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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 18

El Señor es mi fortaleza

(2 S 22:1-51)

Al director. Canción de David, siervo del SEÑOR. David compuso[a] esta canción al SEÑOR cuando el SEÑOR lo salvó de Saúl y de todos sus enemigos.

SEÑOR, te amo.
    ¡Tú eres mi fortaleza!

El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador.
    Dios es mi refugio, él me protege.
Es mi escudo, me salva con su poder;
    él es mi escondite más alto.
Alabado sea el SEÑOR;
    cuando le pedí ayuda, me salvó.

La muerte me enredó en sus cuerdas
    y me sentí perdido ante la corriente temible.
El lugar de los muertos me enredó en sus cuerdas,
    tendía ante mí trampas mortales.
En mi angustia clamé al SEÑOR
    y pedí ayuda a mi Dios.
Desde su templo, él escuchó mis lamentos,
    y oyó mis gritos pidiendo auxilio.

Entonces la tierra tembló y se tambaleó;
    las bases de las montañas se estremecieron.
La tierra tembló y retumbó
    porque Dios estaba furioso.
Salía humo de su nariz[b]
    y llamas de su boca;
    lanzaba carbones encendidos.

Dios abrió el cielo
    y bajó sobre una nube negra.
10 Bajó cabalgando sobre los querubines del cielo;
    se deslizaba con el viento.
11 Estaba oculto en nubes densas y oscuras
    que lo cubrían totalmente.
12 Entonces la gloria resplandeciente de Dios brilló en las nubes,
    arrojando granizo y emitiendo fuertes rayos.
13 La voz del SEÑOR retumbó en el cielo,
    el Altísimo se hizo oír y hubo rayos y granizo.
14 Dios lanzó sus flechas[c] y dispersó al enemigo.
    Lanzó muchos rayos y todos salieron espantados.
15 Enviaste, SEÑOR, tu reprensión
    con un soplo de tu nariz,
un viento fuerte que dejó el fondo del mar a la vista.
    Las bases de la tierra quedaron al descubierto.

16 Luego extendió la mano y me rescató;
    me sacó de las aguas turbulentas.
17 Él me salvó de mis poderosos enemigos
    y de los que me odiaban,
    pues eran más fuertes que yo.
18 Cuando yo estaba en dificultades y mis enemigos me atacaban,
    el SEÑOR me dio su apoyo y protección.
19 El SEÑOR me rescató porque me ama;
    él me llevó a un lugar seguro.

20 El SEÑOR me recompensó como merecía
    porque actué con justicia.
Me recompensó
    porque no he obrado con maldad.
21 Me he preocupado por vivir como el SEÑOR quiere.
    Por eso no he hecho nada que pueda separarme de Dios.
22 Siempre tengo en cuenta sus enseñanzas
    y nunca me aparto de sus leyes.
23 He sido siempre honesto con él
    y me he mantenido apartado del mal.
24 Por eso, el SEÑOR me recompensará en la medida que yo actúe con justicia.
    Lo hará en tanto yo no haga el mal.

25 Dios es fiel con los que le son fieles;
    sincero con los que le son sinceros.
26 Dios mío, tú eres bueno y puro con la gente que es buena y pura,
    pero puedes derrotar hasta al más perverso.
27 Tú salvas a la gente humilde
    y humillas a los más soberbios.
28 SEÑOR, tú iluminas mi sendero;
    eres mi luz en la oscuridad.
29 Dios mío, con tu ayuda podré correr con los soldados.
    Con tu ayuda asaltaré las murallas de mis enemigos.

30 El camino de Dios es perfecto;
    las promesas del SEÑOR han sido probadas.
    Él protege a quienes buscan su ayuda y protección.
31 El SEÑOR es el único Dios;
    nuestro Dios es la única roca.
32 Dios es quien me reviste de valor
    y perfecciona mi camino.
33 Él me da pies como los de la cierva;
    y me mantiene firme aun en los lugares más altos.
34 Dios me prepara para la guerra;
    les da fuerza a mis brazos para lanzar dardos poderosos.

35 Dios mío, me has dado el escudo de tu salvación,
    has sido mi apoyo
    y me has ayudado a prosperar.
36 Dios mío, tú me ayudas a correr más rápido
    y les das fuerza a mis piernas.
37 Así puedo perseguir y atrapar a mis enemigos.
    No descansaré hasta derrotarlos.
38 Los derrotaré de modo que ellos nunca puedan levantarse de nuevo;
    todos ellos estarán bajo mis pies.

39 Dios mío, tú me das fuerzas en la batalla;
    haces que aquellos que me persiguen tengan que rendirse ante mí.
40 Tú me ayudas a derrotar a mis enemigos
    y a derribar a los que me odian.
41 Ellos pidieron ayuda,
    pero nadie fue en su auxilio.
También llamaron al SEÑOR,
    pero él no les respondió.
42 Dispersé a mis enemigos como el viento dispersa el polvo.
    Los lancé lejos como al barro en las calles.

43 Tú me salvaste de conflictos militares,
    me pusiste a cargo de naciones.
Gente que yo no conocí antes,
    ahora me sirve.
44 Esos que no me conocían
    tratarán de halagarme.
45 Tendrán temor de mí;
    saldrán de sus escondites temblando de miedo.

46 ¡El SEÑOR vive!
    Bendita sea mi roca.
    Alabado sea Dios mi Salvador.
47 Dios castiga a mis enemigos
    y los pone bajo mi control.
48 Él me salva de mi enemigo;
    me ayuda a vencer a los que me atacan.
    Me salva del cruel enemigo.
49 Por eso alabo al SEÑOR
    y adoro su nombre en todas partes.

50 Dios le da la victoria a David, su rey elegido.
    A él y a sus descendientes les muestra siempre toda su bondad.

Amós 4:6-13

»No les di nada de comer[a],
    y les faltó comida en todas sus ciudades.
Pero ustedes no quisieron regresar a mí.
    Es lo que dice el SEÑOR.

»Detuve la lluvia tres meses antes de la cosecha,
    y no crecieron los cultivos.
Permití que lloviera en unas ciudades
    y en otras no.
Unos lugares tuvieron lluvias
    y otros se secaron.
Los refugiados de dos o tres ciudades se iban a otra ciudad en busca de agua,
    pues no hubo suficiente para todos.
Aun así ustedes no regresaron a mí».
    Es lo que dice el SEÑOR.

»Hice que se dañaran sus cultivos por el calor y las plagas.
    Destruí sus huertos y viñedos,
    y las langostas devoraron sus higueras y olivos,
pero ustedes no regresaron a mí.
    Es lo que dice el SEÑOR.

10 »Envié plagas terribles
    como hice con Egipto.
Hice que sus jóvenes murieran en batallas
    junto con sus caballos.
Hice que ustedes sintieran el mal olor de su ejército,
    pero ustedes no regresaron a mí.
    Es lo que dice el SEÑOR.

11 »Los destruí como lo hice
    con Sodoma y con Gomorra.
Parecían como una brasa sacada del fuego,
    pero aun así ustedes no regresaron a mí.
    Es lo que dice el SEÑOR.

12 »Por eso voy a castigarte, Israel.
    Voy a hacer lo mismo contigo;
    así que prepárate para encontrarte con tu Dios, Israel».

13 ¿Quién es él?
    Pues el que creó las montañas y los vientos,
    el que da a conocer sus pensamientos a los hombres,
el que transforma la luz en oscuridad
    y puede llegar hasta los lugares más altos de la tierra.
    Su nombre es YAVÉ Dios Todopoderoso.

2 Pedro 3:11-18

11 Todo será destruido. Por lo tanto, piensen qué clase de persona deben ser y vivan una vida dedicada a servir a Dios. 12 Esperen la llegada del día de Dios y hagan lo posible para que llegue pronto. En ese momento, el cielo será destruido con fuego y todo lo que hay en él será consumido por el calor. 13 Estamos esperando el nuevo cielo y la nueva tierra que Dios nos prometió, donde se practica la justicia.

14 Estimados hermanos: ya que están esperando que eso suceda, asegúrense de que su vida esté libre de pecado y busquen la paz con Dios. 15 Consideren la paciencia de nuestro Señor como una oportunidad para obtener la salvación. Esto es lo mismo que les ha escrito nuestro querido hermano Pablo con la sabiduría que Dios le dio. 16 Pablo escribe sobre estos temas en todas sus cartas, pero a veces hay en ellas cosas difíciles de entender. Los ignorantes y los débiles en la fe cambian el significado de las enseñanzas de Pablo y de las otras Escrituras, causando así su propia destrucción.

17 Estimados hermanos, ustedes ya saben esto. Así que tengan cuidado y no permitan que esos perversos los lleven por el mal camino ni que su fe se debilite. 18 Conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y así recibirán cada vez más de su generoso amor. Alaben a Cristo ahora y siempre. Así sea.

Mateo 21:33-46

Historia de los labradores perversos

(Mr 12:1-12; Lc 20:9-19)

33 »Escuchen esta historia: El dueño de una finca plantó un viñedo y construyó un muro alrededor. Luego, cavó un lugar para hacer el vino y construyó una torre de vigilancia. Después alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje. 34 Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño mandó a sus siervos para que hablaran con los labradores y pidieran la parte que le correspondía al dueño. 35 Pero los labradores agarraron a los siervos. Golpearon a uno, mataron a otro y agarraron a pedradas a otro más. 36 El dueño mandó otra vez a otros siervos, y los labradores les hicieron lo mismo.

37 »Más tarde, el dueño les envió a su propio hijo. Se decía a sí mismo: “A mi hijo sí lo respetarán”. 38 Pero cuando los labradores vieron que era el hijo del dueño, dijeron entre ellos: “Este es el heredero, ¡vamos a matarlo para quedarnos con la herencia!” 39 Entonces, lo agarraron, lo echaron fuera del viñedo y lo mataron.

40 »¿Ustedes qué creen que hará el dueño del viñedo con esos labradores cuando llegue?

41 Le respondieron:

—Él matará de manera terrible a esos perversos y les alquilará el viñedo a otros labradores que sí le darán su parte de la cosecha.

42 (A)Jesús les dijo:

—Seguramente habrán leído las Escrituras que dicen:

“La piedra que los constructores rechazaron
    se ha convertido en la piedra principal.
Esto fue lo que hizo el Señor
    y es maravilloso verlo”.[a]

43 »Por eso les digo: a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le dará a otra nación que produzca lo que Dios quiere que su reino produzca. 44 El que caiga sobre esa piedra se hará en pedazos y si la piedra le cae encima a alguien, lo hará polvo.[b]

45 Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos escucharon estas historias, se dieron cuenta de que Jesús estaba hablando de ellos. 46 Querían arrestarlo, pero tenían miedo del pueblo porque la gente consideraba que era un profeta.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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