parece mal venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve adonde mejor y más conveniente te parezca”. Como aún no se volvía, le dijo: “Regresa a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto a cargo de las ciudades de Judá. Habita con él en medio del pueblo, o ve adonde te parezca más conveniente”.

El capitán de la guardia le dio provisiones y obsequios, y lo despidió. Entonces Jeremías se fue a Gedalías hijo de Ajicam, a Mizpa; y vivió con él en medio del pueblo que había quedado en el país.

Los judíos se adhieren a Gedalías

Todos los jefes de los soldados que estaban en el campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ajicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, las mujeres, los niños y los pobres de la tierra que no fueron llevados cautivos a Babilonia. Luego fueron a Gedalías en Mizpa: Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán[c] hijo de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, los hijos de Efai, de Netofa, y Jazanías[d] hijo de cierto hombre de Maaca. Fueron ellos y sus hombres. Entonces Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus hombres, diciendo: “No tengan temor de servir a los caldeos. Habiten en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien. 10 En cuanto a mí, he aquí que yo habito en Mizpa para servir a los caldeos que vengan a nosotros. Pero ustedes, tomen vino, frutas de verano y aceite; pónganlo en sus vasijas y habiten en las ciudades que han tomado”.

11 Asimismo, todos los judíos que estaban en Moab, entre los hijos de Amón y en Edom, y los que estaban en todos los países, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a Judá un remanente y que había puesto frente a ellos a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, 12 entonces todos estos judíos volvieron de todas las partes a donde habían sido expulsados. Se fueron a la tierra de Judá, a Gedalías, en Mizpa, y recolectaron vino y muchísimas frutas de verano.

Gedalías es asesinado

13 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados que estaban en el campo fueron a Gedalías en Mizpa, 14 y le dijeron:

—¿Sabes que Baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte?

Pero Gedalías hijo de Ajicam no les creyó. 15 Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo:

—Permite que yo vaya y mate a Ismael hijo de Netanías, y nadie lo sabrá. ¿Por qué te ha de quitar la vida, de modo que todos los judíos que se han agrupado alrededor de ti sean dispersados y perezca el remanente de Judá?

16 Pero Gedalías hijo de Ajicam dijo a Johanán hijo de Carea:

—¡No hagas tal cosa, porque es falso lo que tú dices acerca de Ismael!

41 Aconteció en el mes séptimoc que Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real y de los oficiales del rey, fue con diez hombres a Gedalías hijo de Ajicam, en Mizpa. Y comieron juntos en Mizpa.

Entonces se levantó Ismael hijo de Netanías, con los diez hombres que estaban con él, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán. Así dieron muerte a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto a cargo de la tierra.

Ismael siembra el caos en Judá

Asimismo, Ismael mató a todos los judíos que estaban en Mizpa con Gedalías. Ismael también mató a los hombres de guerra caldeos que se encontraban allí.

Y sucedió que un día después que se había dado muerte a Gedalías, cuando todavía nadie lo sabía, unos hombres llegaron de Siquem, de Silo y de Samaria: ochenta hombres con sus barbas rapadas, sus ropas rasgadas y sus cuerpos arañados. Y traían consigo ofrendas vegetales e incienso para llevarlos a la casa del SEÑOR. Entonces desde Mizpa Ismael hijo de Netanías les salió al encuentro, llorando mientras iba. Y cuando los encontró, les dijo:

—Vengan a Gedalías hijo de Ajicam.

Y sucedió que cuando llegaron al centro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías y los hombres que estaban con él los degollaron y los echaron en la cisterna. Pero entre aquellos había diez hombres que dijeron a Ismael:

—No nos mates, porque tenemos escondidos en el campo tesoros de trigo, cebada, aceite y miel.

Así que desistió, y no los mató como a sus compañeros. La cisterna en que Ismael echó todos los cuerpos de los hombres que mató era la cisterna grande[e] que había hecho el rey Asa, por causa de Baasa, rey de Israel. Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos.

10 Después Ismael llevó cautivo a todo el remanente del pueblo que estaba en Mizpa, desde las hijas del rey hasta todo el pueblo que había quedado en Mizpa y que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había encargado a Gedalías hijo de Ajicam. Ismael hijo de Netanías los llevó cautivos y se fue para pasarse a los hijos de Amón.

Johanán reagrupa al remanente de Judá

11 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados que estaban con él oyeron de todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías. 12 Y tomaron a todos los hombres y fueron para combatir contra Ismael hijo de Netanías, y lo encontraron junto al gran estanque que hay en Gabaón. 13 Aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de los soldados que estaban con él, se alegraron. 14 Entonces todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa volvió y se pasó a Johanán hijo de Carea. 15 Pero Ismael hijo de Netanías, con ocho hombres, se escapó de Johanán y se pasó a los hijos de Amón.

16 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los jefes de los soldados que estaban con él tomaron de Mizpa a todo el remanente del pueblo que había recuperado de Ismael hijo de Netanías, después que este había dado muerte a Gedalías hijo de Ajicam. Tomaron a los valientes, hombres de guerra, a las mujeres, a los niños y a los funcionarios que Johanán había hecho volver de Gabaón. 17 Entonces fueron y se quedaron en Gerut-quimjam, que está cerca de Belén, con el fin de ir y entrar en Egipto, 18 por causa de los caldeos. Ellos les tenían miedo, porque Ismael hijo de Netanías había matado a Gedalías hijo de Ajicam, a quien el rey de Babilonia había puesto a cargo del país.

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