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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 80

Salmo 80 (79)

Oh Dios, restablécenos

80 Al maestro del coro. Según “Los lirios del testimonio”. Salmo de Asaf.
Escucha, pastor de Israel,
tú que conduces a José como a un rebaño,
tú que te sientas sobre querubines, muéstrate;
delante de Efraín, Benjamín y Manasés
manifiesta tu poder, ven a salvarnos.
¡Oh Dios, renuévanos,
ilumina tu rostro y estaremos salvados!
Oh Señor, Dios del universo, ¿hasta cuándo
te enfurecerá la oración de tu pueblo?
Un pan de lágrimas le diste a comer,
un sinfín de lágrimas le diste a beber.
Nos has hecho la burla de los vecinos,
se ríen de nosotros nuestros enemigos.
¡Dios del universo, renuévanos,
ilumina tu rostro y estaremos salvados!
Tú arrancaste una viña de Egipto,
expulsaste naciones y volviste a plantarla;
10 preparaste el suelo para ella,
echó raíces y llenó la tierra.
11 Su sombra cubrió los montes,
sus ramas los majestuosos cedros;
12 llegaron hasta el mar sus brotes
y hasta el Éufrates sus retoños.
13 ¿Por qué has derribado su valla?
Cuantos pasan la vendimian,
14 el jabalí la destroza con sus dientes,
las alimañas del campo pacen en ella.
15 Dios del universo, vuélvete,
observa desde el cielo, mira;
trata a esta viña con bondad,
16 pues la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú robusteciste,
17 fue quemado, arrancado de raíz.
¡Que mueran ante tu faz amenazante!
18 Protege al que está a tu diestra,
a la persona que tú fortaleciste.
19 No nos alejaremos más de ti,
danos la vida e invocaremos tu nombre.
20 ¡Oh Señor, Dios del universo, renuévanos,
ilumina tu rostro y estaremos salvados!

Salmos 77

Salmo 77 (76)

Mi voz alzo a Dios y pido auxilio

77 Al maestro del coro. De Yedutún. Salmo de Asaf.
Mi voz alzo a Dios y pido auxilio,
mi voz alzo a Dios y él me escucha.
Cuando estoy angustiado busco a mi Señor,
de noche alzo mis manos sin descanso
y no acepto recibir consuelo alguno.
Recuerdo a Dios y me estremezco,
reflexiono y quedo abatido. [ Pausa]
Tú me impides cerrar los ojos,
estoy inquieto y no puedo hablar.
Pienso en los días de antaño,
en los años del pasado;
de noche recuerdo mi canto,
reflexiono y me pregunto:
“¿Nos abandona para siempre el Señor
y no vuelve nunca a aceptarnos?
¿Se acabó para siempre su bondad?
¿Ha cesado eternamente su palabra?
10 ¿Acaso olvidó Dios ser compasivo?
¿Ha cerrado con ira sus entrañas?”. [ Pausa]
11 Y yo digo: “Esto es lo que me aflige,
que el favor del Altísimo ha cambiado”.
12 Recuerdo las proezas de Dios,
recuerdo tus prodigios de antaño;
13 sobre todos tus actos medito,
sobre tus hechos reflexiono.
14 Oh Dios, santo es tu camino,
¿qué dios es tan grande como Dios?
15 Tú eres el Dios que haces prodigios,
tú muestras tu poder entre los pueblos;
16 con tu brazo redimiste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y José. [ Pausa]
17 Te vieron, oh Dios, las aguas,
te vieron las aguas y temblaron,
los abismos del mar se estremecieron;
18 las nubes vertieron lluvias,
tronaron los cielos, zigzaguearon tus rayos.
19 Tu voz tronaba en el torbellino,
los rayos iluminaron el mundo,
se estremeció y tembló la tierra.
20 En el mar trazaste tu camino,
en las aguas caudalosas tu sendero,
y nadie descubrió tu rastro.
21 Cual rebaño guiaste a tu pueblo
por medio de Moisés y Aarón.

Salmos 79

Salmo 79 (78)

Que el grito del cautivo llegue a ti

79 Salmo de Asaf.
Oh Dios, los paganos han invadido tu heredad,
han profanado tu santo Templo,
han reducido Jerusalén a escombros;
han arrojado el cadáver de tus siervos
como alimento a los pájaros del cielo,
el cuerpo de tus fieles a las fieras de la tierra;
han derramado su sangre como agua
por toda Jerusalén y nadie los sepulta.
Somos la burla de nuestros vecinos,
la mofa, la risa de los que están cerca.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Estarás siempre airado?
¿Estallará como el fuego tu celo?
Descarga tu ira sobre los pueblos que te ignoran,
sobre los reinos que no invocan tu nombre.
Porque ellos devoraron a Jacob,
convirtieron en ruinas su morada.
No esgrimas contra nosotros los pecados de antaño;
que nos llegue pronto tu misericordia
porque estamos exhaustos.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por la gloria de tu nombre;
líbranos, perdona nuestros pecados
haciendo honor a tu nombre.
10 ¿Por qué han de decir las naciones:
“Dónde está su Dios”?
Que ante nosotros conozcan las naciones
el castigo por la muerte de tus siervos.
11 Que el grito del cautivo llegue a ti,
salva con tu poder la vida a los condenados;
12 pero a los vecinos devuélveles con creces
la ofensa que ellos, mi Dios, te hicieron.
13 Y nosotros, tu pueblo, rebaño de tus prados,
te daremos gracias por siempre,
proclamaremos tu alabanza por generaciones.

Génesis 25:19-34

Ciclo de Isaac (25,19—26,35)

Nacimiento de Esaú y Jacob

19 Esta es la historia de Isaac, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, hija de Betuel, arameo de Parán Aram, y hermana de Labán, también arameo. 21 Isaac suplicó al Señor por su mujer, porque era estéril. El Señor oyó su oración y ella quedó embarazada. 22 Pero los hijos que esperaba se peleaban dentro de su vientre, así que Rebeca se dijo:

— Si esto va a seguir así, ¿para qué vivir?

Entonces fue a consultar al Señor, 23 y el Señor le respondió:

— Dos naciones hay en tu vientre;
dos pueblos separados desde tus entrañas;
uno será más fuerte que el otro,
el mayor servirá al menor.

24 Cuando llegó el momento del parto, resultó que había mellizos en su vientre. 25 Salió primero uno, pelirrojo y todo él velludo como un manto peludo; así que lo llamaron Esaú. 26 Detrás salió su hermano, agarrado con una mano al talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac tenía sesenta años.

Esaú vende su primogenitura

27 Los niños crecieron y Esaú se convirtió en un diestro cazador, que prefería vivir en el campo, mientras que Jacob era un hombre tranquilo, apegado a la vida sedentaria. 28 Isaac tenía preferencia por Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba, mientras que Rebeca se inclinaba por Jacob.

29 Cierto día, Jacob estaba guisando un potaje, cuando Esaú llegó muy cansado del campo, 30 y le dijo:

— ¡Tengo hambre, dame de comer de ese guiso rojo!

(Por eso a Esaú también se le conoce como Edom).

31 Jacob respondió:

— Sólo si me vendes ahora mismo tus derechos de primogenitura.

32 Esaú dijo:

— Estoy que me muero de hambre. ¿Qué me importan a mí los derechos de primogenitura?

33 Jacob insistió:

— Júramelo antes.

Esaú se lo juró, y de ese modo le vendió a Jacob sus derechos de primogénito. 34 Entonces Jacob sirvió a Esaú pan y el potaje de lentejas. Esaú comió, bebió, se levantó y se fue. Así fue como Esaú malvendió sus derechos de primogénito.

Hebreos 13:1-16

Exhortación a vivir como cristianos

13 Que no decaiga el amor fraterno. No echen en olvido la hospitalidad pues, gracias a ella, personas hubo que, sin saberlo, alojaron ángeles en su casa. Tengan siempre presentes a los encarcelados como si ustedes mismos se encontraran presos junto con ellos; y también a los que sufren malos tratos, como si ustedes estuvieran en su lugar.

Que todos respeten el matrimonio y mantengan limpia su vida conyugal, pues Dios juzgará con severidad a los adúlteros y lujuriosos. Que la fiebre del dinero no se apodere de ustedes; conténtense con lo que tienen, ya que es Dios mismo quien ha dicho: Nunca te abandonaré; jamás te dejaré solo. Por eso podemos exclamar llenos de confianza:

El Señor es quien me ayuda, nada temo,
¿qué podrán hacerme los humanos?

Recuerden a los dirigentes que les anunciaron el mensaje de Dios. Tomen nota de cómo culminaron su vida y sigan el ejemplo de su fe. Jesucristo es siempre el mismo, ayer, hoy y por toda la eternidad. No se dejen arrastrar por cualquier doctrina que les venga de afuera. Lo que de veras importa es que la gracia los fortalezca; en lo que se refiere a las reglas sobre alimentos, de ningún provecho han servido a quienes las han observado.

El sacrificio agradable a Dios

10 Nosotros tenemos un sacrificio del que no tienen derecho a comer los que ofician en el santuario. 11 Sabido es que los cuerpos de los animales cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el lugar santísimo como rito expiatorio por los pecados, son quemados fuera del campamento. 12 Por eso también Jesús, a fin de consagrar al pueblo con su propia sangre, murió fuera de la ciudad. 13 Salgamos, pues, a su encuentro fuera del campamento, compartiendo los ultrajes que él sufrió, 14 pues la ciudad que ahora habitamos no es definitiva, sino que buscamos una para el futuro. 15 Así que en todo momento ofrezcamos a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza que no es otro sino la ofrenda de unos labios que bendicen su nombre. 16 Y no se olviden de hacer el bien y de ayudarse unos a otros, pues esos son los sacrificios que agradan a Dios.

Juan 7:37-52

El agua viva del Espíritu

37 El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, puesto en pie, proclamó en alta voz:

— Si alguien tiene sed que venga a mí y que beba 38 el que cree en mí. La Escritura dice que de sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

39 Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él. El Espíritu, en efecto, no se había hecho presente todavía, porque Jesús aún no había sido glorificado.

Diversidad de opiniones sobre Jesús

40 Algunos de los que estaban escuchando estas palabras afirmaban:

— Seguro que este es el profeta esperado.

41 Otros decían:

— Este es el Mesías.

Otros, por el contrario, replicaban:

— ¿Pero es que el Mesías puede venir de Galilea? 42 ¿No afirma la Escritura que el Mesías tiene que ser de la familia de David y de Belén, el pueblo de David?

43 Así que la gente andaba dividida por causa de Jesús. 44 Algunos querían prenderlo, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima. 45 Y como los guardias del Templo se volvieron sin él, los jefes de los sacerdotes y los fariseos les preguntaron:

— ¿Por qué no lo han traído?

46 Los guardias contestaron:

— Nadie ha hablado jamás como este hombre.

47 Los fariseos replicaron:

— ¿También ustedes se han dejado seducir? 48 ¿Acaso alguno de nuestros jefes o de los fariseos ha creído en él? 49 Lo que ocurre es que todos estos que no conocen la ley son unos malditos.

50 Pero uno de ellos, Nicodemo, que con anterioridad había acudido a Jesús, intervino y dijo:

51 — ¿Permite nuestra ley condenar a alguien sin una audiencia previa para saber lo que ha hecho?

52 Los otros le replicaron:

— ¿También tú eres de Galilea? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no ha salido jamás un profeta.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España