Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 85-86

Al director musical. Salmo de los hijos de Coré.

85 Señor, has derramado admirables bendiciones sobre esta tierra. Has renovado el destino y has perdonado los pecados de tu pueblo; has sepultado sus culpas, de modo que tu ira, tu ardiente enojo, ya se ha apagado.

Ahora regresa a nosotros, Dios de nuestra salvación. Haz a un lado tu enojo contra nosotros. ¿O continuarás siempre enojado con nosotros? ¿Tu ira continuará hasta las más lejanas generaciones? ¿No volverás a darnos nueva vida, para que tu pueblo se alegre en ti? Señor, muéstranos tu inagotable amor, y concédenos tu salvación.

Estoy atento a cuanto el Señor está diciendo, porque da palabras de paz a su pueblo, a sus fieles. No los dejes regresar a sus caminos de necedad. Ciertamente, su salvación está cerca de quienes lo honran; nuestra tierra estará llena de su gloria.

10 La misericordia y la verdad se encontraron. La justicia y la paz se besaron. 11 La verdad brota de la tierra y la rectitud sonríe desde el cielo.

12 Sí, el Señor derrama sus bendiciones sobre la tierra y esta produce abundantes cosechas. 13 La justicia marcha delante de él para abrir el camino a sus pasos.

Oración de David.

86 Inclínate y escucha mi oración, y respóndeme, porque necesito tu ayuda.

Protégeme pues te soy fiel. Sálvame, porque a ti te sirvo y en ti confío; tú eres mi Dios. Ten piedad, oh Señor, pues en ti espero continuamente. Dame la felicidad, Señor, pues mi vida depende de ti. ¡Oh Señor, qué bueno y perdonador eres; qué gran amor tienes por todos los que te piden ayuda!

Escucha atentamente mi oración, oh Dios. Escucha mi urgente clamor. A ti clamaré cuando me llegue la angustia, y tú me responderás.

Señor, no hay entre dioses paganos un Dios como tú, ni hay milagros como los tuyos. Todas las naciones que has creado vendrán y se inclinarán ante ti, Señor, y alabarán tu grande y santo nombre. 10 Porque tú eres grande y haces grandes maravillas. Sólo tú eres Dios.

11 Enséñame tus caminos, Señor, para que viva de acuerdo a tu verdad. Concédeme un corazón puro para que te honre. 12 Con todo mi corazón te alabaré, oh Señor mi Dios. Daré gloria a tu nombre eternamente, 13 porque tu amor por mí es muy grande. Me has rescatado de las profundidades del sepulcro.

14 Oh Dios, hombres altivos se levantan contra mí; gente violenta procura matarme. Para esa gente tú no significas nada; 15 pero tú, Señor, eres misericordioso y bueno, Dios, lento para enojarte, y lleno de gran amor y verdad. 16 Mírame y ten compasión de mí. Dale fuerzas a este siervo tuyo; sí, sálvame, porque yo soy tu siervo. 17 Dame una muestra de tu amor, para que los que me odian se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y me consuelas.

Salmos 91-92

91 El que vive al abrigo del Altísimo, descansará bajo la sombra del Todopoderoso.

Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio y en ti estoy seguro; eres mi Dios, y en ti confío». Porque él te libra de todas las trampas y te protege de plagas mortales. Él te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas encontrarás refugio. ¡Sus fieles promesas son tu armadura y protección! No tienes que temer al terror de la noche, ni asustarte por los peligros del día, ni atemorizarte por las plagas que se ocultan en las tinieblas ni por los desastres del mediodía.

Podrán caer mil al lado tuyo, y al otro lado diez mil casi muertos, pero el mal a ti no te tocará. Lo verás tú mismo; verás como castiga a los malvados. Si haces del Señor tu refugio, del Altísimo tu protección, 10 ningún mal te dominará; ninguna calamidad llegará a tu hogar.

11 Porque él ordena a sus ángeles que te protejan por dondequiera que vayas. 12 Te sostendrán con sus manos y evitarán que tropieces con las piedras del camino. 13 Pisotearás al león y a la serpiente venenosa; aplastarás a leones feroces y víboras bajo tus pies.

14 Porque el Señor dice: «Por cuanto me ama, yo lo libraré; lo protegeré porque confía en mi nombre. 15 Cuando me llame, yo responderé; estaré con él en la angustia, lo libraré y lo honraré. 16 Le daré muchos años de vida y le daré mi salvación».

Salmo para cantarse en sábado.

92 Bueno es darle gracias al Señor, cantarle alabanzas al Dios Altísimo.

Proclamar tu gran amor por la mañana y tu fidelidad por la noche, acompañados por la música del arpa, el laúd y la lira. ¡Me maravilla, oh Señor, lo que tu has hecho por mí! Canto de puro júbilo por las obras que haces.

¡Oh Señor, qué grandes milagros haces! ¡Y qué profundos son tus pensamientos! Sólo un ignorante no sabría esto, sólo un necio no lo entendería: que si bien los malvados florecen como malas hierbas, lo único que les espera es eterna destrucción. Pero el Señor permanece para siempre, exaltado en los cielos, mientras tus enemigos, Señor, perecerán; todos los malhechores, serán esparcidos.

10 Tú me has dado vigor como de toro salvaje. ¡Cómo me han reconfortado tus bendiciones! 11 Mis ojos han visto la caída de mis enemigos y mis oídos han escuchado la derrota de los malvados que están en contra mía. 12 Pero los justos florecerán como la palmera, y crecerán como los cedros del Líbano. 13 Porque son transplantados al huerto del Señor, y están en los atrios de nuestro Dios. 14 Aun en su vejez producirán fruto y estarán llenos de vida y verdor. 15 Ellos proclamarán: «El Señor es justo; él es mi Roca y en él no hay injusticia».

1 Samuel 2:1-10

Oración de Ana

Esta fue la oración de Ana:

«¡Cuánto me ha bendecido!

Ahora tengo respuesta para mis enemigos, porque el Señor ha resuelto mi problema.

¡Cuánto se goza mi corazón!

»No hay otro Dios, ni nadie tan santo como el Señor, ni otra roca como nuestro Dios.

»Dejen de actuar con tanto orgullo y arrogancia; el Señor sabe lo que ustedes han hecho, y él juzgará sus acciones.

»Los que eran poderosos han perdido sus fuerzas; los que eran débiles ahora son fuertes.

Los que estaban hartos ahora pasan hambre, los que tenían hambre ahora se sacian.

La mujer estéril, ahora tiene siete hijos; la que tenía muchos hijos ya no los tiene.

»El Señor mata, el Señor da vida.

Él empobrece a unos y enriquece a otros; él abate a algunos y enaltece a otros.

Él levanta al pobre desde el polvo, desde el montón de cenizas, y lo sienta entre los príncipes ubicándolo en un lugar de honor.

»Porque el Señor tiene dominio sobre la tierra.

Él protegerá a los piadosos, pero los impíos serán silenciados en las tinieblas.

Ninguno podrá triunfar por su propia fortaleza.

10 »Los que pelean contra el Señor serán quebrantados.

Él truena contra ellos desde los cielos;

él juzga a través de toda la tierra.

Él da poderosa fortaleza a su rey, y da gran gloria a su ungido».

Efesios 2:1-10

La vida en Cristo

Antes de ser cristianos, ustedes estaban muertos para Dios a causa de sus delitos y pecados. Vivían siguiendo la corriente de este mundo, obedecían los dictados del príncipe del imperio del aire, quien ahora mismo está operando en el corazón de los que se rebelan contra el Señor.

Nosotros mismos éramos así: obedecíamos los malos deseos de nuestra naturaleza y nos entregábamos a las perversidades de nuestras pasiones y malos pensamientos. Merecíamos ser castigados por la ira de Dios, como todos los demás. Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, aunque estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos dio vida con Cristo, pues solo por su gracia somos salvos. Además, nos levantó con Cristo de la tumba y nos hizo sentar con él en los cielos. Esto lo hizo para demostrar a las generaciones venideras la incomparable riqueza de su amor, que en su bondad derramó sobre nosotros por medio de Cristo Jesús.

Por su misericordia y por medio de la fe, ustedes son salvos. No es por nada que ustedes hayan hecho. La salvación es un regalo de Dios y no se obtiene haciendo el bien. Esto es así para que nadie se sienta orgulloso. 10 Somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios de antemano ya había planeado.

Mateo 7:22-27

22 El día del juicio muchos me dirán: “Señor, nosotros predicamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y realizamos muchísimos milagros”. 23 Pero yo les responderé: “A ustedes nunca los conocí. Apártense de mí, porque sus obras son malignas”.

El prudente y el insensato

24 »Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme. 25 Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca. 26 Pero el que oye mis enseñanzas y no las pone en práctica, es como el tonto que edificó su casa sobre la arena. 27 Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los fuertes vientos, la casa se derrumbó y su ruina fue irreparable».

Nueva Biblia Viva (NBV)

Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.