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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Salmos 102

Oración de un afligido

(1) Oración de un afligido que en su desaliento da rienda suelta a su queja delante del Señor.

102 (2) Señor, escucha mi oración,
¡permite que mi grito llegue a ti!
(3) No escondas de mí tu rostro
cuando me encuentre angustiado;
¡dígnate escucharme!,
¡respóndeme pronto cuando te llame!
(4) Pues mi vida se acaba como el humo,
mis huesos arden como brasas,
(5) mi corazón está decaído
como la hierba marchita;
¡ni aun deseos tengo de comer!
(6) La piel se me pega a los huesos
de tanto gemir.
(7) Soy como una lechuza del desierto,
como un búho entre las ruinas.
(8) No duermo.
Soy como un pájaro solitario en el tejado.
(9) Mis enemigos me ofenden sin cesar
y usan mi nombre para maldecir.
(10) En vez de pan, como ceniza;
en mi bebida se mezclan mis lágrimas,
10 (11) por causa de tu enojo y tu furor,
pues me alzaste para derribarme después.
11 (12) Mis días pasan como una sombra;
me voy marchitando como la hierba.
12 (13) Pero tú, Señor, reinas por siempre;
¡tu nombre será siempre recordado!

13 (14) Levántate, compadécete de Sión,
pues ya se cumplió el tiempo;
¡ya es hora de que la perdones!
14 (15) Tus siervos aman sus piedras;
sienten dolor por sus ruinas.

15 (16) Todas las naciones y reyes de la tierra
honrarán el nombre glorioso del Señor
16 (17) cuando él reconstruya a Sión
y aparezca en su gloria,
17 (18) cuando atienda a la oración del desamparado
y no desoiga sus ruegos.
18 (19) Que esto quede escrito
para las generaciones futuras,
para que alaben al Señor
los que aún han de nacer.

19 (20) El Señor miró la tierra desde el cielo,
desde su santa altura,
20 (21) para atender los lamentos de los prisioneros
y libertar a los condenados a muerte;
21 (22) para que en Sión, en Jerusalén,
se proclame y se alabe el nombre del Señor
22 (23) cuando gentes de todas las naciones
se reúnan para adorarlo.

23 (24) Él me ha quitado fuerzas a medio camino;
ha hecho más corta mi vida.
24 (25) Yo le digo: «Dios mío,
no me lleves en la mitad de mi vida.»

¡Tus años no tienen fin!
25 (26) Afirmaste la tierra desde el principio;
tú mismo hiciste el cielo.
26 (27) Todo ello dejará de existir,
pero tú permaneces firme.
Todo ello se gastará, como la ropa;
¡tú lo cambiarás y quedará cambiado,
como quien se cambia de ropa!
27 (28) Pero tú eres el mismo;
tus años nunca terminarán.
28 (29) Darás seguridad a los descendientes de tus siervos;
en tu presencia misma los establecerás.

Salmos 107:1-32

El constante amor del Señor

107 Den gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor es eterno.
Díganlo los que el Señor ha salvado,
los que salvó del poder del enemigo,
los que reunió de entre los países
del norte y del sur,
del este y del oeste.

Andaban perdidos por el desierto arenoso,
sin hallar el camino a una ciudad donde vivir;
tenían hambre y sed,
¡estaban a punto de morir!
Pero en su angustia clamaron al Señor,
y él los libró de la aflicción.
Después los puso en el buen camino
hacia una ciudad donde vivir.

    Den gracias al Señor por su amor,
    ¡por lo que hace en favor de los hombres!
    Pues él apaga la sed del sediento
    y da abundante comida al hambriento.

10 Vivían en profunda oscuridad,
presos de la tristeza y las cadenas,
11 por rebelarse contra las órdenes del Señor,
por despreciar los planes del Altísimo.
12 Dios los sometió a duros trabajos;
tropezaban, y nadie los ayudaba.
13 Pero en su angustia clamaron al Señor,
y él los salvó de la aflicción;
14 los sacó de la profunda oscuridad
y los libró de las cadenas.

15     Den gracias al Señor por su amor,
    ¡por lo que hace en favor de los hombres!
16     ¡Él hizo pedazos puertas de bronce!
    ¡Él hizo pedazos barras de hierro!

17 Enfermos y afligidos
por sus propias maldades y pecados,
18 no soportaban ningún alimento;
¡ya estaban a las puertas de la muerte!
19 Pero en su angustia clamaron al Señor,
y él los salvó de la aflicción;
20 envió su palabra, y los sanó;
¡los libró del sepulcro!

21     Den gracias al Señor por su amor,
    ¡por lo que hace en favor de los hombres!
22     Ofrézcanle sacrificios de gratitud
    y hablen con alegría de sus actos.

23 Se hicieron a la mar los comerciantes.
Surcaron las aguas con sus barcos,
24 y allí, en alta mar, vieron
la creación maravillosa del Señor.
25 A la voz del Señor se desató una tormenta
que levantaba grandes olas;
26 eran lanzados hasta el cielo
y hundidos hasta el fondo del mar;
¡perdieron el valor ante el peligro!
27 Se tambaleaban como borrachos;
¡de nada les servía su pericia!
28 Pero en su angustia clamaron al Señor,
y él los sacó de la aflicción;
29 convirtió en brisa la tempestad,
y las olas se calmaron.
30 Al ver tranquilas las olas, se alegraron,
y Dios los llevó hasta el puerto deseado.

31     Den gracias al Señor por su amor,
    ¡por lo que hace en favor de los hombres!
32     ¡Aclámenlo al reunirse el pueblo!
    ¡Alábenlo en la reunión de ancianos!

1 Samuel 9:1-14

Encuentro de Saúl con Samuel

En la tribu de Benjamín había un hombre llamado Quis, que era hijo de Abiel y nieto de Seror; su bisabuelo había sido Becorat, hijo de Afíah. Quis, hombre muy respetado, tenía un hijo, joven y bien parecido, que se llamaba Saúl. No había otro israelita tan bien parecido como él, pues en estatura ninguno le pasaba del hombro.

Un día, a Quis se le perdieron sus asnas. Entonces le dijo a su hijo Saúl:

—Prepárate y ve a buscar las asnas. Llévate a uno de los criados.

Saúl se fue, atravesó la región montañosa de Efraín y pasó por la región de Salisá; pero no encontró las asnas. Pasó también por la región de Saalim y por la de Benjamín, y tampoco las halló. Al llegar a la región de Suf, dijo Saúl al criado que lo acompañaba:

—Vamos a regresar, pues mi padre debe de estar ya más preocupado por nosotros que por las asnas.

El criado le contestó:

—En esta ciudad hay un profeta a quien todos respetan, porque todo lo que anuncia sucede sin falta. Vamos allá, y quizá él nos indique el camino que debemos seguir.

—Vamos, pues —contestó Saúl—. Pero, ¿qué le llevaremos a ese hombre? Ya ni siquiera nos queda pan en las alforjas. No tenemos nada que ofrecerle al profeta.

El criado respondió:

—Tengo en mi poder una pequeña moneda de plata. Se la daremos al profeta para que nos indique el camino.

(Antiguamente, cuando algún israelita quería consultar a Dios, decía: «Vamos a ver al vidente»; pues al que ahora se le llama «profeta», antes se le llamaba «vidente».)

10 —De acuerdo —dijo Saúl—. Vamos allá.

Los dos se dirigieron a la ciudad donde vivía el profeta, 11 y cuando iban subiendo la cuesta, en dirección a la ciudad, se encontraron con unas muchachas que iban a sacar agua y les preguntaron:

—¿Es aquí dónde podemos encontrar al vidente?

12 Ellas les respondieron:

—Sí, pero se encuentra más adelante. Dense prisa, pues ha venido a la ciudad porque hoy se celebra el sacrificio en el santuario. 13 En cuanto lleguen ustedes allí, búsquenlo, antes de que se vaya al santuario para la comida. La gente no comerá hasta que él llegue, pues él tiene que bendecir el sacrificio, después de lo cual comerán los invitados. Por eso, vayan ahora, porque en este momento lo encontrarán.

14 Ellos continuaron subiendo, rumbo a la ciudad. Y precisamente cuando iban llegando a ella, Samuel salía en dirección contraria, para ir al santuario.

Hechos 7:17-29

17 »Cuando ya se acercaba el tiempo en que había de cumplirse la promesa hecha por Dios a Abraham, el pueblo de Israel había crecido en Egipto y se había hecho numeroso; 18 y por entonces comenzó a gobernar en Egipto un rey que no había conocido a José. 19 Este rey engañó a nuestro pueblo y maltrató a nuestros antepasados; los obligó a abandonar y dejar morir a sus hijos recién nacidos. 20 En aquel tiempo nació Moisés. Fue un niño extraordinariamente hermoso, y sus padres lo criaron en su casa durante tres meses. 21 Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija del faraón lo recogió y lo crió como si fuera su propio hijo. 22 De esa manera Moisés fue instruido en la sabiduría de los egipcios, y fue un hombre poderoso en palabras y en hechos.

23 »A la edad de cuarenta años, Moisés decidió visitar a los israelitas, que eran su propio pueblo. 24 Pero al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, Moisés salió en su defensa, y lo vengó matando al egipcio. 25 Y es que Moisés pensaba que sus hermanos los israelitas se darían cuenta de que por medio de él Dios iba a libertarlos; pero ellos no se dieron cuenta. 26 Al día siguiente, Moisés encontró a dos israelitas que se estaban peleando y, queriendo ponerlos en paz, les dijo: “Ustedes son hermanos; ¿por qué se maltratan el uno al otro?” 27 Entonces el que maltrataba a su compañero empujó a Moisés, y le dijo: “¿Quién te ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? 28 ¿Acaso quieres matarme, como mataste ayer al egipcio?” 29 Al oír esto, Moisés huyó y se fue a la tierra de Madián. Allí vivió como extranjero, y tuvo dos hijos.

Lucas 22:31-38

Jesús anuncia que Pedro lo negará(A)

31 Dijo también el Señor:

—Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; 32 pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.

33 Simón le dijo:

—Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel, y hasta a morir contigo.

34 Jesús le contestó:

—Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.

Se acerca la hora de la prueba

35 Luego Jesús les preguntó:

—Cuando los mandé sin dinero ni provisiones ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?

Ellos contestaron:

—Nada.

36 Entonces les dijo:

—Ahora, en cambio, el que tenga dinero, que lo traiga, y también provisiones; y el que no tenga espada, que venda su abrigo y se compre una. 37 Porque les digo que tiene que cumplirse en mí esto que dicen las Escrituras: “Y fue contado entre los malvados.” Pues todo lo que está escrito de mí, tiene que cumplirse.

38 Ellos dijeron:

—Señor, aquí hay dos espadas.

Y él contestó:

—Basta ya de hablar.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.