Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Beginning

Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 9-16

Alabanza al Dios de justicia

[a] Al músico principal. Sobre Mut-laben[b]. Salmo de David.

Te alabaré, oh SEÑOR, con todo
mi corazón;
contaré todas tus maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en ti;
cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
Cuando mis enemigos volvieron atrás, cayeron y perecieron ante ti.
Porque has defendido mi juicio y
mi causa;
te has sentado en el trono del Juez
de justicia.
Reprendiste a las naciones;
destruiste a los impíos;
el nombre de ellos has borrado para siempre.
El enemigo ha sucumbido para siempre; sus ciudades has destruido;
con ellas pereció su recuerdo.
Pero el SEÑOR permanecerá para siempre;
ha dispuesto su trono para juicio.
Él juzgará al mundo con justicia;
hará juicio a los pueblos con rectitud.
El SEÑOR será un alto refugio para el oprimido,
un refugio en los tiempos de angustia.
10 En ti confiarán los que conocen
tu nombre
pues tú, oh SEÑOR, no abandonaste
a los que te buscaron.
11 Canten al SEÑOR, que habita en Sion; cuenten en los pueblos sus hechos.
12 Porque el Vengador de la sangre
se acordó de ellos;
no se olvidó del clamor de los pobres.
13 Ten compasión de mí, oh SEÑOR.
Mira la aflicción que me han causado los que me aborrecen;
tú, que me levantas de las puertas de la muerte,
14 para que cuente todas tus alabanzas
en las puertas de la hija de Sion
y me goce en tu salvación.
15 Las naciones se hundieron en la fosa que hicieron;
en la red que escondieron fue atrapado su pie.
16 El SEÑOR se dio a conocer por el juicio que hizo;
los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos.
Higayón[c], Selah[d]
17 Los impíos serán trasladados al Seol, todas las naciones que se olvidan
de Dios.
18 Porque el necesitado no será olvidado para siempre
ni la esperanza de los pobres perecerá eternamente.
19 ¡Levántate, oh SEÑOR!
¡Que no prevalezca el hombre!
Sean juzgadas las naciones delante
de ti.
20 Infúndeles pánico, oh SEÑOR.
Que sepan las naciones que no son más que hombres. Selah[e]

Clamor por causa de los impíos

10 [f] Oh SEÑOR, ¿por qué te mantienes lejos

y te escondes en los tiempos de angustia?
Con arrogancia el impío persigue
al pobre.
¡Sean atrapados en los artificios que han maquinado!
Porque el impío se gloría del apetito de su alma,
y el codicioso maldice y desprecia
al SEÑOR.
El impío, por la altivez de su rostro, no le busca;
no está Dios en ninguno de sus pensamientos.
En todo tiempo son torcidos sus caminos;
tus juicios están muy por encima de su vista,
y a todos sus adversarios desprecia.
Dice en su corazón: “No seré movido;
de generación en generación nunca
estaré en infortunio”.
Su boca está llena de maldición, engaño y fraude;
debajo de su lengua hay vejación
e iniquidad.
Pone emboscadas a las aldeas;
en los escondrijos mata a los inocentes; sus ojos vigilan a los desdichados.
Acecha desde un escondite,
como el león desde la espesura.
Acecha para arrebatar al pobre;
arrebata al pobre atrayéndolo a su red.
10 Se agacha, lo aplasta;
y en sus fuertes garras caen los desdichados.
11 Dice en su corazón:
“Dios se ha olvidado.
Ha ocultado su rostro; nunca lo verá”.
12 ¡Levántate, oh SEÑOR Dios;
alza tu mano!
No te olvides de los pobres.
13 ¿Por qué desprecia el impío a Dios? En su corazón piensa que tú no
lo llamarás a cuenta.
14 Ciertamente tú ves la vejación
y la provocación;
las miras para dar la recompensa.
A tus manos se acoge el desdichado;
tú eres el amparo del huérfano.
15 Quebranta el brazo del impío y del malo;
castígalos por su perversidad
hasta que desistan de ella.
16 ¡El SEÑOR es Rey para siempre!
De su tierra desaparecerán
las naciones.
17 El deseo de los humildes escuchas,
oh SEÑOR;
tú dispones su corazón
y tienes atento tu oído
18 para juzgar al huérfano y al oprimido,
a fin de que el hombre de la tierra
no vuelva más a hacer violencia.

El SEÑOR, refugio del justo

11 Al músico principal. Salmo de David.

En el SEÑOR me he refugiado. ¿Por qué, pues, dicen a mi alma:
“Escapa cual pájaro al monte[g]”?
Pues he aquí, los impíos han preparado su arco, y han colocado las flechas en la cuerda para atravesar en oculto
a los rectos de corazón.
Si son destruidos los fundamentos,
¿qué podrá hacer el justo?
El SEÑOR está en su santo templo;
el SEÑOR tiene su trono en los cielos. Sus ojos ven;
sus párpados examinan a los hijos del hombre.
El SEÑOR prueba al justo,
pero su alma aborrece al impío
y al que ama la violencia.
Sobre los impíos hará llover brasas; fuego, azufre y vientos huracanados serán la porción de la copa de ellos.
Porque el SEÑOR es justo y ama la justicia;
los rectos contemplarán su rostro.

El SEÑOR, protector de los pobres

12 Al músico principal. Sobre Seminit[h]. Salmo de David.

Salva, oh SEÑOR,
porque se han acabado los piadosos. Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre.
Cada uno habla falsedad con su prójimo, con labios lisonjeros; hablan con doblez de corazón.
El SEÑOR destruirá todos los labios lisonjeros,
la lengua que habla grandezas.
Dijeron: “Por nuestra lengua prevaleceremos.
Si nuestros labios están a nuestro favor, ¿quién más se hará nuestro señor?”.
Dice el SEÑOR: “Por la opresión
de los pobres,
por el gemido de los necesitados me levantaré ahora.
Los pondré a salvo del que se ensaña contra ellos”.
Las palabras del SEÑOR son palabras puras
como plata purificada en horno
de tierra, siete veces refinada.
Tú, oh SEÑOR, los guardarás. Guárdalos para siempre de esta generación.
Los impíos andan alrededor, pero tú desprecias a los hijos del hombre.

Petición de ayuda en la desesperación

13 Al músico principal. Salmo de David.

¿Hasta cuándo, oh SEÑOR?
¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo tendré conflicto
en mi alma
y todo el día angustia en mi corazón? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
¡Mira; respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío!
Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.
No sea que mi enemigo diga: “¡Lo vencí!”.
Mis enemigos se alegrarán si
yo resbalo.
Pero yo confío en tu misericordia;
mi corazón se alegra en tu salvación.
Cantaré al SEÑOR
porque me ha colmado de bien.

El hombre necio y corrupto

14 Al músico principal. Salmo de David.

Dijo el necio en su corazón:
“No hay Dios”.
Se han corrompido;
han hecho cosas abominables. No hay quien haga el bien.
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos del hombre
para ver si había algún sensato que buscara a Dios.
Pero todos se habían desviado;
a una se habían corrompido. No había quien hiciera el bien;
no había ni siquiera uno.
¿Acaso todos los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,
y que al SEÑOR no invocan?
Allí temblarán de espanto
porque Dios está con la generación
de los justos.
Del consejo del pobre se han mofado pero el SEÑOR es su refugio.
¡Quién hiciera que de Sion viniese
la salvación de Israel!
Cuando el SEÑOR restaure de la cautividad a su pueblo
se gozará Jacob; se alegrará Israel.

El hombre piadoso

15 Salmo de David.

Oh SEÑOR, ¿quién habitará
en tu tabernáculo?
¿Quién residirá en tu santo monte?
El que anda en integridad y hace justicia,
el que habla verdad en su corazón,
el que no calumnia con su lengua
ni hace mal a su prójimo
ni hace agravio a su vecino;
aquel ante cuyos ojos es
menospreciado el vil
pero que honra a los que temen
al SEÑOR;
aquel que, a pesar de haber jurado
en perjuicio suyo, no por eso cambia;
aquel que no presta su dinero con usura
ni contra el inocente acepta soborno. ¡El que hace estas cosas no será movido jamás!

Expresión de fidelidad y confianza

16 Mictam[i] de David

Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.
Oh alma mía, dijiste al SEÑOR:
“¡Tú eres el Señor!
Para mí no hay bien aparte de ti.
Para con los santos que están
en la tierra
y para con los íntegros
es toda mi complacencia”.
Se multiplicarán los dolores
de quienes se apresuran tras otro dios[j]. Yo no ofreceré sus sacrificios de sangre
ni con mis labios mencionaré sus nombres.
Oh SEÑOR, porción de mi herencia, y mi copa,
¡tú sustentas mi destino!
Los linderos me han tocado en lugar placentero;
es hermosa la heredad que me
ha tocado.
Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja;
aun en las noches me corrige mi conciencia.
Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí;
porque está a mi mano derecha
no seré movido.
Por tanto, se alegró mi corazón
y se gozó mi lengua[k].
También mi cuerpo descansará en
seguridad.
10 Pues no dejarás mi alma en el Seol
ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias en tu diestra para siempre.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano